MANERAS DE VIVIR

 

Sexta temporada, capítulo 125

 

Fecha de emisión: 21 de diciembre del 2013

 

APARTAMENTO DE LIDIA / DORMITORIO DE LIDIA / NOCHE

 

Andrea continúa desnuda, atónita, en la cama de Lidia, cuando la joven regresa del baño y la mira, molesta.

 

Lidia: ¿Aún sigues aquí?

 

Andrea: Es que no lo entiendo. ¿Por qué no puedo hablar con Carlos? Somos amigos, simplemente eso.

 

Lidia: No me gustan tus amigos.

 

Andrea: ¿Y qué pretendes? ¿Qué deje de hablarme con ellos?

 

Lidia: Por ejemplo.

 

Andrea: (Sorprendida) ¿Pero qué…?

 

Lidia: (Interrumpiéndola) Pero nada. Tú eliges, Andrea. Si quieres estar conmigo, tienes que olvidarte de tus amigos. Entiendo que vives con Hugo e Isra, pero el resto tienen que desaparecer.

 

Andrea mira a la joven, sin saber qué decir.

 

Lidia: ¿Y bien?

 

La chica fuerza una sonrisa.

 

Andrea: Está bien. Dejaré de hablar con ellos.

 

Lidia: (Sonríe) ¡Estupendo!

 

Lidia besa apasionadamente a la joven.

 

Lidia: No sabes lo feliz que me hace escuchar eso.

 

PISO DE JAIME Y CLAUDIA / DORMITORIO DE JAIME Y CLAUDIA / NOCHE

 

Jaime está tumbado en la cama, en calzoncillos, cuando Claudia sale del baño, en pijama, y también se tumba en la cama.

 

Claudia: Buenas noches.

 

El joven, sonriendo, la abraza por la espalda, acariciándola.

 

Jaime: ¿Por qué no lo intentamos?

 

Claudia: No me apetece.

 

Jaime: Pero…

 

Claudia: (Interrumpiéndole) En serio, Jaime. Estoy cansada. Buenas noches.

 

Claudia cierra los ojos, ante la atónita mirada de su marido.

 

CANCIÓN: “Bed of roses”, de Bon Jovi

 

Kristen Bell, Chace Crawford, Rupert Grint, Vanessa Hudgens, Jesse McCartney, Jesse Metcalfe, Jared Padalecki, Hayden Panettiere, Shawn Pyfrom, Jessica Stroup

 

CAPÍTULO 125: Una máscara bajo otra

 

PISO DE CARLOS Y ÓSCAR / SALÓN / MAÑANA

 

Carlos y Andrea están sentados en el sofá, ambos tomándose un café. La joven también se fuma un cigarrillo. Carlos parece no entender nada.

 

Carlos: ¿Cómo que no podemos seguir viéndonos?

 

Andrea: Lidia no quiere que lo hagamos.

 

Carlos: Ya. Pues imponte.

 

Andrea: No puedo imponerme, Carlos. Si lo hiciera, todo nuestro plan se vendría abajo.

 

Carlos: Sí, nuestro plan. Creo que te lo estás tomando demasiado en serio.

 

Andrea: Tengo que tomármelo así si queremos que funcione.

 

Carlos: (Irónico) Claro.

 

Andrea mira al joven, divertida.

 

Andrea: ¿Estás celoso?

 

Carlos: (Molesto) ¿Celoso yo? Para nada. Entre nosotros ya no…

 

Andrea: (Interrumpiéndole) Ya no hay nada. Exacto.

 

Carlos: Pero no me gusta que estés con ella. No es una buena persona, y… estoy preocupado. Seguimos siendo amigos, ¿no?

 

Andrea: Claro que seguimos siendo amigos. Y no te preocupes, de verdad. Todo saldrá bien, y conseguiremos desenmascararla. Por fin nos libraremos de ella. Solo hay que tener un poco de paciencia… y cuidado.

 

Carlos: Sí… sobre todo eso. Ten cuidado.

 

Andrea sonríe al joven con una agradecida sonrisa.

 

BAR “FOUR” / INTERIOR / MAÑANA

 

Isra y Aria están sentados en uno de los sofás, charlando animadamente, abrazados, mientras ambos se toman un café.

 

Aria: Así que le dije, “mira, si estás tan obsesionada con la limpieza, pírate. Esto es un piso de estudiantes, no el castillo de la reina Victoria”.

 

Isra se ríe, divertido.

 

Isra: ¿Entonces ahora buscas una nueva compañera de piso?

 

Aria: Sí. Si sabes de alguien…

 

Isra: (Interrumpiéndola) Te lo diré, no te preocupes.

 

La joven, sonriendo, besa a su novio.

 

Aria: Eres un amor.

 

Isra: Y tú una pelota.

 

Los dos se ríen, divertidos, y vuelven a besarse. En ese momento, Marta entra en el local. Al verles, duda durante unos segundos, pero finalmente esboza una forzada sonrisa y se acerca a ellos.

 

Marta: Buenos días, chicos.

 

Aria: (Sonríe) ¡Hola Marta! ¿Qué tal?

 

Marta: Bien, ¿y vosotros?

 

Aria: También bien. Aquí, desayunando.

 

Un incómodo silencio surge entre los tres. Isra mira a su amiga, pero no le dirige la palabra en ningún momento.

 

Marta: ¿Puedo sentarme? Yo también me muero por un café.

 

Aria: Claro. Nosotros…

 

El joven pelirrojo interrumpe a su novia, levantándose.

 

Isra: Nosotros ya nos íbamos.

 

Aria: (Extrañada) ¿En serio?

 

Isra: Sí. En serio.

 

Aria mira al joven, sin entender nada, pero finalmente, esbozando una forzada sonrisa, también se levanta.

 

Aria: Bueno, pues… ya nos veremos.

 

Marta también fuerza una sonrisa.

 

Marta: Claro. Hasta pronto.

 

La pareja, cogida de la mano, sale del local, ante la preocupada mirada de la joven.

 

PLAYA DE GIJÓN / MAÑANA

 

Tumbados en la arena, bajo el sol y mojados, Hugo y Alberto, en bañador, se besan apasionadamente, entre risas.

 

Alberto: ¿Entonces te parece buena idea lo de venir a cenar a mi casa esta noche?

 

Hugo: (Sonríe) Me parece una idea estupenda.

 

Alberto: Genial. Te voy a hacer un pollo al ajillo con el que te vas a acabar chupando los dedos.

 

Hugo, divertido, se ríe. La pareja vuelve a besarse. Ninguno de los dos se da cuenta de que Óscar, desde el paseo marítimo, les observa celoso.

 

BAR “FOUR” / INTERIOR / TARDE

 

Jaime, tras la barra, saca unos vasos del lavavajillas, cuando Lidia entra en el local. Mira atentamente a su alrededor pero, al no ver lo que busca, decide acercarse al joven.

 

Lidia: Hola.

 

Jaime: (Suspira) ¿Qué haces aquí, Lidia? No te voy a servir nada.

 

Lidia: Tranquilo. Tampoco pretendía tomarme nada en este cuchitril.

 

La joven vuelve a mirar a su alrededor.

 

Lidia: Oye, no habrás visto a Andrea por un casual, ¿verdad?

 

Jaime: No, ¿por qué? ¿Ahora sois amigas?

 

Lidia: (Molesta) ¿Y a ti que te importa?

 

Lidia vuelve a examinar el local con su mirada.

 

Lidia: ¿Y no tienes ni idea de dónde puede estar?

 

Jaime: No suelo acosar a las personas. Y tampoco me gusta parecer su padre.

 

Lidia: (Irónica) Muy gracioso. Si la ves, dile que la estoy buscando, por favor.

 

Jaime: ¿Y por qué debería hacerlo?

 

Lidia: Porque es tu amiga. Y créeme, ella querrá saberlo. Buenas tardes.

 

La joven sale del local a toda prisa, ante la atónita mirada del camarero.

 

PARQUE “RUISEÑORES” / TARDE

 

Marta pasea por el parque, sonriente, con Esperanza cogida de la mano. Madre e hija parecen estar pasando un buen rato.

 

Esperanza: ¿Entonces puedo ir a la excursión?

 

Marta: Claro que sí, cariño.

 

Esperanza: ¡Bien! ¡Tengo muchas ganas!

 

Marta: Seguro que te lo pasas genial, ya lo verás.

 

Continúan paseando en silencio, hasta que Esperanza ve algo que llama su atención.

 

Esperanza: ¿Qué están haciendo ahí, mami?

 

La joven mira hacia donde señala su hija. Allí, medio escondidos entre los árboles, Aria da una bolsita llena de polvos blancos a un joven muy atractivo, el cual le da un billete de cincuenta euros.

 

Marta: No me lo puedo creer…

 

Esperanza: ¿Están trabajando?

 

Marta fuerza una sonrisa mientras coge a su hija en brazos.

 

Marta: Sí, cielo. Están trabajando. Anda, vámonos.

 

La joven se aleja de allí a toda prisa, con su hija en brazos. La niña no entiende nada.

 

SEDE “RTPA” / CAFETERÍA / TARDE

 

Óscar está sentado en una de las mesas, tomándose un café, cuando Lucas aparece por allí y, al ver a su novio, se acerca a él.

 

Lucas: Ey, llevo un rato buscándote.

 

El joven esboza una forzada sonrisa mientras su novio se sienta frente a él.

 

Óscar: Estaba aburridísimo en la sala de cámaras, así que he venido a tomarme un café. Me ha tocado el último directo de la tarde, y ya sabes cómo son estas cosas.

 

Lucas: Un coñazo.

 

Óscar: Exacto.

 

Guardan silencio unos segundos.

 

Lucas: Oye, había pensado que esta noche podríamos ir a cenar al italiano ese que tanto te gusta, y luego al cine. Hay una película buenísima que tengo muchas ganas de ver. ¿Qué te parece?

 

Óscar sigue en silencio. Medita su respuesta.

 

Óscar: La verdad es que no tengo muchas ganas, Lucas.

 

Lucas: (Preocupado) ¿Y eso? ¿Estás bien?

 

El chico vuelve a forzar una sonrisa.

 

Óscar: Sí, sí, tranquilo. Es solo que… estoy un poco cansado, la verdad. Solo me apetece irme a casa, tirarme a la cama y dormir.

 

Lucas: Pero si llevas toda la tarde aquí sentado, ¿cómo te has podido cansar tanto?

 

Óscar se encoge de hombros.

 

Óscar: No sé. Supongo que el no hacer nada también cansa.

 

Lucas le mira, sin estar demasiado convencido de sus palabras.

 

BAR “FOUR” / INTERIOR / TARDE

 

Suena la canción “Martes”, de Vega.

 

Claudia, tras la barra, lee una revista cuando Marta entra en el local, con muy mala cara, y se acerca a su amiga. Ésta la mira, preocupada.

 

Claudia: ¿Estás bien? Parece que has visto a un fantasma.

 

Marta: Casi… ¿me pones una naranjada?

 

Claudia: Claro.

 

La chica no tarda en servírsela.

 

Claudia: ¿Qué ha pasado?

 

Marta busca las palabras adecuadas, pero no las encuentra.

 

Marta: Esta tarde he visto a Aria. Ya sé cuál es su secreto.

 

Claudia: (Suspira) ¿Aún estás con eso? Isra te va a matar como sigas así.

 

Marta: Vende droga.

 

Claudia: (Sorprendida) ¿Qué?

 

Marta: La he visto esta tarde. En el parque.

 

Claudia: Joder…

 

Marta: Necesito tu ayuda.

 

Claudia: ¿Para qué?

 

La joven vuelve a guardar silencio, dudando.

 

Marta: Dile que venda drogas aquí.

 

Claudia: (Atónita) ¡¿Estás loca?!

 

Marta: Así podríamos demostrarle a Isra quién es Aria realmente. Que le está engañando, y que nosotros tenemos razón.

 

Claudia: ¿Sabes el puro que me puede caer si hago eso?

 

Marta: Sí, pero… es por un amigo.

 

Claudia: Lo siento Marta, pero no. Quiero mucho a Isra, pero estamos hablando de mi negocio, y de mi libertad. Ni siquiera me lo tendrías que haber pedido.

 

Marta: Pero…

 

Justo en ese momento dos jóvenes entran en el local, interrumpiendo a la chica.

 

Claudia: Lo siento. De verdad.

 

Claudia se acerca a los recién llegados para atenderles, ante la triste mirada de su amiga.

 

APARTAMENTO DE LIDIA / SALÓN / TARDE

 

Lidia da vueltas de un lado al otro del salón mientras se fuma un cigarro, nerviosa, cuando llaman al timbre. La joven, veloz, corre hasta la puerta y, al abrirla, ve a Andrea.

 

Lidia: ¿Se puede saber dónde te habías metido?

 

Andrea: (Extrañada) En la facultad. ¿Por qué?

 

Lidia: Llevo todo el día buscándote. Y llamándote.

 

Andrea: Sí, lo sé.

 

La chica entra en el apartamento, y cierra la puerta.

 

Andrea: He visto las perdidas y los mensajes cuando he salido de clase, pero como venía hacia aquí, no he pensado que fuera necesario.

 

Lidia: (Enfadada) ¡Pues lo era! ¡No te puedes ni imaginar lo preocupada que estaba!

 

Andrea mira a la joven, atónita, aunque intenta recomponerse.

 

Andrea: Lo siento mucho Lidia, de verdad, pero hoy tenía que ir a clase. Había unos trabajos que entregar, y…

 

Lidia: (Interrumpiéndola) ¿Por qué no haces el traslado a la Universidad por distancia?

 

Andrea: (Extrañada) ¿Por qué?

 

Lidia, cambiando repentinamente su actitud, esboza una amplia sonrisa y se acerca a la joven, cogiéndola de la cintura y dándole un suave beso.

 

Lidia: Porque así tendrías más tiempo, y podríamos pasarlo juntas.

 

Andrea: Sí, pero…

 

Lidia: (Interrumpiéndola) ¿Acaso no quieres estar conmigo?

 

La rubia permanece unos segundos en silencio. Finalmente fuerza una sonrisa.

 

Andrea: Claro que sí. Podemos valorarlo.

 

Lidia: (Sonríe) Perfecto. Así me gusta.

 

Lidia la besa y aunque Andrea, todavía confundida por la conversación que acaban de tener, no le corresponde al principio, finalmente termina haciéndolo.

 

CALLES DE GIJÓN / TARDE

 

Cogidos de la mano, Lucas y Óscar pasean por las calles de la ciudad, charlando animadamente

 

Lucas: Me alegro de que finalmente hayas cambiado de idea y hayas salido un rato.

 

Óscar: Sí... la verdad es que creo que tenías razón. Esto es lo que necesitaba.

 

Continúan paseando en silencio, cuando a escasos metros de ellos ven a Hugo y a Alberto. Ellos no van cogidos de la mano, pero se abrazan muy acaramelados. Al verles, se separan rápidamente. No tardan en juntarse.

 

Hugo: Hola chicos.

 

Lucas: ¿Qué tal?

 

Hugo: Bien, dando un paseo. ¿Y vosotros?

 

Óscar: También.

 

Hugo: Por cierto, os presento. Este es Alberto. Alberto, ellos son Óscar y su novio, Lucas.

 

Alberto: (Sonríe) Encantado.

 

Lucas: Igualmente.

 

Un tenso silencio surge entre los cuatro.

 

Hugo: Bueno, pues… ya nos veremos.

 

Óscar: Sí.

 

Alberto: ¡Oye, se me acaba de ocurrir algo! ¿Por qué no organizamos un día una cita doble? Podría ser divertido, ¿no creéis?

 

Los tres jóvenes se miran, incómodos, pero Alberto no parece darse cuenta. Finalmente, todos fuerzan sonrisas.

 

Óscar: Sí… sí, claro. Ya lo iremos hablando.

 

Alberto: (Sonríe) Genial. Nos vemos pronto entonces.

 

Lucas: Bien. Hasta luego.

 

Hugo: Chao.

 

Lucas y Óscar se alejan de allí, dejando atrás a los dos jóvenes.

 

Lucas: Óscar, yo…

 

Óscar: (Interrumpiéndole) Tranquilo. No va a haber cita doble ni de coña.

 

Lucas no puede evitar el dejar escapar una sonora carcajada.

 

PISO DE HUGO, ISRA Y ANDREA / ENTRADA / TARDE

 

Isra camina hacia la puerta con una enorme sonrisa dibujada en su rostro. Al ver a Marta al otro lado, su sonrisa se borra inmediatamente.

 

Isra: ¿Qué haces aquí?

 

Marta: Tenemos que hablar.

 

Isra: No Marta, tú y yo ya no tenemos nada de qué hablar. Creo que te lo he dejado bastante claro en varias ocasiones durante estas dos últimas semanas.

 

Marta: Isra, por favor…

 

Isra: (Interrumpiéndola) He dicho que no.

 

El joven intenta cerrar la puerta, pero la chica se lo impide poniendo el pie en el medio, lo que molesta a su amigo.

 

Isra: ¿Qué coño haces?

 

Marta: Aria trafica.

 

Isra: (Atónito) ¿Qué?

 

Marta: La he visto con mis propios ojos, Isra. En el parque. Sé que no quieres oír esto, pero…

 

Marta se ve interrumpida por una sonora carcajada del pelirrojo.

 

Isra: ¿Eso es lo único que se te ha ocurrido, Marta? ¿En serio?

 

Marta: Isra…

 

La joven vuelve a callarse al ver a Aria acercarse hacia allí por el pasillo.

 

Aria: ¿Hay algún problema, cariño?

 

Isra: No, ninguno. Marta ya se iba.

 

Aria: Que pase a tomarse algo.

 

Isra: No puede. Está muy ocupada.

 

Marta: Por favor…

 

Isra: (Interrumpiéndola) Buenas noches.

 

Isra cierra la puerta dejando a Marta sola en el jardín, con los ojos llenos de lágrimas.

 

PISO DE ALBERTO / DORMITORIO DE ALBERTO / NOCHE

 

Hugo y Alberto están tumbados en la cama de este último, completamente desnudos. Abrazados, Hugo acaricia el pecho del joven, mientras éste permanece con la mirada perdida en algún punto del techo, pensando.

 

Alberto: Lo de esta tarde ha sido raro.

 

Hugo: (Extrañado) ¿El qué?

 

Alberto: Lo de tus amigos. No sé, he notado que ellos no estaban cómodos, y que a ti tampoco te hacía especial ilusión lo de la cita doble.

 

Hugo: (Suspira) Ya…

 

Alberto: (Preocupado) ¿Qué pasa, Hugo?

 

Hugo guarda silencio durante unos segundos, pensando en si contárselo al joven o no. Finalmente se decide.

 

Hugo: ¿Recuerdas que te dije que hice mucho daño a una persona cuando me fui a Madrid?

 

Alberto: (Sorprendido) ¿Qué?

 

Hugo: Éramos novios, y… un día vino a hacerme una visita y descubrió que le estaba engañando con otro.

 

Alberto mira al joven, sin poderse creer lo que está escuchando.

 

Alberto: ¿Lo dices en serio?

 

A Hugo se le llenan los ojos de lágrimas.

 

Hugo: Sí. Pero me he dado cuenta de mi error, Alberto. No va a volver a pasar, porque yo…

 

El joven le interrumpe dándole un apasionado beso, para después esbozar una amplia sonrisa.

 

Alberto: Lo sé… lo sé, y siento haber propuesto lo de la cita doble. He sido un estúpido.

 

Hugo deja escapar una sonora carcajada.

 

Hugo: Hay que reconocer que ha estado divertido.

 

Alberto le acompaña en las risas.

 

BAR “FOUR” / INTERIOR / NOCHE

 

Suena la canción “El funeral”, de Vega.

 

Triste, Carlos está sentado en una de las butacas, tomándose un botellín de cerveza, cuando Jaime, al otro lado de la barra, se acerca a él tras atender a un par de jóvenes.

 

Jaime: Desde luego, una canción que concuerda mucho con tu cara esta noche.

 

Carlos fuerza una sonrisa.

 

Carlos: Sí, la verdad es que sí.

 

Jaime: ¿Qué pasa, Carlos? Llevas unas semanas rarísimo… ¿ha pasado algo nuevo con Andrea?

 

El joven guarda silencio durante unos segundos, pensando, hasta que finalmente suspira.

 

Carlos: Tengo que desahogarme con alguien… pero prométeme que esto no va a salir de aquí.

 

Jaime: Por supuesto que no, Carlos. Soy tu mejor amigo, ¿no? Puedes confiar en mí.

 

El chico vuelve a hacer una pausa.

 

Carlos: Andrea y Lidia se están acostando.

 

Jaime: (Sorprendido) ¡¿Qué?!

 

Carlos: Es todo parte de un plan, ¿vale? Queremos que esté pegada a ella para descubrir sus planes y conseguir que nos deje en paz.

 

Jaime: ¿Y no se os ocurrió otra forma de hacerlo?

 

Carlos: En ese momento no. Pero no sabes lo mucho que me estoy arrepintiendo.

 

Jaime: No me extraña.

 

A Carlos se le llenan los ojos de lágrimas.

 

Carlos: No es por eso, Jaime. Estoy preocupado. Tengo miedo de que le pueda pasar algo.

 

Jaime mira a su amigo, sin saber qué decir.

 

 

CONTINUARÁ…