MANERAS DE VIVIR

Una nueva mañana amanece en la ciudad. Hugo está sentado en la mesa de la cocina de su casa, tomándose un tazón de leche, mientras da un último repaso a los apuntes del examen que tiene hoy, cuando su móvil empieza a sonar. Cuando ve que se trata de Alberto, lo coge rápidamente.

HUGO: ¿Sí?

ALBERTO: (Voz en off durante toda la conversación) Hola cariño, ¿qué tal te has levantado?

HUGO: (Sonríe) Bien, pero ahora estoy mucho mejor… ¿y tú?

ALBERTO: (Meloso) Exactamente igual que tú… oye, necesito verte… te he echado mucho de menos este fin de semana… ¿puedes faltar al instituto, y te vienes a mi casa? Estoy solo.

HUGO: Oh, Alberto, sabes que me encantaría… pero no puedo. Hoy tengo el primer examen… lo siento.

ALBERTO: Lo primero es lo primero, no te preocupes… pero si que podré ir a buscarte al instituto, y nos vamos a comer por ahí, ¿no? Te invito yo.

HUGO: (Intentando no herir al chico) Bueno, la verdad es que… no creo que sea muy buena idea…

ALBERTO: ¿Por qué? ¿Qué pasa?

HUGO: Pues que nos vería todo el mundo, Alberto, y no sé… no llevamos juntos ni una semana…

ALBERTO: (Molesto) La semana la hacemos mañana, Hugo… pero además, ¿qué más te da? No entiendo porque tenemos que estar escondiéndonos constantemente.

HUGO: No lo sé, Alberto… no lo sé. Te dejo que decidas tú ¿vale? Hagas lo que hagas, me parecerá bien.

ALBERTO: ¿En serio?

HUGO: Aha… (En ese momento llaman al timbre) Oye, te tengo que dejar… Marta acaba de timbrar… nos vemos esta tarde, ¿no?

ALBERTO: O quizás antes.

HUGO: (Sonríe) Chao, te quiero.

ALBERTO: Y yo a ti.

Hugo cuelga, mete el tazón en el lavavajillas rápidamente, coge sus apuntes y su mochila, y sale de casa corriendo. Tras la puerta del jardín, ve a Marta, impaciente.

HUGO: (Abriendo) Bfff, perdona, lo siento… estaba hablando por teléfono.

MARTA: No te preocupes… ¿con quien hablabas?

HUGO: (Riendo) ¡No seas maruja!

Marta también ríe.

MARTA: Seguro que era con Albertito…

HUGO: (Extrañado) ¿Quién te ha dicho eso?

MARTA: ¿No lo has oído? (Hugo niega con la cabeza) Pues lo comenta medio instituto… sobre todo los que conocen a Edu. (Hugo se dispone a decir algo) Pero tú no te preocupes, yo no me lo creo. Confío en ti.

HUGO: (Avergonzado) Ya, verás, es que yo…

MARTA: (Interrumpiéndole) Hugo, estoy muy deprimida… (El chico mira a su amiga, extrañado) Mira, no te había querido contar nada, porque queríamos llevarlo en secreto… pero estos últimos meses he estado saliendo con alguien…

HUGO: ¡Ey, eso es genial!

MARTA: Si, bueno… lo sería si no fuera porque me ha dejado. Me empezó a hacer preguntas que no debía, y…

HUGO: ¿Qué clase de preguntas?

MARTA: (Molesta) Preguntas privadas, que tampoco quiero que me hagas tú.

HUGO: Vale, perdona… creía que no había secretos entre nosotros, pero bueno… ¿y no podéis arreglarlo?

MARTA: No empieces tú también… y no, no hay manera de arreglarlo, se acabó… él sabía que no debía preguntar ciertas cosas, y luego me vino con condiciones.

HUGO: Bueno, tú verás, Marta… pero piénsalo bien… si le quieres, no le dejes escapar.

Los dos jóvenes continúan su camino en silencio, mientras Marta piensa en las últimas palabras de su amigo.

CRÉDITOS: "MY PREROGATIVE" BRITNEY SPEARS
David Gallagher, Maggie Grace, Rupert Grint, Vanessa Hudgens, Jesse McCartney, Jesse Metcalfe, Emma Watson

Capítulo 19
Todo perdido


Olivia está sentada en el sofá del salón de casa, viendo la televisión mientras se queda medio dormida acariciándose la tripa, donde poco a poco va naciendo una nueva vida. En ese momento, el timbre empieza a sonar, y la joven, totalmente espabilada, se acerca al telefonillo, descolgándolo.

OLIVIA: ¿Quién?... ¿cómo coño te tengo que decir que me dejes en paz?... vale… si, pero solo un momento… está bien, sube.

Olivia abre la puerta, y vuelve a tumbarse en el sofá. A los pocos segundos, Toni aparece por allí.

TONI: Oye, perdona si estabas haciendo algo, no quería molestarte…

OLIVIA: (Borde) Ya con tan solo tu presencia me molestas, así que sé breve, por favor.

Toni se sienta al lado de la chica, ante la mala mirada de esta, la cual el joven ignora.

TONI: Mira, sé que no quieres verme… he estado pensando, y sé que me he equivocado con las formas… y de verdad que lo siento. Me vuelvo a Barcelona, Olivia (la chica le mira, sin saber que decir) Te voy a estar esperando allí. Sé que todavía me quieres, y podemos volver a intentarlo… pienso cambiar, te lo aseguro.

OLIVIA: Ya no sé si debo creerte, Toni.

TONI: Al menos piénsalo… voy a estar esperando el tiempo que haga falta. No vas a saber nada de mí, no voy a agobiarte. Sabes como encontrarme, a partir de ahora tú darás todos los pasos. Yo me limitaré a obedecer.

OLIVIA: (Dudosa) No lo sé, Toni… me has hecho mucho daño…

TONI: (Levantándose) Lo sé… y por eso, porque no quiero que vuelva a repetirse, me marcho. Quiero que seas tú la que decidas lo que has de hacer. Y ya sabes, llámame cuando lo sepas, sea la hora que sea…

Olivia no sabe que decir, y Toni sale del piso, orgulloso de haber provocado en su ex la reacción que pretendía.

Jorge se encuentra barriendo el pequeño espacio del interior del quiosco, cuando un fuerte carraspeo le hace mirar hacia fuera, encontrándose con Carlos.

JORGE: ¡Hombre, vaya sorpresa! (se percata de que el chico ya no lleva la muleta) ¿Ya estás bien?

CARLOS: (Sonríe cínicamente) Sí… sí, la verdad es que no pudiste hacerme ni la mitad de lo que pretendías… (Irónico) una lástima.

JORGE: ¿Aún sigues con esas?

CARLOS: Mira, no me apetece discutir… solo he venido a comprar el periódico.

JORGE: ¡Oh, claro! Para buscar un nuevo trabajo, ¿no? Tiene que doler que te quiten el que tenías…

CARLOS: Realmente, no me lo has robado… he sido yo el que lo he dejado, si, para buscar uno mejor. Es lo que tiene el independizarte, ¿sabes?

JORGE: (Irónico) Oh, ¿te independizas? Que mayor…

CARLOS: Ya ves… algunos sabemos evolucionar. (Coge un periódico) Toma, aquí tienes el euro… chao.

Carlos se aleja de allí con el periódico en la mano, mientras Jorge le mira, con el odio inyectado en su mirada.

Tomás está en la puerta del instituto, esperando a que Edu salga, cuando Alberto se acerca por detrás de él, intentando no hacer ruido.

ALBERTO: Vaya, vaya… mira a quien tenemos aquí…

Tomás se gira, sorprendido de haberse encontrado a su ex ahí.

TOMÁS: (Nervioso) ¡Alberto! ¿Qué… qué estás haciendo tú aquí?

ALBERTO: (Irónico) Vaya, yo me alegro también mucho de verte, la verdad.

TOMÁS: Bueno, perdona, es que… no lo esperaba.

ALBERTO: Ya, bueno… pues creo que he venido a hacer exactamente lo mismo que tú.

TOMÁS: No lo creo…

ALBERTO: (Intrigante) Pues sí… te aseguro que sí.

TOMÁS: (Extrañado) ¿Estás con alguien?

Alberto sonríe, dispuesto a contestar, cuando se ve interrumpido por una voz que reconoce al instante.

HUGO: Viniste al final…

Alberto se gira hacia su novio, sonriente, comprobando que está acompañado por Marta y Laura, que pronto saludan a Tomás.

ALBERTO: Sí… claro que vine, espero que no te haya molestado…

HUGO: (Devolviéndole la sonrisa) No, claro que no… te acuerdas de Marta y Laura, ¿verdad?

ALBERTO: Claro que sí, como olvidarlas…

Alberto da dos besos a cada una, las cuales le responden con una sonrisa muy falsa, molestando a Hugo, el cual, sin embargo, decide quedarse callado.

LAURA: Bueno, nosotras nos vamos… (Mira a Tomás) Dile a Edu que le llamo esta tarde, ¿vale?

TOMÁS: (Sonríe) Descuida, lo haré. Chao.

MARTA y LAURA: Chao.

Marta y Laura se alejan de allí, susurrando entre ellas, y perdiéndose entre la gente que empieza a salir del instituto. Alberto y Hugo miran a Tomás, bastante incómodos.

ALBERTO: Bueno, casi… casi nos vamos a ir nosotros también…

HUGO: Sí… mi madre se está empezando a cansar de que llegue siempre tarde a casa.

Alberto ríe, y, tras despedirse fríamente de Tomás, los dos jóvenes se ponen en camino. Hugo permanece serio.

ALBERTO: (Preocupado) ¿Qué te pasa? No será por Marta y Laura, ¿no?

HUGO: ¿Te has dado cuenta?

ALBERTO: Hugo, una cosa es que me haga el tonto, y otra muy distinta, que lo sea.

HUGO: (Molesto) ¿Sabes? Es que no lo entiendo… presumen de ser tolerantes y súper liberales por ser amigas de Edu, Isra y mías… pero son incapaces de darte una nueva oportunidad. Es algo que no me entra en la cabeza. Por eso no quería que lo supieran todavía, sabía que pasaría esto.

ALBERTO: Mira, es normal que estén así, eres su amigo, y yo hice mucho daño a Edu. Ellas no saben lo que he podido llegar a cambiar, por lo que es lógico que estén a la defensiva cada vez que me ven.

HUGO: Sí tan amigas mías fueran, te aceptarían sin ningún tipo de problema… pero ¿sabes que? (Esboza una sonrisa de oreja a oreja) Me da igual, que digan lo que quieran. Yo te quiero, y eso no lo va a cambiar nadie.

Alberto le devuelve la sonrisa, y los dos jóvenes se besan apasionadamente antes de retomar su camino.

Ya es por la tarde. El sol se ha escondido tras unas densas nubes, y apenas se ve a gente por la calle. Edu y Olivia entran al Four, animados, pero no ven a nadie en la barra, para sorpresa del joven.

EDU: ¿David?

El joven sale del almacén, bastante acalorado.

DAVID: Sí, perdona, estaba ordenando unas… (Se queda callado al ver a Olivia) ¿Olivia?

OLIVIA: (Sonríe) Pensaba que no ibas a reconocerme…

Los dos viejos amigos se abrazan, mientras Edu, para darles un poco más de intimidad, se dirige al sofá de siempre, donde están sentadas Marta y Laura.

LAURA: Hombre, ya pensábamos que no venías…

EDU: (Divertido) Hoy todo el mundo piensa… eso no puede ser sano.

MARTA: (Sin entender) ¿Qué?

EDU: Nada, déjalo… sois demasiado cortas para ello (las dos chicas le miran mal, provocando las risas del joven) Bueno, decidme, ¿a que venían tantas prisas?

MARTA: Mira Edu, es que… tienes que hablar con Hugo.

EDU: ¿Cómo? ¿Y eso quien lo ha decidido?

LAURA: Bueno… ha sido una idea de las dos.

EDU: (Molesto) Me encanta que toméis decisiones por mí sin consultarme… y lo siento, pero no pienso hacerlo.

MARTA: Vamos, Edu… tú eres el único que puede hacer que abra los ojos con Alberto.

EDU: Que se de la ostia el solo, y que se atenga a las consecuencias de lo que hace. Lo intenté, y ya me dejó las cosas muy claras.

LAURA: (Suplicante) Vamos, Edu, tú no eres así… a ti es al único que le puede hacer caso.

EDU: ¿Y tal y como están ahora las cosas, creéis que me va a hacer algo de caso? (Marta y Laura se miran, sin saber muy bien que decir) Pues ya está… no le veo ni pies ni cabeza a esta conversación.

MARTA: Edu, por favor… al menos, inténtalo.

Edu piensa durante unos segundos, ante la expectación de Marta y Laura.

EDU: (De mala gana) Está bien… está bien, lo intentaré. Pero no os prometo nada, ¿eh?

Marta se lanza a su amigo, abrazándole.

MARTA: Gracias, Edu… sabía que lo harías.

EDU: (Agobiado) Bueno, está bien, está bien, no hace falta que me ahogues (Marta suelta al joven, avergonzada, ante las risas de Laura) Y bueno, invitadme a algo, ¿no? Es lo menos que podéis hacer, creo yo…

Marta lanza una mirada divertida a Laura, la cual se levanta, y va hacia la barra, mientras Edu y Marta se quedan en el sofá, charlando.

Un nuevo día, nublado y triste, amanece en la ciudad. Marta se dirige hacia la casa de Alfonso, a paso ligero, cuando empieza a chispear. La joven llega hasta la puerta del jardín, y se extraña al ver todas las persianas bajadas, pero aún así, decide llamar, sin obtener respuesta.

MARTA: (Susurrando) Joder, Alfonso, vamos…

GLORIA: (Voz en off) Hola muchacha… ¿puedo ayudarte en algo?

Marta se gira, asustada, encontrándose de frente con una elegante mujer, que la mira con curiosidad.

MARTA: Sí, bueno, verá, yo… estaba buscando al hombre que vive aquí… ¿sabe donde puedo encontrarlo? Es importante…

GLORIA: (Sonríe falsamente) Oh, ¡claro que lo sé! Si yo soy Gloria, su vecina (la mujer da dos besos a la chica, pillándola totalmente desprevenida) Encantada, señorita.

MARTA: (Incómoda) Ya, bueno, igualmente… ¿y podría decírmelo? (la mujer la mira, extrañada) Donde está Alfonso, digo.

GLORIA: Sí, sí, si te entiendo… pero es que no sé si debería decírtelo.

MARTA: (Asustada) ¿Cómo que no sabe si debe decírmelo? ¿Qué pasa?

GLORIA: Verás, ayer vinieron dos agentes… por cierto, eran muy atractivos… y bueno, eso, vinieron, y lo detuvieron (al oír esto, Marta se queda totalmente paralizada). Por aquí nadie sabe porque, porque la verdad es que era un muchacho muy agradable, y…

MARTA: (Susurrando) Dios mío…

Marta se marcha corriendo de allí, ante la sorpresa de Gloria, que se queda con el ceño fruncido.

GLORIA: Hay que ver lo maleducada que es esta juventud de hoy en día…

La mujer regresa hacia su casa, decepcionada pensando que su amabilidad no ha servido para nada, mientras maldice a los jóvenes en general una y otra vez.

Hugo está sentado en su mesa de clase, él solo repasando unos apuntes de un examen que tienen en esa misma hora. Sus compañeros están de pie, charlando. Laura está integrada en uno de los grupos, cuando entra Edu. La chica hace el amago de ir a saludarle, pero el joven señala a Hugo, y ella asiente. Edu se sienta frente al chico, el cual no levanta la mirada, a pesar de haberse percatado de su presencia.

EDU: ¿Podemos hablar un momento?

HUGO: (Borde) Ahora estoy ocupado, ¿no lo ves?

EDU: Sí, claro, perdona… (El joven va a levantarse, pero Laura, mediante gestos, le dice que no lo haga) Bueno, verás, es que es importante.

HUGO: (Suspirando) Cada vez que tienes que hablar algo importante conmigo, es sobre algo que no me gusta, así que intenta ser breve, por favor…

EDU: Verás, es sobre Alberto…

HUGO: ¿Ves como sabía que no iba a gustarme?

EDU: Mira, yo solo quiero contarte lo que me hizo a mí, para que veas con que clase de tío estás saliendo, tan solo eso…

HUGO: Edu, él mismo me ha contado lo que te hizo. Y lo siento por ti, de veras, pero ha cambiado, y le quiero. Solo os pido que lo entendáis, que os alegréis de que sea feliz. Porque lo soy.

EDU: Sí no nos alegramos, a lo mejor es porque no creemos que lo seas…

HUGO: (Molesto) Mira, puedes creer lo que te de la gana, Edu. Ya es que me da igual.

EDU: Yo solo espero que no te haga daño, nada más.

Hugo mira al chico con lástima, pero no porque la siente él, la siente hacia su amigo.

HUGO: Márchate.

EDU: (Arrepentido) Hugo, yo…

HUGO: Por favor Edu, vete, en serio.

EDU: (Levantándose) Vale, como quieras. Pero si alguna vez necesitas hablar…

HUGO: (Interrumpiéndole) No creo que lo necesite.

EDU: Eso espero. Adiós.

HUGO: Adiós Edu.

Edu se marcha, avergonzado, bajo la mirada de Hugo, que cuando lo pierde de vista, se gira hacia Laura, la cual intenta evitar su mirada, pero poco puede hacer para que Hugo no se de cuenta de lo que sucede.

En clase de Isra, este charla de una manera con un compañero, cuando Marta se dirige hacia él, con paso decidido, sorprendiendo a su amigo.

ISRA: Marta, ¿pasa algo?

MARTA: (Fuera de si) ¿Qué si pasa algo? ¿Qué si pasa? ¡Pues claro que pasa, Israel!

Toda la clase se gira a mirarlos, asustados por los gritos de la joven.

ISRA: Marta, por favor, te está mirando todo el mundo…

MARTA: ¡Me importa una mierda quien me mire! Has sido tú, ¿verdad? ¡Tú has denunciado a Alfonso!

ISRA: (Sorprendido) ¿Por eso estás así?

MARTA: ¡¿Te parece poco?!

ISRA: Vamos, Marta… vamos fuera, y te lo explico.

MARTA: ¿Tan mal te sientes que no quieres que se entere todo el mundo de cómo eres realmente?

ISRA: Marta, te lo advertí. Si veía que te hacía daño, lo denunciaría… y os vi el otro día, y lo sabes. Lo sabes porque me miraste, y sé que me viste.

MARTA: Y en vez de venir a preguntarme que había pasado, decidiste hacer lo que te salió de los cojones, ¿verdad?

ISRA: ¿Hubiese cambiado algo si lo hubiese hecho?

MARTA: Pues sí, Isra. Hubiese cambiado todo… pero te juro que esto no va a quedar así… se te acabo el chollo de joder a las personas que te rodean… ¡¿entendiste?!

Marta se marcha, sin esperar ningún tipo de respuesta, y Edu, que ha oído parte de la discusión desde la puerta, se acerca a su amigo, el cual se sienta en su sitio, suspirando.

EDU: Parece que hoy es un mal día para la amistad, ¿eh? ¿Qué le pasaba a esta?

ISRA: Nada, que parece que le jode tener buenos amigos… ¿tú con quien has discutido?

EDU: Con Hugo…

ISRA: (Divertido) Para no romper la monotonía, ¿no?

EDU: No, esta vez ha sido diferente… totalmente diferente.

Isra mira curioso al joven, y cuando este le está a punto de contar lo que ha sucedido, entra Manuel a clase.

MANUEL: Muy bien chicos, perdonad el retraso… abrid los libros por la página doscientos cuatro, vamos a empezar.

Edu se sienta en su sitio, dejando a Isra solo, el cual no deja de pensar en las últimas palabras dichas por Marta.

En el Four, David, tras la barra, conversa animadamente con Olivia, sentada en una butaca mientras se toma un refresco. El resto del local está vacío, puesto que a estas horas nunca suele haber demasiada clientela.

OLIVIA: (Riendo) ¿Y te acuerdas cuando el cuervo me mando al despacho del director?

David ríe escandalosamente.

DAVID: ¡Joder! ¿Cómo me iba a olvidar de eso?

OLIVIA: Tú me ayudaste.

DAVID: ¿Qué te ayude? ¡Te cubrí el culo, guapa!

Los dos amigos ríen, contentos de volver a estar juntos.

OLIVIA: Siempre lo hacías.

DAVID: Sí… bueno, eras mi mejor amiga… es normal, ¿no?

OLIVIA: (Sonríe) Te he echado de menos…

DAVID: Y yo a ti… más de lo que te imaginas…

Los dos amigos se abrazan, deseando ambos no volver a tenerse que separar.

Ya es por la tarde, y Laura y Edu están sentados en un parque. El joven se está fumando un cigarro, y Laura le mira, preocupada por la seriedad de su amigo.

LAURA: ¿No has quedado hoy con Tomás?

EDU: No… joder, tendrías que haberle visto. Estaba totalmente dolido y decepcionado.

LAURA: Edu, por favor, ¿quieres dejar de darle vueltas?

EDU: No puedo, tía… no puedo. (Se le llenan los ojos de lágrimas) ¡La he cagado, joder!

Laura abraza a su amigo, triste por verle así. No se explica tanto dolor por alguien por el cual se suponía que había dejado de querer.

LAURA: Se le pasará…

EDU: (Llorando) No se le va a pasar… se acabó, Laura. Lo he perdido para siempre.

LAURA: ¿Qué quieres decir?

EDU: Que le quiero, Laura. No he dejado de quererle ni un solo minuto… quiero a Hugo, y lo he jodido todo.

Edu llora, ahora con más intensidad, y Laura le abraza todavía más fuerte, intentando buscar una solución para el problema de su amigo.

Varias gotas empiezan a caer del cielo. Marta está frente a la comisaría, mirando a la puerta, sin saber si entrar o no. Finalmente, aunque algo insegura, se dirige hacia el interior.

CONTINUARÁ...