MANERAS DE VIVIR

 

Quinta temporada, capítulo 107

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ COCINA/ MAÑANA

 

Isra está sentado en una de las butacas, tomándose un café, cuando Hugo, todavía en pijama, aparece por allí desperezándose.

 

Hugo: Buenos días.

 

Isra: Hola.

 

El joven rubio se sirve un café, y se sienta junto a su amigo.

 

Hugo: ¿Qué tal ha ido el fin de semana? Apenas nos hemos visto.

 

Isra, tras permanecer unos segundos en silencio, esboza una forzada sonrisa.

 

Isra: Bien… ha ido bien.

 

Hugo: (Sorprendido) ¡Has follado!

 

Tras escuchar eso Isra se pone muy nervioso, pero intenta disimularlo.

 

Isra: ¿Qué? ¿A qué viene eso?

 

Hugo: Venga ya, tío, son muchos años, nos conocemos…

 

Isra: Pues no parece que me conozcas tanto.

 

Hugo: ¿Ha sido con Marta?

 

Isra: (Molesto) Déjalo ya, ¿quieres?

 

Hugo: (Riendo) Joder, ha sido con ella.

 

Isra coge aire, intentando mantener la calma.

 

Isra: No ha sido con ella, ¿vale?

 

Hugo: ¿Entonces con quién?

 

El pelirrojo se termina lo que le queda de café de un solo trago, y se levanta.

 

Isra: Me voy a dar una ducha. Hasta luego.

 

Isra sale de la cocina mientras Hugo niega con la cabeza, sonriendo.

 

Hugo: Es a la primera persona que conozco a la que el sexo le amarga la existencia…

 

ESCUELA “ARTES ESCÉNICAS HERRERA”/ CAFETERÍA/ MAÑANA

 

Tomándose un café, Óscar está sentado en una de las mesas mientras mira su móvil cuando Lidia, con una enorme sonrisa dibujada en su rostro, se sienta frente a su ex novio.

 

Lidia: ¡Buenos días!

 

Óscar: (Sonríe) Hola, ¿qué tal?

 

Lidia: Genial, ¿y tú?

 

Óscar: Bueno… esta mañana he discutido con Hugo, pero bien.

 

Lidia: Últimamente discutís mucho, ¿no?

 

Óscar: Sí…

 

El joven se queda unos segundos en silencio, pensando, hasta que finalmente suspira.

 

Óscar: Empiezo a plantearme que quizás me equivoqué empezando con él, ¿sabes? No sé… creo que cada vez somos más diferentes.

 

Lidia: Ya…

 

Permanecen en silencio de nuevo durante unos segundos más.

 

Lidia: Oye, tengo una idea. ¿Por qué no te vienes esta noche a mi apartamento, bebemos y nos olvidamos un poco de todo?

 

Óscar: (Sonríe) Me parece perfecto.

 

Los dos jóvenes se miran, sin borrar las sonrisas de sus caras.

 

CANCIÓN: “Bed of roses”, de Bon Jovi


KRISTEN BELL


CHACE CRAWFORD


RUPERT GRINT


 

VANESSA HUDGENS

 

JESSE MCCARTNEY

 

JESSE METCALFE

 

JARED PADALECKI

 

HAYDEN PANETTIERE

 

JESSICA STROUP

 

TOM WELLING

 

CAPÍTULO 107: El problema es confiar

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ MAÑANA

 

Andrea y Hugo están sentados en uno de los sofás del bar, tomándose un café mientras charlan animadamente.

 

Hugo: Somos lo peor… ¿por qué nunca vamos a clase?

 

Andrea: Porque somos unos genios. Aprobaremos sin necesidad de haber ido, ya lo verás.

 

Hugo se ríe, divertido.

 

Andrea: ¿Se sabe algo nuevo de Lidia?

 

El semblante del joven cambia repentinamente.

 

Hugo: No, nada. Solo que Óscar me ha mandado un mensaje hace como una hora diciéndome que esta noche irá a su casa.

 

Andrea: ¿Y cómo llevas tú eso?

 

Hugo se queda en silencio durante unos segundos, pensando, hasta que finalmente suspira.

 

Hugo: Mal. Fatal. No puedo soportar la idea de que vayan a estar los dos juntos, solos, en una casa.

 

Andrea: ¿No confías en él?

 

Hugo: No es eso. Es solo que…

 

El joven vuelve a guardar silencio, meditando sus palabras.

 

Hugo: Ella es una tía.

 

Andrea: (Irónica) Oh, que información tan esclarecedora. Pensaba que era justo lo contrario.

 

Hugo: Sabes a lo que me refiero… no sé… ¿y si se da cuenta de que cometió un error eligiéndome a mí?

 

Andrea: (Extrañada) ¿Por qué iba a hacer eso?

 

Hugo: Una tía puede darle cosas que yo no puedo, ¿no?

 

Andrea no puede evitar el echarse a reír.

 

Andrea: ¿Así que es eso? Por favor, Hugo… los dos sabemos que dos pechos no tienen nada que hacer contra una buena…

 

Hugo: (Interrumpiéndola) Vale sí, me ha quedado claro. Pero no me digas tanto a mí… ¿tú con Carlos qué?

 

Andrea: Yo con Carlos nada. Ya dejó todo bastante claro.

 

Hugo: Sí, pero entonces no sabías de Lidia lo que sabes ahora… ¿no piensas explicárselo?

 

La joven se encoge de hombros.

 

Andrea: ¿Para qué? Los dos sabemos que todo va a seguir igual.

 

Hugo: Si no lo intentas, nunca lo sabrás.

 

Andrea mira en silencio unos segundos  a su amigo, pensativo.

 

Andrea: Creo que voy a pasar…

 

Hugo suspira, sin saber qué más decirle a su amiga.

 

FACULTAD DE MEDICINA/ CAFETERÍA/ MAÑANA

 

Iñigo está sentado en una de las mesas, tomándose un café mientras repasa unos apuntes, cuando Isra entra y, al verle, se acerca a él muy serio.

 

Isra: Buenos días.

 

El joven ni siquiera levanta la cabeza.

 

Iñigo: ¿Qué quieres?

 

Isra: ¿Puedo sentarme? Tenemos que hablar…

 

Iñigo: No creo que sea buena idea.

 

Isra, ignorando las palabras de su compañero, se sienta frente a él, lo que hace que el joven suspire, molesto.

 

Isra: Pues me da igual lo que creas.

 

Iñigo: (Molesto) ¿Qué estás haciendo?

 

Isra: Tenemos que hablar de lo que pasó el otro día.

 

Iñigo mira al pelirrojo sin entender nada.

 

Iñigo: ¿Qué pasó el otro día?

 

Isra: Ya sabes… el día que estuvimos haciendo el trabajo.

 

Iñigo: No recuerdo nada.

 

Isra: (Sorprendido) ¿Lo dices en serio?

 

El joven permanece unos segundos en silencio hasta que, finalmente, empieza a recoger sus apuntes de la mesa.

 

Iñigo: Lo siento Isra, pero tengo prisa.

 

Iñigo se levanta y se dirige hacia la puerta, pero el pelirrojo le sigue y le agarra del brazo.

 

Isra: Iñigo, escúchame.

 

Iñigo: Lo siento, pero tengo prisa.

 

El chico se zafa de Isra y sale de allí, ante la impotente mirada del pelirrojo.

 

PISO DE JORGE/ SALÓN/ TARDE

 

Jorge está tomándose un café mientras se fuma un cigarro y mira una revista. Va vestido de traje y corbata. Llaman al timbre y, tras mirar el reloj extrañado, se levanta a abrir. Suspira al ver a Lidia al otro lado.

 

Jorge: ¿Qué coño estás haciendo tú aquí?

 

Lidia esboza una amplia sonrisa.

 

Lidia: ¡Buenas tardes! Puedo pasar, ¿verdad? Gracias.

 

La joven entra en el piso, ante la atónita mirada de Jorge.

 

Jorge: (Irónico) Claro. Como si estuvieras en tu casa.

 

La joven camina hacia el salón y Jorge, tras cerrar la puerta, la sigue.

 

Jorge: ¿Qué quieres?

 

Lidia le mira, sin borrar la sonrisa de su cara.

 

Lidia: Uy, que prisas tienes…

 

Jorge: Tengo una entrevista de trabajo, y no me gustaría llegar tarde por una puta como tú.

 

La joven se sienta en el sofá, con su sonrisa intacta.

 

Lidia: Deberías moderar tu lenguaje. No te conviene meterte conmigo.

 

Jorge coge aire, intentando mantener la calma.

 

Jorge: Dime que es lo que quieres y luego vete un ratito a la mierda, anda.

 

Lidia: Bueno, está bien, te lo dejaré pasar por esta vez… verás, solo quería pedirte que tuvieras entretenido a Hugo esta noche.

 

Jorge: (Extrañado) ¿Por qué?

 

Lidia: Es que he quedado esta noche con Óscar y tengo pensado… bueno, da igual. Que no quiero que nos esté interrumpiendo con sus incesantes llamadas.

 

Jorge: Por lo que tengo entendido, ya no están juntos.

 

Lidia: Pero siguen viviendo en la misma casa, y lo último que me apetece ahora es tener que soportar a un ex novio celoso.

 

Jorge: No pienso hacerlo, Lidia.

 

La chica, todavía con la sonrisa en su rostro, se levanta y camina hacia la puerta.

 

Lidia: Tú verás, Jorge. Pero recuerda a Sacha. Chao.

 

Lidia se marcha del piso y, tras escuchar la puerta cerrarse, Jorge esboza una cínica sonrisa.

 

Jorge: No sabes lo que te espera, bonita…

 

PARQUE “RUISEÑORES”/ TARDE

 

Carlos está sentado en uno de los bancos. Espera, nervioso, cuando ve a Andrea acercarse a él rápidamente. No tarda en llegar hasta allí.

 

Andrea: Pensaba que no vendrías…

 

Carlos: La verdad es que he estado a punto de no hacerlo, incluso he llegado tarde… aunque está claro que no he sido el último.

 

Andrea esboza una forzada sonrisa.

 

Andrea: Ya me conoces.

 

Carlos: Sí…

 

La joven se sienta junto a su ex novio, y los dos permanecen en silencio durante unos segundos.

 

Carlos: ¿Qué quieres?

 

Andrea: Hablar. Solamente hablar.

 

Carlos: Pues la verdad Andrea, no creo que sea necesario que lo hagamos.

 

Andrea: Vamos Carlos… nos queremos, podemos arreglarlo. Hemos superado cosas peores, ¿no te parece?

 

Carlos: Andrea… te acostaste con Lidia, ¿no te das cuenta?

 

Andrea: ¡Y tú!

 

Carlos: Pero cuando yo lo hice habíamos cortado.

 

Andrea: ¡Y cuándo yo lo hice también!

 

Carlos: Aún así, no es lo mismo.

 

Andrea: ¿Y por qué, si puede saberse? ¿Por qué yo fui la primera en hacerlo?

 

Carlos baja la cabeza, sin saber que responder, lo que desespera todavía más a su ex novia.

 

Andrea: ¿Sabes lo que te digo? He estado intentando luchar para que esto saliera bien, Carlos. Ni te imaginas cuánto. Pero ahora me pregunto si alguna vez ha merecido la pena.

 

Andrea se aleja de allí, indignada, ante la mirada impotente de Carlos, que suspira sin saber qué decir.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ DORMITORIO DE HUGO Y ÓSCAR/ TARDE

Hugo entra en el dormitorio y ve a su novio arreglándose en el espejo. Se está poniendo muy elegante, y el joven le mira con asco.

 

Hugo: ¿Es necesario que te arregles tanto para ir a ver a esa zorra?

 

Óscar: (Suspira) No empieces otra vez con el mismo tema, por favor.

 

Hugo: (Irónico) Oh, claro, perdona si no doy saltos de alegría al saber que mi novio va a intentar liarse con su ex.

 

Óscar: No me voy a liar con ella, Hugo.

 

Hugo se sienta sobre la cama, suspirando.

 

Hugo: Sabes que si no te queda más remedio, lo harás.

 

Óscar: Estamos haciendo esto para desenmascararla, Hugo. Merecerá la pena.

 

Hugo: ¿Tú crees?

 

Óscar se arrodilla frente a su novio, preocupado.

 

Óscar: ¿Cuál es el verdadero problema de todo esto, Hugo?

 

Hugo: ¿Te parece poco todo lo que te he dicho?

 

Óscar: Los dos sabemos que hay algo más.

 

Hugo se queda unos segundos en silencio, hasta que finalmente suspira.

 

Hugo: Tengo miedo.

 

Óscar: No lo tengas. No va a pasarme nada.

 

Hugo: Ya, ya lo sé. No es por eso.

 

Óscar: ¿Entonces?

 

El joven vuelve a hacer una pausa antes de seguir hablando.

 

Hugo: ¿La echas de menos?

 

Óscar: (Sorprendido) ¿A Lidia?

 

Hugo: A cualquier mujer en general.

 

Óscar no puede evitar el echarse a reír, divertido, lo que molesta a su novio.

 

Hugo: Yo no le veo la gracia por ninguna parte.

 

Óscar besa a su novio.

 

Óscar: Yo te quiero a ti Hugo, por eso estoy contigo. Y ningún par de tetas van a hacer que eso cambie, te lo aseguro.

 

Hugo esboza una forzada sonrisa, a pesar de no parecer todavía demasiado convencido.

 

Óscar: Te quiero.

 

Hugo: Y yo.

 

Tras volver a besar a su novio, Óscar sale del dormitorio, dejándole allí solo y preocupado.

 

PISO DE CLAUDIA, JAIME Y ANDREA/ SALÓN/ NOCHE

 

Andrea: ¿Pero cómo se puede ser tan gilipollas?

 

Andrea da vueltas de un lado para otro, enfadada, mientras Claudia, sentada en el sofá, la mira con preocupación.

 

Claudia: Tienes que tranquilizarte, Andrea.

 

Andrea: Claro, para ti es súper sencillo.

 

Claudia: No, para mí no es sencillo. Te entiendo. Lo que no puedes hacer es obligarle a estar contigo.

 

Andrea: Y no pienso obligarle, ¿quién te crees que soy? En ningún momento de mi vida me ha hecho falta tener a un tío a mi lado para ser feliz. Lo que me jode es que sé que tengo razón, y encima voy a quedar yo como la mala, porque es como me está intentando dejar.

 

Claudia: No te está intentando dejar como la mala.

 

Andrea: Vamos Claudia, por favor… no me hagas reír.

 

Claudia: Carlos no es así, y tú lo sabes. Y pondría la mano en el fuego y sé que no me quemaría al decirte que aún te quiere. Pero no puede estar contigo. Después de todo lo que habéis pasado…

 

Andrea se sienta junto a su amiga, suspirando y con los ojos llenos de lágrimas.

 

Andrea: Sí me quisiera lucharía por mí, como yo he estado haciendo por él.

 

Claudia: Creo que es el momento de que le olvides y pases página, Andrea. No te puedo decir más.

 

Andrea: ¡Mierda!

 

La chica rompe a llorar desconsoladamente y su amiga, sin saber muy bien qué hacer, solo atina a abrazarla.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ NOCHE

 

Carlos está sentado en una de las butacas, tomándose un botellín de cerveza, mientras Jaime le observa desde el otro lado, preocupado.

 

Carlos: ¿Crees que he hecho bien?

 

Jaime: Si es lo que sentías…

 

Carlos: Vamos, que crees que me he equivocado.

 

Jaime se queda unos segundos en silencio, pensando, hasta que finalmente suspira.

 

Jaime: No es que crea que te has equivocado, es que… la verdad Carlos, sigo sin entender cuál es la verdadera causa de tu enfado con ella.

 

Carlos: Todos igual…

 

Jaime: Creo que ni siquiera tú lo tienes claro.

 

Carlos: Me traicionó.

 

Jaime: ¡Igual que tú a ella!

 

Carlos: No es lo mismo.

 

Jaime coge aire, intentando mantener la calma.

 

Jaime: Vale, está bien. ¿Por qué?

 

Carlos: Porque no. Yo ya no estaba con ella cuando me acosté con Lidia.

 

Jaime: Y cuando lo hizo ella tampoco.

 

Carlos: Pero ya estábamos tonteando.

 

Jaime: (Extrañado) ¿Y qué más da?

 

Carlos: Pues que…

 

El joven se queda en silencio, sin tener claro que más decir.

 

Jaime: Piénsatelo, Carlos, porque estás a punto de perder a la mujer que más has querido.

 

Carlos mira a su amigo, confundido.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ SALÓN/ NOCHE

 

Jorge está sentado en el sofá, mirando su móvil, cuando Hugo sale de la cocina con un par de botellines de cerveza y, tras darle uno a su amigo, se sienta junto a él.

 

Jorge: ¿Estás más tranquilo?

 

Hugo: ¿Acaso tengo otra opción?

 

Jorge: Vamos Hugo, no es para tanto. Lleva un USB, y solo tiene que conseguir distraerla un rato para poder acceder al ordenador y buscar por los cajones cualquier cosa que pueda ayudarnos. Esperemos que no haya cambiado la contraseña del portátil desde que estuvo con él.

 

Hugo: Estamos hablando de Lidia, desde luego que la habrá cambiado.

 

Jorge: No seas pesimista.

 

Los dos permanecen unos segundos en silencio.

 

Hugo: ¿Y si le pilla?

 

Jorge: No le va a pillar. Ya lo verás.

 

Hugo se levanta repentinamente del sofá y se acerca a la ventana, intentando que su acompañante no vea que está a punto de echarse a llorar.

 

Hugo: Creo que nos hemos equivocado.

 

Jorge: (Extrañado) ¿De qué estás hablando?

 

Hugo: Me has entendido perfectamente.

 

Jorge: ¿Y qué deberíamos haber hecho según tú?

 

Hugo: Cualquier cosa. Cualquier cosa, menos lo que estamos haciendo.

 

Jorge mira a su amigo, sin saber qué decirle.

 

APARTAMENTO DE LIDIA/ SALÓN/ NOCHE

 

Óscar y Lidia están sentados en el sofá, cada uno con una copa de vino en sus manos. Óscar parece bastante incómodo, aunque intenta disimularlo esbozando una forzada sonrisa.

 

Óscar: Estaba todo delicioso.

 

Lidia: Lo sé. Un hombre nunca te hará una comida como ésta, y menos Hugo.

 

Óscar: Bueno, eso ahora ya da igual… no estamos juntos.

 

Lidia: Es lo más inteligente que podías hacer, la verdad.

 

Óscar: Sí…

 

Los dos se quedan unos segundos en silencio, y Lidia esboza una pícara sonrisa.

 

Lidia: Y dime una cosa… ¿no has echado de menos durante todos estos meses el estar con una mujer?

 

Óscar sonríe forzadamente, y Lidia empieza a acariciarle sensualmente el brazo.

 

Óscar: Sí, la verdad es que sí… mucho.

 

Lidia: Ya…

 

Los dos jóvenes permanecen unos segundos en silencio hasta que Lidia, sin borrar la pícara sonrisa de su cara, se levanta repentinamente del sofá.

 

Lidia: Se me está ocurriendo una idea… ¿por qué no vas al dormitorio y te pones cómodo? Yo voy a preparar una sorpresa en el baño, e iré en cuestión de diez minutos o menos.

 

Óscar: Claro…

 

Lidia: Perfecto.

 

Lidia da un rápido pico al joven y corre hacia el baño. Tras asegurarse de que ha echado el pestillo, Óscar se levanta y corre hacia el dormitorio. Una vez allí, enciende el ordenador y, mientras arranca, empieza a registrar los cajones, sin encontrar nada.

 

Óscar: Mierda…

 

Por fin se enciende el ordenador, pero le pide una contraseña.

 

Óscar: Joder…

 

Introduce una contraseña, pero le marca error.

 

Óscar: Vamos…

 

La segunda vez que lo intenta es la buena: consigue entrar en el ordenador.

 

Óscar: ¡Bingo!

 

El joven saca un USB de su bolsillo y lo mete en el ordenador. Copia toda una carpeta llamada bautizada con el nombre “Lidia”, la cual ocupa demasiado y hace que el chico se ponga nervioso.

 

Óscar: Vamos joder, vamos…

 

Mientras la carpeta se traspasa, Óscar registra los cajones que le quedaban por mirar. En el último de la cómoda, ve una carpeta marrón. Al abrirla, ve varias fotos en las que aparecen todos los amigos.

 

Óscar: Genial.

 

El chico vuelve hacia el ordenador y ve que los archivos ya están en su USB. Lo saca y, tras metérselo de nuevo en el bolsillo, echa una última mirada a la habitación y sale corriendo de allí corriendo.

 

PISO DE MARTA/ DORMITORIO DE MARTA/ NOCHE

 

Marta e Isra están sentados en la cama de la joven, ambos en pijama y tomándose una taza de leche con cacao. Isra mira a su amiga y se ríe, divertido.

 

Isra: ¿Cuánto tiempo hacía que no hacíamos esto?

 

Marta: (Divertida) Mogollón.

 

Isra: Lo echaba de menos.

 

Marta: La verdad es que sí. Hemos crecido demasiado rápido, ¿verdad?

 

Isra: Sí…

 

Los dos amigos se quedan en silencio, bebiéndose sus respectivos tazones de leche.

 

Marta: ¿Y cómo van las cosas en clase?

 

Isra: Pues la verdad es que no lo tengo muy claro.

 

Marta: (Extrañada) ¿Y eso?

 

Isra: He intentado hablar con Iñigo, pero me esquiva.

 

Marta: ¿Y te extraña?

 

Isra: No, la verdad es que no… pero sinceramente, esperaba que ahora que ya nos hemos acostado, hubiera vencido sus miedos.

 

Marta: Tienes que darle tiempo Isra, y tú lo sabes mejor que nadie.

 

Isra: Sí, pero…

 

Marta hace que su amigo se calle agarrándole la mano.

 

Marta: Todo saldrá bien. Ya lo verás.

 

El pelirrojo esboza una forzada sonrisa, sin estar demasiado convencido.

 

APARTAMENTO DE LIDIA/ DORMITORIO DE LIDIA/ NOCHE

 

Lidia: (Off) ¡Espero que estés cómodo, porque voy para allí!

 

La joven entra en el dormitorio embutida en un picardías muy sexy, de color rojo. Al ver que allí no hay nadie, se extraña.

 

Lidia: ¿Óscar?

 

No obtiene respuesta.

 

Lidia: ¿Quieres que juguemos al escondite?

 

Es justo en ese momento cuando se da cuenta de que el ordenador está encendido. Se acerca y mira atentamente el escritorio, pero cuando se gira, descubre el último cajón de la cómoda abierto.

 

Lidia: Joder…

 

Corre hacia allí y comprueba que la carpeta no está.

 

Lidia: (Enfadada) ¡Mierda!

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ SALÓN/ NOCHE

 

Hugo y Jorge están sentados en el sofá, cuando Óscar aparece por allí con el portátil entre sus manos.

 

Óscar: Ya está listo.

 

El chico se sienta entre ambos, y lo abre. Conecta el USB.

 

Hugo: ¿Ha ido todo bien?

 

Óscar: (Sonríe) Solo cuatro besos.

 

Hugo: Te quiero.

 

Óscar: Y yo.

 

Los dos jóvenes empiezan a besarse apasionadamente, ante la divertida mirada de Jorge.

 

Jorge: Bueno chicos, que ahora me iré y podréis seguir… pero antes veamos esto, por favor.

 

La pareja se ríe.

 

Hugo: Perdona.

 

Jorge: Vamos a ver…

 

El joven abre el USB y empiezan a mirar los documentos que Óscar ha copiado del ordenador de Lidia, sorprendidos.

 

Jorge: Joder…

 

Hugo: Aquí está toda nuestra vida.

 

Óscar: Hay fotos mías que ni siquiera sabía que existían.

 

Jorge: Chicos… creo que nos estamos enfrentando a una persona mucho más loca de lo que creíamos.

 

Hugo y Óscar se miran, asustados.

 

CONTINUARÁ…