MANERAS DE VIVIR

.- Mientras Marta va hablando, vamos viendo las imágenes relatadas bajo sus frases, y de fondo suena “Soledad”, de La oreja de Van Gogh.

MARTA: (Off) Sola. Así es como me siento.

Marta permanece tumbada en su cama. Se acaricia el estómago, y está con la mirada perdida en algún punto del techo.

MARTA: (Off) Aunque creo que en el fondo, todos nos sentimos solos.

Hugo mira las estrellas tumbado en el césped del jardín de su casa. Parece triste.

MARTA: (Off) Sobre todo, las personas que siempre están rodeadas de gente para no sentirse así…

Andrea baila con dos chicos en la discoteca. Ella se encuentra en medio, riendo, mientras ellos no desaprovechan ocasión de tocarla.

MARTA: (Off) … y no lo consiguen.

Claudia barre el bar, ya cerrado. Echa la vista hacia atrás, y ve a David apoyado en la barra, preocupado.

MARTA: (Off) Las que cuando se dan cuenta de las cosas, ya es demasiado tarde.

Edu ve a Isra entrar en su portal. Suspirando, se da media vuelta y se apoya en un coche. Saca su cartera, y al abrirla ve una foto de Hugo. Se le llenan los ojos de lágrimas.

MARTA: (Off) Y los que creían que no lo estaban, y de golpe se dan cuenta de que sí.

Carlos camina por el oscuro pasillo de su piso. Parece que se le hace interminable. Tiene bastante mal aspecto.

.- Es de noche, y Laura está tumbada en su cama, ya en pijama y tapada con la sábana hasta el cuello. Tras pensar unos segundos, coge su móvil que está sobre la mesilla, busca el nombre de Carlos y llama. No obtiene respuesta.

LAURA: (Susurra) ¿Por qué no lo coges?

Deja el móvil donde estaba, y se da media vuelta dispuesta a dormir, cuando unos leves golpes se oyen en la puerta.

LAURA: Dejadme en paz.

CARMEN: (Off) Vamos Laura, déjame pasar.

LAURA: Mamá, no tenemos nada de que hablar.

CARMEN: (Off) Laura…

LAURA: ¡Vete!

La mujer, a pesar de las palabras de su hija, abre la puerta y asoma la cabeza.

CARMEN: Laura por favor, no seas así.

Laura se sienta en la cama, enfadada.

LAURA: ¿Así cómo? ¿Enfadarme porque el hombre al que quiero me saca tres años? ¡¿Tres?! ¿Por qué tengáis que elegir toda mi vida? ¡No me pongo de ninguna manera, tranquila!

CARMEN: Hija, lo hacemos por tu bien. A vuestras edades se notan mucho tres años de diferencia, y al final la que lo va a pasar mal eres tú. Entiéndelo, por favor.

LAURA: No mamá, entiéndelo tú. Le quiero. Y ni tú ni nadie podréis hacer nada para separarnos, ¿vale? ¡Nada!

CARMEN: Te arrepentirás, ya lo verás.

LAURA: Pues eso es cosa mía, ¿vale?

Carmen piensa durante unos segundos, y acaba saliendo del dormitorio cerrando la puerta. Laura se deja caer de nuevo sobre la cama, llorando.

TÍTULOS DE CRÉDITO: "Have a nice day" Bon Jovi
Kristen Bell, David Gallagher, Rupert Grint, Vanessa Hudgens, Jesse McCartney, Jesse Metcalfe, Hayden Panettiere, Emma Watson.

Capítulo 36.
La importancia de llamarse Jorge


.- Un nuevo día amanece en la ciudad. Carlos se encuentra tras el mostrador del hotel en el que trabaja, comprobando unas reservas en el ordenador, cuando llega Laura cargada con una mochila.

LAURA: Buenos días.

Carlos levanta la mirada, sorprendido.

CARLOS: ¿Qué haces aquí? ¿Y los exámenes?

LAURA: No te preocupes. A primera hora no tenía, y me ha apetecido venir a verte.

Laura va a dar un beso a su novio, pero este aparta la cara.

CARLOS: Pues deberías de haberte quedado en casa estudiando en vez de perder el tiempo viniendo hasta aquí.

LAURA: (Molesta) Sí, sí a lo mejor ayer me hubieses cogido el teléfono, yo ahora no estaría aquí.

CARLOS: Estuve ocupado.

Laura le mira, sin creerle.

LAURA: ¿Todo el día?

Carlos asiente.

LAURA: Creía que habíamos quedado en que ibas a trabajar menos.

CARLOS: Y habíamos quedado en ello, pero…

LAURA: (Interrumpiéndole) ¿Y entonces por qué me mientes tan descaradamente?

Carlos mira con pena a su novia, y luego suspira.

CARLOS: Mira, pensé que tendrías que arreglar las cosas con tus padres, y que yo tan solo te molestaría.

LAURA: Eso arregla que no me llamaras tú, no que no me cogieras las llamadas a mí.

CARLOS: ¿Qué quieres que te diga, Laura?

LAURA: Que mis padres no tienen razón. Que nos queremos, y eso es lo que importa.

CARLOS: (Sonríe) Pues claro que sí, tonta. Ya te he dicho porque no te llamé ayer, a mí me encantaría que lograras arreglar las cosas… pero si no es posible, será una pena, porque yo te quiero y no te pienso dejar ni por tus padres, ni por nadie.

LAURA: (Emocionada) Gracias Carlos.

CARLOS: No, gracias a ti, Laura. Por haber hecho de mi vida lo que siempre quise que fuera.

La joven pareja se sonríe, y se besan apasionadamente.

.- Hugo camina apresuradamente entre la gente congregada en los pasillos del instituto, dándole un último repaso a sus apuntes, cuando Edu se acerca a él sin que se de cuenta, y le roza un hombro.

EDU: ¿Podemos hablar un momento?

Hugo ni siquiera le mira.

HUGO: Estoy repasando.

EDU: ¿No vas a poner nada de tu parte por arreglarlo?

HUGO: No soy yo el que tiene que ponerlo, Edu.

El chico se aleja de allí, e Isra se acerca a Edu por detrás, preocupado.

ISRA: ¿Todo bien?

EDU: (Irónico) Perfecto, ¿no lo ves?

Edu se aleja dejando allí solo al chico, sin saber que hacer.

.- Ya es la hora del recreo, y Marta está apoyada en la puerta del instituto, repasando unos apuntes. Laura se acerca a su amiga, y se apoya a su lado, suspirando.

LAURA: Vaya mierda de examen. Menos mal que solo quedan dos días para que todo esto termine.

Marta se limita a sonreír.

LAURA: ¿Y tú qué tal? ¿Puedes concentrarte a pesar de todo lo que te está pasando?

MARTA: Claro. Solo estoy embarazada, no soy estúpida.

LAURA: ¿Y de Jorge has sabido algo?

MARTA: (Suspira) Nada.

LAURA: Joder, me ha sorprendido tanto. No me esperaba algo así, y menos de alguien como Jorge.

MARTA: Supongo que nunca llegas a conocer a las personas al cien por cien, ¿no?

LAURA: Sí, pero se supone que tus parejas tienen que sorprenderte para bien, no para mal.

MARTA: De todo hay en este mundo.

Laura mira a su amiga preocupada, la cual parece que está a punto de echarse a llorar, pero consigue aguantarlo.

LAURA: ¿Quieres que mi mini yo y yo vayamos y le demos una paliza?

MARTA: (Sonríe) No creo que consiguierais hacer demasiado… Jorge es muy fuerte.

LAURA: Sí, y está muy bueno, pero eso no supondrá ningún impedimento para mi mini yo y yo.

Marta mira a su amiga unos segundos, y luego las dos se empiezan a reír.

.- En el Four hay varias mujeres sentadas en distintas mesas, tomándose sus cafés. David y Claudia están tras la barra. Mientras la chica seca la vajilla, David permanece apoyado en la pared, con la mirada perdida.

CLAUDIA: David, ¿qué pasa?

La chica no recibe respuesta.

CLAUDIA: ¿David?

DAVID: ¿Qué pasa?

CLAUDIA: ¡Mira que casualidad! Eso mismo es lo que te acabo de preguntar yo a ti.

DAVID: (Riendo) No pasa nada.

CLAUDIA: ¿Seguro? Porque llevas unos días la mar de raros.

DAVID: Sí, de verdad, no te preocupes. Todo va bien, es tan solo una temporada de estas que tiene todo el mundo que te da un poco el bajón, pero nada más.

CLAUDIA: Bueno, pues a ver si subes un poco el ánimo, porque había pensado que estas Navidades podríamos irnos unos días a algún sitio de vacaciones, y a la vuelta, si todo va bien, sería el momento de hacer oficial nuestra relación, ¿qué te parece?

DAVID: Me parece que tenemos que trabajar.

CLAUDIA: Sería solo un fin de semana, David. Un fin de semana a París.

David piensa durante unos segundos.

DAVID: No sé…

Claudia, sonriendo, agarra a su novio por la cintura y lo acerca a ella, hasta que sus bocas quedan a escasos centímetros la una de la otra. David se sorprende.

CLAUDIA: Anda, venga… anímate.

DAVID: (Molesto) ¿Qué estás haciendo?

CLAUDIA: Abrazarte para convencerte.

DAVID: Podrían vernos.

CLAUDIA: Solo estoy abrazando a un amigo.

David se separa de la chica rápidamente.

DAVID: Es más, y lo sabes.

CLAUDIA: Sí, pero solo lo sabemos nosotros. El resto de la gente solo ve a dos amigos abrazándose, nada más.

El chico se queda pensando unos segundos.

DAVID: Claudia, todavía no estoy preparado.

CLAUDIA: Ya, pues a mí tampoco te creas que me hace mucha gracia tener que estar escondiéndome como si fuera una criminal.

DAVID: (Riendo) No seas exagerada.

CLAUDIA: Mira David, yo no sé si seré exagerada o no, pero ya estoy cansada de todo esto. Si todavía tienes dudas de que te quiero, debería empezar a replantearme esta relación.

DAVID: No tengo dudas de que me quieras.

CLAUDIA: Cada vez lo entiendo menos, David. Si no tienes dudas, ¿cuál es el problema entonces?

DAVID: El miedo.

CLAUDIA: (Extrañada) ¿El miedo? ¿El miedo a qué? ¿Si no tienes dudas, a qué tienes miedo?

DAVID: No lo sé, Claudia. Pero te pedí que no me presionaras, y no dejas de hacerlo.

CLAUDIA: (Irónica) Perdona por querer tener una relación como la tiene el resto de la humanidad.

DAVID: Encima no te hagas la ofendida… eso no.

David se mete al almacén, ante la sorpresa de Claudia ante la actitud del chico.

CLAUDIA: (Susurrando) Hombres…

.- Carmen está sentada en el sofá del salón de su piso, haciendo punto de cruz mientras de la radio suena “Llueve sobre mojado”, de Joaquín Sabina. Suena el timbre, y la mujer, extrañada, se levanta a abrir. Es Carlos.

CARMEN: ¡Carlos! ¿Qué estás haciendo aquí?

CARLOS: Creo que tenemos que hablar.

CARMEN: No es un buen momento.

CARLOS: Laura me dijo que estaba de vacaciones.

CARMEN: Y lo estoy, pero también tengo cosas que hacer en casa. Lo siento.

Carmen se dispone a cerrar la puerta, pero Carlos la detiene poniendo un pie.

CARLOS: Será solo un momento. Por favor.

CARMEN: (Suspira) Está bien, pasa.

CARLOS: (Sonríe) Gracias.

El chico le hace caso, y después de que Carmen cierre la puerta, ambos se dirigen hacia el salón.

CARMEN: No creo que quieras sentarte si tan solo va a ser un momento, ¿no?

CARLOS: No, la verdad es que no. Realmente yo solo he venido a decirle que amo a su hija, a pesar de que yo tenga diecinueve años y ella solo dieciséis. Nos queremos, y eso no lo puede impedir ni usted, ni su marido, ni nadie.

CARMEN: No te das cuenta de lo que todo esto conlleva, ¿verdad?

CARLOS: Conlleva lo que cada uno quiere que conlleve. Mire, Laura a mí me ha ayudado muchísimo. Se ha preocupado por mí, y cada vez que me ha hecho falta algo me ha ayudado dentro de sus posibilidades, como yo haré el día que ella necesite mi ayuda. Es lo más bonito y lo más importante que me ha pasado en la vida. Tiene una hija excepcional que a lo mejor no me la merezco, pero yo ya he sufrido mucho. No quiero sufrir más.

Carmen se queda muda ante las palabras del chico, que parece esperar una respuesta que no obtiene.

CARLOS: Espero que tenga en cuenta todo lo que le he dicho. Adiós Carmen, perdone las molestias.

Carlos se marcha, y la mujer permanece allí parada, aunque no puede evitar el esbozar una leve sonrisa.

.- Ya es de noche. David y Andrea pasean por el parque bastante abrigados debido al frío. Andrea se sorprende al darse cuenta de que David, poco a poco, la agarra de la mano.

ANDREA: ¿Y esto?

DAVID: ¿El qué?

ANDREA: Esto de cogerme de la mano.

DAVID: Bueno, si te molesta la suelto.

ANDREA: (Sonríe) No seas bobo. Simplemente me ha sorprendido que lo hicieras, y más aquí, que nos puede ver cualquiera en cualquier momento.

DAVID: Hombre, por aquí a estas horas y con este frío dudo que veamos a alguien.

ANDREA: (Decepcionada) Ya…

David mira a la chica durante unos segundos, con pena, pero luego sonríe.

DAVID: Así puedo hacer esto, que es algo que me encanta.

El joven se acerca a su novia, y empieza a besarla. En pocos segundos a ambos les invade la pasión, pero eso tampoco dura demasiado.

CLAUDIA: (Off) ¿David?

La pareja se separa rápidamente y miran sorprendidos a la chica, que se acerca a ellos bastante enfadada.

DAVID: Claudia…

CLAUDIA: ¡Eres un puto cerdo!

La joven da una bofetada a David, lo que hace que Andrea cada vez entienda menos lo que está pasando.

ANDREA: ¿Qué coño está pasando aquí?

CLAUDIA: ¿No lo sabes?

ANDREA: ¿El qué?

CLAUDIA: Que el muy cabrón estaba saliendo también conmigo.

Andrea se queda impactada por las palabras de la chica.

ANDREA: ¿Es eso cierto?

DAVID: (Avergonzado) Andrea, yo…

La chica le da una bofetada en la mejilla que todavía tenía intacta.

ANDREA: Eres un hijo de puta. No quiero volver a verte.

Andrea se marcha de allí corriendo, intentando contener sus lágrimas. David se acerca a Claudia, intentando darle pena.

DAVID: Claudia, escúchame, por favor…

CLAUDIA: No David, yo ya no tengo nada que escuchar, está todo bastante claro. Vete al infierno.

Claudia se marcha por el lado opuesto del que se ha ido Andrea, dejando al chico solo y triste.

UNA SEMANA MÁS TARDE

.- Los rayos de sol se cuelan con fuerza por la ventana del dormitorio de Hugo. El dormitorio permanece vacío hasta que Hugo y Edu llegan. Ambos parecen bastante serios, y llevan sus notas entre las manos.

EDU: Que suerte que hayamos aprobado todo, ¿verdad?

HUGO: (Borde) ¿Por qué no me dices lo que quieras decirme y dejas de dar rodeos?

Edu sonríe de mala gana, y se sienta sobre la cama del chico.

EDU: Hugo, tú sabes que eres una persona muy especial para mí, ¿verdad?

HUGO: Sí, lo sabía.

EDU: Lo sigues siendo.

HUGO: Al grano.

EDU: (Suspira) Yo… lo siento, pero… creo que ya no siento por ti lo que debería sentir para que seamos una pareja. Creo… que deberíamos de dejarlo.

HUGO: ¿Pero es que acaso estábamos juntos ahora?

EDU: (Extrañado) ¿Qué quieres decir?

HUGO: Que llevamos dos semanas sin apenas hablarnos, de mala cara y maldiciéndonos el uno al otro.

EDU: Yo no te he maldecido en ningún momento.

HUGO: Yo a ti sí, constantemente.

EDU: Ya… supongo que me lo merezco.

HUGO: Tú sabrás, yo desde luego creo que sí.

En la habitación surge un incómodo silencio durante unos segundos, hasta que Edu se levanta.

EDU: ¿Crees que podremos ser amigos después de todo esto?

HUGO: Eso el tiempo lo dirá, Edu. Pero hoy por hoy no me lo pidas, por favor.

EDU: Bueno, entonces… supongo que será mejor que me vaya, ¿no?

HUGO: Sí, la verdad es que sí.

EDU: Adiós Hugo.

HUGO: Adiós.

Edu se marcha y Hugo se deja caer sobre la cama, intentando controlar sus lágrimas.

.- Claudia se encuentra tras la barra del Four mientras el local permanece prácticamente vacío. La joven mantiene la mirada en algún punto fijo de la pared, pensando, hasta que el ruido de una butaca moviéndose la abstrae de sus pensamientos. Se trata de Andrea, la cual se ha sentado.

ANDREA: Buenos días.

CLAUDIA: Hola, ¿qué te pongo?

ANDREA: Una coca-cola, por favor.

CLAUDIA: (Sonríe) Claro.

La joven le sirve el refresco a su amiga.

CLAUDIA: Hoy os daban las notas, ¿no?

ANDREA: Sí, he aprobado todo.

CLAUDIA: Ey, eso es genial. Felicidades.

ANDREA: (Sonríe) Gracias.

Entre las dos surge un incómodo silencio de unos segundos.

ANDREA: Oye, ¿se sabe algo de David?

CLAUDIA: Que sigue de baja, y como comprenderás, no tengo el menor interés ni en ir a ver como está.

ANDREA: No, ni yo tampoco.

CLAUDIA: Lo hemos olvidado.

Andrea sonríe de mala gana.

ANDREA: Claro.

.- Carlos, Laura y Edu están sentados en el sofá del piso del primero, cada uno tomándose un refresco en silencio. Edu permanece muy serio, y sus dos amigos le miran, preocupados.

LAURA: ¿Y tú estás seguro de lo que has hecho?

EDU: Sí, creo que sí.

CARLOS: Si lo crees, no estás seguro del todo.

EDU: A ver, sé que he hecho lo que tenía que hacer. No quería volver a repetir los mismos errores del año pasado… pero me ha sorprendido la frialdad con la que Hugo ha reaccionado, no lo esperaba.

LAURA: Cuando los sentimientos de Hugo son negativos, siempre se comporta de una manera bastante fría y distante… definámosle como borde.

Carlos y Edu miran a la chica sorprendidos.

CARLOS: ¿Y esa vena mística que te acaba de salir?

LAURA: Estoy leyendo.

EDU: Eso es nuevo.

LAURA: (Irónica) Oh, muchas gracias.

Carlos se ríe, divertido.

CARLOS: Bueno, volviendo al tema, ¿ahora que piensas hacer?

EDU: No lo sé, yo… si he dejado a Hugo sabéis por lo que es, pero no estoy seguro de que deba de decir nada todavía.

CARLOS: Yo creo que deberías hablar con él.

LAURA: Sí Edu, tienes que sacar esos sentimientos, exteriorizarlos. Si te lo comes todo para ti, te acabará pasando factura.

CARLOS: Tienes que dejar esos libros. Das autentico miedo.

Laura mira molesta a su novio.

EDU: A lo mejor tienes razón, pero ahora ya se habrá ido al pueblo, y…

LAURA: Se iba esta mañana. A lo mejor si te das prisa y vas ahora mismo, le pillas.

EDU: ¿Tú crees?

CARLOS: Por intentarlo no pasa nada.

LAURA: Solo que a lo mejor tu aura cambia de color.

CARLOS: Por favor, Laura, cállate.

LAURA: Me siento tan incomprendida…

Edu se levanta de repente, sin hacer caso a la discusión de sus amigos.

EDU: Tenéis razón, tengo que ir. He de intentarlo… no puede ser tan malo, y el no ya lo tengo.

CARLOS: (Sonríe) Claro que si tío, ese es mi mejor amigo.

EDU: Chao.

LAURA y CARLOS: Adiós.

Edu sale corriendo del piso, y Laura y Carlos se miran, preocupados.

CARLOS: ¿Hace bien ir a declararse hoy?

LAURA: Para él será lo mejor, pero para Hugo va a ser una autentica putada como se entere…

CARLOS: A veces supongo que hay que ser un poco egoísta.

LAURA: Sí, porque si no…

CARLOS: (Interrumpiéndole) Calla. No quiero saber nada más de ese libro por hoy.

Los dos se ríen, divertidos.

LAURA: ¿Quieres que cambie el color de tu aura?

CARLOS: ¿Cómo piensas hacerlo?

LAURA: (Sonríe) Tú déjame a mí.

La chica se abalanza sobre su novio, ante las risas de este.

.- Marta se encuentra sentada en el sofá del salón de su piso, haciendo zapping en la televisión, cuando suena el timbre. La chica se levanta, extrañada porque no espera a nadie, y abre la puerta. Es Jorge.

JORGE: Hola.

MARTA: Vaya, ya era hora de que dieras señales de vida.

JORGE: He estado muy liado.

MARTA: Sí, últimamente siempre lo estás. ¿Quieres pasar?

JORGE: No Marta, va a ser rápido. Yo… yo solo he venido a despedirme.

MARTA: (Extrañada) ¿A despedirte?

JORGE: Mira, yo… a principios de curso me concedieron una beca para ir a Alemania. Estaba contigo, y la rechacé, pero… creo que ha llegado el momento. Me he informado, y me la han concedido de nuevo. Salgo esta misma noche para allí.

MARTA: (Enfadada) ¿De verdad crees que ahora es el mejor momento? ¡Estamos esperando un hijo!

JORGE: No, estás esperando un hijo. ¿Quién me asegura a mí que ese niño sea mío?

Marta mira al chico, sin poderse creer lo que acaba de escuchar.

MARTA: ¿Qué quieres decir?

JORGE: Sé lo que pasó con Isra en el Four la noche de Halloween. ¿Quién puede asegurarme que entre vosotros dos no ha habido nada más a parte de eso? Siempre habéis sido muy buenos amigos.

MARTA: Sí, muy buenos amigos, pero nada más.

JORGE: Y se supone que tengo que creérmelo, ¿no?

Marta suspira, intentando no perder la paciencia.

MARTA: Mira, ¿sabes una cosa? En el fondo me alegro de que te vayas. No quiero que mi hijo tenga un padre como tú.

Jorge parece dispuesto a hablar, pero Marta le cierra la puerta sin darle opción a ello. La joven se apoya en la puerta y se deja caer hasta sentarse, sin poder contener su llanto.

.- Isra está ya terminando de preparar su maleta para irse a pasar las Navidades al pueblo, cuando la puerta se abre de repente y un agotado Edu entra, sorprendiéndole.

ISRA: ¿Vienes de correr una maratón?

EDU: Pensaba que no iba a pillarte.

ISRA: Hemos retrasado el viaje a la noche. Mi madre ha tenido que cambiar un turno en la fábrica, y le han hecho ir esta tarde.

EDU: Ya…

El chico se sienta sobre la cama del pelirrojo y le mira en silencio unos segundos mientras este continúa con su maleta.

EDU: Tenemos que hablar.

ISRA: La verdad es que ahora estoy bastante liado. Me ha pillado el toro con el equipaje, y voy de culo.

EDU: Es importante.

ISRA: ¿Tan importante que no puede esperar a esta noche? De verdad, es que no tengo tiempo ahora mismo.

EDU: ¿Esta noche?

ISRA: Sí. Pásate sobre las diez o así, y hablamos. A mi madre le han cambiado el turno, y hasta las once no viene, y la verdad es que paso de estar solo con Martín.

EDU: Vale… está bien. Esta noche a las diez estoy aquí.

ISRA: (Sonríe) ¡Genial!

Edu se levanta, y se dirige hacia la puerta. Antes de salir, se gira.

EDU: Isra…

ISRA: ¿Sí?

EDU: Gracias.

ISRA: (Extrañado) ¿Por qué?

EDU: (Sonríe) Hablamos esta noche. Chao.

ISRA: Hasta luego…

Edu se marcha, e Isra continúa haciéndose la maleta, sin dejar de estar extrañado por la actitud de su amigo.

.- Claudia está tras la barra del Four, como siempre que no hay mucha gente, sentada leyendo una revista, cuando su móvil empieza a sonar. Ve que es un número privado, y tras dudar unos segundos, lo coge.

CLAUDIA: ¿Sí?

Parece no obtener respuesta.

CLAUDIA: ¿Oiga?

La cosa sigue igual.

CLAUDIA: ¿Sabes? Seas quien seas, empiezo a estar un poco cansada de esta bromita. Mira a ver si te compras unos amigos y nos dejas tranquilos a los demás.

Claudia cuelga, y justo cuando levanta la mirada se encuentra con David, que la mira con una mezcla de vergüenza y preocupación.

DAVID: ¿Va todo bien?

CLAUDIA: Yo tengo una pregunta mejor ¿por qué coño no te vas a la mierda y me dejas en paz? He estado muy bien esta semana sin ti. Y Andrea también.

DAVID: Yo solo venía a despedirme.

CLAUDIA: (Irónica) Genial, adiós.

DAVID: No sé si me has entendido, Claudia. Dejo el Four. Ya no volveremos a vernos más.

CLAUDIA: (Sonríe) Si, afortunadamente lo había entendido perfectamente. Perdona que no llore, ¿eh? Pero es que es solo verme a mí como la nueva encargada del local, y una increíble felicidad inunda mi ser.

DAVID: Yo… lo siento por todo. Si alguna vez quieres verme, sabes donde encontrarme. De la ciudad no me voy.

CLAUDIA: No te preocupes. Dudo que eso suceda.

David baja la cabeza, sin saber que decir.

DAVID: ¿Podrías despedirte de Andrea por mí?

CLAUDIA: No creo que estés en una buena posición como para pedirme que haga algo por ti. Y menos eso.

DAVID: Por favor Claudia. Sé que no eres mala persona. Hazlo.

Claudia mira al chico, sin poder evitar el sentir pena, y este, tras esbozar una falsa sonrisa, se marcha.

.- Laura está sentada en el porche de su casa. Mira pensativa la hierba del césped, algo descuidada, cuando un leve ruido en la verja la saca de sus pensamientos. Se trata de Marta, que solloza silenciosamente.

LAURA: ¡Marta!

La chica se acerca sorprendida a su amiga, y abre la puerta.

LAURA: ¿Estás bien?

MARTA: No…

LAURA: Anda, pasa.

Las dos jóvenes, abrazadas, van hacia el porche, donde se sientan. Marta no tarda demasiado en empezar a tranquilizarse.

MARTA: Perdona que me haya presentado así, sin avisar ni nada.

LAURA: No te preocupes por eso, y dime qué pasa.

MARTA: Se va.

LAURA: (Extrañada) ¿Quién?

MARTA: Jorge. Se va esta misma noche.

LAURA: ¿Cómo que se va? ¿A dónde? ¿Va a pasar las Navidades fuera?

MARTA: No Laura. Se va a vivir a Alemania. Le concedieron una beca, y al estar conmigo la rechazó, pero ahora que somos padres ha decidido aceptarla.

LAURA: No Marta, has tenido que entenderlo mal. No te devuelven una beca así como así, y menos en enero.

MARTA: ¿Olvidas que su padre es el decano de la universidad?

LAURA: ¿Insinúas que…?

MARTA: No lo insinúo, Laura, lo afirmo.

LAURA: Que cabronazo…

MARTA: (Suspira) Sí…

Las dos se quedan en silencio durante unos segundos.

LAURA: ¿Y qué vas a hacer ahora?

MARTA: No lo sé, aún no lo he pensado.

LAURA: Pues tienes que darte prisa, Marta. El reloj pasa demasiado rápido para estas cosas.

MARTA: No hace falta que me lo recuerdes cada dos por tres.

LAURA: Es que no quiero que luego sea tarde para que tomes la decisión, y tengas que joderte la vida con algo que no quieres.

Marta mira a su amiga, sin saber que decir pero sabiendo que no le falta razón.

.- Andrea y Hugo están sentados en el sofá de siempre, mientras de fondo suena la canción “Cuando te vayas”, de Melocos con Natalia. Los dos jóvenes se toman unos refrescos, mientras permanecen serios.

ANDREA: Es un cabrón.

HUGO: Sí, un completo hijo de puta.

ANDREA: Lo que más me jode es el engaño.

HUGO: Te entiendo. Aunque en el fondo yo me lo esperaba.

ANDREA: ¿En serio?

Hugo asiente.

ANDREA: Pues yo no, tío. Imagínate, ¿cómo iba a saber yo que era un cabronazo de ese calibre? Siempre me sonó raro que quisiera llevarlo en secreto, pero…

HUGO: (Interrumpiéndola) Sí, eso siempre fue muy raro.

ANDREA: Que asco.

HUGO: Dímelo a mí. Solo de pensar que cuando terminen las Navidades voy a volver a verle, se me descompone el estómago por completo. Somos dos desperdicios humanos.

ANDREA: No Hugo, eso ni de coña. Los desperdicios son ellos. No saben lo que se pierden, porque estas Navidades, tú y yo vamos a triunfar.

HUGO: Lo dudo…

ANDREA: (Sonríe) Tu hazme caso.

Hugo mira a su amiga, con una mezcla de temor y diversión, y ninguno de los dos puede evitar el echarse a reír.

.- Se retoma la canción “Soledad”, de La oreja de Van Gogh, y suena durante todas las escenas abajo relatadas.

Edu mira su reloj. Son las diez y cinco de la noche. Corre calle abajo, hasta que llega al portal de Isra. Da varios timbrazos, pero no obtiene respuesta.

Isra va sentado en el asiento trasero del coche. Mira los campos de las afueras de la ciudad a través de la ventanilla. Saca su móvil y empieza a escribir un mensaje.

Andrea entra al Four. Mira con nostalgia hacia la barra, donde debería estar David pero en cambio ya hay un nuevo camarero.

Jorge está en el aeropuerto, facturando su equipaje. Él no se da cuenta, pero Marta le observa desde la distancia, con los ojos llenos de lágrimas.

Laura y Carlos permanecen abrazados en el sofá del salón del chico, dándose tiernos besos mientras ven una película.

Hugo permanece sentado en el suelo de su dormitorio, al lado de la papelera. Mira una fotografía en la que él y Edu salen sonriendo. Con los ojos llenos de lágrimas, comienza a quemarla.

Claudia está sentada en el sofá de su casa, cuando de pronto alguien llama al timbre. Extrañada por las horas que son, se acerca a la puerta y mira por la mirilla. Cuando ve quien es retira el ojo inmediatamente, y se apoya en la puerta, con la respiración agitada.

CLAUDIA: (Susurrando) No puede ser… no puede estar vivo…

CONTINUARÁ...