MANERAS DE VIVIR


Sexta temporada, capítulo 118


Fecha de emisión: 3 de marzo del 2013


PARQUE “RUISEÑORES”/ TARDE

 

Marta e Isra, ya sin muletas, pasean por el parque con Esperanza, que corre alegremente persiguiendo algunas palomas.

 

Isra: No sabes lo libre que me siento ya sin las muletas.

 

Marta: Es que tenían que ser un coñazo.

 

Isra: Lo eran.

 

Los dos amigos se ríen, divertidos.

 

Marta: ¿Y ahora qué? ¿Ya todo normal?

 

Isra: Bueno, tengo que guardar reposo durante unas semanas, pero todo listo. Está perfecta.

 

Marta: Pero esto de venir a pasear no es que sea reposo precisamente.

 

Isra: Mientras no corra los cien metros lisos…

 

Vuelven a reírse. Ninguno de los dos se da cuenta de que Hugo se acerca a ellos por detrás, con una forzada sonrisa dibujada en su rostro.

 

Hugo: Hola chicos.

 

Los dos amigos se giran, sorprendidos, y esbozan una forzada sonrisa.

 

Isra: Hola.

 

Marta: ¿Qué haces por aquí?

 

Hugo: Me aburría en casa y como ninguno me cogíais el teléfono, pensé en irme a dar una vuelta yo solo.

 

Marta: (Nerviosa) Sí, bueno, es que…

 

Isra: (Interrumpiéndola) Estamos muy liados.

 

Hugo: Sobre todo tú. Desde que he vuelto no ha habido manera de verte, y eso que vivimos juntos.

 

Isra: Sí…

 

Un incómodo silencio surge entre los tres jóvenes.

 

Marta: Bueno, nosotros… tenemos que irnos.

 

Isra: Sí. Vamos a llegar tarde al cine.

 

Hugo: Claro, iros. No os preocupéis.

 

Marta: Hasta luego.

 

Hugo: Chao.

 

Marta, Isra y Esperanza se alejan de allí, ante la triste mirada de Hugo.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ NOCHE

 

El local está completamente vacío, pero con las luces encendidas. Óscar entra y mira a su alrededor, extrañado.

 

Óscar: ¿Hola?

 

El joven no obtiene respuesta, por lo que sigue avanzando.

 

Óscar: Hola, ¿hay alguien ahí? ¿Claudia?

 

Al seguir todo en silencio, Óscar sigue caminando hacia el almacén. Duda durante unos segundos con la mano apoyada en el pomo de la puerta, pero finalmente se decide a abrirla.

 

Óscar: ¿Jaime?

 

Jaime: (Off) ¡Mierda!

 

Claudia: (Off) ¡Joder!

 

El joven ve a Jaime, tumbado en el suelo completamente desnudo, penetrando a Claudia, que está igual que su todavía marido. El joven se queda completamente rojo, sin saber muy bien qué decir.

 

Jaime: (Molesto) ¿Piensas quedarte ahí?

 

Óscar: (Nervioso) No… no. Lo siento mucho.

 

Óscar sale del almacén rápidamente, cerrando la puerta tras él, y Jaime y Claudia se miran, preocupados.

 

Claudia: (Suspira) Somos unos desgraciados.

 

CANCIÓN: “Bed of roses”, de Bon Jovi

 

Kristen Bell, Chace Crawford, Rupert Grint, Vanessa Hudgens, Jesse McCartney, Jesse Metcalfe, Jared Padalecki, Hayden Panettiere, Shawn Pyfrom, Jessica Stroup

 

CAPÍTULO 118: Idas y venidas

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ NOCHE

 

Óscar, Claudia y Jaime están sentados en uno de los sofás. El matrimonio ya está vestido, y los tres parecen sentirse bastante incómodos.

 

Óscar: Yo… no sabéis cómo lo siento…

 

Claudia: No te preocupes, Óscar. La culpa ha sido nuestra.

 

Jaime: (Sorprendido) ¿Nuestra?

 

Claudia: Sí, Jaime, nuestra. Si el local estaba cerrado, no sé por qué razón hemos dejado la puerta abierta.

 

Jaime: (Irónico) Porque pensábamos que no iba a entrar nadie, ¿quizás?

 

Óscar: De verdad que lo siento.

 

Claudia: Ya te he dicho que no tienes nada que sentir. Y a este no le hagas ni caso, que cada día se le va más la cabeza.

 

Jaime: (Irónico) Muchas gracias.

 

Óscar esboza una débil sonrisa, pero un tenso silencio vuelve a inundar el local.

 

Jaime: De todos modos tenemos que pedirte un favor, Óscar.

 

Óscar: (Extrañado) ¿Qué pasa?

 

Claudia: Necesitamos que nos prometas que no dirás nada de esto a nadie. Por favor.

 

Óscar: Por supuesto, de mi boca no saldrá nada… ¿pero estáis juntos otra vez?

 

Jaime y Claudia se miran, algo confundidos.

 

Jaime: Bueno, no… no es que estemos juntos.

 

Claudia: Simplemente estamos viendo a dónde nos lleva esto exactamente. Por eso mismo no queremos que lo sepa nadie de momento, al menos hasta que nosotros no sepamos hacia donde nos lleva.

 

Óscar: (Sonríe) ¡Genial! Pues podéis contar conmigo para cualquier cosa y cualquier tipo de coartada. Estoy tan seguro de que volveréis a estar juntos otra vez, que hago lo que haga falta.

 

El matrimonio se mira, incómodo, pero a pesar de ello ambos esbozan una forzada sonrisa para Óscar.

 

PISO DE CARLOS Y ANDREA/ COCINA/ MAÑANA

 

En la calle llueve muchísimo. Carlos, todavía en pijama, está sentado en una de las butacas, tomándose un café mientras observa la lluvia a través de la ventana, cuando Andrea, ya arreglada para salir de casa, aparece por allí. Al hacerlo, mira extrañada a su novio.

 

Andrea: ¿Hoy no tienes clase?

 

Carlos: Sí, pero entro más tarde.

 

Andrea: Que suerte.

 

Andrea va a darle un pico, pero el joven se aparta y su novia acaba dándole el beso en la mejilla. La joven suspira, y empieza a servirse el café.

 

Andrea: ¿Nunca vas a olvidar todo lo que pasó?

 

Carlos: Lo que no entiendo es como tú has conseguido hacerlo.

 

Andrea: (Suspira) No es que haya conseguido olvidarlo Carlos, pero estoy intentando superarlo. Y tú deberías hacer lo mismo. Te lo he dicho mil veces.


Carlos: Probablemente las mismas que te haya dicho yo que no es tan fácil.

 

Andrea coge aire, intentando mantener la calma.

 

Andrea: Estoy intentando que esto salga adelante, Carlos. De verdad que lo hago, pero si tú no pones de tu parte, va a ser imposible, porque yo ya no puedo más. Se me está acabando la paciencia.

 

Carlos mira a su novia, sin saber qué responderle.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ MAÑANA

 

Claudia está tras la barra tomándose un café mientras ve la lluvia caer a través de una de las enormes cristaleras. Hugo no tarda en entrar en el local, completamente mojado, y se sienta en una de las butacas frente a la joven, esbozando una forzada sonrisa.

 

Hugo: Buenos días… por decir algo, porque menuda está cayendo.

 

Claudia: (Borde) ¿Qué quieres?

 

Hugo: Un cortado, por favor.

 

La joven, suspirando, lo prepara sin decir ni una sola palabra. De la misma forma se lo sirve.

 

Hugo: Gracias.

 

Un tenso silencio surge entre ambos.

 

Hugo: ¿Cómo te va todo?

 

Claudia: Bien.

 

Hugo: ¿Y con Jaime qué tal? ¿Cómo es trabajar con él? La verdad es que sentí mucho lo del divorcio.

 

Claudia: Podrías haberlo demostrado llamando.

 

Hugo baja la cabeza, avergonzado.

 

Hugo: Sí, tienes razón, lo siento. Yo… no sé qué decir. Desde que me fui a Madrid, he estado un poco disperso.

 

Claudia: Nos dimos cuenta todos, sí.

 

Hugo: Ya te he dicho que lo siento.

 

Claudia: La cosa es que vas a tener que pedir perdón tantas veces, que ya no sé si me lo acabaré creyendo. Por cierto, ¿se lo has pedido ya a Óscar?

 

Hugo coge aire, intentando mantener la calma.

 

Hugo: Mira, me alegro mucho de que os hayáis hecho tan amiguitos de él, pero eso es un asunto entre nosotros. Vosotros no deberíais de tomar partido.

 

Claudia: Y no lo hemos hecho. Simplemente, no nos apetece rodearnos de hijos de puta.


El joven está a punto de responder pero Claudia entra en el almacén, sin hacerle caso. Al rubio se le llenan los ojos de lágrimas.

 

PARQUE “RUISEÑORES”/ TARDE

 

Isra y Marta pasean entre los árboles mientras Esperanza corretea a unos metros de distancia delante de ellas. El pelirrojo parece muy feliz.

 

Isra: Sigo flipando con que pueda andar normal otra vez.

 

Marta: ¿Y te va a durar mucho ese estado? Porque chico, parece que te has fumado tres porros.

 

Isra: (Irónico) Muy graciosa.

 

Marta: Siempre.

 

El pelirrojo ríe a carcajadas, pero Marta se limita a esbozar una débil sonrisa.

 

Isra: ¿Y a ti se puede saber qué te pasa?

 

Marta: (Extrañada) ¿A mí? Nada, ¿por qué?

 

Isra: Porque llevas toda la tarde súper seria, y eso tampoco es demasiado normal en ti.

 

Marta: Ya…

 

La joven permanece unos segundos en silencio, pensando, hasta que finalmente suspira.

 

Marta: Es que me estoy replanteando muchas cosas últimamente, ¿sabes?

 

Isra: (Preocupado) ¿Qué cosas?

 

Marta: No sé… mi vida en general, supongo. Tengo una hija de tres años, pero ni tengo estudios, ni tengo trabajo. No puedo pretender estar toda la vida viviendo de mis padres.

 

Isra: ¿Nunca te has planteado volver a estudiar?

 

Marta: Claro que sí, pero solo tengo el graduado escolar. Ni siquiera fui capaz de sacarme el bachiller. ¿Qué tengo que hacer entonces? ¿Un grado medio? No, gracias.

 

Isra: Tampoco es tan malo.

 

Marta: Que va, para ti no, que ya estás en la universidad, y haciendo medicina nada menos. Tú estás cumpliendo tu sueño.

 

Isra: ¿Mi sueño? ¿De verdad crees que mi sueño era que murieran mi madre y mi mejor amigo? ¿O que me dieran una paliza por ser bisexual?

 

La joven enseguida se da cuenta de que ha metido la pata.

 

Marta: Isra, yo…

 

Isra: (Interrumpiéndola) No Marta, escúchame: tienes una hija, tienes unos padres, una hermana. Eres guapa y simpática, estoy seguro de que acabarás encontrando a alguien que te quiera. La vida no es solo una carrera universitaria. La vida es mucho más que eso. Y tú lo tendrás todo, aunque te falten unos estudios.

 

Marta mira a su amigo, sin poder evitar el esbozar una débil sonrisa.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ NOCHE

 

Claudia y Jaime están limpiando el local, ya cerrado. Hay un tenso silencio entre ellos, hasta que Claudia termina suspirando.

 

Claudia: ¿No crees que deberíamos hablar?

 

Jaime: (Extrañado) ¿De qué?

 

Claudia: ¿No te acuerdas de que Óscar nos pilló anoche?

 

Jaime: ¿Y? Ya hablamos con él, no dirá nada.

 

Claudia: Ya, pero ese no es el tema.

 

Jaime: ¿Y cuál es?

 

Claudia: Que a lo mejor deberíamos decírselo ya a todo el mundo.

 

Jaime mira a su todavía esposa, sin entender nada.

 

Jaime: ¿Decirles el qué?

 

Claudia: Que volvemos a estar juntos, que no vamos a firmar los papeles del divorcio.

 

Jaime: (Molesto) No. Todavía es demasiado pronto.

 

Claudia: (Atónita) ¿Demasiado pronto? ¡Llevamos así un mes!

 

Jaime: Sí, pero yo todavía no estoy preparado.

 

Claudia: (Irónica) ¿Y a qué vamos a esperar? ¿A qué las ranas críen pelo?

 

Jaime coge aire, intentando mantener la calma.

 

Jaime: Simplemente a que esté preparado. Ten paciencia, por favor.

 

El joven entra en el almacén, ante la sospechosa mirada de Claudia.

 

CASA DE ISRA, ÓSCAR Y HUGO/ SALÓN/ MAÑANA

 

Andrea está sentada en el sofá, mirando algo en su móvil, cuando Hugo sale de la cocina con dos tazas de café en sus manos. Tiende una a su amiga, que sonríe, y se sienta junto a ella.

 

Andrea: Gracias.

 

Hugo: Bueno, pues cuéntame, ¿qué pasa?

 

Andrea: ¿Por qué me tiene que pasar algo? ¿No puedo venir a ver a mi mejor amigo sin ningún motivo en especial?

 

Hugo: Sí, pero los dos sabemos perfectamente que esta vez hay alguno.

 

La joven deja escapar una sonora carcajada.

 

Andrea: Siempre olvido lo mucho que me conoces.

 

Hugo: (Sonríe) Pues no deberías. Anda, cuéntame.

 

Andrea: No sé, Hugo. La verdad es que bastante tienes tú con lo que tienes, para que encima venga yo a rayarte con mis cosas.

 

Hugo: Seguramente me vendrá también bien olvidarme un poco de lo mío, así que cuenta.

 

Andrea permanece en silencio durante unos segundos, pensando, hasta que finalmente suspira.

 

Andrea: Creo que voy a dejar a Carlos.

 

Hugo: (Sorprendido) ¡¿Qué?! ¿Por qué?

 

A la chica se le llenan los ojos de lágrimas.

 

Andrea: Porque desde que pasó lo de Lidia el año pasado, ya nada es lo mismo. Le quiero, ¿vale? Y creo que siempre voy a hacerlo, pero no puedo seguir así. Cada vez me duelen más sus desprecios, sus desplantes… me está machacando.

 

Hugo: No puedes dejar que lo haga.

 

Andrea: Lo sé. Por eso creo que lo mejor va a ser dejarle.

 

Hugo: ¿Le has dicho alguna vez como te sientes?

 

Andrea: Sí… bueno, le he dicho en más de una ocasión que no puedo ser solo yo la que intente tirar para adelante con esta relación, que él también tiene que poner de su parte.

 

Hugo: No, pero no me refiero a eso. A lo que me refiero es a si le has dicho en algún momento lo que me acabas de decir a mí.

 

Andrea: (Asustada) ¿Cómo voy a decirle eso?

 

Hugo: Deberías hacerlo. A lo mejor eso le sirve para darse cuenta de que está a punto de perderte.

 

Andrea mira a su amigo, pensando que quizás tenga razón.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ MAÑANA

 

Suena la canción “Guiding Light”, de Muse.

 

Jaime está tras la barra tomándose un café mientras charla animadamente con Óscar, cuando Claudia entra en el local.

 

Jaime y Óscar: Buenos días.

 

Claudia: Hola Óscar.

 

Los dos jóvenes se miran, extrañados.

 

Jaime: ¿Qué tal?

 

Claudia lanza una mala mirada a su todavía marido y entra en el almacén. Óscar mira a Jaime, sin entender nada.

 

Óscar: ¿Qué le has hecho?

 

Jaime: ¡Nada!

 

Óscar: Pues no lo parece.

 

Jaime se queda unos segundos en silencio, pensando, hasta que finalmente parece caer en algo.

 

Jaime: Vale… creo que es porque quiere que les digamos a todos que hemos vuelto.

 

Óscar: Es que no sé por qué no lo hacéis. Me parece una tontería que os andéis escondiendo como si fuerais quinceañeros… sobre todo, si tenemos en cuenta que todavía seguís casados.

 

Jaime: (Suspira) Otro igual… el tema no es que sigamos casados o no, Óscar. El tema es que ya sabemos todos cómo es este grupo. Rupturas y nuevas relaciones cada dos por tres, tú eres uno de los que mejor me puede entender ahora mismo.

 

Óscar: (Irónico) Gracias por recordármelo.

 

Jaime: Vale lo siento, pero joder, sabes que tengo razón. Quiero estar completamente seguro de lo que siento antes de decírselo a nadie, ¿entiendes?

 

Óscar: Te entiendo perfectamente. O sea, que me estás diciendo que no sabes si estás enamorado de tu mujer, ¿no?

 

Jaime: ¡Claro que estoy enamorado de ella!

 

Óscar: (Sonríe) ¿Entonces cuál es el problema?

 

Jaime mira a su amigo, sin saber muy bien qué responder.

 

CASA DE ISRA, ÓSCAR Y HUGO/ COCINA/ MEDIODÍA

 

Hugo está sentado en la mesa, comiéndose un plato de pasta, cuando escucha la puerta de la entrada abrirse e Isra no tarda en aparecer por allí. Al ver al joven se detiene en el umbral de la puerta, pero Hugo esboza una forzada sonrisa.

 

Hugo: Buenos días.

 

Isra, tras dudar unos segundos, entra en la cocina.

 

Hugo: ¿Qué tal?

 

Isra: (Seco) Bien.

 

El pelirrojo abre la nevera y saca de su interior una bolsa de ensalada, la cual abre y echa su contenido en un recipiente, empezando a aliñarla. Hugo no le quita la mirada de encima.

 

Hugo: Que sano te has vuelto.

 

Isra ignora las palabras del joven. Termina de hacerse la ensalada y se dispone a salir de allí, ante la atónita mirada de su compañero.

 

Hugo: ¿No comes conmigo?

 

Isra: Prefiero estar solo.

 

Hugo: (Suspira) ¿Qué te he hecho a ti, Isra?

 

El joven le mira durante unos segundos, dudando.

 

Isra: Olvidarme. Como a todos.

 

Isra sale de allí y Hugo da un puñetazo a la mesa, enfadado.

 

Hugo: ¡Mierda!

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ TARDE

 

Suena la canción “Dust in the wind”, de Kansas.

 

Marta está sentada en uno de los sofás, tomándose un refresco mientras lee el periódico, cuando Andrea entra en el local y, al ver a su amiga, se acerca a ella esbozando una divertida sonrisa.

 

Andrea: Vaya, fíjate. Parece que alguien se está culturizando.

 

Marta: (Irónica) Muy graciosa.

 

Andrea se sienta junto a su amiga, e intenta ver qué es lo que está leyendo.

 

Andrea: ¿Qué haces entonces?

 

Marta: (Molesta) ¿De verdad te importa tanto?

 

Andrea: Por supuesto. Eres mi amiga, me preocupo.

 

Marta: Ya.

 

La joven morena se queda unos segundos en silencio, hasta que esboza una débil sonrisa y deja el periódico sobre la mesa.

 

Marta: Estoy buscando curro.

 

Andrea: (Sorprendida) ¿En serio?

 

Marta: (Extrañada) ¿Por qué te sorprende tanto?

 

Andrea: Porque te mantienen tus padres. Me parece una estupidez.

 

Marta: Tengo una hija, Andrea. No está de más que empiece a sacarme las castañas del fuego por mí misma, ¿no crees?


Andrea se recuesta en el sofá.

 

Andrea: Bueno, bueno, lo que tú digas… pero a mí me parece una estupidez que lo hagas siendo que puedes estar todo el día tocándote el potorro.

 

Marta: (Irónica) Tú siempre tan fina.

 

Andrea sonríe, y entonces Claudia se acerca a ellas.

 

Claudia: Andrea, ¿te pongo algo?

 

Andrea: Una cerveza, por favor.

 

Claudia: Muy bien.

 

La camarera hace el amago de marcharse.

 

Andrea: Oye Claudia, espera. ¿Te ha comentado Marta que está buscando curro?


Claudia: Sí, algo me ha comentado.

 

Andrea: ¿Y no te parece raro?

 

Claudia: No, Andrea. Lo que me parece raro es que todavía haya gente que sea capaz de vivir como lo haces tú.

 

Claudia regresa a la barra y Andrea mira a Marta, confundida.

 

Andrea: Sois muy raras.

 

La morena no puede evitar el echarse a reír.

 

CASA DE ISRA, ÓSCAR Y HUGO/ SALÓN/ TARDE

 

Tumbado en el sofá, Hugo está viendo una película cuando Óscar aparece por allí, con el abrigo puesto. El rubio le mira, y esboza una forzada sonrisa.

 

Hugo: ¿Vas a salir?

 

El joven no obtiene respuesta.

 

Hugo: ¿Óscar?

 

Óscar: (Suspira) Sí. Salgo.

 

Hugo: ¿Has vuelto a quedar con tu compañero de trabajo?

 

Óscar: No pienso responderte a eso.

 

Hugo: Tienes razón, disculpa. No tenía derecho a preguntártelo.

 

Óscar: Cierto.

 

Un incómodo silencio surge entre ambos, mientras Óscar busca algo por los cajones.

 

Hugo: ¿Qué buscas?

 

Óscar: Las llaves. No las encuentro.

 

Hugo: ¿Quieres las mías?

 

Óscar: No. Ya llamaré a Isra.

 

Hugo: Pero eso es una tontería, yo no voy a salir de casa. Puedes llevártelas perfectamente, no las voy a usar.

 

Óscar: Te he dicho que no, Hugo. No quiero nada tuyo, ¿vale? No sé cuándo cojones te va a quedar claro.

 

Hugo: Pero…

 

Óscar: (Interrumpiéndole) Pásatelo bien.

 

Óscar se marcha, ante la dolida mirada de Hugo, que enseguida siente cómo sus ojos se llenan de lágrimas.

 

PISO DE CARLOS Y ANDREA/ SALÓN/ NOCHE

 

Carlos está sentado en el sofá, viendo la televisión mientras se bebe un botellín de cerveza, cuando Andrea llega a casa, con cara de cansada.

 

Andrea: Buenas noches.

 

Carlos: Hola.

 

Carlos sigue mirando la televisión, y Andrea le observa en silencio durante unos segundos, hasta que finalmente suspira.

 

Andrea: No puedo más, Carlos.

 

Carlos: (Suspira) ¿Otra vez vas a empezar con eso?

 

Andrea: A lo mejor tú estás cansado del tema, pero seguro que no más que yo.

 

Andrea guarda silencio durante unos segundos, intentando no echarse a llorar.


Andrea: Decide si vas a poder olvidarlo o no, pero hazlo ya, porque solo voy a aguantar una semana más. Si en una semana las cosas no han mejorado… me iré. Me iré, y no volveré.


La joven camina hacia el dormitorio, ante la pensativa mirada de su novio.


BAR “FOUR”/ INTERIOR/ NOCHE

 

Suena la canción “Never too late”, de Three Days Grace.

 

Isra, Marta y Óscar están sentados en uno de los sofás, charlando animadamente mientras cada uno se toma un botellín de cerveza. Claudia les mira desde la barra, pensativa, hasta que Jaime se acerca a ella.

 

Jaime: ¿Estás bien?

 

Claudia: ¿Se lo estará contando?

 

Jaime: (Sonríe) Tranquila.

 

Los dos se quedan unos segundos en silencio, hasta que la sonrisa de Jaime crece todavía más en su rostro.

 

Jaime: Ven.

 

Claudia: (Extrañada) ¿A dónde?

 

Jaime: Tú ven conmigo.

 

El joven coge de la mano a su esposa y, tras sacarla de la barra, ambos se acercan a sus amigos.

 

Jaime: Chicos, escuchadme un momento.

 

Marta: (Extrañada) ¿Qué pasa?

 

Jaime: Nada. Nada malo.

 

Jaime mira a Claudia, sin dejar de sonreír.

 

Jaime: Solo queríamos deciros que no nos vamos a divorciar.

 

Isra: (Sorprendido) ¿Qué?

 

Claudia también le mira, sin poderse creer lo que está haciendo.

 

Jaime: Nos queremos, y vamos a hacer que este matrimonio funcione. Cueste lo que cueste.


Isra y Marta se levantan, sonrientes y contentos.


Isra: Me alegro muchísimo.


Marta: Y yo. Estáis hechos el uno para el otro.


Ambos abrazan a sus amigos, ante la sonriente mirada de Óscar. Claudia mira a Jaime, sin poder parar de sonreír.

 

Claudia: Te quiero.


Jaime: Ven aquí.

 

El matrimonio se besa, ante los aplausos y gritos de sus amigos.

 

CONTINUARÁ…