MANERAS DE VIVIR

VIERNES 27 DE JUNIO DEL 2008

11:30 a.m

El curso ya ha terminado. El sol alumbra y calienta toda la ciudad, mientras Edu, Hugo, Marta, Laura, Isra y Carlos están sentados en el sofá del Four, tomándose unos refrescos. Marta permanece muy seria, mientras el resto no dejan de hablar todos a la vez.

CARLOS: Chicos por favor, así no nos vamos a aclarar nunca.

EDU: Es verdad chicos, así no vamos a llegar a ningún acuerdo. Yo no me estoy enterando de nada.

HUGO: Bueno, pues vamos a ponernos de acuerdo, porque no podemos quedarnos sin celebrar que el verano ya está aquí, y que encima, ¡hemos aprobado todo!

Isra, Hugo y Laura gritan emocionados, mientras Marta les observa sin participar en nada, y Carlos y Edu se miran con resignación.

CARLOS: Venga chicos, ya vale. A ver, la hacemos en la playa, ¿no?

ISRA: Sí, como siempre… pero hay un pequeño problema. Tendríamos que hacerla esta noche, porque yo me marchó ya mañana al pueblo hasta septiembre.

LAURA: Sí, yo también me voy mañana, y además, salgo temprano, así que estaré poco rato.

EDU: Vale, pues entonces lo hacemos esta noche en la playa. ¿Quién compra las bebidas?

HUGO: Las puedo comprar yo, no tengo nada que hacer.

MARTA: (Seca) Yo voy contigo.

CARLOS: Vale, entonces vosotros compráis. Mañana haremos cuentas de dinero para ver lo que ponemos cada uno.

EDU: Marta, ¿a ti te parece bien? Apenas has hablado…

MARTA: Sí, perfecto, no os preocupéis.

CARLOS: Hugo, ¿va a venir Alberto?

HUGO: ¿Cuántas veces os tengo que decir que lo hemos dejado?

EDU: (Sonríe) ¿Entonces es definitivo?

HUGO: (Borde) Creo que está bastante claro.

Edu se queda algo chafado por el tono de voz del chico. Laura se levanta.

LAURA: Bueno, yo marcho ya. Si vamos a salir esta noche, tengo que hacer las maletas antes. ¿A que hora en la playa?

EDU: A las diez en la parte de siempre.

LAURA: Vale, pues a esa hora nos vemos. Hasta luego.

CARLOS: (Levantándose) ¡Espera, que te acompaño! Chao chicos.

TODOS: Adiós.

Carlos y Laura salen del local, y cuando lo hacen se miran y sonríen, Permanecen parados unos segundos.

LAURA: ¿Vamos?

CARLOS: Sí, vamos.

Se ponen en marcha.

LAURA: Apenas hemos hablado después de… bueno, de lo del secuestro.

CARLOS: Más bien desde lo del beso.

LAURA: (Riendo) Más bien, sí.

Los dos se quedan callados, sin saber que decir.

CARLOS: No quiero que te vayas, Laura.

LAURA: No exageres, tío. Son solo dos meses.

CARLOS: (Triste) Pero te voy a echar de menos.

LAURA: Y yo a ti…

Se quedan mirando, y cuando parece que se van a besar, se apartan.

CARLOS: ¿Qué vamos a hacer?

LAURA: No lo sé, Carlos… pero ahora no es buena idea empezar nada.

CARLOS: Sí, lo sé, te vas y…

LAURA: … no es buena idea empezar algo estando separados.

Los dos vuelven a sonreír.

CARLOS: Ya lo hablaremos cuando vuelvas.

LAURA: Sí, será lo mejor…

Los dos jóvenes vuelven a mirarse, y no pueden evitar el fundirse en un apasionado beso.

TÍTULOS DE CRÉDITO: "MY PREROGATIVE" Britney Spears
David Gallagher, Maggie Grace, Rupert Grint, Vanessa Hudgens, Jesse McCartney, Jesse Metcalfe, Emma Watson.

Capítulo 26.
Nunca digas jamás


12:45 p.m

Hugo se encuentra en su dormitorio. Está completamente vacío, y la pared está a medio pintar de negro. En la radio suena “Naive”, de The Kooks. El chico mueve la cabeza al ritmo de la música, mientras sigue pintando la habitación, cuando su madre entra por la puerta, y lo mira todo, horrorizada.

NIEVES: Todavía me pregunto como te hemos consentido hacer esto…

Hugo da unos pasos hacia atrás, poniéndose a la altura de su madre y sonriendo, satisfecho.

HUGO: Vamos mamá, no seas exagerada… está quedando de puta madre.

NIEVES: (Sorprendida) ¡Hugo, ese lenguaje!

HUGO: (Riendo) Mamá, tengo casi diecisiéte años.

NIEVES: Por eso mismo. Todavía eres muy joven para utilizar esas palabras.

Hugo se ríe, resignado.

HUGO: No tengo ganas de discutir.

NIEVES: No, ni yo tampoco. En realidad he venido a comentarte otra cosa.

HUGO: Sorpréndeme.

NIEVES: Bueno, sabes que la semana que viene empezamos las vacaciones tu padre y yo, y hemos pensado en irnos todo el mes de crucero… aún no sabemos por donde, pero como a ti te gustan tanto los barcos y el mar, habíamos pensado que igual te apetecía venirte con nosotros.

HUGO: (Sorprendido) ¿Cómo? Bromeas, ¿verdad?

Nieves sonríe, satisfecha.

NIEVES: Sabía que te haría ilusión.

Hugo abraza a su madre, emocionado.

HUGO: ¡Joder, es genial! (se para en seco) Pero espera un momento… yo tenía ya planes para este verano.

NIEVES: Tú haz lo que quieras, nosotros nos vamos a ir igual contigo o sin ti. Pero necesitamos que nos respondas pronto.

HUGO: Vale, déjame pensarlo, y mañana os lo digo.

NIEVES: Mañana, ¿eh? (Hugo sonríe) Piénsatelo muy bien, Hugo. Has pasado un mal año, y te vendrá genial para desconectar. Yo me tengo que marchar a la oficina, mañana hablamos.

La mujer sale de la habitación, y Hugo se pone a saltar de la emoción, a pesar de no tener nada claro lo que va a hacer.

13:12 p.m

Carlos se encuentra en su piso, colocando los últimos libros que le quedaban en una estantería, cuando el timbre empieza a sonar insistidamente, ante la sorpresa del chico, que no espera a nadie.

CARLOS: ¡Ya va, ya va!

Carlos abre la puerta, y se encuentra con la persona que seguramente menos esperaba.

SUSANA: Hola.

CARLOS: ¡Susana! Que sorpresa, no te esperaba… pero pasa, pasa, no te quedes ahí.

SUSANA: Gracias…

La mujer le hace caso, y se sienta en el sofá.

CARLOS: ¿Quieres beber algo?

SUSANA: No, no estaré mucho rato. Por cierto, un piso muy bonito.

CARLOS: (Sonríe) Sí… me costó lo mío, pero creo que quedó perfecto.

Susana deja salir una pequeña sonrisa en su boca, pero pronto vuelve a ponerse triste, como estaba cuando ha llegado.

SUSANA: Venía a hablarte de Lorena.

CARLOS: (Suspira) Sí, lo suponía. ¿Dónde está?

SUSANA: En Madrid. La hemos ingresado en un centro psiquiátrico, Carlos.

A Susana se le llenan los ojos de lágrimas, mientras Carlos la mira, sin poder creer lo que acaba de escuchar.

VIERNES 27 DE JUNIO DEL 2008- 13:15 p.m

CENTRO PSIQUIÁTRICO DOS ROSAS- MADRID


Una mujer está sentada en uno de los bancos del bonito jardín del centro. A su lado se encuentra una chica joven, mirándola suplicante. No conocemos a ninguna de las dos.

CLAUDIA: Mamá, en serio… entiéndelo. No puedo quedarme en esta ciudad.

ELISA: (Enfadada) Pues no sé cual es el problema. Madrid es lo suficientemente grande para que te puedas esconder sin que nadie te descubra.

CLAUDIA: No lo entiendes. No es solo el que me encuentren o no. Son los recuerdos que me trae. No puedo vivir rodeada de todo ello.

Elisa baja la cabeza.

ELISA: ¿Y me dejas a mí aquí?

CLAUDIA: Mamá, por favor… ¿tengo que recordarte que fuiste tú misma la que quisiste venir?

ELISA: Porque no tenía otra solución… y no contaba con que te fueras a ir.

CLAUDIA: Pues lo siento, pero es lo que hay. Ya tengo el billete, no hay marcha atrás.

ELISA: Si quieres, si que la hay.

CLAUDIA: Pero no quiero.

Las dos se miran, sin saber como acabar la conversación, cuando una demacrada Lorena pasa por delante de ellas, llamando la atención de Claudia.

CLAUDIA: ¿Y esa chica tan joven? ¿Qué hace aquí?

ELISA: No lo sé, ya estaba aquí cuando yo llegué. Pero por lo que me han comentado, no habla con nadie. Es algo así como la marginada del loquero.

CLAUDIA: (Con lástima) Pobre…

Elisa asiente, y madre e hija observan a la chica alejarse.

VIERNES 27 DE JUNIO DEL 2008- 13:15 p.m

GIJÓN- PISO DE CARLOS


Carlos y Susana continúan sentados en el salón. Carlos no sale de su asombro tras las palabras de la mujer.

CARLOS: ¿En un centro psiquiátrico? ¿No bastaba con llevarla a terapia?

SUSANA: Secuestró a dos personas… no era algo pasajero. La tendrías que haber visto en las entrevistas (se le llenan los ojos de lágrimas) ¡Dios mío, esa no era mi hija! Estaba fría, distante, ¡cínica! Dijo cosas horribles sobre nosotros, sobre vosotros… solo de recordarlo se me ponen los pelos de punta.

La mujer empieza a llorar, y Carlos la abraza, intentando hacerse el fuerte a pesar de estar también destrozado.

CARLOS: Susana, tranquila… piensa que allí va a estar bien, la van a tratar, y en nada la tenemos aquí, tan feliz como siempre.

SUSANA: Yo no estoy tan segura de eso… (Se deshace del abrazo del joven) Me tengo que ir. Tengo que arreglar unos papeles todavía, llegamos ayer de madrugada.

CARLOS: Claro… oye, Susana. Cualquier cosa que necesitéis, sabéis donde encontrarme.

SUSANA: (Sonríe) ¿Eso no se supone que tenemos que decirlo los padres? (Carlos le devuelve la sonrisa) Lo mismo digo. Eres como uno más de la familia, y lo sabes.

Carlos asiente, y la mujer se levanta. Va hacia la puerta, pero antes de llegar a ella, se detiene y se gira, buscando algo en su bolso, de donde finalmente saca dos bolsas de plástico transparente, una llena de éxtasis, y otra de cocaína.

SUSANA: Por cierto Carlos, ¿tú sabías algo de esto?

CARLOS: (Sorprendido) ¿Son de…?

Susana asiente, sin dejar al chico que termine la frase.

CARLOS: No tenía ni idea…

SUSANA: (Resignada) Lo suponía… se ve que en vez de una hija, tenía una caja de sorpresas. Adiós.

CARLOS: Chao Susana.

La mujer se marcha, y el chico se tira sobre el respaldo del sofá, sin poder evitar que varias lágrimas corran por sus mejillas.

16:42 p.m

Isra se encuentra en el cementerio, sentado frente a la tumba de su hermano. La mira triste, en silencio. Está tan absorto de la realidad, que no se da cuenta de que alguien se acerca a él por detrás.

EDU: Hola Isra.

ISRA: (Sorprendido) ¡Edu! ¿Qué haces aquí?

EDU: Tenía que hablar contigo y… hoy hace tres años.

Isra asiente, con los ojos llenos de lágrimas.

ISRA: Tres años que la persona más importante de mi vida se fue para siempre.

Edu se sienta al lado de su amigo, y le coge de la mano.

EDU: No puedo mentirte, no me he acordado hasta después de comer… lo siento.

Isra sonríe de mala gana.

ISRA: No te preocupes… realmente parece que soy yo el único que se acuerda de esta fecha. Ni mi madre lo ha nombrado.

EDU: A lo mejor no es que seas el único que te acuerdas, sino el único que no lo has superado… (Se da cuenta de que acaba de meter la pata) Isra, lo siento, yo…

ISRA: No, no te preocupes Edu. Tienes razón. Creo que este verano me va a venir muy bien. Voy a pensar en mi vida, en lo que he hecho hasta ahora… y voy a intentar cambiar todo lo malo, que por cierto, es bastante.

EDU: (Sonríe) Me alegro de que veas las cosas así.

Isra le responde a la sonrisa.

ISRA: ¿Y tú que piensas hacer con Hugo? ¿Vas a hablar con él ahora que parece estar confirmado que es definitivo lo de Alberto?

EDU: Pues no sé que hacer… antes estaba tan seguro de que seguía enamorado de mí… y ahora lo veo tan frío, tan distante.

ISRA: Lleva ya unos cuantos meses así… tienes que intentarlo.

EDU: ¿Para qué? ¿Para que me vuelva a dar otro desplante? No, gracias.

ISRA: Al menos lo habrás intentado, Edu. Tú podrás estar tranquilo. Él verá si te deja escapar o no.

Los dos se quedan en silencio. Edu piensa en que quizás su amigo tenga razón, e Isra en que no debería haberle dicho nada.

EDU: ¿Te molestaría que Hugo y yo terminásemos juntos?

Isra le mira, y sonríe de mala gana.

ISRA: No te voy a engañar, Edu, no lo sé. Pero me da igual, si vosotros vais a ser felices.

EDU: No quiero que sufrás.

ISRA: Siempre es preferible que sufra uno a que sufran dos, ¿no?

EDU: (Sonriente) Gracias Isra.

El joven se limita a sonreír y a apoyar la cabeza en el hombro de su amigo intentando que no le vea los ojos, los cuales se han vuelto a llenar de lágrimas… esta vez, lágrimas de amor.

18:15 p.m

Hugo y Marta van rumbo a casa del chico, cargados de bolsas llenas de bebidas. Llevan tres bolsas cada uno, y ambos parecen agotados.

MARTA: No me puedo creer que tengas todavía el carnet falso… y todavía menos que lo sigas utilizando.

HUGO: (Sonríe) Lo sé. Soy una caja de sorpresas.

Dan unos pasos más en silencio, hasta que Marta se detiene.

MARTA: No puedo más. ¿Por qué no nos sentamos un rato?

HUGO: ¿Ahora? ¡Tía, eres una vaga!

MARTA: Además, tengo que hablar contigo.

HUGO: Vaya, ¿por fin me vas a contar lo que te pasa? (la chica asiente) ¿Y por qué no me lo cuentas en mi casa? No sé, es como más íntimo para hablar de problemas que la calle, ¿no?

MARTA: Prefiero que sea a la luz del día… así no podrás matarme.

Hugo mira a su amiga, sin entender nada, pero divertido a la vez.

HUGO: ¿Por qué iba a hacerlo?

MARTA: (Nerviosa) Porque yo… Hugo, fui yo la que maté a Daniel.

Hugo se empieza a reír, sin creerla, pero al ver que la joven permanece seria, se queda callado.

HUGO: Es una broma, ¿verdad?

Marta niega con la cabeza, y empieza a llorar, mientras Hugo permanece allí parado, sin terminar de creérselo.

18:20 p.m

Marta y Hugo están sentados en uno de los bancos del parque al que van siempre. Hugo permanece con el semblante serio, mientras Marta se siente incapaz de mirarle a los ojos.

HUGO: ¿Me lo vas a contar o no?

MARTA: Hugo, no te enfades… no puedes enfadarte, ¿vale?

HUGO: Cuando me lo cuentes, te diré si me enfado o no…

Marta baja la cabeza.

MARTA: Pues verás, todo empezó unos días después de que empezarais a quedar más asiduamente…

FLASHBACK/ SEPTIEMBRE 2007

Marta está en una cafetería del centro de la ciudad, tomándose un refresco, cuando entra Daniel, y se sienta frente a ella.

MARTA: Hola.

DANIEL: (Nervioso) ¿Estas segura de que no vendrán aquí? No quiero echar todo a perder…

MARTA: No, no te preocupes… ¡y tranquilízate, que estás más nervioso que yo, y pensaba que eso sería imposible!

Daniel sonríe.

DANIEL: Si, tienes razón. Bueno, ¿a que venía tanta prisa?

MARTA: ¿Quieres tomar algo? (Daniel niega con la cabeza) Bien, pues verás… tienes que acostarte ya con Hugo.

DANIEL: (Sorprendido) ¿Qué? Perdona, pero eso no estaba en nuestro trato.

MARTA: Lo sé… y si hace falta, te pagaré más. Pero tienes que hacerlo, es la única manera de que olvide a Edu.

DANIEL: Pero si la primera vez que nos vimos no le gusté nada. Vale que ahora nos llevemos bien, pero… ¿y si no quiere?

MARTA: Va a querer, Daniel… y sino quiere, haz que quiera.

PRESENTE

Hugo está de pie frente a Marta, muy enfadado.

HUGO: ¿Le insinuaste que me violara?

MARTA: Visto así puede parecerlo, pero yo no quería que eso sucediera. Me refería a que te conquistara, que te seduciera…

HUGO: Te acabas de cubrir de gloria, guapa.

MARTA: (Cabizbaja) Eso no es todo.

HUGO: Pues me vas a perdonar, pero no sé si quiero seguir escuchando.

El chico hace amago de coger las bolsas, pero Marta le coge del brazo, deteniéndolo.

MARTA: Por favor, Hugo…

El chico suspira, y vuelve a sentarse.

MARTA: Daniel me mandó un mensaje contándome lo que había pasado. No puedes hacerte a la idea de la rabia que sentí. Me sentí totalmente culpable.

HUGO: (Seco) Y no es para menos, desde luego.

Marta mira a su amigo, dolida, a pesar de entenderle.

MARTA: ¿Recuerdas que el verano pasado mi padre me dio clases de conducir?

HUGO: (Suspira) En serio, ahora no quiero seguir escuchando más.

Marta ignora a su amigo.

MARTA: No me costó demasiado cogerle el coche esa noche sin que él se diera cuenta…

FLASHBACK/ OCTUBRE 2007

Hugo y Daniel discuten acaloradamente frente a la puerta de la discoteca “Paraíso”. Marta les observa desde el coche de su padre. Su semblante está completamente serio. La discusión dura poco, y ve como Hugo se va hacia un lado, y Daniel se dispone a cruzar la carretera. En ese momento, arranca el coche a toda velocidad hacia él, mientras cierra los ojos. Un golpe seco. Cuando mira por el retrovisor, observa a Daniel tendido en el suelo, rodeado de un charco de sangre, mientras Hugo llama por teléfono. A la joven se le llenan los ojos de lágrimas.

MARTA: Así aprenderás a no hacer daño a mi mejor amigo… nunca más.

La joven da la vuelta a la manzana rápidamente, y aparque cerca del lugar de los hechos desde un punto en el que lo puede ver todo. Observa a Daniel tirado en el suelo, y a gente que sale de la discoteca acercarse a él corriendo, entre ellos Lorena y Carlos. Marta lo observa todo llorando desconsoladamente, hasta que Lorena mira hacia la zona en la que se encuentra la chica. Se intenta esconder, y aunque ella cree que lo ha conseguido, no lo ha hecho. Lorena la ha visto, y ya ha atado cabos.

PRESENTE

Marta llora amargamente, mientras Hugo la mira, lleno de ira.

HUGO: Me das asco, Marta… asco.

El joven coge todas las bolsas todo lo bien que puede, y se dispone a marcharse.

MARTA: Hugo, por favor, perdóname…

HUGO: No quiero volverte a ver en mi vida, ¿entiendes? ¡En mi vida!

Hugo se aleja de allí todo lo rápido que puede, dejando a Marta sola llorando en el banco.

22:30 p.m

La luna brilla luminosa sobre el oscuro cielo que inunda la ciudad. Carlos, Laura, Isra, Hugo y Edu están en la playa, sentados alrededor de una hoguera. Todos ellos tienen un cubata en la mano, y ríen.

CARLOS: Me gusta que estemos todos así después de todo lo que ha pasado este último año.

ISRA: Sí… la verdad es que ha sido un año movidito.

LAURA: (Extrañada) Oye, y Marta ¿por qué no ha venido?

HUGO: (Seco) No se encontraba bien.

Todos miran al chico, extrañados por el tono que ha usado para dirigirse hasta la que hoy mismo había sido su mejor amiga, pero Edu se decide a romper el hielo, y se levanta con el cubata en la mano.

EDU: ¡Vamos a brindar! Porque al año que viene vamos a estar por fin en bachiller.

LAURA: Dios Edu, cállate…

Todos se ríen, animados, e Isra también se levanta.

ISRA: Brindemos por nosotros. Por nuestra amistad, y porque estamos todos juntos a pesar de todo.

CARLOS: Todos no… falta Lorena.

LAURA: Y Marta.

Edu alza el vaso.

EDU: Bien… pues por los que estamos aquí, y por los que no están. Porque hemos estado siempre juntos… y ojala algún día volvamos a estarlo.

Todos se levantan y chocan sus vasos, aunque Hugo y Laura no parecen demasiado convencidos del motivo del brindis.

SÁBADO 28 DE JUNIO DEL 2008

01:14 p.m


Suena la canción “You’ll ask for me”, de Tyler Milton. Carlos y Laura se besan apasionadamente al lado de la hoguera, completamente borrachos, mientras Isra, que parece no haber bebido demasiado, se encuentra tumbado en la arena, observando las estrellas, hasta que se cansa, y se levanta, bastante molesto.

ISRA: Bueno, yo me voy ya… la verdad es que me estoy aburriendo un poco.

Laura y Carlos dejan de besarse, entre risas.

LAURA: ¿Ya?

ISRA: Para estar de mirón, paso. Pasároslo bien este verano. Chao.

LAURA y CARLOS: Adiós, igualmente.

El joven se marcha, mientras los dos jóvenes vuelven a besarse.

LAURA: (Riendo) Oye, ¿tú y yo no íbamos a decidir de que estábamos después del verano?

CARLOS: Y lo decidiremos… pero ahora vamos a disfrutar de la última noche que vamos a estar juntos en dos meses.

Los dos chicos se miran, sonrientes, y vuelven a besarse.

Edu y Hugo pasean por la orilla del mar, en silencio, solo sonriendo. Ellos tampoco parecen haber bebido demasiado, se les ve bastante bien.

EDU: Así que te vas a ir un mes de crucero…

HUGO: Bueno, aún no es seguro… tengo que pensármelo, pero lo más seguro es que si. Es una de las cosas que siempre he querido.

EDU: Te voy a echar de menos.

Hugo se ríe.

HUGO: Mentiroso…

EDU: Te lo digo completamente en serio.

Los dos se detienen y quedan cara a cara, mirándose fijamente a los ojos.

HUGO: Pues no entiendo porque, con todo lo que hemos vivido últimamente.

EDU: ¿Hace falta que te lo diga?

Hugo se hace el despistado, y ambos se ríen antes de acercarse poco a poco, y darse un bonito beso.

HUGO: Creo que tendrás que ser un poco más convincente si realmente quieres que me quede…

Edu se ríe, y vuelven a besarse, esta vez con pasión, con lujuria.

Marta, triste, observa todo lo que sucede a sus amigos sentada en un banco del paseo marítimo. Tiene los ojos llorosos, triste de no poder estar allí, cuando alguien se sienta a su lado.

JORGE: ¿Qué haces aquí sola, sin tus amigos?

MARTA: Hola…

Jorge le sonríe.

JORGE: ¿Muchos problemas con ellos?

MARTA: Solo uno. Pero demasiado grande… aunque no me apetece hablar de ello, la verdad.

JORGE: Esta bien… me voy. Aunque no lo creas, yo también tengo amigos.

Marta sonríe durante unos segundos, pero esa sonrisa desaparece cuando ve que el chico se levanta.

MARTA: Quédate, por favor… no quiero estar sola.

Jorge le sonríe con ternura, y vuelve a sentarse.

JORGE: No hace falta que hablemos, ¿vale?

Marta asiente, y apoya su cabeza en el hombro del chico, empezando a llorar en silencio.

Mientras, Edu y Hugo continúan besándose en la orilla.

02:04 p.m

En la estación, un autobús acaba de llegar, procedente de Madrid. La gente comienza a bajar, y entre ellos Claudia, la hija de la compañera de Lorena en el centro. Coge su maleta, y, sonriente, se dirige hacia la salida. Cuando ya está fuera, observa todo sonriente, feliz.

CLAUDIA: Por fin. Una nueva vida se abre ante mí…

La joven, tras echar un último vistazo, comienza a caminar con el sonido de las olas de fondo, mientras la canción deja de sonar poco a poco.

FIN TEMPORADA 1

¿Qué hará Hugo con Marta?
¿Qué será de Lorena?
¿Iniciarán una relación Carlos y Laura cuando termine el verano?
¿Conseguirá Isra olvidar a Edu?
¿Qué esconde Claudia?
Todo esto y mucho más lo podrás leer en la segunda temporada, Septiembre del 2008