MANERAS DE VIVIR


Quinta temporada, capítulo 109

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ NOCHE

 

Marta, Isra, Claudia, Jaime, Andrea y Carlos están sentados en dos de los sofás del bar, el cual está completamente vacío, tomándose unas cervezas. Los seis parecen bastante nerviosos. Jorge, Hugo y Óscar no tardan en entrar en el local, con el semblante serio. Se acercan a sus amigos.

 

Marta: Joder, ya era hora.

 

Jaime: Espero que sea algo tan sumamente importante como para justificar que hayamos tenido que cerrar el bar.

 

Hugo: Lo es, créeme.

 

Isra: Pues vosotros diréis.

 

Los tres recién llegados se miran, y cogen unas sillas para sentarse frente a sus amigos.

 

Andrea: (Irónica) Tranquilos, ¿eh? No tenemos ningún tipo de prisa.

 

Óscar: Se trata de Lidia.

 

Carlos: (Suspira) ¿Qué ha hecho esta vez?

 

Jorge: Hace unas semanas conseguimos sacar unos datos de su ordenador gracias a Óscar. Datos que ahora hemos perdido.

 

Andrea: ¿Y esto viene a que queréis demostrarnos vuestra inteligencia, o…?

 

Hugo: (Irónico) Muy graciosa.

 

Andrea: (Sonríe) Siempre.

 

Claudia coge aire, intentando mantener la calma.

 

Claudia: Oye en serio, ¿os importaría ir al grano? Jaime y yo tenemos que volver a abrir el bar.

 

Óscar: En esos datos que obtuve, estaba toda nuestra vida.

 

Claudia: ¿Qué quieres decir con toda nuestra vida?

 

Hugo: Todo. Todo acerca de ti, de tu padrastro, de tu madre, de mi padre, nuestras relaciones, toda la historia de Marta, Daniel y yo…

 

Marta: (Asustada) ¡¿Qué?!

 

Andrea: ¿Hicisteis un trío?

 

Marta: ¡Claro que no!

 

Claudia: ¿Cómo se ha enterado de todo eso?

 

Jorge: Creo que eso es lo que menos importa ahora mismo.

 

Marta: (Asustada) Joder, ¿pero no os dais cuenta? ¡Si habla, podrían meterme en la cárcel! ¡Puede joderme la vida!

 

Hugo: A ti y a todos. Cada uno de los que estamos aquí tenemos secretos, y ella los conoce absolutamente todos.

 

El grupo de amigos se miran nerviosos entre sí, sin saber qué hacer.

 

APARTAMENTO DE LIDIA/ DORMITORIO DE LIDIA/ NOCHE

 

Lidia, con una cínica sonrisa dibujada en su rostro, mira las vistas de la ciudad a través de la ventana. A su espalda tiene el ordenador encendido, con una fotografía en la que salen todos los amigos sonriendo, felices.

 

Lidia: El juego no ha hecho más que empezar…

 

CANCIÓN: “Bed of roses”, de Bon Jovi

 

KRISTEN BELL

 

CHACE CRAWFORD

 

RUPERT GRINT

 

VANESSA HUDGENS

 

JESSE MCCARTNEY

 

JESSE METCALFE

 

JARED PADALECKI

 

HAYDEN PANETTIERE

 

JESSICA STROUP

 

TOM WELLING

 

CAPÍTULO 109: Caminar hacia la luz

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ COCINA/ MAÑANA

 

Un nuevo día amanece en la ciudad. Hugo, ya vestido y aseado, se toma un café apoyado en la encimera, cuando Óscar aparece por allí vistiendo tan solo unos calzoncillos, sonriendo.

 

Óscar: Buenos días.

 

Hugo esboza una forzada sonrisa.

 

Hugo: Hola.

 

La pareja se da un pico, y Óscar se sirve también una taza de café.

 

Óscar: Has madrugado mucho hoy.

 

Hugo: Sí. Es que tengo que ir un poco antes a la escuela para pedir una documentación.

 

Óscar: (Extrañado) ¿Qué documentación?

 

Hugo: Nada importante.

 

Óscar: ¿Seguro?

 

Hugo: Aha.

 

Óscar: ¿A qué hora quieres salir?

 

Hugo: En diez minutos.

 

Óscar: (Sorprendido) ¡¿En diez minutos?! ¡No me va a dar tiempo de estar preparado!

 

Hugo: Tendrás que cogerte el autobús.

 

Óscar: ¿Por qué no me has despertado?

 

Hugo: Bueno, anoche nos liamos demasiado en el “Four” y no hemos dormido mucho… me daba pena.

 

Óscar: Joder, pero es que ahora ni siquiera en bus voy a llegar a primera hora. Todavía tengo que ducharme y todo.

 

Hugo se encoge de hombros, sin saber muy bien qué decir.

 

Hugo: Lo siento.

 

Óscar: Ya.

 

El rubio se termina el café, y mete el tazón en el lavavajillas.

 

Hugo: Creo que voy a salir ya para no ir tan pillado. Nos vemos en clase.

 

Hugo da un beso al joven.

 

Hugo: Chao.

 

Óscar: Adiós.

 

El joven sale de allí, ante la preocupada mirada de su novio.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ MAÑANA

 

Jaime permanece tras la barra, tomándose un café mientras lee una revista, cuando Carlos entra en el local y se sienta en una butaca frente a su amigo.

 

Carlos: Buenos días.

 

Jaime: (Sorprendido) ¿Qué haces aquí? ¿No deberías de estar en clase?

 

Carlos: Que va, ya solo nos quedan los exámenes. Me tomo un café rápido y me voy para la biblioteca.

 

Jaime: ¿Cortado?

 

Carlos: Como siempre.

 

Jaime: Muy bien.

 

Jaime enseguida lo tiene preparado, y luego se lo sirve.

 

Carlos: ¿Qué tal con Claudia? ¿Has hablado ya con ella?

 

Jaime: No.

 

Carlos: ¿Y cuándo piensas hacerlo? Porque vamos, pedirle el divorcio no es ninguna tontería…

 

Jaime: Creo que no voy a hacerlo.

 

Carlos: (Sorprendido) ¿En serio?

 

Jaime: Sí…

 

Carlos: ¿Y qué te ha hecho cambiar de opinión?

 

El camarero se queda unos segundos en silencio, pensando, hasta que finalmente suspira.

 

Jaime: Tenías razón. Supongo que no es tan grave que quiera tener hijos más adelante… y la quiero. No quiero echar a perder mi matrimonio por esto.

 

Carlos: (Sonríe) Me alegro.

 

Jaime devuelve la sonrisa a su amigo, aunque no parece demasiado convencido.

 

FACULTAD DE MEDICINA/ CAFETERÍA/ MEDIODÍA

 

Isra: Gracias por venir a comer conmigo. Odio tener que hacerlo yo solo.

 

Marta, sentada al otro lado de la mesa con un plato de pasta enfrente, esboza una amplia sonrisa.

 

Marta: Tranquilo. Esperanza está con Jorge, y así yo también vivo un poco la vida universitaria.

 

El pelirrojo no puede evitar el dejar escapar una sonora carcajada.

 

Marta: ¿Cómo lo llevas?

 

Isra: (Extrañado) ¿El qué?

 

Marta: Lo de tus compañeros.

 

Isra: Lo mejor que puedo.

 

Marta: O sea que mal, ¿no?

 

Isra esboza una forzada sonrisa, pero no responde.

 

Marta: Tranquilo. Seguro que se les acabará olvidando.

 

Isra: Eso espero…

 

Los dos amigos comen en silencio durante unos segundos.

 

Isra: ¿Y tú qué tal con lo de Lidia?

 

Marta: (Suspira) Fatal. Estoy acojonada.

 

Isra: Saldrá bien. Entre todos, podremos con ella.

 

Marta: Yo no estaría tan segura, es una hija de puta… ¿cómo se puede ser así?

 

Isra: A saber todo lo que le contaría Lorena para que piense que nosotros fuimos los malos de la película.

 

Marta: Eso y que tampoco es que esté demasiado bien de la cabeza, para que vamos a engañarnos.

 

El pelirrojo se ríe, divertido.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ TARDE

 

Andrea está sentada en el sofá habitual, tomándose un botellín de cerveza. Al ver a Óscar entrar en el local alza la mano, y el chico se acerca a ella para sentarse a su lado.

 

Óscar: Hola.

 

Andrea: Te veo agobiado.

 

Óscar: Pensaba que llegaba tarde.

 

Andrea: (Sonríe) Tranquilo. Tampoco tengo otra cosa mejor que hacer, así que…

 

Jaime se acerca a ellos, con un botellín que le da a Óscar.

 

Jaime: Supongo que no me equivoco.

 

Óscar: (Sonríe) No. Gracias.

 

El camarero le devuelve la sonrisa, y regresa tras la barra. Andrea mira con curiosidad a su amigo.

 

Andrea: Bueno, pues tú dirás. ¿A qué venían tantas prisas para vernos? No te estarás enamorando de mí, ¿no? Porque si fuera así, tendríamos un problema…

 

Óscar se ríe, divertido.

 

Óscar: No, tranquila. No es eso.

 

Andrea: ¿Entonces?

 

Óscar: Es por Hugo.

 

Andrea: (Extrañada) ¿Qué ha pasado? ¿Problemas en el paraíso homosexual?

 

Óscar: No lo sé. Eso mismo quería preguntarte.

 

Andrea: (Sorprendida) ¿A mí?

 

Óscar: ¿No le has notado últimamente un poco… raro?

 

La joven se pone nerviosa, aunque intenta disimularlo.

 

Andrea: No, ¿por qué?

 

Óscar se queda unos segundos en silencio, hasta que finalmente suspira.

 

Óscar: Porque lo está. Está desagradable, y además creo que me evita.

 

Andrea: ¿Qué tontería es esa? Eres su novio y además vivís juntos. ¡No podría evitarte ni aunque quisiera!

 

Óscar: Pues lo hace. Y sé que tú sabes algo.

 

Andrea: Óscar…

 

Óscar: (Interrumpiéndola) Andrea, eres su mejor amiga y la persona en la que más confía, ¿de verdad quieres que me crea que no te ha dicho nada?

 

Andrea mira al joven durante  unos segundos en silencio, pensando, hasta que finalmente suspira.

 

Andrea: Habla con él.

 

Óscar: ¿Tengo que preocuparme?

 

Andrea: En serio Óscar, habla con él.

 

Óscar mira a su amiga, asustado.

 

PARQUE “RUISEÑORES”/ TARDE

 

Jorge pase por el parque con Esperanza en brazos, la cual parece estar divirtiéndose mucho con una muñeca. De pronto, el joven ve a Lidia caminando hacia él. El chico vacila un instante, valorando sus opciones, pero ya es tarde: la joven ha llegado hasta él, con una cínica sonrisa dibujada en su rostro.

 

Lidia: Mira a quién tenemos aquí, menuda sorpresa…

 

Jorge: (Suspira) ¿Qué quieres?

 

Lidia: ¡Nada! ¿Es que no puedo saludar a un viejo amigo?

 

Jorge: ¿Viejos amigos tú y yo? ¿Qué te has tomado?

 

Lidia ignora la pregunta del joven.

 

Lidia: ¿Sabes? Es una pena que estemos en bandos opuestos, aunque la verdad es que no lo entiendo.

 

Jorge: Pues no es tan difícil.

 

Lidia: A ti también te dieron de lado. Es cierto que abandonaste a Marta cuando te enteraste de que estaba embarazada, pero volviste e intentaste arreglar las cosas. No te dieron una segunda oportunidad hasta que les demostraste que habías cambiado.

 

Jorge: Porque es así como funcionan las cosas, Lidia.

 

Lidia: No Jorge, así es como funcionan las cosas en esta mierda de grupo de amigos. Pero todo el mundo tenemos derecho a una segunda oportunidad, y ellos tardaron mucho en dártela. Tan solo piénsalo. Haríamos un buen equipo.

 

La joven se aleja de allí contoneando de forma sensual las caderas, ante la confundida mirada de Jorge.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ SALÓN/ NOCHE

 

Hugo está sentado en el sofá, comiéndose un bocadillo de tortilla mientras ve la televisión, cuando escucha que alguien llega a casa. Óscar no tarda en aparecer por allí.

 

Óscar: Buenas noches.

 

El joven esboza una forzada sonrisa, pero no aparta la vista de la pantalla.

 

Hugo: Hola, ¿qué tal el día?

 

Óscar: Bien, he estado con Andrea.

 

Hugo: ¿Y por qué no me habéis avisado?

 

Óscar se sienta junto a su novio, sonriendo.

 

Óscar: Bueno, dijiste que tenías muchas cosas que hacer, ¿no?

 

Hugo: Sí. Es verdad.

 

Los dos jóvenes se quedan en silencio durante unos segundos.

 

Óscar: ¿Podemos hablar?

 

Hugo: Tú dirás.

 

Óscar: No. El que quiero que me digas eres tú.

 

Hugo: (Extrañado) ¿De qué estás hablando?

 

Óscar: Te vuelvo a repetir que esta tarde he estado con Andrea.

 

Hugo por fin parece entender las cosas.

 

Hugo: Joder…

 

Óscar: Antes de que te enfades, ella no me ha dicho nada. Simplemente que hable contigo.

 

Hugo: (Suspira) Ya.

 

Los dos jóvenes permanecen en silencio durante unos segundos. Óscar mira a su novio, impaciente.

 

Óscar: ¿Qué es lo que pasa?

 

Hugo coge aire antes de hablar.

 

Hugo: Estoy planteándome el marcharme a Madrid en septiembre.

 

Óscar: (Sorprendido) ¡¿Qué?!

 

Hugo: A hacer periodismo. Puedo acceder con la nota del grado si las cosas siguen como hasta ahora.

 

Óscar mira a su novio, sin poderse creer lo que está escuchando.

 

Óscar: ¿Por qué no me lo habías dicho?

 

Hugo: Porque no sabía cómo hacerlo.

 

Óscar: Pues ahora tampoco es que te haya costado demasiado.

 

Hugo: Lo siento.

 

Los dos se quedan unos segundos en silencio.

 

Óscar: ¿Y qué va a pasar con nosotros?

 

Hugo: No lo sé, Óscar… no lo sé.

 

Ambos se miran, sin saber qué decir.

 

FACULTAD DE TURISMO/ EXTERIOR/ MAÑANA

 

Andrea sale de la facultad, mirando unos apuntes, cuando ve, a unos metros de distancia, a Carlos sentado en un banco, mirándola. La joven, extrañada, se acerca a él.

 

Carlos: Buenos días.

 

Andrea: ¿Qué haces aquí?

 

Carlos: Quiero hablar contigo.

 

Andrea, tras dudar durante unos segundos, se termina sentando al lado de su ex novio.

 

Andrea: ¿Qué pasa?

 

Carlos: Yo… desde que nos dijeron toda la verdad acerca de Lidia, no… no paro de darle vueltas a lo nuestro.

 

Andrea: ¿Y?

 

Carlos permanece unos segundos en silencio antes de seguir hablando.

 

Carlos: ¿Crees que todo ha sido una estrategia por su parte para separarnos?

 

Andrea: ¿Acaso tienes dudas al respecto?

 

Vuelven a quedarse en silencio durante unos segundos.

 

Carlos: Yo… lo siento.

 

Andrea: (Extrañada) ¿Qué quiere decir eso?

 

Carlos: No sé, supongo que con todo esto, me he dado cuenta de que no fue nuestra culpa el acostarnos con ella. Nos manipuló para que lo hiciéramos.

 

Andrea: (Suspira) No me lo puedo creer.

 

Carlos: ¿El qué?

 

La joven se levanta, indignada.

 

Andrea: ¿Después de lo mal que me lo has hecho pasar, ahora te das cuenta de eso?

 

Carlos: Ya te he dicho que lo siento.

 

Andrea: A veces con sentirlo no es suficiente.

 

Carlos: Andrea…

 

Andrea: (Interrumpiéndole) Nos vemos.

 

Andrea se aleja de allí, ante la impotente mirada de su ex novio.

 

CALLES DE GIJÓN/ MAÑANA

 

Marta, con Esperanza en brazos, camina por la calle de la ciudad, cuando a unos metros de distancia ve a Iván. La joven piensa en cambiarse de acera, pero ya es tarde: el joven la ha visto y se acerca a ella con una forzada sonrisa dibujada en su rostro.

 

Iván: Buenos días.

 

Marta le devuelve la falsa sonrisa.

 

Marta: Hola, ¿qué tal?

 

Iván: Bien, ¿y tú?

 

Marta: Genial.

 

Los dos jóvenes permanecen en silencio durante unos segundos, pero sin borrar las sonrisas de sus caras.

 

Iván: ¿Esta es la famosa Esperanza?

 

Marta: Aha.

 

Iván: Eres muy guapa.

 

Esperanza: ¡Asias!

 

El joven se ríe, divertido.

 

Marta: Bueno, nosotras tenemos que irnos. Todavía tengo que hacer la comida y todo.

 

Iván: Claro. Ya nos veremos.

 

Marta: Sí. Chao.

 

Marta empieza a alejarse de allí e Iván, tras dudar durante unos segundos, la sigue.

 

Iván: Marta, espera.

 

Marta: (Extrañada) ¿Qué pasa?

 

Iván: Yo…

 

El joven hace una pausa antes de seguir hablando. Parece nervioso.

 

Iván: Quería pedirte disculpas por lo de la otra noche.

 

Marta: No tiene importancia.

 

Iván: Sí, claro que la tiene. Me comporté como un autentico gilipollas.

 

Marta: Eso no te lo voy a discutir.

 

Los dos se ríen, divertidos.

 

Iván: Y de verdad, espero que entiendas que yo… yo no estoy preparado para algo así.

 

Marta: Por supuesto. Yo pensaba que Hugo y Óscar te lo habían dicho, sino jamás habría accedido a tener esa cita.

 

Iván: Lo sé.

 

Ambos se quedan unos segundos en silencio.

 

Iván: Espero que tengas mucha suerte, Marta.

 

Marta: Igualmente. Hasta pronto.

 

Iván: Chao.

 

Cada uno continúa su camino, que sigue direcciones diferentes.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ SALÓN/ TARDE

 

Isra, Jorge y Óscar están sentados en el sofá, charlando, cuando Hugo aparece por allí con cuatro botellines de cerveza en sus manos y con cara de pocos amigos.

 

Hugo: Ya podríais haber venido alguno a ayudarme, joder.

 

Óscar: (Irónico) ¿Para qué? Si tú solito te las arreglas tan bien, ¿no?

 

Jorge: (Extrañado) ¿Qué pasa?

 

Isra: Buena pregunta… pero no te la van a responder.

 

Óscar: Uy, pero igual no os lo cuenta. Es lo que tiene ser una persona independiente, ¿verdad Hugo? Que toma todo tipo de decisiones sin tener en cuenta a la gente que le rodea.

 

Hugo: (Enfadado) Vete a la mierda, Óscar.

 

Isra: Chicos…

 

Hugo coge aire y se sienta en el sillón, frente a sus amigos.

 

Hugo: Vale, perdonad. Si estamos aquí es porque Jorge tiene algo importante que decirnos, y no para sacarnos trapos sucios.

 

Óscar lanza una mala mirada a su novio.

 

Jorge: Así es.

 

Isra: ¿Qué ha pasado?

 

Jorge: Ayer me encontré con Lidia en el parque. Insinuó que debería de unirme a ella porque vosotros tampoco me habéis tratado bien.

 

Isra: (Sorprendido) ¡¿Qué?!

 

Óscar: (Enfadado) ¡Será hija de puta!

 

Jorge: Solo quería informaros. Desde luego, no pienso hacerlo.

 

Hugo: ¿Y por qué no?

 

Los tres miran al rubio, sin entender nada.

 

Hugo: Pensadlo bien. Nos vendría de puta madre que pensara que uno de nosotros está de su lado. Fue así como Óscar consiguió todas las pruebas, ¿no?

 

Óscar: Sí, pero…

 

Jorge: (Interrumpiéndole) Tienes razón.

 

Isra: Yo no lo veo tan claro.

 

Jorge: Yo sí. Creo que, ahora mismo, es la única manera que tenemos de acabar con ella.

 

Los cuatro amigos se miran, sin estar del todo convencidos.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ TARDE

 

Marta, Andrea y Claudia están sentadas en el sofá habitual tomándose unos botellines de cerveza, mientras al fondo se ve a Jaime sirviendo a los clientes.

 

Marta: Es que todavía no me puedo creer que Carlos te dijera eso.

 

Andrea: Como os lo estoy contando.

 

Claudia: Todos los hombres son iguales. Te hacen daño, y luego esperan que les perdones y hagas borrón y cuenta nueva.

 

Marta: Habló la casada.

 

Claudia: No sé durante cuánto tiempo.

 

Marta y Andrea: (Sorprendidas) ¡¿Qué?!

 

Claudia coge aire antes de seguir hablando.

 

Claudia: No estamos bien.

 

Marta: ¿Qué os ha pasado?

 

Claudia: Está empeñado en que tengamos hijos.

 

Andrea: (Sorprendida) ¿Qué? ¡Pero si os acabáis de casar y sois súper jóvenes!

 

Claudia: Eso mismo le dije yo, pero parece que no le convence.

 

Andrea: Definitivamente, el mundo se ha vuelto loco.

 

Marta: La maternidad no es tan mala como creéis. Te cambia la vida, sí, pero es lo mejor que te puede pasar.

 

Claudia: Yo no estoy diciendo que sea mala. Estoy diciendo que todavía no estoy preparada, eso es todo.

 

Marta: ¿Crees que yo lo estaba cuando tuve a Esperanza? Pero ahora no sabría vivir sin ella.

 

Claudia: ¿Y todo lo que tuviste que pasar cuando Jorge se la llevó?

 

Marta: No es lo mismo. Vosotros estáis casados.

 

Claudia: Nunca se sabe.

 

Marta: Sí, pero…

 

Claudia: (Interrumpiéndola) Mira Marta, sé que lo haces con la mejor intención del mundo, pero si Jaime no ha conseguido convencerme, tampoco vas a hacerlo tú.

 

Andrea: ¿Estás segura de lo que estás diciendo?

 

Claudia: Yo estoy dispuesta a luchar por este matrimonio, pero sí la única solución es que tengamos un hijo… se va a acabar.

 

Andrea y Marta miran a su amiga, sin saber qué decir.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ DORMITORIO DE ÓSCAR/ TARDE

 

Óscar está tumbado en la cama, leyendo, cuando alguien llama a la puerta. El joven, suspirando, cierra el libro.

 

Óscar: Pasa.

 

Hugo entra en el dormitorio de su novio.

 

Hugo: ¿Cómo estás?

 

Óscar: (Irónico) Perfectamente.

 

El rubio, suspirando, se sienta en el borde de la cama de su novio.

 

Hugo: ¿Vas a volver a dormir aquí esta noche?

 

Óscar: Sí.

 

Hugo: Lo siento, Óscar. Sé que debería de habértelo consultado.

 

Óscar: Habría sido un detalle, sí.

 

Hugo: De todos modos, todavía no sé lo que voy a hacer.

 

Óscar: ¿Y qué te retiene?

 

Hugo: ¿Eres tonto? Tú, Óscar. Eres tú.

 

Óscar: Oh, pues por mí no te cortes, ¿eh? Puedes hacer lo que te salga de los cojones.

 

Hugo: Óscar…

 

Óscar: (Interrumpiéndole) No, Hugo.

 

El joven se levanta y camina hacia la puerta, agarrándola para invitarle a salir, mientras a Hugo se le llenan los ojos de lágrimas.

 

Óscar: Si quieres mandar esto a la mierda, mándalo. Pero lo haces tú solo.

 

Hugo: Por favor…

 

Óscar: (Interrumpiéndole) Tengo sueño.

 

El joven se levanta y camina hacia la puerta, pero antes de salir mira a su novio.

 

Hugo: Tarde o temprano tendremos que hablar.

 

Hugo sale de allí y Óscar cierra la puerta, rompiendo a llorar.

 

APARTAMENTO DE LIDIA/ SALÓN/ NOCHE

 

Suena “I will survive”, de Gloria Gaynor.

 

Lidia canta, con un peine en la mano a modo de micrófono, muy emocionada en el sofá, cuando de pronto suena el timbre. La joven, extrañada, se baja y apaga la música para ir hacia la puerta. Esboza una cínica sonrisa al ver a Jorge al otro lado.

 

Lidia: ¿En qué puedo ayudarte?

 

Jorge: Me has convencido. Estoy contigo.

 

Lidia le mira, sin borrar la sonrisa de su cara.

 

CONTINUARÁ…