MANERAS DE VIVIR

 

PISO DE CLAUDIA, ANDREA Y LIDIA/ COCINA

 

Un nuevo día amanece en la ciudad, y Lidia, ya completamente vestida y aseada, está sentada sobre la encimera, tomándose un café mientras se fuma un cigarro. Cuando escucha pasos mete el cigarrillo bajo el grifo y lo tira a la papelera rápidamente. Ella un poco de ambientador justo antes de que Claudia por allí, con una sonrisa de oreja a oreja.

 

CLAUDIA: Buenos días.

 

LIDIA: Hola.

 

Claudia empieza a prepararse el café, y es entonces cuando se da cuenta del olor que hay en la cocina.

 

CLAUDIA: ¿Has estado fumando?

 

LIDIA: ¿Yo? ¡Qué va! Estoy embarazada, ¿recuerdas? No puedo hacer eso.

 

CLAUDIA: Huele a tabaco.

 

LIDIA: ¡Qué va! Huele a abedul… olor fantástico, ¿verdad?

 

CLAUDIA: Huele a que se ha intentado tapar el olor del tabaco con ambientador de abedul… y desde luego, ese no es un olor tan fantástico.

 

Lidia se pone nerviosa, aunque intenta disimularlo.

 

LIDIA: ¿Pero cómo va a oler a tabaco si no fumamos nadie?

 

CLAUDIA: Andrea sí, seguro que ha sido ella. Y luego habrá echado este asco de ambientador que huele fatal para disimular, pero desde luego, no lo ha conseguido.

 

Lidia sonríe forzadamente.

 

LIDIA: Sí… antes lo he negado porque quería echarle un cable, pero… la verdad es que no se disimula nada.

 

CLAUDIA: Anda, que menuda le va a caer.

 

LIDIA: No te pases mucho con ella, pobre.

 

CLAUDIA: Me pasaré lo que me tenga que pasar.

 

LIDIA: Bueno, cómo veas…

 

La joven mira su reloj, y se levanta.

 

LIDIA: Oye, me tengo que ir, que tengo que hacer unos recados antes de clase. Nos vemos luego.

 

CLAUDIA: Chao.

 

Lidia sale rápidamente de allí y Claudia no tarda en darse cuenta de que se ha dejado el bolso sobre la encimera.

 

CLAUDIA: Joder, que cabeza tiene…

 

La chica coge el bolso para dejarlo sobre la mesa, sin darse cuenta de que estaba abierto, lo que provoca que caigan varias cosas de su interior.

 

CLAUDIA: ¡Mierda!

 

Se agacha para recoger todo lo que se ha caído, y de pronto ve dos cosas que llaman su atención.

 

CLAUDIA: ¿Qué cojones…?

 

Claudia coge entre sus manos una caja de píldoras anticonceptivas, y un paquete de tampones. La chica no tarda en pensar que en toda esta situación hay gato encerrado.

 

Canción: The hero waits

Kristen Bell, Chace Crawford, Rupert Grint, Vanessa Hudgens, Jesse McCartney, Jesse Metcalfe, Jared Padelecki, Hayden Pannettiere, Jessica Stroup

 

SPECIAL GUEST STAR

David Gallagher como EDUARDO ABRIL

 

Capítulo 87

Castillos de arena

 

PISO DE HUGO, ÓSCAR E ISRA/ COCINA

 

Hugo e Isra se están tomando cada uno un café, en silencio y pensando en sus cosas, cuando Óscar, en calzoncillos, no tarda en aparecer por allí desperezándose.

 

ÓSCAR: Buenos días.

 

HUGO: (Sonríe) Hola.

 

Óscar empieza a prepararse un café, mientras Isra mira a los dos jóvenes, extrañado.

 

ÓSCAR: ¿Puedo darme una ducha mientras se enfría el café, o queréis ducharos vosotros antes?

 

HUGO: No, tranquilo. Dúchate tú. Te espero para ir a clase.

 

ÓSCAR: (Sonríe) Bien. Gracias.

 

El joven sale de allí e Isra mira a su amigo, sin poderse creer lo que acaba de presenciar.

 

ISRA: ¿Qué coño ha sido eso?

 

HUGO: (Extrañado) ¿El qué?

 

ISRA: Sí no recuerdo mal, hasta hace un par de días no os soportabais, y además, odiabas que fuera por casa en calzoncillos.

 

HUGO: Las cosas cambian, ¿no?

 

ISRA: ¿Tanto?

 

HUGO: ¿Pero por qué te extraña tanto? Tú mismo me pediste que hiciera un esfuerzo y me intentara llevar bien con él, ¿no?

 

ISRA: Sí… y por eso mismo me extraña. Nunca haces lo que te pido.

 

Hugo se ríe, divertido.

 

HUGO: Mira que eres exagerado.

 

ISRA: Seré todo lo exagerado que tú quieras, pero lo que está claro es que aquí está pasando algo raro, y no me lo queréis contar.

 

El rubio se pone nervioso, aunque intenta disimularlo.

 

HUGO: Anda, no digas tonterías… simplemente nos hemos conocido y nos hemos dado cuenta de que nos llevamos bien. Nada más.

 

ISRA: Ya…

 

Isra mira a su amigo, sin creer nada de lo que le ha dicho.

 

PISO DE CARLOS Y JAIME/ SALÓN

 

Jaime está sentado en el sofá, en pijama todavía y desayunando, cuando la puerta se abre repentinamente dando paso a un radiante Carlos, que tiene una sonrisa de oreja a oreja.

 

CARLOS: ¡Adivina!

 

JAIME: Sí lo que tengo que adivinar es por qué estás tan feliz a estas horas de la mañana, la respuesta es clara: estás loco.

 

CARLOS: Siento decirte que la respuesta es incorrecta.

 

Jaime suspira, intentando no perder la paciencia.

 

JAIME: Mira, de lo que menos ganas tengo a estas horas de la mañana es de jugar a las adivinanzas, Carlos.

 

CARLOS: (Suspira) Está bien, está bien, te lo diré yo… solo falta que me den la nota de un examen, pero… ¡de momento las he aprobado todas!

 

JAIME: (Sorprendido) ¿En serio? Enhorabuena, tío. Eso es genial.

 

CARLOS: Gracias.

 

Carlos, contento, se sienta al lado de su amigo.

 

CARLOS: ¿Y Claudia? ¿Dónde te la has dejado? Porque últimamente, parecéis un apéndice el uno del otro.

 

JAIME: Hemos decidido darnos un pequeño descanso.

 

CARLOS: (Sorprendido) ¿Ya habéis roto?

 

JAIME: No. Me refiero a un poco de espacio. Tener nuestra propia intimidad, ya me entiendes.

 

CARLOS: Oh, pues mejor, porque la verdad es que dabais un poquito de repelús.

 

JAIME: (Irónico) Gracias, hombre.

 

Los dos amigos se ríen, divertidos.

 

CARLOS: Pues si estáis en ese plan, se me está ocurriendo algo.

 

JAIME: ¿El qué?

 

CARLOS: ¿Por qué no salimos este finde los dos juntos de fiesta? Celebraremos mis notas, y también lo felices que sois Claudia y tú.

 

JAIME: (Confuso) ¿Pero para eso no tendría que venir ella?

 

CARLOS: Bueno. En ese caso, solo celebraremos mis notas.

 

Jaime se ríe.

 

JAIME: Vale, suena divertido… pero se lo puedo decir, ¿no?

 

CARLOS: Mientras no se apunte, haz lo que quieras. Pero recuerda que tiene que ser una noche solo de nosotros. Los mejores amigos.

 

JAIME: No te preocupes. Lo entenderá.

 

Carlos sonríe a su amigo, ilusionado.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR

 

Al mediodía, Claudia está recogiendo los vasos de la secadora, cuando Andrea entra corriendo al local y se acerca a su amiga, muy preocupada y casi sin aire.

 

ANDREA: ¿Qué… qué pasa?

 

CLAUDIA: (Sorprendida) ¿Has venido corriendo?

 

ANDREA: ¡Claro! En el mensaje ponías que era urgente, ¿no?

 

CLAUDIA: Bueno, pero no tanto…

 

ANDREA: (Molesta) ¡Joder, pues me lo podrías haber dicho antes!

 

La chica se sienta en una de las butacas.

 

ANDREA: ¿Me puedes poner un vaso de agua, por favor?

 

CLAUDIA: Claro.

 

La camarera no tarda en servírselo, y Andrea se lo bebe prácticamente de un solo trago.

 

CLAUDIA: (Divertida) ¿Más descansada?

 

ANDREA: No te creas… pero bueno, cuéntame.

 

CLAUDIA: Mira lo que he encontrado en el bolso de Lidia esta mañana.

 

Claudia saca de debajo de la barra la caja de las píldoras anticonceptivas y la de los tampones. Andrea mira a su amiga, sin entender nada.

 

ANDREA: Vale… creo que deberías de llamar a todos nuestros amigos para contarles que yo también llevo de esto en el bolso, si te parece tan raro.

 

CLAUDIA: ¿Y estás embarazada?

 

ANDREA: No, pero…

 

La joven por fin se da cuenta de lo que le está diciendo su amiga.

 

ANDREA: ¡Joder! Claro, si lo estuviera… no me haría falta llevar todo eso en el bolso.

 

CLAUDIA: ¡Exacto!

 

ANDREA: ¿Por qué lo llevará?

 

CLAUDIA: Creo que está fingiendo su embarazo.

 

ANDREA: ¿Qué? No digas tonterías, Claudia. Lidia no es tan retorcida. Seguramente se le habrá olvidado sacarlo, eso es todo.

 

CLAUDIA: Llevaba el bolso lleno de cosas. Te aseguro que lo primero que habría hecho sería sacarlo.

 

Andrea mira a su amiga, sin saber que decir.

 

ANDREA: Pero…

 

CLAUDIA: ¿Crees que deberíamos de decírselo a Óscar?

 

La joven piensa durante unos segundos.

 

ANDREA: No lo sé… la verdad es que no lo sé.

 

Las dos amigas se miran, sin saber qué hacer.

 

PISO DE CLAUDIA, ANDREA Y LIDIA/ SALÓN

 

Ya por la tarde, Lidia y Óscar están sentados en el sofá, tomándose cada uno un refresco. La joven mira a su novio, el cual lee atentamente un libro sobre cuidados de bebés.

 

LIDIA: ¿Lo estás leyendo en serio?

 

ÓSCAR: Claro. Es muy interesante.

 

LIDIA: No me lo puedo creer.

 

ÓSCAR: (Extrañado) ¿Qué pasa? ¿Tan raro es querer estar preparado para cuando venga el niño?

 

LIDIA: Hombre, raro no… pero eso son cosas que se van aprendiendo sobre la marcha.

 

ÓSCAR: Bueno, pero prefiero estar algo preparado.

 

LIDIA: (Suspira) Como veas…

 

Los dos se quedan en silencio durante unos segundos, hasta que Lidia vuelve a mirar a su novio.

 

LIDIA: Podríamos salir esta noche de fiesta.

 

ÓSCAR: (Sorprendido) ¿Hablas en serio?

 

LIDIA: Sí. Necesito que me dé el aire, olvidarme un poco de todo. Salir y pasármelo bien.

 

ÓSCAR: Estás embarazada, Lidia. Eso no es conveniente para el feto.

 

LIDIA: (Molesta) ¿Eso lo pone en el libro?

 

ÓSCAR: No. Es de sentido común.

 

Lidia suspira, intentando no perder la paciencia.

 

LIDIA: ¿Sabes? No soporto este lado tuyo tan responsable y parental.

 

ÓSCAR: Pues siento decirte que te queda mucho tiempo para aguantarlo…

 

La joven mira a su novio, indignada.

 

CALLES DE GIJÓN

 

Comienza a anochecer. Hugo camina rápidamente hacia casa, puesto que se da cuenta de que alguien le está siguiendo. Se gira lentamente, y se da cuenta de que se trata de Edu.

 

HUGO: (Molesto) ¡Joder, Edu! Me has asustado…

 

El joven sonríe forzadamente.

 

EDU: Perdona. Es que llevo jodida la garganta, y la verdad es que tampoco me apetecía correr.

 

Hugo le devuelve la sonrisa a su ex novio, y los dos empiezan a caminar juntos.

 

HUGO: ¿Cómo te encuentras?

 

EDU: Bueno, voy un poco a mejor.

 

HUGO: Me alegro.

 

EDU: Gracias.

 

Los dos continúan andando en silencio durante unos segundos.

 

EDU: ¿Cómo fue con Óscar?

 

HUGO: Bien, la verdad es que bien. Conseguí encontrarle y hablar con él.

 

EDU: ¿Conseguisteis arreglar las cosas?

 

El rubio se queda unos segundos en silencio, pensando, hasta que finalmente esboza una forzada sonrisa.

 

HUGO: Conseguí que viniera e hiciera lo que tenía que hacer, que era lo que quería.

 

EDU: ¿Y ahora cómo están las cosas entre nosotros?

 

HUGO: (Extrañado) ¿A qué te refieres?

 

Edu también esboza una sonrisa, sin ganas.

 

EDU: Vamos Hugo, conmigo no tienes que disimular. Sé que te gusta.

 

Hugo se pone nervioso, aunque intenta disimularlo.

 

HUGO: No digas tonterías.

 

EDU: Vi tu brillo en los ojos cuando me hablabas de él en la playa. Era el mismo brillo que se te ponía al hablar conmigo cuando estábamos juntos.

 

HUGO: Verías mal.

 

EDU: Te aseguro que vi perfectamente.

 

El joven mira a Edu, sin saber muy bien qué responder.

 

HUGO: ¿Qué quieres que te diga?

 

EDU: Nada. No quiero que me digas nada. Tan solo quiero que sepas que te puedes desahogar conmigo.

 

Hugo piensa durante unos segundos, hasta que finalmente suspira.

 

HUGO: ¿Tan evidente es?

 

EDU: Demasiado.

 

HUGO: No sé lo que me está pasando. Nunca me había pillado así por un hetero, y la verdad es que no sé qué hacer.

 

EDU: ¿Pero ha pasado algo entre vosotros?

 

El chico baja la cabeza, avergonzado.

 

HUGO: Podría decirse que sí…

 

EDU: ¿El qué?

 

HUGO: Nos hemos acostado.

 

EDU: Bueno, entonces no es tan hetero como dices, ¿no?

 

HUGO: Solo fue una vez, y los dos íbamos borrachos. En su día tú también te acostaste con Carlos y tampoco es gay, ¿no?

 

EDU: No, pero es distinto.

 

HUGO: ¿En qué?

 

EDU: Carlos y yo somos amigos. Vosotros no.

 

HUGO: Vale. Eso creo que incluso es peor que lo nuestro.

 

EDU: No, Hugo. Nosotros nos sentíamos solos, y nos apoyamos el uno en el otro. Quizás de manera equivocada, pero eso es lo que hicimos. En cambio, vosotros… ¿qué excusa tenéis?

 

Hugo mira al joven, sin saber que decir.

 

PISO DE CLAUDIA, ANDREA Y LIDIA/ SALÓN

 

Lidia permanece todavía en el sofá, ahora sola, mirando el libro que antes estaba leyendo su novio, cuando Andrea, muy arreglada, sale de su dormitorio y se sorprende al ver allí a su amiga.

 

ANDREA: Ey, ¿no ibas a quedar con Óscar esta noche?

 

LIDIA: (Suspira) Sí, pero ya ves, de repente se ha vuelto responsable y no quería que saliéramos de fiesta.

 

ANDREA: (Sorprendida) ¿En serio querías salir de fiesta?

 

LIDIA: Sí, ¿por?

 

ANDREA: Porque no sé si es lo más conveniente en tu estado…

 

Lidia suspira, intentando no perder la paciencia.

 

LIDIA: Y dale, todos con lo mismo… joder, que estoy embarazada, no invalida.

 

ANDREA: Lo sé. Y también sé que estás aburrida, que necesitas salir, pero ir a una discoteca no es lo más conveniente. Créeme, te lo digo por experiencia. Y si no lo haces, puedes hablar también con Marta si quieres.

 

La joven se levanta del sofá, indignada.

 

LIDIA: ¿Pero tú que sabrás, si solo soportaste llevar a un niño dentro tres meses?

 

ANDREA: (Sorprendida) ¿Cómo dices?

 

LIDIA: Me has oído perfectamente.

 

Andrea no se puede creer lo que está escuchando.

 

ANDREA: ¿Cómo puedes ser tan hija de puta?

 

LIDIA: A lo mejor si no tuvieseis todos esa maldita manía de meteros en mi vida, no tendría que serlo.

 

ANDREA: Sí me meto en tu vida, es porque eres mi amiga, y me preocupas.

 

LIDIA: No, perdona, no te confundas, yo soy amiga de Hugo. Tú y yo solo somos compañeras de piso, nada más, al igual que con Claudia.

 

ANDREA: Pero…

 

LIDIA: (Interrumpiéndola) Así que por favor te lo pido, déjame en paz. Hacedlo las dos.

 

Lidia se marcha de allí, indignada, encerrándose en su dormitorio y dejando sola a Andrea que, tras pensar durante unos segundos, coge su móvil y marca un número. No tiene que esperar demasiado para que la atiendan.

 

ANDREA: ¿Claudia? Escucha, soy yo… creo que tenías razón. ¿Qué podemos hacer para descubrir si el embarazo de Lidia es verdadero?

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ DORMITORIO DE HUGO

 

Ya es completamente de noche y Hugo está sentado en su escritorio pasando unos apuntes al portátil cuando escucha como alguien llama a su puerta.

 

HUGO: Adelante.

 

La puerta se abre, dando paso a Óscar.

 

ÓSCAR: ¿Se puede?

 

Hugo sonríe forzadamente.

 

HUGO: Claro, pasa.

 

ÓSCAR: Gracias.

 

Óscar entra al dormitorio cerrando la puerta tras él, y se sienta en la cama de su amigo, suspirando.

 

ÓSCAR: ¿Cómo los llevas?

 

HUGO: ¿El qué?

 

ÓSCAR: Los apuntes.

 

HUGO: Ah, eso… bien, bien. Ya apenas me queda nada por pasar. Muchas gracias por dejármelo.

 

ÓSCAR: De nada. Para eso estamos los amigos, ¿no?

 

HUGO: Oh, ¿somos amigos? ¿En serio?

 

ÓSCAR: Claro, ¿por qué no íbamos a serlo? Vaya, yo te considero uno de mis mejores amigos en esta ciudad…

 

Hugo no puede evitar el dejar escapar una sonora carcajada.

 

HUGO: Por favor, Óscar… siempre nos hemos llevado fatal, excepto con lo de…

 

ÓSCAR: (Interrumpiéndole) No hace falta que lo digas.

 

HUGO: Vale, no lo diré. Pero tú y yo nunca hemos sido amigos, y nunca vamos a poder serlo, Óscar. Lo sabes.

 

ÓSCAR: ¿Pero eso por qué?

 

HUGO: Porque entre nosotros no hay un punto medio. O nos odiamos, o… pasa lo que no quieres que nombre.

 

ÓSCAR: No lo hemos intentado.

 

HUGO: Sí, Óscar, yo sí que lo he intentado, pero me resulta imposible. No puedo mirarte y… bueno, ya sabes. Ser solo tu amigo.

 

Un incómodo silencio surge entre ellos.

 

ÓSCAR: ¿Entonces no hay nada que hacer? ¿Esta va a ser nuestra relación para siempre?

 

HUGO: Eso creo.

 

ÓSCAR: (Irónico) Genial.

 

HUGO: Lo siento.

 

Óscar se levanta de la cama de su amigo, suspirando.

 

ÓSCAR: Sí. Yo también lo siento.

 

El joven se marcha de allí dando un portazo y Hugo suspira, triste.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR

 

Un nuevo día amanece en la ciudad. Son las siete de la mañana, y el local acaba de abrir, por lo que está prácticamente vacío. Claudia permanece tras la barra, leyendo una revista cuando, ante su sorpresa, Jaime aparece por allí y, tras darle un beso, se sienta en una de las butacas.

 

JAIME: Buenos días.

 

CLAUDIA: ¿Qué haces aquí tan temprano? ¿Te has caído de la cama?

 

JAIME: (Sonríe) No. Solo quería verte.

 

Claudia, sonriente, besa a su novio.

 

CLAUDIA: Que mono… ¿quieres que te ponga algo?

 

JAIME: Un café solo. Así me despejo un poco.

 

La joven, riendo, no tarda en preparárselo.

 

CLAUDIA: Aquí tienes.

 

JAIME: Gracias.

 

El joven le da un sorbo a la bebida, bajo la sonriente mirada de Claudia.

 

JAIME: La verdad es que quería comentarte algo.

 

CLAUDIA: Ya sabía yo que esta visita tan madrugadora no podía traer nada bueno…

 

JAIME: Oh, no seas exagerada. Tampoco es nada malo.

 

CLAUDIA: (Suspira) Vale, dime.

 

JAIME: Ya te he dicho que no es nada importante. Solamente que tendremos que dejar nuestros planes de esta noche para mañana.

 

CLAUDIA: (Extrañada) ¿Y eso?

 

JAIME: He quedado para salir con Carlos.

 

CLAUDIA: ¿Se celebra algo?

 

JAIME: Sí, vamos a celebrar que ha aprobado todo de este cuatrimestre y que tú y yo somos felices.

 

CLAUDIA: ¿Entonces no debería ir yo también?

 

Jaime mira a su novia, sin saber muy bien que decir.

 

JAIME: Sí, bueno, pero es que… es una celebración para chicos.

 

CLAUDIA: Pues podríais haber decidido hacerla mañana. Me hacía ilusión ir al cine hoy contigo. Para una noche que nos dan libre…

 

JAIME: Ya lo sé, cielo.

 

El joven da un beso a Claudia, intentando animarla.

 

JAIME: Lo siento. Pero te prometo que mañana por la noche te compensaré.

 

Claudia piensa durante unos segundos, hasta que finalmente esboza una forzada sonrisa.

 

CLAUDIA: Bueno, está bien... pero más vale que me compenses mañana, ¿eh?

 

JAIME: (Sonríe) Por supuesto.

 

Jaime besa a la camarera, contento, y ésta no puede evitar el echarse a reír al ver la felicidad de su novio.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ DORMITORIO DE ÓSCAR

 

Ya por la tarde, Óscar está sentado en el escritorio haciendo un trabajo en el ordenador, cuando escucha como alguien llama a la puerta. Extrañado, se gira hacia allí.

 

ÓSCAR: Adelante.

 

La puerta se abre, dando paso a Andrea, que la cierra tras ella.

 

ANDREA: Buenas tardes.

 

ÓSCAR: (Extrañado) ¿Cómo has entrado? No he escuchado el timbre.

 

ANDREA: Justo cuando venía me he encontrado con Isra en la puerta, que había quedado con sus compañeros de clase, y me ha dejado entrar.

 

ÓSCAR: Ya. Pues creo que Hugo no está. Había quedado para ir a cenar y a tomar algo con Edu.

 

Andrea esboza una pícara sonrisa.

 

ANDREA: ¿Y eso te molesta?

 

ÓSCAR: (Extrañado) ¿A mí? ¿Por qué iba a molestarme?

 

ANDREA: No, por nada… si en realidad no venía a hablarte de eso.

 

Óscar empieza a mosquearse.

 

ÓSCAR: ¿A hablarme de qué?

 

ANDREA: Sobre Lidia.

 

ÓSCAR: (Asustado) ¿Le ha pasado algo?

 

ANDREA: No, no, tranquilo… al que quizás le pase algo ahora es a ti.

 

ÓSCAR: (Extrañado) ¿Qué quieres decir?

 

La joven, tras pensar durante unos segundos, suspira y se sienta en la cama de su amigo.

 

ANDREA: Mira, la verdad es que no sé cómo decírtelo, así que creo que la mejor manera será que lo haga directamente.

 

ÓSCAR: Pues vamos, porque me estás empezando a preocupar mucho.

 

ANDREA: Claudia y yo pensamos que Lidia podría no estar embarazada.

 

ÓSCAR: (Sorprendido) ¡¿Qué?!

 

ANDREA: Ya te digo que es una sospecha, no lo sabemos seguro.

 

Óscar no se puede creer lo que está escuchando.

 

ÓSCAR: ¿Pero qué os ha llevado a pensar eso?

 

ANDREA: Claudia le vio tampones y pastillas anticonceptivas en el bolso.

 

ÓSCAR: ¿Y?

 

ANDREA: Joder, eres de pueblo, pero no sabía que también fueras un paleto… esas cosas no las necesitan las mujeres embarazadas.

 

ÓSCAR: (Irónico) Muy graciosa, pero ya lo sé. Lo que quiero decir es que puede llevarlos por cualquier cosa. Eso no quiere decir que no esté embarazada.

 

Andrea coge aire, intentando no perder la paciencia.

 

ANDREA: ¿Cuánto tiempo más te vas a seguir engañando?

 

ÓSCAR: No me estoy engañando, Andrea. Lo que pasa es que creo que sois un poquito exageradas.

 

ANDREA: Vamos, ¿en serio te crees que está embarazada con todas las cosas que hace? Si realmente lo estuviera, ni fumaría, ni bebería, ni se le pasaría por la cabeza salir de fiesta.

 

ÓSCAR: Eso lo hacen muchas mujeres embarazadas.

 

La joven se da cuenta de que no va a conseguir convencer a su amigo, por lo que se levanta, suspirando.

 

ANDREA: Vale, ya veo que no quieres abrir los ojos… pero espero que algún día recuerdes esta conversación.

 

Andrea se marcha de allí con pena por la desconfianza de su amigo, que suspira, sin saber que pensar.

 

PUB “CUATRO ELEMENTOS”/ INTERIOR

 

Suena la canción “On the floor”, de Jennifer Lopez.

 

Ya completamente de noche, Carlos y Jaime, sentados en las butacas de la barra, se toman unos cubatas mientra charlan animadamente y mueven las piernas al son de la música.

 

CARLOS: Tenemos que repetir esto más a menudo. Me lo estoy pasando de puta madre.

 

JAIME: No sé yo… Claudia parece que no se ha tomado demasiado bien que le haya dado plantón.

 

CARLOS: Si lo cogemos como costumbre, se hará a ello.

 

JAIME: Que poco la conoces…

 

Los dos se ríen, divertidos.

 

JAIME: ¿Te has fijado de que aquí hay un montón de tías?

 

CARLOS: Espera… ¿no hemos estado hablando hace cinco segundos de tu novia?

 

JAIME: (Extrañado) Sí, ¿por qué?

 

CARLOS: Porque si no se ha tomado bien que saliéramos de fiesta, si supiera que te estás fijando en otras tías creo que podría costarte la vida.

 

JAIME: Oh, no, no lo digo por mí, lo digo por ti.

 

CARLOS: (Sorprendido) ¿Por mí?

 

JAIME: Claro. Tienes que conseguir olvidarte de Andrea.

 

CARLOS: Lo siento Jaime, pero yo no soy así. No quiero nada con nadie.

 

JAIME: Tonterías.

 

El joven se fija en una morena que baila sensualmente en el centro de la pista.

 

JAIME: Fíjate en esa morena.

 

CARLOS: ¿En cuál?

 

JAIME: En esa de allí.

 

Jaime señala hacia la chica. Ven como un hombre se acerca a ella y, cuando se gira, descubren ante su sorpresa que se trata de Marta, que besa apasionadamente a Alfonso.

 

CARLOS: Joder…

 

JAIME: ¿Esa es Marta?

 

CARLOS: Eso creo…

 

JAIME: ¿Y qué cojones hace con ese abuelo?

 

Carlos se encoge de hombros, sin saber que decir.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ EXTERIOR

 

Hugo y Edu llegan hasta la puerta del jardín charlando animadamente. Ambos parecen haber bebido de más, puesto que no tienen demasiado equilibrio y hablan atropelladamente.

 

EDU: Me alegro un montón de que al final accedieras a salir conmigo esta noche.

 

HUGO: (Sonríe) Y yo. Me lo he pasado de puta madre.

 

EDU: Tendremos que repetirlo.

 

HUGO: Sí…

 

Los dos se miran en silencio.

 

EDU: Gracias por darme esta oportunidad, Hugo. Después de cómo me he comportado durante tanto tiempo contigo…

 

HUGO: (Interrumpiéndole) Ya está olvidado, ¿vale? No hace falta que lo estemos recordando cada dos por tres.

 

Edu sonríe forzadamente.

 

EDU: Sí, tienes razón. Mejor olvidémoslo de una vez.

 

HUGO: Así me gusta, que me hagas caso.

 

Los dos se ríen, divertidos.

 

HUGO: Creo que debería irme a casa. Empiezo a tener frío.

 

EDU: Sí, la verdad es que a estas horas se levanta un aire…

 

HUGO: ¿Quieres pasar?

 

Edu mira a su ex novio, sorprendido, y éste se da cuenta de lo mal que ha sonado.

 

HUGO: Me refiero a que… bueno, no estás del todo bien todavía, y si no te apetece ir ahora hasta tu casa… puedes quedarte a dormir en el sofá.

 

EDU: ¿Tú crees que será una buena idea?

 

HUGO: Somos amigos, ¿no?

 

EDU: Sí, pero…

 

El joven se ve interrumpido cuando su ex novio le besa apasionadamente. Aunque duda durante unos segundos, le corresponde, pero nada más hacerlo, Hugo se separa.

 

HUGO: Yo… lo siento. No debería de haber hecho esto.

 

EDU: Cállate.

 

Edu besa de nuevo a Hugo y ambos empiezan a acariciarse, sin darse cuenta de que Óscar, celoso, les está viendo desde la ventana de su dormitorio.

 

PISO DE CLAUDIA, ANDREA Y LIDIA/ SALÓN

 

Claudia acaba de llegar a casa. Se está preparando un tazón de leche mientras tararea una canción, cuando escucha como alguien llega a casa y Andrea no tarda en aparecer por allí.

 

ANDREA: Buenas noches.

 

CLAUDIA: (Sorprendida) ¿Qué estás haciendo aquí tan temprano?

 

La recién llegada se sienta en una de las banquetas, suspirando.

 

ANDREA: Había una mierda de ambiente hoy por ahí… no he visto a nadie que mereciera la pena traerse a casa.

 

CLAUDIA: (Irónica) Claro, y si no lo encuentras, no merece la pena seguir por ahí intentándotelo pasar bien, ¿no?

 

ANDREA: Exacto.

 

Claudia se ríe, divertida.

 

ANDREA: ¿Está Lidia?

 

CLAUDIA: No, creo que había quedado con Óscar, ¿por?

 

Andrea se queda en silencio durante unos segundos, pensando, hasta que finalmente suspira.

 

ANDREA: He ido a hablar con él.

 

CLAUDIA: (Extrañada) ¿Con quién?

 

ANDREA: Con Óscar.

 

CLAUDIA: (Sorprendida) ¡¿Qué?!

 

ANDREA: Mira, sé que me habías dicho que no lo hiciera, pero no podía ocultárselo. Era demasiado.

 

Claudia coge aire, intentando mantener la calma.

 

CLAUDIA: ¿Y a qué no te ha creído?

 

ANDREA: No…

 

CLAUDIA: Joder, ¿y qué esperabas?

 

ANDREA: (Molesta) Mira, ya sabía que no me iba a creer, ¿vale? Pero al menos habré conseguido sembrar la duda, y ahora seguro que le está dando vueltas a la cabeza.

 

CLAUDIA: (Irónica) Sí, mientras folla con ella, no te jode…

 

ANDREA: Pues a lo mejor sí, quién sabe.

 

CLAUDIA: No sueñes, Andrea… y reza para que no le haya contado nada a Lidia, porque si lo ha hecho, va a estallar la guerra en cuanto vuelva a casa.

 

La joven sale de la cocina, indignada, mientras Andrea suspira, preguntándose en si habrá obrado bien o no.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ DORMITORIO DE ÓSCAR

 

Óscar y Lidia están tumbados sobre la cama del joven, cubriendo sus desnudos cuerpos tan solo con una fina sábana negra. Lidia acaricia el pecho de su novio mientras éste permanece con la mirada perdida, recordando.

 

ANDREA: (Off) Creemos que Lidia no está embarazada.

 

LIDIA: Voy un segundo al baño.

 

Lidia da un breve beso a su novio, mientras éste esboza una forzada sonrisa.

 

ÓSCAR: Bien.

 

La joven se levanta y sale del dormitorio. Cuando la escucha entrar al baño, Óscar se levanta inmediatamente y corre hacia el bolso de su novia. Tras rebuscar durante unos segundos, se da cuenta de que Andrea tenía razón. Allí se encuentra con los tampones y las píldoras anticonceptivas.

 

ÓSCAR: Mierda…

 

CONTINUARÁ...