MANERAS DE VIVIR

 

Quinta temporada, capítulo 98

 

HOSPITAL GENERAL/ HABITACIÓN 567/ MAÑANA

 

Marta está terminando de preparar la bolsa donde mete todos sus objetos personales, con una sonrisa de oreja a oreja. Ya va vestida de calle, y su tiene su larga cabellera recogida en una coleta. En un momento dado la puerta se abre dando paso a Lidia, a Isra y a Jorge: los tres tienen muy mala cara. Al verles así, la joven deja escapar una carcajada.

 

Marta: Buenos días, chicas.

 

Isra: Hola.

 

Jorge: ¿Ya estás preparada?

 

Marta: Sí.

 

La chica termina de cerrar la bolsa, y Jorge la coge. Los cuatro salen de la habitación, pero la única que sonríe es Marta.

 

Lidia: Espero que no hayas hecho planes para el sábado, porque te recuerdo que vamos a salir juntas de fiesta.

 

Marta: No los he hecho, tranquila. Además, tengo muchísimas ganas… ¡por fin soy libre! Así que por favor, alegrad un poco esas caras, que parece que en vez de eso, vais a mi funeral.

 

Jorge y Lidia esbozan una forzada sonrisa, mientras Isra dirige una desconfiaza mirada a ésta última.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ SALÓN/ MAÑANA

 

Hugo, Óscar y Andrea están sentados en el sofá, tomándose cada uno un café mientras charlan animadamente.

 

Andrea: Adoro estos días en los que nos ponemos de acuerdo para saltarnos las clases y así poder hablar de nuestras cosas, como buenos amigos que somos.

 

Hugo: No, lo de hoy lo has decidido tú. Si por mí fuera, estaría durmiendo.

 

Óscar: (Bostezando) Y yo…

 

Andrea: Bueno, vale, está bien, lo siento… pero necesitaba hablar con alguien.

 

Hugo: (Irónico) No sé de qué…

 

Andrea: De Carlos.

 

Hugo: Sí. Era ironía.

 

Andrea: No os quedará ninguna habitación libre aquí, ¿verdad?

 

Hugo: Sabes que no.

 

Andrea se queda unos segundos en silencio, pensando, hasta que finalmente suspira.

 

CANCIÓN: “Bed of roses”, de Bon Jovi

 

KRISTEN BELL

 

CHACE CRAWFORD

 

RUPERT GRINT

 

VANESSA HUDGENS

 

JESSE MCCARTNEY

 

JESSE METCALFE

 

JARED PADALECKI

 

HAYDEN PANETTIERE

 

JESSICA STROUP

 

TOM WELLING

 

CAPÍTULO 98: Amistad naciente

 

PISO DE MARTA/ SALÓN/ TARDE

 

Marta e Isra están sentados en el sofá, tomándose un refresco cada uno. Tienen la televisión puesta pero hablan, por lo que le hacen demasiado caso.

 

Isra: ¿Entonces vas a salir con ella?

 

Marta: Sí, ¿por?

 

Isra: No creo que sea buena idea.

 

Marta: (Suspira) Ya estamos otra vez…

 

Isra: En serio Marta, estoy preocupado. No la conoces. No sabes de lo que es capaz… a Óscar y a Hugo les hizo la vida imposible el año pasado.

 

Marta: Pero se supone que todo el mundo tiene derecho a una segunda oportunidad, ¿no? Nosotros nos la dimos.

 

Isra: Sí, pero…

 

Marta, interrumpiéndole, se levanta.

 

Marta: Voy al baño.

 

Isra: Bien.

 

La joven sale del salón, dejando a su amigo solo y preocupado.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ TARDE

 

Claudia: (Suspira) ¡Esto es imposible!

 

Hugo, sentado en una de las butacas de la barra tomándose un refresco, mira extrañado a su amiga.

 

Hugo: ¿Qué te pasa?

 

Claudia: Estoy desesperada con dónde colocar a los invitados.

 

Hugo: Pensaba que habíais invitado a poca gente.

 

Claudia: Y así es, pero cuanta menos gente, más difícil es colocarles, ¿te lo puedes creer?

 

Hugo se ríe, divertido.

 

Claudia: (Molesta) No te rías, que va en serio.

 

Hugo: A ver…

 

El joven coge los papeles que estaba mirando su amiga. Al verlos, se asusta.

 

Hugo: ¿Pero entiendes algo de lo que pone aquí?

 

Claudia: Sí lo entendiera no estaría así.

 

Hugo: No puede ser tan difícil. Un montón de parejas lo hacen.

 

Claudia: Pues si te parece tan fácil, ¿por qué no lo haces tú?

 

Hugo esboza una forzada sonrisa.

 

Hugo: Creo que va a ser que no.

 

Claudia: Entonces cállate.

 

La chica vuelve a volcar toda su atención en el plano, mientras su amigo deja escapar una sonora carcajada.

 

PISO DE CARLOS Y ANDREA/ SALÓN/ NOCHE

 

Andrea está sentada en el sofá, leyendo un libro, cuando escucha al otro lado de la puerta como alguien mete la llave en la cerradura. Aliviada, suspira y cierra el libro. Carlos no tarda en entrar en el piso.

 

Andrea: Por fin… ¿se puede saber dónde te habías metido? Estaba preocupada.

 

Carlos la mira en silencio durante unos segundos, para luego, sin responder, encaminarse hacia la habitación. Andrea se levanta y le sigue.

 

Andrea: ¿Cuánto tiempo vas a seguir así?

 

Carlos: ¿Así cómo?

 

Andrea: Sin hablarme.

 

Carlos: Ahora te estoy hablando.

 

Andrea: Sabes perfectamente a lo que me refiero, Carlos.

 

El joven se detiene, suspirando.

 

Carlos: ¿Qué es lo que quieres?

 

Andrea: Que todo vuelva a ser como antes. Tampoco creo que esté pidiendo tanto.

 

Carlos: Pues sí, estás pidiendo demasiado.

 

A Andrea se le llenan los ojos de lágrimas.

 

Andrea: ¿Pero por qué? Antes de que te dijera nada, éramos amigos. Buenos amigos.

 

Carlos: Sí, pero porque creía que nuestra historia sentimental estaba ya cerrada.

 

Andrea: Y lo está. Si eso es lo que quieres, lo está.

 

Carlos se queda unos segundos en silencio, pensando, hasta que coge aire.

 

Carlos: Es que no sé si es lo que quiero.

 

Andrea: (Sorprendida) ¿Quieres decir que…?

 

Carlos: (Interrumpiéndole) Lo siento, Andrea, pero lo que necesito ahora es tiempo.

 

El joven entra en su dormitorio dejando a Andrea sola, que esboza una ilusionada sonrisa.

 

PISO DE MARTA/ PASILLO/ NOCHE

 

Marta, muy arreglada, corre por el pasillo hacia la puerta. Al llegar allí la abre, y se encuentra al otro lado con una sonriente Lidia.

 

Lidia: Buenas noches.

 

Marta: Hola.

 

Lidia entra en el piso, y Marta cierra la puerta. Las dos amigas caminan hacia el dormitorio de la chica.

 

Lidia: ¿Estás ya lista?

 

Marta: Me queda poco.

 

Lidia: Bien.

 

Entran en el dormitorio, y Lidia se sienta en la cama de su amiga, mientras ésta se mira en el espejo para terminar de pintarse.

 

Lidia: Estarás deseando salir por ahí de fiesta, ¿no?

 

Marta: Pues no te creas que tengo muchas ganas, la verdad.

 

Lidia: (Sorprendida) ¿Cómo que no? ¡Pero si esta mañana lo estabas deseando!

 

Marta: Ya, pero no sé. Creo que voy a echar mucho de menos a Esperanza, y… quizás me vendría bien pasar una noche tranquila, ¿no?

 

Lidia: Llevas tres meses de noches tranquilas en el hospital, y Esperanza va a estar bien con Jorge, así que ni se te ocurra echarte atrás ahora.

 

La joven se queda pensando en silencio durante unos segundos, hasta que finalmente esboza una forzada sonrisa.

 

Marta: Supongo que tienes razón.

 

Lidia: ¡Por supuesto que la tengo! Así que venga, date prisa, que la música nos espera!

 

Marta se ríe, divertida.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ SALÓN/ NOCHE

 

Hugo: No, tranquila… no, no me importa… vale… chao.

 

Hugo cuelga su móvil y mira a Óscar, sentado junto a él en el sillón.

 

Óscar: ¿Otra vez Claudia?

 

Hugo: Sí. Está súper pesada.

 

Óscar: Bueno, es que no debe de ser nada fácil organizar una boda.

 

El rubio se encoge de hombros.

 

Hugo: Pues que no se case.

 

Óscar: Tampoco seas así, tío.

 

Hugo: Te lo digo en serio, no sé por qué la gente tiene esa maldita obsesión de casarse. Es una estupidez.

 

Óscar: (Sorprendido) ¿Tú no te piensas casar nunca?

 

Hugo: No.

 

Óscar: ¿Ni aunque a tu pareja le hiciese muchísima ilusión?

 

Hugo: Ni aún así. ¿Para qué me voy a gastar un dineral en una boda? ¿Para luego gastármelo de nuevo en el divorcio?

 

Óscar: No todos los matrimonios terminan mal.

 

Hugo: Casi todos.

 

Óscar: Mis padres siguen casados.

 

Hugo: Pues ahí lo tienes.

 

Óscar: (Extrañado) ¿El qué?

 

Hugo: La excepción que confirma la regla.

 

Óscar mira a su amigo, extrañado por su arisca actitud.

 

APARTAMENTO DE JORGE/ COCINA/ MAÑANA

 

El reloj marca las doce y media de la mañana. Jorge se está preparando una taza de café vistiendo tan solo unos calzoncillos y una camiseta interior de tirantes, cuando empieza a sonar el timbre. El chico se acerca hasta la puerta y, al abrirla, se sorprende al ver a Marta con muy mala cara, cubriendo sus ojos con unas enormes gafas de sol y vestida como si acabase de volver de fiesta.

 

Marta: Buenos días.

 

Jorge: Ya era hora. Pensaba que habíamos quedado a las nueve.

 

Marta: Sí, perdona. Se me ha ido la hora.

 

Jorge: Y tanto. Anda, pasa.

 

Marta entra en el piso, y Jorge cierra la puerta. Caminan hasta la cocina.

 

Marta: ¿Y Esperanza?

 

Jorge: Está durmiendo.

 

Marta: (Sorprendida) ¿Todavía?

 

Jorge: Sí. La he levantado a las ocho y media, pero al ver que no venías, la he vuelto a acostar.

 

Marta: Ya.

 

Jorge: ¿Quieres un café?

 

Marta: No, gracias.

 

Surge un incómodo silencio. Marta se quita las gafas de sol, mostrando unas marcadas ojeras.

 

Jorge: ¿Tú has dormido algo?

 

Marta: (Suspira) ¿Tanto se me nota?

 

Jorge: ¿No te has mirado a un espejo?

 

Marta permanece en silencio unos segundos.

 

Marta: No veas el ritmo que tiene Lidia…

 

Jorge: Y tú se lo sigues.

 

Marta: ¿Y qué puedo hacer?

 

Jorge: Pues por ejemplo, irte a casa pronto. Te recuerdo que acabas de pasar por tres meses de coma, y que tienes una hija, lo que conlleva ciertas obligaciones.

 

La joven coge aire, intentando no perder la paciencia.

 

Marta: ¿Ahora qué vas? ¿De padre?

 

Jorge: Sí, exacto, de padre. Pero no del tuyo, sino del de nuestra hija.

 

Marta le mira, enfadada, pero intenta seguir manteniendo la calma.

 

Marta: Hablando de nuestra hija, ¿puedes ir a despertarla, por favor? Quiero irme ya.

 

Jorge: Claro. Enseguida.

 

Marta: Gracias.

 

Jorge sale de la cocina, y Marta vuelve a ponerse las gafas de sol, suspirando.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ MAÑANA

 

Andrea y Hugo están sentados en el mismo sofá de siempre del local, charlando mientras se toman un refresco.

 

Andrea: Que raro que no salieras anoche, ¿no?

 

Hugo: No tenía ganas.

 

Andrea: Ya, por eso es raro.

 

Hugo esboza una forzada sonrisa.

 

Hugo: Esta noche saldré.

 

Andrea: Ya me parecía a mí.

 

Los dos se ríen, divertidos.

 

Hugo: ¿Y tú cómo llevas lo de Carlos?

 

Andrea: Pues la verdad es que no lo sé.

 

Hugo: (Extrañado) ¿Cómo que no lo sabes? ¿Qué quiere decir eso? ¿Habéis hablado ya?

 

Andrea: Más o menos.

 

Hugo: Como no seas más explícita…

 

Andrea esboza una forzada sonrisa.

 

Andrea: Me dijo que tenía dudas sobre lo que sentía hacia mí.

 

Hugo: (Sorprendido) ¡¿Qué?! ¿En serio?

 

Andrea: Aha.

 

Hugo: Pero eso es fantástico, ¿no?

 

Andrea: Sí, supongo que sí…

 

Hugo: (Extrañado) ¿Qué pasa?

 

La chica permanece unos segundos en silencio, pensando.

 

Andrea: No lo sé, Hugo. No sé si eso es bueno.

 

Hugo mira a su amiga, sin entender nada.

 

Hugo: ¿Pero no era eso lo qué querías?

 

Andrea: Sí. Y si la cosa va bien será perfecto, pero… ¿y si decide que no quiere darme otra oportunidad?

 

Hugo: Eso no va a pasar. Los dos lo sabemos.

 

Andrea: Todo puede pasar, Hugo. Todo.

 

El joven la mira, sin saber qué más decir.

 

PISO DE CLAUDIA Y JAIME/ COCINA/ MAÑANA

 

Jaime está tomándose una taza de café, ya listo para irse a trabajar, cuando Claudia, en pijama, aparece por allí. Su prometido enseguida se da cuenta de que la chica no tiene buena cara.

 

Claudia: Buenos días.

 

Jaime: Cualquiera lo diría.

 

La pareja se da un pico.

 

Claudia: He dormido fatal.

 

Jaime: (Preocupado) ¿Y eso?

 

Claudia: Por la boda. Yo no sé cómo puedes estar tan tranquilo.

 

Jaime: ¿Qué ha pasado esta vez?

 

Claudia: Pues que sigo sin saber cómo colocar a la gente… y mira que hemos invitado a pocos.

 

Jaime: Ya…

 

La pareja se queda unos segundos en silencio.

 

Jaime: Quizás deberíamos de invitar todavía a menos gente.

 

Claudia: Sí, yo también lo había pensado… ¿pero de quién prescindimos?

 

Jaime: De todos.

 

Claudia: (Sorprendida) ¿Cómo?

 

Jaime: Me refiero a los familiares. ¿Por qué tenemos que invitar a personas que no se han preocupado por nosotros durante todos estos años?

 

Claudia piensa durante unos segundos, dudosa.

 

Claudia: Visto así…

 

Jaime: Con que vengan nuestros amigos es más que suficiente. Podríamos invitar también a Laura, a ver si puede venir.

 

Claudia: Laura ya me ha confirmado su asistencia.

 

Jaime: (Sorprendido) ¿La invitaste?

 

Claudia: Por supuesto.

 

Los dos jóvenes se quedan unos segundos en silencio.

 

Jaime: ¿Entonces qué te parece mi idea?

 

Claudia medita todavía durante un momento, hasta que esboza una amplia sonrisa.

 

Claudia: Me parece una idea cojonuda.

 

Jaime: (Sonríe) ¡Genial!

 

La pareja se besa apasionadamente.

 

PARQUE RUISEÑORES/ TARDE 

 

Marta está sentada en un banco mientras ve a Esperanza jugar con varios niños en el tobogán. La chica, de vez en cuando, mira una revista que tiene entre sus piernas. Lidia se acerca a ella, sonriendo, y se sienta a su lado.

 

Lidia: Buenas tardes.

 

Marta la mira, esbozando una forzada sonrisa.

 

Marta: Hola.

 

Lidia: ¿Cómo te encuentras?

 

Marta: (Suspira) Con una resaca terrible.

 

Lidia se ríe, divertida.

 

Lidia: Eso es la falta de costumbre.

 

Marta: Supongo.

 

Lidia: Y para que la vayas adquiriendo más rápidamente, he pensado que esta noche podríamos volver a salir, ¿qué te parece?

 

Marta: Me parece que no.

 

Lidia: (Sorprendida) ¿Qué? ¿Por qué?

 

Marta, dudosa, mira a Esperanza.

 

Marta: Porque tengo una hija con la que no he estado durante tres meses. Creo que es el momento de recuperar el tiempo perdido con ella también.

 

Lidia: Bueno, pero ya estás con ella en el parque, ¿no?

 

Marta: Cuando seas madre, me comprenderás.

 

Lidia: Todavía quedan muchos años para eso.

 

Marta: Sí, yo le decía lo mismo a mi madre pero mira cómo he acabado…

 

Lidia mira a Esperanza, asustada.

 

Lidia: Pero a mí no me va a pasar eso.

 

Marta: Ojala.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ DORMITORIO DE ISRA/ TARDE

 

Isra está tumbado en su cama, escribiendo algo en el portátil, cuando escucha unos leves golpes en la puerta.

 

Isra: Adelante.

 

Óscar entra en el dormitorio, con el teléfono en la mano.

 

Óscar: Es para ti.

 

Isra: (Extrañado) ¿Quién?

 

Óscar: Un tal Iñigo. Me ha dicho que es tu compañero de clase.

 

Isra: Dile que no estoy.

 

Óscar: (Extrañado) Pero…

 

Isra: (Interrumpiéndole) Por favor.

 

Óscar se queda pensando durante unos segundos, en silencio, hasta que finalmente suspira y vuelve a ponerse el teléfono en la oreja.

 

Óscar: Lo siento, pensaba que estaba en casa pero me he equivocado, ¿quieres que le deje algún recado?... aha, muy bien… de nada, chao.

 

Óscar cuelga el teléfono y mira al pelirrojo, molesto.

 

Óscar: ¿Qué cojones ha sido esto?

 

Isra: (Extrañado) ¿El qué?

 

Óscar: Esto. ¿Quién narices es Iñigo?

 

Isra: Ya te lo ha dicho él. Un compañero de clase.

 

El joven parece recordar algo.

 

Óscar: Espera un segundo… no será el hijo de puta ese que después de estar toda una noche coqueteando contigo ahora te está haciendo la vida imposible, ¿verdad?

 

Isra: (Suspira) El mismo.

 

Óscar: Será hijo de puta…

 

Óscar, suspirando, se sienta en el borde de la cama de su amigo y le mira, preocupado.

 

Óscar: Todavía no has ido a clase desde aquel día, ¿no?

 

Isra: No…

 

Óscar: No puedes seguir así.

 

Isra: Mira Óscar, lo siento pero paso de ir y que me mire todo el mundo, que se metan conmigo. Es patético que lo que no he tenido que sufrir en el instituto, lo esté sufriendo ahora en la universidad, cuando se supone que ya somos personas adultas y maduras.

 

Óscar: Sí, eso es verdad… pero a pesar de ello, les tienes que hacer frente, Isra. No te puedes acobardar.

 

El pelirrojo mira a su amigo, sin saber qué decir.

 

PUB “PIRÁMIDE”/ INTERIOR/ NOCHE

 

Suena “Alejandro”, de Lady Gaga.

 

Lidia baila desenfrenadamente en medio de la pista junto a un joven sin camiseta, al que no para de acariciar. Los dos se besan apasionadamente, pero en ese momento, la chica ve a Jorge apoyado en la barra, tomándose un cubata y sin quitarle el ojo de encima. Lidia esboza una amplia sonrisa, y mira a su acompañante.

 

Lidia: Muy bien, me has hecho pasar muy buen rato. Hasta luego.

 

Chico: Pero…

 

La joven, sin hacerle caso, camina hasta la barra. Enseguida da alcance a Jorge.

 

Lidia: Volvemos a encontrarnos por aquí.

 

Jorge: Aha.

 

Lidia: ¿Por eso has encasquetado otra vez a tu hija a Marta? ¿Para poder salir hoy tú de fiesta?

 

Jorge: ¿Qué tiene eso de malo? Ella hizo lo mismo anoche, ¿no?

 

Lidia: No tiene absolutamente nada malo.

 

Los dos jóvenes se quedan en silencio durante unos segundos, pensando, hasta que Jorge esboza una pícara sonrisa.

 

Jorge: El otro día, cuando nos encontramos aquí, me dijiste que te gustaba… ¿sigue siendo así?

 

Lidia: (Sonríe) ¿Tú qué crees?

 

Jorge se ríe, divertido, para luego coger a la chica de la nuca y besarla apasionadamente.

 

PISO DE CARLOS Y ANDREA/ DORMITORIO DE ANDREA/ NOCHE

 

Andrea, a oscuras, está sentada en su cama. Iluminada por la luz de la luna, observa una foto en la que aparece con Carlos, cuando ambos eran felices juntos. Sus ojos están llenos de lágrimas. Alguien llama a la puerta.

 

Andrea: ¿Quién?

 

Carlos: (Off) ¿Quién va a ser? Solo vivimos aquí nosotros dos.

 

Andrea esboza una sonrisa, y se seca las lágrimas de sus ojos.

 

Andrea: Pasa.

 

Carlos entra en el dormitorio de su amiga, y enciende la luz.

 

Carlos: ¿Cómo estás?

 

Andrea: Bien.

 

Carlos: ¿Qué haces?

 

Andrea: Nada. Estaba viendo unas fotos.

 

Carlos: Ah, ¿sí?

 

El joven se sienta junto a su ex novia.

 

Carlos: ¿Cuáles?

 

Carlos mira la foto.

 

Carlos: Solo es una.

 

Andrea: Se nos ve tan felices.

 

Carlos: Lo éramos.

 

Andrea: Sí.

 

Los dos jóvenes se quedan unos segundos en silencio.

 

Carlos: Andrea, yo…

 

La chica no le deja terminar, puesto que le besa apasionadamente, dejando caer la fotografía al suelo. Carlos se separa enseguida.

 

Carlos: Todavía no estoy seguro.

 

Andrea: Entonces déjame que te aclare las ideas.

 

Carlos se queda en silencio durante unos segundos, pensando, hasta que ahora es él el que besa apasionadamente a su ex novia y, poco a poco, van dejándose caer sobre la cama mientras se despojan de su ropa.

 

CONTINUARÁ…