MANERAS DE VIVIR

Los primeros rayos de sol se cuelan entre las grietas de la fábrica. En la sala, Jorge y Laura permanecen atados a las sillas. El chico intenta desatarse con todas sus fuerzas, mientras la chica duerme, aunque parece inquieta. En ese momento, la puerta se abre ruidosamente, despertándola.

LORENA: (Cínicamente) ¡Buenos días chicos! ¿Qué tal la noche?

JORGE: Estás loca…

LORENA: Por favor, os estoy dando una experiencia única, ¿cómo puedes decir eso?

LAURA: (Llorando) Déjanos ir, Lorena, por favor…

Lorena se ríe escandalosamente, mientras se acerca a ellos, mirando unos platos con pajita que tienen enfrente. El de Jorge está lleno de sopa, mientras que el de Laura está completamente vacío.

LORENA: Vaya Jorge, veo que no comiste nada… seguro que Laura ha dormido mucho mejor que tú, ¿verdad?

Los dos chicos se miran asustados.

JORGE: ¿Qué coño le has echado?

LORENA: Oh, nada, simplemente un par de tranquilizantes para que descansarais esta noche.

LAURA: ¿Por qué haces esto, Lorena?

LORENA: ¿De verdad no lo sabéis? ¡Me habéis jodido la vida entre los dos, joder! Era lo menos que podía hacer.

JORGE: ¿Pero que estás diciendo?

LORENA: Lo sabes perfectamente, y no me lo niegues. Os vi hablando el otro día.

LAURA: ¿Nunca has visto a dos amigos hablando?

LORENA: (Molesta) ¿Te piensas que soy idiota? ¡Sé lo que vi! Allí besándoos, ¿cómo coño pueden importaros tan poco los sentimientos de las personas?

JORGE: Lorena, te estás equivocando. Laura no tiene nada que ver con esto.

Lorena cada vez pierde más la paciencia, pero intenta tranquilizarse.

LORENA: Me voy a ir antes de hacer algo de lo que después me arrepienta.

LAURA: (Asustada) No puedes dejarnos aquí…

LORENA: Oh, claro que puedo… y lo voy a hacer. (La chica se dirige hacia la puerta) Y por cierto, no os molestéis en gritar. Desde aquí no os oye nadie. (Sonríe) Chao.

Lorena se marcha, y Laura y Jorge se miran, con miedo.

LAURA: ¿Qué vamos a hacer ahora?

JORGE: No lo sé, Laura… no lo sé.

Los dos jóvenes se pierden con la mirada, buscando alguna manera para salir de allí.

Olivia se encuentra en casa de David, limpiando las estanterías del salón con el plumero mientras canta al ritmo de “Desátame”, de Mónica Naranjo. En ese momento, el telefonillo de la puerta empieza a sonar, y la joven, apagando la música extrañada, se dirige hacia allí para cogerlo.

OLIVIA: ¿Sí?... (Asustada) ¿Toni?... ¿Qué estás haciendo aquí?

CRÉDITOS: "MY PREROGATIVE" BRITNEY SPEARS
David Gallagher, Maggie Grace, Rupert Grint, Vanessa Hudgens, Jesse McCartney, Jesse Metcalfe, Emma Watson

Capítulo 24
La historia de un resurgir


Olivia y Toni están sentados en el sofá del salón, tomándose un café, mientras un incómodo silencio se ha apoderado del lugar. A Olivia se le nota totalmente nerviosa, mientras el chico la mira con curiosidad.

TONI: ¿No vas a decir nada?

OLIVIA: ¿Y qué quieres que diga? Ya te pregunte qué que hacías aquí, y no quisiste responderme.

TONI: Bueno, es que en medio de la calle no me apetecía mucho hablar.

OLIVIA: Ahora no estás en medio de la calle.

TONI: (Sonríe) Pero si tienes que imaginártelo, Olivia. He venido por ti. Porque ya no soporto más días sin despertarme a tu lado. Te echo de menos.

OLIVIA: (Borde) No era así cuando te pegabas las noches follando con tus amantes… esos días no despertábamos juntos, ¿verdad?

TONI: Ya te pedí perdón por ello, no creo que merezca la pena volver a lo mismo.

OLIVIA: Ah, entiendo, solo podemos volver a lo que a ti te interese… bien. Pues lo siento Toni, pero yo ahora estoy con David, y estamos muy bien juntos.

TONI: (Dudando) ¿Estás segura de eso?

OLIVIA: Completamente.

TONI: Lo siento, pero no te creo. Sé que me sigues queriendo, y yo te sigo queriendo a ti. Entiendo que no confíes en mí, pero si no me dejas, ¿cómo voy a demostrártelo?

Olivia esquiva la mirada del chico, intentando mantenerse firme.

OLIVIA: Estás equivocado, Toni.

TONI: No lo creo. Y esta vez no pienso marcharme de aquí sin ti. Voy a luchar con uñas y dientes por recuperarte, por demostrarte que he cambiado.

OLIVIA: Será mejor que te vayas, David podría llegar en cualquier momento.

TONI: Sí, claro. Quiero jugar limpio, y supongo que si nos pillase aquí juntos, no lo sería, ¿no?

Olivia se levanta, intentando ignorar al chico, y se dirige hacia la puerta, mientras este le sigue.

OLIVIA: (Abriendo la puerta) No nos molestes más, por favor.

TONI: Eso no es lo que quieres, y lo sabes.

Toni sale del piso, dispuesto a marcharse, pero de pronto a Olivia le surge una duda.

OLIVIA: Por cierto Toni, ¿cómo supiste que vivía aquí?

TONI: Edu me lo dijo.

El chico empieza a bajar las escaleras.

OLIVIA: (Susurrando) Será hijo de puta…

Olivia cierra la puerta de un portazo, enfadada.

Hugo se encuentra en el baño del instituto, mirándose el pelo en el espejo a pesar de llevarlo impoluto. Edu entra, y cuando ve al chico, se dispone a salir, pero finalmente decide no hacerlo.

EDU: (Divertido) ¿Desde cuando te preocupa tanto como lleves el pelo?

HUGO: (Borde) Desde que me he quitado de encima a los amigos que no merecen la pena.

Edu empieza a orinar en uno de los urinarios.

EDU: ¿Cuánto tiempo piensas continuar con tu particular batalla monologuista?

HUGO: (Extrañado) ¿Batalla monologuista?

EDU: Si bueno, es que discutes tú solo, por eso.

HUGO: (Irónico) ¡Oh, pero que gracioso!

EDU: ¿Sabes? En el fondo no creo que me odies tanto. Sino, nada más verme entrar, te habrías marchado de aquí

HUGO: Es que tampoco tengo que cambiar el rumbo de mi vida, ni por ti, ni por nadie.

Edu termina de orinar, y se acerca al chico, el cual se va alejando, hasta que da con la espalda en la pared.

EDU: (Susurrando) Ya… ¿y eso también incluye el contestarme a todo lo que te digo?

HUGO: (Nervioso) No voy a quedarme callado mientras tú no paras de meterte conmigo…

EDU: ¿Seguro que es eso? ¿O es que…?

El joven besa apasionadamente a Hugo, el cual en un principio le corresponde, pero luego le aparta, confundido.

HUGO: ¿Qué coño haces?

EDU: Lo que los dos llevamos deseando desde hace mucho tiempo. ¿O es que me lo vas a negar? Porque que yo sepa, tú me has correspondido.

HUGO: (Nada convincente) No, no, perdona, es lo que desearías tú. Y si te he correspondido, es porque me has pillado totalmente desprevenido. Pero yo quiero a Alberto, ¿vale?

EDU: Eso no te lo crees ni tú.

HUGO: Mira tío, olvídame, ¿vale? Olvídame.

Hugo sale corriendo de allí, dejando a Edu solo, el cual no puede evitar el esbozar una sonrisa al darse cuenta de que no estaba tan equivocado.

Ya es por la tarde. Laura y Jorge continúan atados en las sillas, desesperados. Jorge intenta desatarse las manos con todas sus fuerzas, que no son pocas, pero tampoco lo suficientes, por lo que desiste.

JORGE: Esto es imposible. Estamos a su completa merced.

LAURA: (Nerviosa) No… no, tiene que haber alguna manera, estoy segura.

JORGE: (Molesto) Joder Laura, ya vale. Estoy cansado de tu optimismo… Lorena puede hacer lo que le de la gana con nosotros, y ya está. No hay nada que hacer.

LAURA: ¿Y nuestras familias?

JORGE: ¿Qué pasa con ellos?

LAURA: Joder, pues que digo yo que se darían cuenta anoche de que no llegamos a casa, ¿no?

Jorge sonríe, dándose cuenta de que su amiga lleva razón, cuando la puerta se abre haciendo un ruido estremecedor, dando paso a Lorena, que llega muy sonriente.

LORENA: ¿De verdad creéis que soy tan estúpida?

JORGE: (Extrañado) ¿Nos has oído?

LORENA: Claro, detrás de esta puerta se escuchan más cosas de las que parece.

LAURA: Ósea, ¿qué además nos espías?

LORENA: (Sonríe) Que va. Cuando llegué, hoy vuestra interesante conversación… ya me perdonaréis, pero no pude resistirme a oíros durante un ratito.

Lorena se ríe a carcajadas, cosa que Jorge y Laura no entienden.

LAURA: Me alegro de que te rías Lorena, porque es tu fin. No sé si te das cuenta, pero nuestros padres van a denunciar nuestra desaparición… y yo pregunté como llegar hasta aquí. Es cuestión de tiempo que vengan.

LORENA: (Riendo) ¡Sois tan graciosos! Lo de vuestros padres es lo primero que solucione. Los tuyos (señala a Laura) creen que estás en casa de Marta. La pobre está tan deprimida… por cierto, mañana habrá que llamarlos para que no se preocupen demasiado. Y los tuyos (señala a Jorge) creen que estás en un retiro espiritual. No tienes claro que hacer con tu vida, has tenido siempre tan clara tu carrera, que ahora te ha entrado miedo, y no estás seguro de que ese sea tu futuro… una vida un poco triste, ¿no?

JORGE: (Enfadado) ¡No mucho más que la tuya! ¿Tan poco autoestima tienes como para creer que con Carlos es con el único tío que puedes estar, y haces esto?

LORENA: Por favor Jorge, no me subestimes. Yo podría estar con cualquier tío que me propusiera… pero no me interesan los pringados como tú. Donde esté alguien como Carlos, todos los demás podéis iros a la mierda.

JORGE: Prefiero ser un pringado a estar tan mal de la cabeza como tú. Das pena.

Lorena se acerca al chico, amenazante. Su cara queda a pocos centímetros de la del chico, y entonces, le escupe.

LORENA: No te enfrentes a mí, Jorge. Ahora mismo, es lo que menos te conviene. (Se dirige hacia la puerta) Buenas noches.

Lorena sale de la sala, cerrando la puerta tras ella, y Laura mira a su compañero, molesta.

LAURA: Muy bien, Jorge. Como sigas diciéndole esas cosas, no vamos a salir de aquí en años.

Jorge mira a la chica con mala cara, pero prefiere no contestarle.

Ya ha anochecido. Edu sale de la academia en la que estudia danza junto a una compañera. Se despiden, y Edu se dirige hacia su casa. El joven se siente perseguido, y asustado, aligera el paso. Cada vez va más rápido, cuando oye unos pasos de tacón tras él. Se gira, encontrándose frente a frente con Olivia, por lo que suspira, aliviado.

EDU: Joder Olivia, soy tu hermano pequeño. No está bien que me pegues estos sustos.

OLIVIA: Un buen hermano, mayor o pequeño, no hace lo que tú me has hecho a mí.

EDU: (Extrañado) ¿A qué te refieres?

OLIVIA: Eso de llamar a Toni para que vuelva y confundirme, ha sido un truco muy sucio.

EDU: Yo no le llamé, Olivia.

A la chica se le llenan los ojos de lágrimas.

OLIVIA: ¿Y ahora pretendes engañarme? Me lo ha dicho él mismo esta mañana, cuando ha venido a verme.

EDU: Mira, él solo vino a preguntarme donde vivías, nada más.

OLIVIA: Edu, nunca pensé que llegaría a decirte esto alguna vez, pero no quiero saber nada más de ti. Adiós.

EDU: Olivia, espera…

Olivia, ignorando a su hermano, comienza a alejarse, y el chico, que la conoce muy bien, retoma su camino, sin seguirla.

Marta ya se encuentra en la cama, sin poder dormir. Mira el reloj, que marca las tres y media de la mañana. Se da media vuelta, y cierra los ojos, cuando, de pronto, el sonido del móvil la asusta.

MARTA: (Levantándose) Joder…

La chica mira el móvil, y ve que la que le está llamando es Lorena. Molesta, corta la llamada, y vuelve a echarse, pero el móvil vuelve a sonar enseguida. Enfadada, lo coge.

MARTA: ¿Qué cojones quieres?

LORENA: (Voz en off, así durante toda la conversación) ¡Buenas noches! ¿Te he despertado?

MARTA: Mira tía, lo que menos me apetece ahora es escuchar tus gilipolleces, ¿sabes? Mañana hablamos.

LORENA: Ni se te ocurra colgarme. Solo llamaba para saber como llevas lo de mi dinero.

MARTA: No hay dinero Lorena, ya te lo dije. Se acabó.

LORENA: Pues si no hay dinero no se ha terminado, Marta. No ha hecho más que empezar.

MARTA: ¿Tan aburrida es tu vida, que tienes que joder la de los demás?

LORENA: Aplícate eso también a ti… tú se la jodiste a tu gran amigo, no sé lo que es peor.

MARTA: Yo solo intenté hacer lo mejor para él.

LORENA: Bueno, anda, acuéstate. Mañana te espera un día muy duro, buenas noches.

Lorena cuelga, y Marta, enfadada, tira el móvil al suelo, para después sentarse en la cama llorando.

Un nuevo y soleado día amanece en la ciudad. David está tras la barra del Four, colocando unas botellas, cuando entra Olivia y se sienta en una de las butacas.

OLIVIA: Buenos días, cariño.

DAVID: Vaya, ¡que sorpresa! Ayer no nos vimos en todo el día, ¿qué tal?

OLIVIA: Bien… bien, perdona que no te esperara despierta, pero es que estaba agotada.

DAVID: (Preocupado) ¿Pero estás bien?

OLIVIA: Sí, perfectamente, no te preocupes… era solo cansancio.

DAVID: ¿Seguro?

OLIVIA: (Molesta) Joder David, no empieces, por favor.

DAVID: Vale, perdona. ¿Quieres que te ponga algo?

OLIVIA: Sí, ponme un café, por favor.

DAVID: (Sonríe) Claro, ahora mismo… ¿y bueno, que haces aquí? No te esperaba para nada.

OLIVIA: Me apetecía verte, y… y además tengo que hablar contigo, David.

DAVID: Uy, no me ha gustado nada ese tono. A ver, dime.

OLIVIA: Verás, es que… ayer vino Toni a casa.

DAVID: (Sorprendido) ¿Toni tu ex? (la chica asiente) ¿Y que coño hace ese aquí? ¿Qué quería?

OLIVIA: Nada… nada, solo ver como iba el embarazo y tal, pero creía que debías de saberlo.

DAVID: ¿Y para saber eso no le bastaba con llamarte por teléfono?

OLIVIA: Por favor David, no seas así. Se trata de su hijo, y el preocuparse por él es lo menos que debe hacer.

El joven sirve el café a su novia, molesto.

DAVID: ¿Y tú por qué le defiendes tanto después de todo lo que te ha hecho?

OLIVIA: ¿Me vas a montar una escenita de celos? Porque no estoy por la labor de soportarla, la verdad.

DAVID: Vale, perdona, tienes razón… ¿y se ha marchado ya?

Olivia se pone nerviosa ante tanta pregunta, pero intenta disimularlo.

OLIVIA: No lo sé, David. La verdad es que me importa bastante poco su vida, no se lo pregunté.

DAVID: Bueno, no pasa nada, tienes razón. Es el padre de tu hijo, y supongo que tendré que vivir con eso toda mi vida.

El chico da un pico a su novia, la cual le sonríe de mala gana.

Ya es la hora del recreo. Marta sale de clase rápidamente, con la preocupación dibujada en su rostro, cuando se cruza con Edu e Isra, aunque ella no se da cuenta.

EDU: (Extrañado) Ey, ¿a dónde vas?

Marta no se detiene.

MARTA: Lo siento chicos, pero tengo que encontrar a Hugo. Luego nos vemos.

Marta continúa su camino, y Edu e Isra se miran, sin entender la actitud de su amigo.

ISRA: Oye, ¿me he pegado todo el curso imaginándome que ella y Hugo iban a la misma clase, o realmente es así?

EDU: (Divertido) No, es así, es así… ¿por qué tendría tanta prisa en encontrarle?

ISRA: No lo sé, últimamente pasan cosas muy raras por todos lados… ¿tú sabes dónde está Laura?

EDU: No… igual está enferma, está tarde me pasaré por su casa.

ISRA: Ah, pues ya quedaremos y voy contigo.

EDU: (Sonríe forzadamente) Vale, pues ahora lo hablamos, que voy al baño un momento.

Isra asiente, contento, y el chico va hacia el baño. Nada más darle la espalda a su amigo, su semblante cambia radicalmente.

Marta sale del instituto totalmente acelerada. Mira hacia el parque, y ve a Hugo y a Alberto sentados en uno de los bancos, besándose. Corriendo, se dirige hacia allí, haciendo que, al llegar, la pareja se asuste.

HUGO: (Molesto) Joder Marta, ¿qué coño te pasa?

Marta intenta hablar, pero le resulta imposible debido al agotamiento que arrastra.

ALBERTO: Joder, te has dado una buena carrera…

MARTA: Sí… Hugo… ¿has hablado hoy con Lorena?

HUGO: (Extrañado) No, ¿por? ¿Pasa algo?

MARTA: No… no, ¿qué va a pasar?... Oye… ¿puedes acompañarme a la biblioteca?

Alberto y Hugo se miran, fastidiados.

HUGO: ¿Tiene que ser ahora?

MARTA: Sí… tengo que mirar… (Piensa durante unos segundos) como se reproducen las hormigas.

HUGO: (Riendo) ¿Y para que quieres saber eso?

MARTA: No sé, es un tema que siempre me ha llamado la atención.

Hugo mira divertido a su novio, y este sonríe.

ALBERTO: Anda, acompáñala, que yo además me tengo que ir ya.

La pareja se da un pico.

MARTA: (Impaciente) ¡Vamos Hugo, que a este paso se va a terminar el recreo!

HUGO: Voy, joder.

El chico se va a levantar, pero Alberto le coge, y le sienta encima suyo, dándole otro beso.

ALBERTO: Te quiero.

HUGO: Y yo a ti. Hasta luego.

Hugo y Marta toman el rumbo del instituto, y el chico mira a su amiga, curioso.

MARTA: ¿Qué pasa?

HUGO: Eso mismo me pregunto yo, Marta. Estás rarísima.

MARTA: (Molesta) Mira, no empieces con tus paranoias, ¿vale?

HUGO: Vale, perdona…

Los dos amigos siguen caminando. En un momento dado, Marta se gira, y observa a Lorena hablando con Alberto, lo que hace que se ponga más nerviosa de lo que ya lo está.

Ya ha empezado a anochecer. Isra y Edu caminan hacia la casa de Laura, ambos muy serios y en silencio, aunque el pelirrojo se muestra bastante preocupado.

ISRA: Oye Edu, ¿pasa algo? Llevas muy raro desde esta mañana… ¿no estarás rayándote otra vez con el tema de Hugo, ¿no? Ya se le pasará, no te preocupes.

EDU: (Seco) Pues ahora que lo dices, si que pasa algo… pero no tiene nada que ver con eso.

ISRA: Bueno, pues cuéntame. Somos amigos, ¿no?

EDU: ¿Y eso tú lo tienes claro?

ISRA: (Extrañado) ¿El qué?

EDU: Pues eso, que somos amigos… y que ya nunca más pasaremos ningún otro límite.

ISRA: (Molesto) Espero que no estés queriendo decir lo que creo que estás diciendo.

EDU: Isra, yo lo siento, pero… no te quiero, yo quiero a Hugo.

ISRA: Me parece increíble, Edu. Ya te dije que lo había superado. Sé que no me quieres, sé que quieres a Hugo. Y no te preocupes, no pienso interponerme en vuestra “no relación”. Pero no entiendo a que viene todo esto ahora, la verdad.

EDU: (Avergonzado) Lo siento Isra… pero es que esta mañana yo pensé qué…

El joven se queda callado.

ISRA: ¿Qué pensaste? ¿Qué podía estar haciéndome ilusiones? (el chico asiente) Pues así demuestras lo poco que me conoces.

Llegan al portal de Laura.

EDU: Lo siento, de verdad… ya timbro yo.

Edu timbra, e Isra se apoya en la pared, intentando que su amigo no se de cuenta de que le acaba de tirar abajo todas sus ilusiones.

CARMEN: (Voz en off, así durante toda la conversación) ¿Quién?

EDU: Buenas tardes Carmen, soy Edu, ¿está Laura en casa?

CARMEN: ¿Laura? Está pasando unos días en casa de Marta, como está tan deprimida la muchacha y tal… no me digas que no han ido al instituto.

Edu e Isra se miran sorprendidos, sin saber que decir.

EDU: No… no, que va, el que no he ido he sido yo…

CARMEN: (Extrañada) ¿Seguro?

EDU: Sí, sí, no te preocupes. Ahora mismo voy para casa de Marta, y ya está, muchas gracias.

CARMEN: Dile que me llame, por favor. No tengo el número de teléfono de la casa, y ella tiene el móvil desconectado.

EDU: Claro, yo se lo digo. Chao.

CARMEN: Adiós.

La mujer cuelga el telefonillo, y Edu e Isra se miran, sin saber que hacer.

ISRA: (Preocupado) No está en casa de Marta.

EDU: Eso yo también lo sé, Isra… vamos a hablar con Carlos.

Los dos se alejan de allí, con la preocupación dibujada en su cara.

Olivia ya ha terminado de cenar, y sin haber quitado el plato de la mesa, se encuentra sentada en el sofá, viendo la televisión, mientras se acaricia la tripa lentamente, cuando el sonido del timbre hace que la chica se sobresalte. Se levanta, y abre, encontrándose frente a frente con Toni.

OLIVIA: (Molesta) ¿Qué haces aquí otra vez? Creo que ayer te dejé las cosas muy claras…

TONI: No puedo más Olivia… te necesito a mi lado. No sé vivir sin ti.

Olivia intenta evitar que sus ojos, llenos de lágrimas, delaten sus verdaderos sentimientos hacia su ex.

OLIVIA: ¿Por qué no me olvidas, Toni? Si tanto me quieres, déjame ser feliz.

TONI: Mírame. Mírame a los ojos, y dime que lo eres. Si lo haces, te prometo que te dejaré en paz, y que no volveré a molestarte más.

La joven le hace caso, intentando mantenerse firme.

OLIVIA: Yo soy… soy… (Rompe a llorar) No puedo hacerlo.

TONI: (Sonríe) Lo sabía…

El joven se lanza a besar apasionadamente a la chica, pero esta se aparta lo más rápido que puede.

OLIVIA: No podemos hacer esto… David puede venir en cualquier momento.

TONI: Tranquila, ¿vale? Confía en mí, y déjate llevar.

Olivia mira a los ojos a su ex, y le besa apasionadamente, cerrando la puerta y quitándole la camiseta.

Carlos y Edu, completamente a oscuras, van caminando por unos campos con una linterna. A unos pocos metros de ellos, se sitúa la fábrica abandonada, que sin luz tiene un aspecto algo tétrico.

CARLOS: Como me hayas hecho venir hasta aquí, y ahora no sea nada, no sé lo que te hago, en serio.

EDU: Estoy segurísimo de que está aquí… se mostró muy misteriosa, y nos soltó una parida que no había quien se la creyese. Confía en mí.

Continúan andando en silencio, hasta que un par de minutos después, llegan a su destino, donde se detienen.

CARLOS: ¿Estás seguro? Aquí no parece que haya mucho movimiento…

EDU: Entremos y comprobémoslo.

CARLOS: (Sorprendido) ¿Pero que estás diciendo? Yo no entro ahí ni loco, vamos…

EDU: (Enfadado) ¡Joder Carlos! Ahí dentro puede estar Laura, y a saber en que condiciones.

Carlos mira a su amigo, dudoso, hasta que finalmente asiente con la cabeza.

CARLOS: Vale, está bien… pero hagámoslo rápido.

EDU: Sí, no te preocupes. Vamos.

Los dos jóvenes, algo temerosos, entran a la fábrica, apuntando con las linternas hacia el frente. Miran todo atentamente.

CARLOS: (Gritando) ¡Laura!

LAURA: (Voz en off) ¡Carlos! ¡Carlos, estamos aquí!

Carlos y Edu se miran, asustados, y corren hacia donde han oído la voz. Abren la puerta de una patada, y se encuentran con Jorge y Laura allí, maniatados.

EDU: (Sorprendido) ¿Quién coño os ha hecho esto?

JORGE: Sacadnos de aquí, por favor…

Carlos y Edu corren a socorrer a sus amigos, asustados.

CONTINUARÁ...