MANERAS DE VIVIR

.- Los rayos de sol entran con fuerza a través de la enorme cristalera de la academia de baile “Foots”. Edu hace unos estiramientos frente a la enorme cristalera que ocupa toda una pared. En ese momento entra un hombre, que le observa durante unos segundos apoyado en el marco de la puerta, hasta que Edu se percata de su presencia y le mira extrañado.

EDU: ¿Puedo ayudarle en algo?

TEODORO: ¿Eduardo Abril?

Edu mira al hombre en silencio durante unos segundos, sin caer en quien es.

EDU: ¿Nos conocemos?

TEODORO: (Sonríe) Tú a mí no. Soy Teodoro Arias, el representante de la Academia Superior de Danza de Nueva York.

El joven mira a Teodoro, sin poderse creer lo que acaba de escuchar.

EDU: Esto es una broma, ¿verdad?

TEODORO: (Riendo) Para nada. ¿Es que acaso no me crees?

EDU: (Sonríe) No, no es eso… simplemente me sorprende, pero encantado.

TEODORO: Igualmente.

Se estrechan la mano.

EDU: Bueno, ¿y en que puedo tener el honor de ayudarle?

Teodoro vuelve a sonreír, y va a sentarse en uno de los bancos de madera que hay allí, y se sienta. Edu hace lo mismo.

TEODORO: Estoy aquí por ti.

EDU: (Extrañado) ¿Por mí?

TEODORO: Sí, por ti.

EDU: Perdone, pero no le entiendo.

TEODORO: Verás, no creo que lo sepas porque es un método bastante discreto, por el cual se firma antes de entrar a la Academia para que no salga a la luz. Como te he dicho, soy el representante de la Academia. Me dedico a ir de ciudad en ciudad buscando nuevos valores de la danza para ofrecerles becas en nuestra Academia.

Edu mira al hombre sorprendido, sin poderse creer lo que está escuchando.

TEODORO: La verdad es que no había venido nunca a esta ciudad… pero me he llevado una grata sorpresa en ella.

EDU: (Sonríe) Hay muy buenos bailarines aquí.

TEODORO: Sí, si que los hay. Pero hay uno que destaca sobre el resto, y me encantaría que viniera conmigo a Nueva York este verano, y fuera uno de nuestros alumnos.

EDU: ¿Se refiere a…?

TEODORO: (Interrumpiéndole) ¿Aún lo dudas?

A Edu se le llenan los ojos de lágrimas de la emoción, lo que enternece al hombre.

EDU: No, no es eso. Lo que pasa es que… ir a esa Academia siempre ha sido uno de mis sueños, y ahora… ahora no me lo creo.

TEODORO: Es normal. Mira, el curso comienza en septiembre… pero necesito que me des una respuesta en tres semanas.

EDU: (Sorprendido) ¿Tres semanas?

TEODORO: ¿Hay algún problema?

EDU: No, bueno, es que… me parece algo acelerado, ¿no?

TEODORO: Sí, quizás tengas razón y sea un poco acelerado, pero es que si me dices que sí, en tres semanas tú y yo nos marchamos a Nueva York.

EDU: ¿En tres semanas? Pero si me acaba de decir que el curso comienza en septiembre…

TEODORO: Y empieza en septiembre. Pero las pruebas son en verano. Tienes que pasarlas, pero créeme, no tengo ninguna duda en que lo conseguirás.

Edu se queda en silencio durante unos segundos, pensativo, para luego terminar suspirando.

EDU: Está bien… en tres semanas tendrá una respuesta.

TEODORO: (Sonríe) Perfecto.

El hombre, sin borrar la sonrisa de su cara, abre su maletín y saca una tarjeta de su interior, la cual se la entrega al joven. Luego vuelve a cerrar el maletín.

TEODORO: Aquí tienes donde contactar conmigo. Espero tu llamada sea cual sea la respuesta.

EDU: La tendrá, no se preocupe.

TEODORO: Muy bien. Chao.

EDU: Hasta luego.

Teodoro se aleja de allí, y Edu mira la tarjeta que le ha dado el hombre, con una mezcla de ilusión y dudas dibujada en su rostro.


TÍTULOS DE CRÉDITO: "Have a nice day" Bon Jovi
Kristen Bell, David Gallagher, Rupert Grint, Vanessa Hudgens, Jesse McCartney, Jesse Metcalfe, Hayden Panettiere, Emma Watson.

Capítulo 46.
EL CAMINO DE UNA ESTRELLA FUGAZ


.- Marta está tumbada en la camilla del ginecólogo. El doctor Ramos le hace una ecografía, mientras Isra permanece al lado de la joven cogiéndole de la mano e intentando mostrarle todo su apoyo.

MARTA: No sabes como te agradezco que hayas venido, Isra. Me daba pavor tener que venir yo sola.

ISRA: (Sonríe) Para eso estamos los amigos, ¿no?

Marta le devuelve la sonrisa a su amigo.

DOCTOR RAMOS: Vaya, vaya…

MARTA: (Asustada) ¿Qué sucede?

ISRA: ¿Algo va mal?

DOCTOR RAMOS: No, no, no os preocupéis…

El hombre continúa mirando, y esboza una enorme sonrisa.

DOCTOR RAMOS: ¿Queréis saber el sexo del bebé?

ISRA: (Sorprendido) ¿Ya?

DOCTOR RAMOS: Ya mismo.

MARTA: Por supuesto, díganoslo.

DOCTOR RAMOS: Es una niña.

Marta, emocionada, se lleva la mano a la boca mientras sus ojos se llenan de lágrimas.

MARTA: Joder, una niña.

ISRA: Tía, enhorabuena… de verdad que sí.

MARTA: ¡Una niña!

La joven no puede evitar el echarse a llorar, emocionada, mientras Isra la abraza también feliz, y el doctor les mira con alegría.

.- Un nuevo día amanece en la ciudad. Hugo se encuentra en la cocina del piso de Quique, preparándose un café. Solo lleva unos calzoncillos, cuando su atractivo compañero, totalmente desnudo, entra por allí fumándose un porro.

QUIQUE: ¿Quieres?

HUGO: (Sonríe) Por supuesto.

El joven coge el porro, y le da una calada.

QUIQUE: ¿Cómo que te has levantado tan temprano?

HUGO: Había pensado en ir al instituto.

QUIQUE: (Extrañado) ¿Hablas en serio?

HUGO: Totalmente. Hoy empiezan los exámenes finales, y me gustaría hacerlos.

QUIQUE: ¿Has estudiado para ellos?

HUGO: Es evidente que no.

QUIQUE: ¿Entonces para que quieres ir?

HUGO: Bueno, no sé… para probar suerte, supongo.

Quique sonríe, divertido.

QUIQUE: Mira, no vas a tenerla. Y en el fondo es mejor.

HUGO: ¿Qué quieres decir con eso?

El chico piensa durante unos segundos, y luego suspira.

QUIQUE: ¿Sabes? Yo tengo una carrera. Me maté en la universidad, me saqué todo a la primera con buenas notas… ¿y de que me ha servido? Mira donde vivo, Hugo.

El joven se queda impresionado por las palabras del joven, y este sonríe con cierta nostalgia.

QUIQUE: Las cosas se aprenden en la calle, no encerrado en un aula en la que unos impresentables solo piensan en llegar a casa y cobrar a fin de mes por dar clases a unos chicos que consideran perdidos.

Quique se dispone a marcharse de allí, pero Hugo le agarra del brazo, y el chico se gira extrañado.

QUIQUE: ¿Qué pasa?

HUGO: Nada, solo… quería darte las gracias.

QUIQUE: ¿Darme las gracias por qué?

HUGO: Bueno, por dejar que me quede aquí. Ninguna otra persona creo que lo hubiera hecho por mí.

Quique intenta disimular la sonrisa que se le está a punto de formar en los labios.

QUIQUE: No te confundas Hugo, que tú y yo no somos novios.

HUGO: Lo sé, lo sé, no te preocupes. No somos novios, lo tengo claro.

QUIQUE: (Sonríe) Bien.

Se dan un pico.

QUIQUE: Tómate ese café, anda… que te espero en la cama… así como me ves.

HUGO: (Sonríe) Allí estaré.

Quique le guiña un ojo y se aleja de allí, mientras Hugo no puede evitar el echarse a reír.

.- Ya es la hora del recreo en el instituto. Edu, Laura y Andrea se encuentran sentados en una de las mesas de la cafetería, tomándose cada uno un café. Los tres permanecen con la mirada perdida, cada uno pensando en sus cosas. De pronto, Andrea empieza a poner muy mala cara.

ANDREA: Chicos, perdonad, tengo que ir al baño.

La joven se levanta y sale rápidamente de allí, mientras los dos amigos se miran, extrañados.

EDU: ¿Y a esta que le pasa?

LAURA: No lo sé… estará de resaca, como siempre.

Edu sonríe forzadamente, y vuelve a sumergirse en sus pensamientos hasta que su amiga carraspea.

LAURA: ¿Y a ti?

EDU: (Extrañado) ¿A mí qué?

LAURA: Que qué te pasa.

EDU: Ah, nada, ¿por?

LAURA: Bueno, no sé. Llevo toda la mañana viéndote distraído, como… pensando en otras cosas.

EDU: Pues igual que tú.

LAURA: No, no te confundas. Yo estoy pensando en mis cosas porque no me ha quedado más remedio, viendo lo habladores que estabais hoy todos.

Edu sonríe forzadamente.

LAURA: ¿Así que me vas a decir lo que te pasa?

EDU: No es nada. Simplemente… estoy preocupado por Hugo.

LAURA: (Suspira) Vamos, como siempre.

EDU: ¿No te parece raro que siendo que empezaban hoy los exámenes finales no haya venido?

LAURA: ¿Sinceramente?

Edu asiente.

LAURA: Pero no quiero que te enfades, ¿eh?

EDU: No me voy a enfadar, Laura… pero dímelo.

LAURA: (Suspira) Está bien. Está claro que Hugo no es el que creíais que era… porque ya sabes que yo tengo mi propia opinión al respecto.

EDU: (Molesto) Sí, la sé.

LAURA: Ey, me has dicho que no ibas a enfadarte.

EDU: Sí, tienes razón… perdona.

LAURA: (Suspira) Mira Edu, lo que creo que pasa es que Hugo ya pasa de todo esto. Ha encontrado una nueva vida que parece llenarle mucho más que la que tenía con nosotros… así que ya está, ¿no?

EDU: Pero Hugo siempre fue un chico muy responsable.

LAURA: Pues ha dejado de serlo, Edu. Eso es evidente.

Edu mira a su amiga, sin poder evitar el mostrar su preocupación.

.- Ya es por la tarde, y Claudia se encuentra sentada tras la barra del Four, tomándose un botellín de cerveza mientras lee una revista, cuando entra Andrea y se sienta junto a la joven.

ANDREA: Buenas tardes.

CLAUDIA: (Sonríe) Buenas, ¿qué te pongo?

ANDREA: Lo mismo que tú, por favor.

CLAUDIA: Por supuesto.

La joven se levanta, y le sirve otro botellín de cerveza.

ANDREA: ¿Qué haces?

CLAUDIA: Nada, aburrirme. Con esto de la crisis cada vez viene menos gente… lo cual me asusta un poco.

ANDREA: (Extrañada) ¿Por qué?

CLAUDIA: Bueno, ya sabes lo que pasa con los negocios. Si no viene la gente, deja de ser rentable, y el propietario decide cerrarlo, lo que equivale a que yo me quedo sin trabajo.

Andrea sonríe forzadamente.

ANDREA: Pero eso no va a pasar.

CLAUDIA: (Extrañada) ¿Y cómo estás tan segura de eso?

ANDREA: Porque este bar lleva un montón de tiempo, y seguro que ha pasado por tiempos más difíciles que este…

CLAUDIA: Ya, pero…

Andrea parece encontrarse mal de repente, y se levanta rápidamente de la butaca.

ANDREA: Perdóname un momento. Necesito ir al baño.

La joven se aleja de allí, dando un codazo a su bolso y tirándolo al suelo, aunque no se gira a cogerlo. Las cosas que guardaba en su interior se salen.

CLAUDIA: ¡Andrea!

Andrea entra al baño ignorando a su amiga, y esta suspira.

CLAUDIA: Joder…

La joven sale de detrás de la barra, y se dirige hacia el bolso. Empieza a recoger las cosas, hasta que ve algo que llama su atención.

CLAUDIA: (Susurrando) ¿Cómo coño ha conseguido esto?

Claudia sostiene entre sus manos la fotografía en la que aparece junto a Elisa y a Germán. Tras pensar durante unos segundos, mete todo en el bolso rápidamente, y regresa tras la barra. Andrea no tarda mucho en salir.

ANDREA: ¿Qué pasa?

CLAUDIA: (Extrañada) ¿Qué pasa de qué?

ANDREA: No sé, cuando iba hacia el baño me has llamado, ¿no?

CLAUDIA: Ah, eso… sí, pero no te preocupes. Era una tontería.

ANDREA: Ya…

Claudia sonríe forzadamente, y Andrea mira a su amiga sin terminar de creerla.

.- Edu se encuentra sentado en el sofá de su casa, viendo la televisión tranquilamente mientras se come un bol de palomitas. Justo en el momento que parece más emocionante de la película, llaman al timbre.

EDU: ¡Joder!

El timbre vuelve a sonar y el joven, de mala gana, se levanta y se dirige a abrir. Al otro lado de la puerta se encuentra con Nieves, la madre de Hugo.

NIEVES: Buenas tardes.

EDU: ¡Nieves! Que sorpresa…

NIEVES: Me gustaría hablar un momento contigo.

Edu piensa durante unos segundos, y luego sonríe.

EDU: Claro, pasa.

NIEVES: (Sonríe) Gracias.

La mujer entra, y Edu cierra la puerta. En silencio, ambos caminan hacia el salón.

EDU: Siéntate. ¿Quieres tomar algo?

NIEVES: No, gracias, no te preocupes.

EDU: Bien.

Ambos se sientan en el sofá.

EDU: Bueno, pues dime… ¿le ha pasado algo a Hugo?

NIEVES: (Suspira) No lo sé… mira, lo primero quiero pedirte perdón por mi actitud de la semana pasada en casa. Vosotros solo intentasteis advertirme, y yo me comporté como una estúpida. Lo siento.

EDU: (Sonríe) No te preocupes, lo entiendo… mi madre habría hecho lo mismo.

Nieves sonríe forzadamente, y permanecen unos segundos en un tenso silencio.

EDU: ¿Cómo está Hugo?

NIEVES: De eso mismo quería hablarte… no lo sé,

EDU: (Extrañado) ¿Cómo que no lo sabes?

A Nieves se le llenan los ojos de lágrimas.

NIEVES: Verás… el mismo día que Marta y tú vinisteis a casa… le estuve esperando por la noche. Y me di cuenta de que teníais razón, así que discutimos. Se marchó y no he vuelto a saber nada más de él… he llamado al instituto, y me han dicho que lleva ya bastante tiempo sin ir.

EDU: Sí, y tienen razón…

La mujer rompe a llorar, destrozada.

NIEVES: Ya, ya sé que allí no me van a mentir… yo solo quería preguntarte si sabes donde puede estar… ahora mismo creo que tú eres la persona que mejor le conoce.

EDU: La verdad es que puedo hacerme una idea… pero no lo sé exactamente.

NIEVES: ¿Qué quiere decir eso?

Edu piensa durante unos segundos, y luego suspira.

EDU: Creo que podría estar en casa del chaval este que te comentamos… pero no sé donde vive.

NIEVES: ¿Y hay alguna manera de averiguarlo?

EDU: (Sonríe) La hay… no te preocupes. La hay.

Nieves sonríe forzadamente entre lágrimas, y Edu, con lástima, la abraza.

.- Marta y Laura permanecen sentadas en el sofá del salón del novio de la segunda. Las dos permanecen en silencio, cuando Carlos aparece por allí con dos vasos de refresco, los cuales les tiende a las dos muchachas, ante las sonrisas de estas.

CARLOS: Aquí tenéis.

LAURA y MARTA: Gracias.

Carlos se sienta entre las dos jóvenes.

CARLOS: Bueno Marta, ¿y qué era eso tan importante que tenías que contarnos?

MARTA: (Sonríe) Sí… es sobre el bebé.

LAURA: (Preocupada) ¿Está todo bien?

MARTA: Sí… sí, no os preocupéis… tan solo es que ya sé su sexo, y quería que fuerais los segundos en saberlo.

LAURA: (Ilusionada) ¿En serio? ¿Y que es?

MARTA: (Sonríe) Una niña.

Laura abraza emocionada a su amiga.

LAURA: Oh, Marta, joder, no sabes como me alegro…

CARLOS: (Sonríe) Enhorabuena Marta, de verdad.

MARTA: Muchísimas gracias.

Los dos amigos también se abrazan.

LAURA: Bueno, imagino que el primero en enterarse habrá sido Edu, ¿no?

MARTA: No, Isra.

CARLOS: (Extrañado) ¿Edu? ¿Por qué iba a ser Edu el primero en enterarse?

Marta mira molesta a su amiga, para luego sonreír forzadamente al novio de ésta.

MARTA: Por nada. Que tú novia se va de la cabeza… Isra me acompañó al ginecólogo, por eso ha sido el primero en acompañarme.

LAURA: (Sorprendida) ¿Isra te ha acompañado?

MARTA: Sí, ¿por?

LAURA: No, por nada.

MARTA: Laura…

Laura piensa durante unos segundos, y luego termina suspirando.

LAURA: ¿Tú te has planteado que a lo mejor Isra sigue sintiendo algo por ti?

CARLOS: (Molesto) ¡Laura! ¿Por qué siempre tienes que ir metiéndote en asuntos en los que no estás involucrada?

Marta no puede evitar el echarse a reír.

MARTA: Déjala Carlos, si en el fondo no deja de ser gracioso… Isra conmigo solo se confundió, nada más.

LAURA: ¿Y tú?

MARTA: (Extrañada) ¿Y yo qué?

LAURA: Que tú también estuviste enamorada de él… no sé, últimamente estás mucho más unida a él otra vez.

MARTA: Tú y tu manía de emparejarme con alguien… sabes que yo estoy ahora pillada por otra persona imposible.

Laura está a punto de hablar, pero Carlos la interrumpe.

CARLOS: A ver cuando nos animamos nosotros para tener niños, ¿verdad cielo?

LAURA: (Asustada) ¿Perdona?

CARLOS: (Divertido) Bueno, algún día tendremos descendencia, ¿no? A alguien tendremos que dejarle toda nuestra riqueza cuando no estemos.

LAURA: Sabes que no me gustan los niños, Carlos.

CARLOS: Pero cambiarás de opinión, seguro.

La joven mira a su novio con asco, y Marta, dándose cuenta de lo incómoda que es la situación, sonríe justo antes de intervenir.

MARTA: Bueno, ¿y vosotros qué? ¿Qué tal con Jaime viviendo aquí, Carlos?

Marta no obtiene respuesta. Laura sigue mirando a Carlos con muy mala cara, mientras éste parece no entender nada.

.- Ya es completamente de noche. Andrea se encuentra sentada en el sofá del salón de su casa. Ve la televisión mientras se maquilla con un pequeño espejo entre sus manos, cuando suena el timbre. Extrañada, la joven deja todo en la mesita del café y se dirige a abrir. Al otro lado se encuentra con Edu, lo que la sorprende aún más.

ANDREA: Ey Edu, ¿qué pasa?

EDU: Necesito hablar contigo sobre Hugo.

ANDREA: (Preocupada) ¿Ha pasado algo?

EDU: Pues no lo sé… ese es el problema.

ANDREA: Pasa, anda… no te quedes ahí.

EDU: (Sonríe) Gracias.

Edu pasa, y después de que Andrea cierre la puerta, los dos se dirigen hacia el salón, donde Edu se sienta en el sofá.

ANDREA: ¿Quieres tomar algo?

EDU: No, gracias. La verdad es que solo va a ser un momentillo.

ANDREA: Bien.

La chica se sienta al lado de Edu, con curiosidad sobre lo que le tiene que decir.

ANDREA: ¿Qué ha pasado con Hugo?

EDU: Hace un rato ha venido su madre a verme, no saben nada de él desde la semana pasada.

ANDREA: (Sorprendida) ¿Cómo?

EDU: Como lo oyes. Yo… había pensado que quizás estaría en casa de Quique, pero no tengo ni idea de donde vive.

ANDREA: Si, yo sí que lo sé. Voy a ir ahora mismo a hablar con él.

Andrea se levanta, pero Edu, impasible, tan solo suspira, lo que hace que la joven le mire extrañada.

ANDREA: ¿Qué pasa?

EDU: ¿De verdad crees que ahora van a estar en casa? Seguro que están de fiesta…

ANDREA: Joder… tienes razón. Ahora ya habrá que esperar hasta mañana para ir.

EDU: Pero a primera hora, por favor… no podemos dejar que sea demasiado tarde.

ANDREA: Sí no lo es ya…

Andrea y Edu se miran, sin poder evitar su cada vez más creciente preocupación.

.- Son las ocho y media de la mañana. Laura y Marta se encuentran sentadas en uno de los bancos que hay frente al instituto, mientras el sol cae débilmente sobre ellas. Charlan animadamente mientras en la puerta del centro la gente se agolpa por entrar. No tardan en ver a Carlos acercándose a ellas.

CARLOS: Buenos días.

LAURA: (Molesta) ¿Qué haces aquí?

CARLOS: Tenemos que hablar.

LAURA: Yo creo que no.

Marta da un codazo a su amiga para que no siga metiendo la pata, pero ésta no parece darse ni cuenta, por lo que la joven se termina levantando.

MARTA: Bueno, yo me voy para adentro, que no quiero llegar tarde.

LAURA: (Molesta) ¡Marta!

MARTA: Chao.

Carlos sonríe agradecido a la joven.

CARLOS: Gracias. Hasta luego.

Marta devuelve la sonrisa al chico, y comienza a alejarse de allí. Laura mira a su novio bastante molesta.

LAURA: ¿Qué pasa?

CARLOS: Eso mismo te quería preguntar yo, que qué es lo que pasa.

LAURA: No sé de qué hablas.

Carlos suspira, intentando no perder la paciencia.

CARLOS: Laura, no me tomes por tonto. Sé que te pasa algo… lo que ya no sé es por qué no quieres contármelo.

LAURA: ¿Y qué te ha hecho llegar a la conclusión de que me pasa algo?

CARLOS: Pues muchas cosas, pero sobre todo lo del otro día, cuando estuvimos hablando de lo del bebé de Marta.

LAURA: (Suspira) Eso es una tontería.

CARLOS: A lo mejor para ti lo es, pero para mí no.

LAURA: (Asustada) ¿Qué quiere decir eso?

CARLOS: No, no pienses mal. No digo que quiera tener un hijo ahora… solo digo que eso fue una de las cosas que he visto que me ha hecho pensar que estás mal.

LAURA: ¿Y eso que tiene que ver con mi posible estado de ánimo?

CARLOS: No fue el hecho en sí, sino como respondiste, como te comportaste. A la defensiva.

LAURA: No digas tonterías, Carlos, de verdad.

CARLOS: No son tonterías. Sé lo que vi, lo que noté y lo que escuché.

LAURA: Te lo digo en serio, Carlos. No tienes de que preocuparte. De verdad.

CARLOS: Yo ya no sé si creerte.

LAURA: Tan solo hazlo.

Carlos mira a su novia, dudando.

.- Hugo duerme plácidamente sobre la cama de su amante. En la mesita de noche hay restos de cocaína. En ese momento el timbre comienza a sonar con insistencia, despertándole.

HUGO: Joder…

El chico se tapa la cabeza con la almohada, pero el timbre no para de sonar, por lo que finalmente opta por levantarse, completamente desnudo.

HUGO: (Molesto) ¡Ya va, ostias!

Coge la primera ropa que encuentra por el suelo y, tras ponérsela, se dirige hacia la puerta. Se sorprende cuando se encuentra con Andrea al otro lado.

ANDREA: Buenos días, bello durmiente… ¿o debería decir demacrado?

HUGO: ¿Qué haces aquí?

ANDREA: Bueno, ya que no acudes tú a mí, acudo yo a ti. ¿Puedo pasar?

HUGO: No creo que sea buena idea.

ANDREA: ¿Y eso por qué? ¿Está tu novio y te tiene prohibido ver a tus amigos, o qué?

Hugo suspira, intentando no perder la paciencia.

HUGO: Mira, para empezar, Quique no es mi novio. Y para continuar, no me prohíbe ver a nadie. Sino, te aseguro que no le seguiría viendo, no quiero que me dominen. Parece mentira que me conozcas.

ANDREA: ¿Entonces cual es el problema?

HUGO: Ninguno. Simplemente estaba durmiendo, y la verdad es que me gustaría seguir haciéndolo. Estoy cansado.

ANDREA: De fiesta anoche, ¿o qué?

HUGO: Claro, como todas. Y la verdad es que me lo pasé en grande… he descubierto un mundo nuevo.

Andrea sonríe forzadamente.

ANDREA: Ya… ¿y el instituto?

HUGO: (Extrañado) ¿Qué pasa con el instituto?

ANDREA: Estamos haciendo ya los exámenes finales, Hugo. No sé si te das cuenta de que si no te presentas, no vas a pasar de curso.

HUGO: Claro que me doy cuenta.

ANDREA: ¿Entonces que es lo qué estás haciendo, tío? ¿Echar tu vida a perder por unos meses de diversión?

HUGO: (Asqueado) Joder, pareces mi madre.

ANDREA: A lo mejor es porque ella tiene razón.

Hugo está a punto de responder, pero es entonces cuando cae en algo y piensa durante unos segundos.

HUGO: Espera un momento… ¿has hablado con ella?

ANDREA: (Extrañada) ¿Con quién?

HUGO: Con mi madre.

ANDREA: Que va, ¿por qué iba a hablar con ella?

HUGO: Vamos Andrea, tú misma te has delatado: “a lo mejor es porque ella tiene razón”…

ANDREA: Yo no he hablado con ella... fue Edu, pero eso no tiene nada que ver.

HUGO: Desde luego que tiene que ver, Andrea.

Los dos se quedan en silencio unos segundos.

ANDREA: Solo estamos preocupados por ti, Hugo. Entiéndelo.

HUGO: Pues no os preocupéis. Estoy bien, de verdad.

ANDREA: No lo parece.

HUGO: Ese no es mi problema, es el vuestro. Adiós, Andrea.

Andrea está a punto de hablar, pero Hugo le cierra la puerta en las narices sin darle la oportunidad, lo que deja a la joven anonadada.

.- La hora de la salida del institutoya ha llegado, y Marta sale entre la multitud, bastante agobiada. No parece encontrarse muy bien. De pronto nota una mano posándose en su espalda, y al girarse y ver a Edu mirándole, sonríe forzadamente.

MARTA: Ey, buenas.

EDU: Hola. No te he visto en toda la mañana.

MARTA: Sí, lo sé. Hoy no me encontraba muy bien, y me he pasado el recreo en la biblioteca.

Se dispersan de la multitud. Edu mira preocupado a su amiga.

EDU: ¿Y eso? ¿Va todo bien?

MARTA: Sí, sí, no te preocupes. Simplemente tengo un poco de mala gana, nada más.

EDU: Ya… oye, no me acordé de preguntarte el otro día cómo te había ido la ecografía.

MARTA: (Sonríe) Oh, muy bien. Ya sé lo que va a ser.

EDU: (Sorprendido) ¿Ya?

Marta asiente, contenta.

EDU: ¿Y cómo no me lo habías dicho? ¡Ya estás tardando, vamos!

La joven no puede evitar el echarse a reír.

MARTA: Una niña.

EDU: ¿En serio?

MARTA: Sí.

EDU: ¡Joder, no sabes como me alegro!

Edu abraza a su amiga, y ésta, tras dudarlo unos segundos, le responde. Ambos se echan a reír, y luego retoman sus pasos.

EDU: Bueno, parece que está siendo una buena semana.

MARTA: (Extrañada) ¿Y eso? ¿Ha pasado algo más de lo que yo no me haya enterado?

EDU: No se ha enterado ni tú ni nadie.

MARTA: ¿Cómo que ni yo ni nadie? ¿Y luego tienes el valor de echarme a mí la bronca? Ya estás soltando por esa boquita.

Edu no puede evitar el echarse a reír.

EDU: Mira, el otro día vino a verme el representante de la Academia Superior de Danza de Nueva York, que es una de las escuelas de danza más prestigiosas del mundo.

MARTA: (Sorprendida) ¿En serio?

EDU: Completamente.

MARTA: ¿Y qué quería?

EDU: Ofrecerme una plaza allí. Tendría que ir en un par de semanas para hacer las pruebas, claro, pero… la plaza la tendría casi segura.

MARTA: No puedes estar hablando en serio.

EDU: Completamente.

Marta intenta ocultar su decepción ante las palabras del joven, y esboza una falsa sonrisa.

MARTA: Me alegro muchísimo, Edu. Es una gran oportunidad, de verdad que sí… porque supongo que irás, ¿no?

Edu piensa durante unos segundos, y luego suspira.

EDU: Pues la verdad es que no lo sé. Aquí tengo toda mi vida, mis amigos, mi familia, mi instituto, mis recuerdos… no sé si quiero dejar todo eso atrás. Pero por otra parte está lo que tú dices, es una gran oportunidad para poder dedicarme a lo que siempre he querido, y no debería de desaprovecharla.

MARTA: (Ilusionada) ¿Entonces…?

EDU: Entonces no lo sé. No sé que hacer, Marta… pero tengo que pensarlo ya mismo. Les corre prisa.

Marta mira a su amigo, esta vez ya sin poder ocultar su preocupación.

.- Ya es por la tarde. Claudia se encuentra tras la barra del Four, fumándose un cigarro mientras se toma una cerveza y lee una revista. En ese momento la puerta se abre, dando paso a Andrea, la cual no lleva muy buena cara y se sienta en una de las butacas.

ANDREA: Buenas tardes.

CLAUDIA: Hombre, contigo tenía yo que hablar.

ANDREA: (Suspira) Sí, yo también necesito hablar con alguien.

Claudia se da cuenta del mal estado de la joven, lo que hace que se preocupe.

CLAUDIA: ¿Qué ha pasado?

ANDREA: Dime tú primero.

CLAUDIA: No. Créeme, lo tuyo parece mucho más grave.

Andrea mira durante unos segundos a la joven, pensando sin saber si debe hablar o no. Finalmente suspira.

ANDREA: Estoy embarazada… de mi profesor.

CLAUDIA: (Sorprendida) ¿Cómo?

Andrea baja la cabeza, avergonzada y sin saber que decir.


CONTINUARÁ...