MANERAS DE VIVIR

 

Sexta temporada, capítulo 127

 

Fecha de emisión: 21 de febrero del 2014

 

BAR “FOUR” / INTERIOR / MAÑANA

 

Suena la canción “You” de Breaking Benjamin.

 

Claudia está tras la barra, sacando unos vasos del lavavajillas, cuando entra Marta en el local, con cara de haber dormido bastante poco. Suspirando, se sienta en una de las butacas.

 

Marta: ¿Me pones un café solo, por favor? A ver si me espabilo un poco…

 

Claudia: Claro…

 

La chica se lo prepara y no tarda en servírselo, preocupada.

 

Claudia: ¿Estás bien?

 

Marta: (Suspira) No, la verdad es que no. Llevo varios días sin dormir demasiado bien.

 

Claudia: ¿Y eso?

 

Marta guarda silencio durante unos segundos, pensando, hasta que finalmente suspira.

 

Marta: No puedo dejar de dar vueltas a lo de Aria. Estoy preocupada por Isra, pero no tengo ni idea de cómo desenmascararla. Por más que hablo con él, no me hace ni caso.

 

Claudia: Ya…

 

Las dos amigas guardan silencio durante unos segundos, hasta que ahora es la rubia la que suspira.

 

Claudia: Si es tan importante para ti, te ayudaré.

 

Marta: (Sorprendida) ¿En serio?

 

Claudia asiente, forzando una sonrisa. Marta también sonríe.

 

Marta: Gracias.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ANDREA / DORMITORIO DE HUGO / MAÑANA

 

Hugo, sentado en su escritorio, mira en el portátil una fotografía en la que aparece junto a Óscar. Los dos parecen muy felices. El chico tiene los ojos llenos de lágrimas, pero unos suaves golpes en la puerta hacen que se las limpie.

 

Hugo: ¿Qué pasa?

 

Alberto: (Off) Soy yo.

 

El joven minimiza rápidamente la fotografía.

 

Hugo: Pasa.

 

Alberto entra en el dormitorio, con una enorme sonrisa dibujada en su rostro.

 

Alberto: Buenos días.

 

Da un beso a su novio mientras éste se levanta.

 

Alberto: Me pasaría el día besándote.

 

Hugo: (Divertido) No seas tan moñas.

 

Su novio se ríe.

 

Alberto: ¿Ya estás listo?

 

Hugo: Sí. Voy a lavarme los dientes y nos vamos.

 

Alberto: Bien.

 

Hugo sale del dormitorio. Alberto se sienta en la silla en la que anteriormente estaba sentado su novio.

 

Alberto: Voy a mirar un momento el correo.

 

Hugo: (Off) Vale.

 

El chico abre Google Chrome y espera a que se cargue la página. Como va despacio, se da cuenta de la fotografía que tiene su novio minimizada. Tras dudar durante unos segundos, la abre. Se queda muy sorprendido al encontrarse con la instantánea en la que Hugo y Óscar aparecen juntos.

 

Alberto: Mierda…

 

CANCIÓN: “Bed of roses”, de Bon Jovi

 

Kristen Bell, Chace Crawford, Rupert Grint, Vanessa Hudgens, Jesse McCartney, Jesse Metcalfe, Jared Padalecki, Hayden Panettiere, Shawn Pyfrom, Jessica Stroup

 

CAPÍTULO 127: Las rubias no son tontas

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ANDREA / DORMITORIO DE HUGO / MAÑANA

 

Hugo entra en su dormitorio con una enorme sonrisa en su rostro. Sonrisa que borra cuando ve a Alberto dando vueltas de un lado a otro, nervioso, y la fotografía en la que aparece junto a Óscar abierta en el portátil.

 

Hugo: ¿Has estado registrando mi ordenador?

 

Alberto: No ha hecho falta. Más a la vista no la has podido dejar.

 

El joven camina hacia el ordenador y cierra la fotografía para luego girarse de nuevo hacia su novio.

 

Hugo: No tenías ningún derecho.

 

Alberto: La he abierto por accidente Hugo, pero ese no es el tema. El tema es ¿qué coño hacías viendo una foto en la que sales con tu ex novio?

 

Hugo mira a su novio, sin saber muy bien qué decir. Está nervioso.

 

Hugo: Yo… estaba recordando viejos tiempos. A veces me gusta hacerlo, no creo que sea ningún delito.

 

Alberto: Ya, claro. Y pretendes que me lo crea, ¿no?

 

Hugo: (Molesto) Haz lo que te dé la gana.

 

Alberto se acerca al joven. Quedan a escasos centímetros el uno del otro.

 

Alberto: Mírame a los ojos y dime que no le quieres. Dímelo y dejaré el tema, te lo prometo.

 

El rubio le mira directamente a los ojos. No sabe muy bien qué hacer. Finalmente esboza una sonrisa.

 

Hugo: Te quiero a ti. Si no, no estaría contigo.

 

Alberto dibuja una aliviada sonrisa en su rostro antes de dar un apasionado beso a su novio.

 

APARTAMENTO DE LIDIA / COCINA / MAÑANA

 

Lidia, con una enorme sonrisa en su cara, se toma un café sentada en una de las butacas. Todavía va en pijama. A pesar de ello, no duda en correr hacia la puerta cuando suena el timbre. Al otro lado, una también muy sonriente Andrea la mira, cargando con dos maletas.

 

Andrea: Buenos días.

 

Lidia: Hola. Pasa.

 

La joven entra en el apartamento, mientras su novia cierra la puerta.

 

Lidia: ¿Te han quedado muchas cosas allí?

 

Andrea: Bastantes… no sé si cabrán todas. Este apartamento no es demasiado grande.

 

Lidia: (Sonríe) Les buscaremos un hueco, no te preocupes.

 

Lidia abre el cajón de la mesita que hay junto a la puerta, y saca un conjunto de llaves que tiende a la recién llegada, sin borrar la sonrisa de su cara.

 

Lidia: Son tuyas.

 

Andrea: (Sonríe) Gracias.

 

La chica abraza a Andrea, emocionada.

 

Lidia: ¡Estoy tan feliz de que te mudes aquí contigo!

 

Andrea: Y yo…

 

A pesar de sus palabras, a Andrea se le nota en la cara que no está tan contenta, pero Lidia no se da cuenta porque no le mira a la cara. Simplemente la besa.

 

BAR “FOUR” / INTERIOR / TARDE

 

Suena la canción “Salto” de Vega.

 

Aria está sentada en una de las butacas de la barra, tomándose un botellín de cerveza, mientras Claudia la observa desde la otra punta de la barra, pensativa. Tras dudar durante unos segundos, decide acercarse a ella esbozando una forzada sonrisa.

 

Claudia: ¿Esperando a Isra?

 

Aria: (Sonríe) Sí.

 

Claudia: La verdad es que en este grupo siempre hemos sido bastante impuntuales.

 

Aria: (Riendo) Sí, ya me he dado cuenta.

 

Claudia también se ríe, para luego guardar ambas silencio durante unos segundos. La camarera coge aire antes de volver a hablar.

 

Claudia: Oye Aria… quería comentarte una cosa.

 

Aria: (Extrañada) ¿Qué pasa?

 

Claudia: Bueno, yo… no quiero que te ofendas, pero he oído que… pasas… bueno, ya sabes a lo que me refiero, ¿no?

 

Aria: No, la verdad es que no.

 

La joven mira a su alrededor, asegurándose de que nadie les escuche.

 

Claudia: Droga.

 

Aria: (Sorprendida) ¡¿Qué?! ¿Quién te ha dicho eso?

 

Claudia: Eso no importa. ¿Es verdad o no?

 

Aria: No… ¡no, claro que no!

 

Claudia: (Suspira) Vaya, es una lástima. Jaime y yo estábamos buscando a alguien que vendiera aquí… a cambio de un pequeño porcentaje. Estamos intentando tener un hijo, y nos vendría bien cualquier extra. A cambio, por supuesto, ofreceríamos toda nuestra protección… pero bueno, es una pena. Prefería que fuera alguien de confianza, pero tendré que buscar a otra persona.

 

Claudia empieza a alejarse de allí, mientras Aria duda durante unos segundos.

 

Aria: ¡Claudia, espera!

 

La camarera se gira.

 

Aria: Lo haré.

 

Claudia: (Sonríe) Estupendo.

 

CALLES DE GIJÓN / TARDE

 

Óscar pasea por las calles de la ciudad, camino a su casa, cuando ve a Alberto sentado en una de las mesas de una terraza, tomándose una cerveza mientras lee un libro. El joven duda durante unos segundos, pero finalmente decide acercarse a él esbozando una forzada sonrisa.

 

Óscar: Buenas tardes.

 

El joven alza la mirada, sorprendido.

 

Alberto: ¡Hola! ¿Qué tal? ¿Qué haces por aquí?

 

Óscar: Acabo de salir de trabajar, me iba ahora para casa. ¿Tú qué tal?

 

Alberto: (Sonríe) Aquí, relajándome. ¿Quieres sentarte?

 

Óscar: No, gracias. Lucas está esperándome en casa, así que tengo que irme ya.

 

Alberto: Bien.

 

Un tenso silencio surge entre los dos jóvenes.

 

Óscar: Oye Alberto, yo… quería comentarte algo…

 

Alberto: (Preocupado) ¿Qué pasa?

 

El joven coge aire antes de seguir hablando.

 

Óscar: Mira, sé que mi relación con Hugo es muy rara, muy compleja… entre nosotros ya no hay nada, pero… por favor, no le hagas daño. Él me lo hizo a mí, pero no se lo merece. Cuídale.

 

Alberto mira al chico, atónito. No sabe muy bien qué decir.

 

Óscar: Sé que no es asunto mío, pero… me preocupo por él, no puedo evitarlo. Lo siento.

 

Óscar se aleja de allí mientras la actual pareja de su ex no le quita los ojos de encima, todavía sorprendido por su petición.

 

BAR “FOUR” / INTERIOR / TARDE

 

Suena la canción “Baptized” de Daughtry.

 

Sentado en una de las butacas, Carlos se toma una jarra de cerveza, pensativo, cuando Jaime, tras atender a una pareja, se acerca a él desde el otro lado de la barra, preocupado.

 

Jaime: Oye Carlos, ¿estás bien?

 

Su amigo esboza una forzada sonrisa.

 

Carlos: Sí, claro que sí. ¿Por qué?

 

Jaime: Porque estás muy decaído… por no hablar de que no has abierto la boca en toda la tarde.

 

Carlos: Bueno, estaba pensando en mis cosas, ya sabes…

 

Jaime: (Sonríe) Ya, ya sé. ¿En tus cosas, o en Andrea?

 

Carlos no puede evitar el sonreír también.

 

Carlos: Me conoces demasiado. Me da miedo.

 

Jaime se ríe, divertido.

 

Jaime: ¿Qué ha pasado ahora?

 

Carlos: No es que haya pasado nada, es que… no sé… la echo de menos, ¿sabes?

 

Jaime: Porque aún la quieres.

 

Carlos: (Suspira) Pues claro que aún la quiero.

 

Jaime: No te preocupes Carlos. Yo estoy seguro de que volveréis a estar juntos, ya lo verás.

 

Carlos: Pues yo no lo tendría tan claro, Jaime…

 

El joven mira a su amigo, preocupado.

 

PARQUE “RUISEÑORES” / TARDE

 

Marta y Esperanza pasean por el parque. La niña lleva una muñeca entre sus manos, aunque parece aburrida. Marta no tarda en ver a Aria sentada en uno de los bancos, fumándose un cigarro. Tras pensar durante unos segundos, decide acercarse a ella esbozando una forzada sonrisa.

 

Marta: Buenas tardes.

 

Aria también fuerza una sonrisa.

 

Aria: Hola.

 

Marta: ¿Qué tal? ¿Qué haces por aquí tan sola?

 

Aria: Nada… estaba en casa estudiando, y necesitaba que me diera el aire, nada más.

 

Las dos jóvenes guardan silencio durante unos segundos.

 

Esperanza: Tú trabajas aquí, ¿verdad?

 

Aria: (Extrañada) ¿Perdona?

 

Esperanza: El otro día te vimos aquí vendiendo cosas, ¿a qué sí, mami?

 

Marta se pone nerviosa, aunque intenta disimularlo.

 

Marta: No le hagas caso. Últimamente está viendo demasiadas películas.

 

Aria: Ya…

 

Silencio de nuevo.

 

Marta: Bueno, nosotras… tenemos que irnos ya. Nos vemos.

 

Aria: Claro. Chao.

 

Madre e hija se alejan de allí, ante la pensativa mirada de Aria.

 

CASA DE HUGO E ISRA / DORMITORIO DE HUGO / NOCHE

 

Suena la canción “¡Qué no te pese!” de Vega.

 

Hugo está tumbado en la su cama, con los cascos del MP5 puestos. Alguien llama suavemente en la puerta, pero el joven no lo escucha. Vuelven a oírse de nuevo los golpes, y al seguir sin obtener respuesta, la puerta se termina abriendo, dando paso a Alberto. Hugo se gira hacia allí, sorprendido, quitándose los cascos.

 

Hugo: ¡Alberto! ¿Qué haces aquí?

 

Alberto: Isra me abrió abajo, y como aquí arriba tampoco me contestabas…

 

Hugo le interrumpe, esbozando una forzada sonrisa.

 

Hugo: No te preocupes. Pasa.

 

Alberto: Gracias.

 

El joven entra en el dormitorio de su novio, cerrando la puerta tras él.

 

Hugo: No habíamos quedado, ¿no?

 

Alberto: No… pero necesito hablar contigo.

 

Hugo: (Preocupado) ¿Qué pasa?

 

Alberto guarda silencio durante unos segundos, pensando, hasta que finalmente se sienta en el borde de la cama dejando escapar un suspiro.

 

Alberto: Tenemos que dejarlo.

 

Hugo: (Sorprendido) ¡¿Qué?!

 

El joven hace una pausa antes de seguir hablando. Sus ojos se llenan de lágrimas. Tiene que hacer grandes esfuerzos para no echarse a llorar.

 

Alberto: Es lo mejor Hugo. Yo… sé que no me quieres, que sigues enamorado de Óscar.

 

Hugo: (Confundido) Pero…

 

Alberto le interrumpe, levantándose de la cama y evitando en todo momento mirar a los ojos de su novio.

 

Alberto: Y yo tampoco te quiero. Esta relación no va a ninguna parte, y es mejor que lo dejemos ahora, antes de que vaya a más.

 

Hugo: Alberto…

 

Alberto: (Interrumpiéndole) Que tengas suerte, Hugo.

 

El joven sale apresuradamente del dormitorio de su ya ex novio, haciendo grandes esfuerzos para no echarse a llorar, mientras Hugo parece confuso, sin poderse creer lo que acaba de pasar.

 

BAR “FOUR” / INTERIOR / NOCHE

 

Suena la canción “So cold” de Breaking Benjamin.

 

Marta está sentada en una de las butacas, tomándose un botellín de cerveza, cuando Claudia, al otro lado de la barra, se acerca a ella.

 

Claudia: ¿No crees que está tardando mucho?

 

Marta: Va a venir. Estoy segura.

 

Claudia: Ya…

 

Marta: Esta misma tarde me la encontré en el parque, esperando a alguien. Estoy segura de que iban a pasarle la mercancía para esta noche.

 

Claudia: ¿Estás segura?

 

Marta: Sí. Casi metemos la pata porque Esperanza le ha dicho que la vimos trabajando el otro día, cuando te comenté que la vimos vendiendo… pero he sabido cortarla a tiempo, creo.

 

Claudia: (Suspira) Joder Marta…

 

Marta: (Extrañada) ¿Qué pasa?

 

Claudia: Pues que seguro que después de lo que le ha dicho Esperanza, se ha olido lo que estaba pasando y no aparece.

 

Marta: ¿Tú crees?

 

Claudia: No es tonta, Marta. Eso te lo aseguro.

 

La joven mira a su amiga, sin saber qué decir.

 

PLAYA / NOCHE

 

Sentada en la orilla del mar, dejando que el agua moje sus pies descalzos, Andrea mira la luna. Carlos se acerca y se sienta junto a ella.

 

Andrea: Ya pensaba que no vendrías.

 

Carlos: Perdona. Me he liado en el bar.

 

Andrea: ¿Cómo están todos?

 

Carlos: Bien, como siempre.

 

Andrea: Ya…

 

Los dos jóvenes se quedan en silencio durante unos segundos.

 

Carlos: Tienes que dejarlo, Andrea.

 

Andrea: (Sorprendida) ¿Qué? ¿Lo dices en serio?

 

Carlos: ¿No te das cuenta de lo peligroso que está siendo?

 

Andrea: Vamos, que Lidia no es tan peligrosa. No va a matarme ni nada parecido.

 

Carlos: No, pero te está aislando de todos tus amigos, ¿no te das cuenta?

 

Andrea: Claro que me doy cuenta, pero ellos lo entenderán cuando se descubra toda la verdad, ya lo verás.

 

Los dos guardan silencio durante unos segundos.

 

Carlos: No te estarás enamorando de ella, ¿no?

 

Andrea: (Riendo) ¡Claro que no!

 

Andrea besa al joven.

 

Andrea: Yo de quien estoy enamorada es de ti.

 

Carlos sonríe, complacido, y los dos jóvenes se besan apasionadamente.

 

CASA DE HUGO E ISRA / SALÓN / NOCHE

 

Hugo está sentado en el sofá. La única luz que entra es la de la luna. Suficiente para ver que tiene los ojos llenos de lágrimas. Se escucha la puerta de la entrada y no tarda en encenderse la luz. Isra mira al joven, extrañado.

 

Isra: ¿Aún estás levantado?

 

Hugo: Sí. No podía dormir.

 

Isra: Ya.

 

El joven está a punto de marcharse, pero algo se lo impide.

 

Isra: Oye Hugo, ¿estás bien?

 

Hugo: ¿Acaso te importa? ¿Acaso le importa a alguien? Me habéis dejado completamente solo, ¿así que por qué iba a cambiar eso ahora?

 

Isra, tras guardar silencio durante unos segundos, se acerca a su amigo y se sienta junto a él.

 

Isra: Mira, yo… sé que nunca hemos sido grandes amigos, pero no me he portado bien contigo. Ni yo, ni nadie. Le hiciste daño a Óscar, sí, y no se lo merecía, pero… eso no nos incumbe a nosotros. Así que lo siento, de verdad.

 

El pelirrojo coge la mano de su amigo.

 

Isra: No estás solo. Tenías a Andrea, y ahora me tienes también a mí.

 

Hugo esboza una forzada sonrisa.

 

Hugo: Gracias. De verdad.

 

Vuelven a guardar silencio durante unos segundos.

 

Hugo: Alberto me ha dejado.

 

Isra: (Sorprendido) ¿Y eso? ¿Qué ha pasado?

 

Hugo no puede evitar el romper a llorar.

 

Hugo: Porque sigo enamorado de Óscar.

 

Isra: Ven aquí…

 

Isra abraza a su amigo, que no deja de llorar.

 

PISO DE JAIME Y CLAUDIA / DORMITORIO DE JAIME Y CLAUDIA / NOCHE

 

Jaime está tumbado en la cama, mirando algo en su móvil, cuando Claudia entra en el dormitorio, ya en camisón. La joven está muy seria, y su marido enseguida se da cuenta.

 

Jaime: ¿Estás bien?

 

Claudia esboza una forzada sonrisa, sentándose en la cama.

 

Claudia: Sí. No te preocupes.

 

La chica se tumba en la cama, pero Jaime la sigue mirando con preocupación.

 

Jaime: Vamos Claudia, cuéntamelo. ¿Es otra vez por lo de los niños?

 

Claudia: No, no es eso.

 

Jaime: (Extrañado) ¿Entonces?

 

La joven guarda silencio durante unos segundos, pensando, hasta que finalmente suspira.

 

Claudia: Tienes que prometerme que no te vas a enfadar.

 

Jaime: ¿Qué pasa, Claudia? Me estás asustando.

 

Claudia: Prométemelo.

 

Jaime: (Molesto) Está bien, te lo prometo, pero dime de una vez que es lo que está pasando.

 

Claudia vuelve a hacer una pausa antes de hablar de nuevo.

 

Claudia: He intentado vender drogas en el “Four”.

 

Jaime: (Atónito) ¡¿Qué?!

 

Claudia: Marta tenía sospechas de que Aria, la novia de Isra, era traficante, y he intentado que las vendiera en el bar, pero no se ha presentado.

 

Jaime se levanta de la cama, indignado.

 

Jaime: No me lo puedo creer… ¿me estás diciendo que has puesto en riesgo nuestro negocio?

 

Claudia: Ya te he dicho que al final no ha venido. Además, era para ayudar a Isra.

 

Jaime: Me da igual, Claudia. Seguro que había mil maneras de ayudarle sin poner en riesgo nuestro trabajo.

 

Claudia: Jaime…

 

Jaime: (Interrumpiéndola) Mira, creo que será mejor que me vaya a dormir al sofá. Buenas noches.

 

El chico sale del dormitorio, ante la impotente mirada de su esposa.

 

ESCENAS MÚLTIPLES

 

Suena la canción “Now or never” de Three days Grace.

 

Hugo e Isra continúan sentados en el sofá de su casa. Los dos se beben unos botellines de cerveza y el pelirrojo mira a su amigo, preocupado. Tras dudar durante unos segundos le coge de la mano, mostrándole su apoyo.

 

Sentado en el sofá de su apartamento, Carlos observa con nostalgia una fotografía en la que aparece junto a Andrea.

 

Lidia duerme plácidamente sobre la cama mientras Andrea, desnuda y boca arriba, permanece con los ojos abiertos de par en par, triste.

 

Claudia intenta dormir en su dormitorio, sin éxito. A Jaime le pasa lo mismo en el sofá.

 

Marta pasea por el parque “Ruiseñores” cuando ve a Aria vendiendo drogas a un joven. La novia de su amigo también la ve, y no disimula cuando esboza una cínica sonrisa en su rostro. Marta la mira, con odio.

 

 

CONTINUARÁ…