MANERAS DE VIVIR

 

Quinta temporada, capítulo 105

 

PISO DE CARLOS Y ANDREA/ DORMITORIO DE CARLOS/ MAÑANA

 

Los primeros rayos de sol de la mañana entran por la ventana. Carlos duerme plácidamente en su cama, tapando su cuerpo desnudo con una fina sábana negra. La puerta se abre repentinamente, despertándole.

 

Andrea: Carlos, ¿para qué me has…?

 

Carlos se reincorpora levemente, y entonces Andrea se da cuenta de que está desnudo.

 

Andrea: Uy, perdona. Yo no quería…

 

De pronto, y los dos a la vez, se dan cuenta de que hay alguien más en la cama cuando una mano empieza a acariciar el torso del joven.

 

Carlos: ¿Qué coño…?

 

Lidia se reincorpora del todo en el lado contrario de la cama, también completamente desnuda y con una amplia sonrisa dibujada en su rostro.

 

Lidia: Buenos días.

 

Carlos: (Asustado) ¿Qué haces tú aquí?

 

Andrea: (Sorprendida) ¿Os habéis acostado?

 

Lidia: ¿Tú qué crees?

 

Carlos: (Confundido) No puede ser…

 

Andrea: ¡Es increíble!

 

Carlos: Andrea…

 

La joven le interrumpe, mientras sus ojos se llenan de lágrimas.

 

Andrea: ¿Cómo puedes ser tan falso y tan mentiroso? La semana pasada me montas un numerito por acostarme con ella y ahora… ¿tú haces lo mismo? ¿Y encima me llamas para que lo vea? Eres un hijo de puta.

 

Andrea sale rápidamente de allí, llorando, mientras Lidia deja escapar una sonora carcajada y Carlos le lanza una malísima mirada.

 

Lidia: No me mires así… ¡esto es divertidísimo!

 

Carlos: Eres una hija de puta.

 

El chico se levanta y sale de allí para ir al baño, mientras Lidia sigue riéndose.

 

UNAS HORAS ANTES…

 

PISO DE CARLOS Y ANDREA/ SALÓN/ MAÑANA

 

Andrea: ¡Carlos!

 

Carlos: Quiero que te vayas, Andrea. Que estés unos días fuera. Necesito tiempo para estar solo y pensar.

 

A Andrea se le llenan los ojos de lágrimas, sintiéndose impotente.

 

Andrea: ¿Pero qué más te da? ¡Si ni siquiera estábamos juntos!

 

Carlos: El tema no es que estuviéramos o no estuviéramos juntos, Andrea. ¡El tema es que fue con Lidia! ¿No lo entiendes? Después de todo lo que nos ha hecho…

 

Andrea: Por aquel entonces todavía no había hecho tanto.

 

Carlos: ¿Y crees que eso lo hace mejor?

 

Andrea: ¡Estaba borracha!

 

Carlos coge aire, intentando mantener la calma.

 

Carlos: Vete, Andrea. Por favor.

 

La joven se queda en silencio durante unos segundos, pensando, hasta que finalmente suspira.

 

Andrea: Está bien, como quieras…

 

Andrea camina hacia la puerta, pero antes de salir, se gira hacia su novio.

 

Andrea: Estás siendo muy injusto, Carlos. Solo quiero que lo sepas.

 

La chica se marcha y Carlos se deja caer en el sofá, llorando.

 

CANCIÓN: “Bed of roses”, de Bon Jovi

 

KRISTEN BELL

 

CHACE CRAWFORD

 

RUPERT GRINT

 

VANESSA HUDGENS

 

JESSE MCCARTNEY

 

JESSE METCALFE

 

JARED PADALECKI

 

HAYDEN PANETTIERE

 

JESSICA STROUP

 

TOM WELLING

 

CAPÍTULO 105: La destrucción llamada Lidia

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ MAÑANA

 

Hugo está sentado en una de las butacas de la barra, tomándose un café, mientras Claudia la mira desde el otro lado.

 

Claudia: Ya sabes cómo es Andrea. No deberías tomárselo en cuenta.

 

Hugo: Le puedo perdonar muchas cosas, Claudia, pero me ha traicionado. A mí y a Óscar. Siempre me ha dado igual que se acostara con quien quisiera, pero… ¿Lidia? ¿Después de todo el daño que nos ha hecho?

 

Claudia: Pero todo el mundo cometemos errores, y ella es tu mejor amiga.

 

Hugo: (Suspira) No será tan amiga si ha tenido el valor de hacer lo que hizo, ocultármelo durante meses, y aún así tener los suficientes cojones para seguir mirándome a la cara día tras día… ¡si hasta vino a dormir a casa cuando tuvo la crisis con Carlos!

 

Claudia: Vale Hugo, se equivoco, y eso lo sabemos todos. Y sí, probablemente debería de habértelo contado cuando sucedió, porque aunque te hubiese molestado, no te sentirías tan traicionado como te sientes ahora… pero piénsalo, ¿de verdad te merece la pena perder a tu mejor amiga por una simple noche de borrachera en la que hizo algo de lo que se estará arrepintiendo toda su vida?

 

Hugo mira a su amiga, sin saber qué decir.

 

PISO DE MARTA/ COCINA/ MEDIODÍA

 

Marta se está sirviendo un plato de pasta, cuando alguien llama al timbre. La joven, extrañada, se dirige hacia la puerta, y esboza una amplia sonrisa al ver al otro lado a Jorge, sujetando a Esperanza en sus brazos.

 

Esperanza: ¡Mami!

 

Marta: ¡Hija!

 

Marta coge a su hija y la abraza, emocionada, y Jorge, sonriente, entra en el piso y cierra la puerta tras él.

 

Marta: ¿Cuándo habéis vuelto?

 

Jorge: Esta misma mañana.

 

Marta: Podrías haberme avisado. Habría ido a recogeros al aeropuerto.

 

Jorge: Queríamos darte una sorpresa.

 

Marta: Pues lo habéis conseguido.

 

Caminan hacia el salón, y allí Marta y Jorge se sientan en el sofá. La joven coloca a Esperanza sobre sus piernas, mirándola sonriente.

 

Marta: ¿Me has echado de menos, cielo?

 

Esperanza: ¡Mucho!

 

La chica abraza a su hija, contenta.

 

Marta: Y yo a ti, cariño.

 

Jorge: Espe, ¿por qué no te vas al cuarto a jugar un poco? Mami y yo tenemos que hablar un momento.

 

Esperanza: ¡Pero yo quiero estar con ella!

 

Marta: Ahora iré a jugar contigo, ¿vale? Te lo prometo. Pero déjanos hablar un momento.

 

Esperanza: (Suspira) ¡Está bien!

 

Esperanza sale del salón, ante la divertida mirada de Marta y Jorge. Cuando escuchan como la puerta del dormitorio de la niña se cierra, Jorge mira a su ex novia.

 

Jorge: ¿Cómo van por aquí las cosas?

 

Marta: Fatal. Lidia volvió a liarla en la reinauguración del “Four”.

 

Jorge: ¿Qué hizo esta vez nuestra queridísima amiga?

 

Marta: Esta vez la tomo con Andrea. Ha jodido su amistad con Hugo, y su relación con Carlos.

 

Jorge: (Sorprendido) ¿Y cómo ha conseguido todo eso en una noche?

 

Marta: Ya te lo contaré, porque es una historia muy larga… pero ahora dime, ¿tú has conseguido algo en tu viaje?

 

Jorge: Pues no mucho, la verdad… pero hay algo, que ya sabía antes, que creo que necesitas saber para empezar a comprender un poco las cosas.

 

Marta: (Extrañada) ¿El qué?

 

Jorge hace una pausa, para terminar cogiendo aire.

 

Jorge: Lidia y Lorena son primas.

 

Marta: (Sorprendida) ¡¿Qué?!

 

Marta mira a su ex novio, sin poderse creer lo que le acaba de decir.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ SALÓN/ TARDE

 

Isra está mirando algo en su portátil, sentado en el sofá, cuando Hugo aparece por allí bastante estresado.

 

Hugo: Isra, necesito que me hagas un favor.

 

Isra: Debido a mi inexistente vida sexual, no tengo condones. Lo siento.

 

Hugo: No es eso, inútil. Estamos haciendo un trabajo, y nos hemos dejado el pen de Óscar en clase, y yo no encuentro el mío. ¿Nos puedes dejar uno?

 

Isra: Sí, claro.

 

El pelirrojo deja su portátil a un lado y se levanta.

 

Isra: Ahora te lo traigo, que lo tengo en el cuarto.

 

Hugo: Gracias… y por cierto, deberías replantearte lo de los condones. Nunca se sabe.

 

Isra: (Irónico) Muy gracioso.

 

Isra sale del salón, y Hugo decide esperarlo sentado en el sofá. Mira de reojo el portátil de su amigo, pero enseguida ve algo que llama su atención y lo coge. Lee que el joven estaba consultando ofertas de una inmobiliaria.

 

Hugo: No puede ser…

 

PISO DE LIDIA/ SALÓN/ TARDE

 

Lidia está mirando unas fotografías de la reinauguración del “Four” con una cínica sonrisa dibujada en su cara, cuando empiezan a llamar al timbre. La joven apaga la cámara y la hace a un lado para ir a abrir la puerta. Se sorprende al ver a Andrea al otro lado.

 

Lidia: ¡Andrea! ¡Qué agradable sorpresa!

 

Andrea: ¿Puedo pasar?

 

Lidia: Claro, entra.

 

Andrea: Gracias.

 

Andrea entra en el piso y Lidia cierra la puerta. Las dos jóvenes se encaminan hacia el salón.

 

Lidia: Tengo que confesarte que me sorprende tu visita después de todo lo que pasó la semana pasada en el “Four”… pero supongo que has venido precisamente a eso, ¿no? A saldar cuentas.

 

Andrea: No… no he venido para eso.

 

Lidia: (Extrañada) ¿Entonces?

 

Andrea, tras permanecer unos segundos en silencio, termina sentándose en el sofá, suspirando. 

 

Andrea: He venido para saber por qué.

 

Lidia: (Extrañada) ¿Por qué, qué?

 

A la chica se le llenan los ojos de lágrimas.

 

Andrea: ¿Por qué la has tomado conmigo, Lidia? ¡Si yo no he hecho nada! Y tú… tú me has jodido la vida.

 

Lidia mira a Andrea, sorprendida.

 

Lidia: ¿Joderte la vida? No sé de lo que me estás hablando, Andrea. Solo anime la fiesta un poco, nada más. Tú mejor que nadie sabes que estaba siendo un coñazo.

 

Andrea: ¿Y tenías que animarla conmigo?

 

Lidia: ¿No te pareció divertido?

 

Andrea se levanta del sofá cogiendo aire, intentando mantener la calma.

 

Andrea: Me das asco.

 

La joven esboza una cínica sonrisa.

 

Lidia: No decías eso aquella noche…

 

Andrea: (Indignada) Vete a la mierda.

 

Andrea sale del piso, indignada, mientras Lidia se empieza a reír maliciosamente.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ NOCHE

 

Suena la canción “Carrie”, de Europe.

 

Hugo está sentado en una de las butacas de la barra, tomándose una cerveza y hablando con Claudia que, aburrida, le escucha desde el otro lado.

 

Hugo: En serio, ¿te lo puedes creer? ¡Se va a ir de casa sin decirnos nada! Hace falta ser hijo de puta.

 

Claudia: (Suspira) ¿Por qué no hablas todo esto con él en vez de contármelo a mí?

 

Hugo ignora las palabras de su amiga.

 

Hugo: Y lo peor de todo es que nos deja a Óscar y a mí solos… ¡Solos! Creo que todavía no estoy preparado para eso.

 

Claudia: ¿Lo dices en serio? Hugo por favor, que parecéis gatos en celo, es imposible separaros.

 

Hugo: (Extrañado) ¿Y qué tiene que ver una cosa con la otra?

 

Claudia: Pues que si estáis preparados para ser lapas, también estáis preparados para vivir juntos.

 

El rubio mira a Claudia, sin entender nada.

 

Hugo: Sigo sin encontrarle la lógica a esa afirmación.

 

Claudia: Sí, seguramente sea porque no la tiene, pero me da igual. Ya me estás entendiendo.

 

Hugo: Lo intento, pero no te creas…

 

Claudia suspira, intentando mantener la calma.

 

Claudia: Vamos a ver, Hugo: ¿cuál es el verdadero problema?

 

Hugo se queda unos segundos en silencio, pensando, hasta que finalmente él también suspira.

 

Hugo: Creo que me da miedo quedarme solo con Óscar y que las cosas empiecen a ir mal entre nosotros.

 

Claudia: Pero eso no tiene porque ser así.

 

Hugo: Ya, ya lo sé, pero… estoy asustado.

 

Claudia: Es normal, eso nos pasa a todo el mundo… ¿cómo te crees que estaba yo cuando Jaime se vino a vivir conmigo?

 

Hugo: Se te veía bien… feliz.

 

Claudia: Pues no lo estaba. Estaba acojonada. Pero al final todo salió bien, y ahora estamos súper contentos y felices.

 

Hugo: Sí, pero tú no eres como yo.

 

Claudia coge las manos de su amigo, intentando tranquilizarle.

 

Claudia: Si no quieres que Isra se vaya de casa, díselo. Pero entonces, Óscar y tú tendréis que intentar tener un poco más de respeto y no estar follando por todos los rincones.

 

Hugo mira a la joven, sin saber qué decir.

 

PISO DE CARLOS/ SALÓN/ NOCHE

 

Carlos está sentado en el sofá, comiéndose un plato de ensalada mientras mira unos apuntes, cuando llaman al timbre. El joven, extrañado, comprueba que ya pasan de las once de la noche y se levanta para abrir la puerta. No puede creerse que la que esté al otro lado sea Lidia, con una feliz sonrisa dibujada en su rostro.

 

Lidia: ¡Buenas noches!

 

Carlos: Y adiós.

 

Carlos intenta cerrar la puerta, pero Lidia se lo impide poniendo un pie en medio.

 

Lidia: ¿No me vas a invitar a pasar?

 

Carlos: Ni loco.

 

Lidia: Entonces me auto invito yo.

 

Lidia abre la puerta del todo, pillando desprevenido a Carlos, y entra en el apartamento.

 

Carlos: En serio Lidia, tienes que marcharte.

 

Lidia: ¿Te das cuenta de lo que pasó el otro día en la fiesta?

 

Carlos: (Irónico) ¿Qué intentaste jodernos la vida una vez más?

 

Lidia: Oh, no seas así…

 

Lidia se sienta en el sofá, sin borrar la sonrisa de su cara, mientras Carlos cierra la puerta.

 

Lidia: Lo hice por ti. Se me hacía durísimo ver como Andrea te engañaba día tras día ocultándote lo que había entre nosotras.

 

Carlos: (Irónico) Pobrecita. Que mal lo habrás pasado.

 

Lidia: La verdad es que sí.

 

Carlos: Ya.

 

Los dos se quedan unos segundos en silencio.

 

Lidia: ¿Por qué no te sientas aquí conmigo?

 

Carlos: Porque tengo cosas mejores que hacer.

 

Lidia: Vaya, es una pena…

 

Carlos: (Irónico) Mucha, sí.

 

Lidia se levanta del sofá y se acerca sensualmente al chico.

 

Carlos: ¿Qué estás haciendo?

 

Lidia: ¿No tienes curiosidad por saber de lo que pudo disfrutar Andrea?

 

Carlos: Ninguna.

 

Lidia: ¿Seguro?

 

La joven empieza a acariciar el pecho de Carlos.

 

Lidia: Porque podríamos gozar mucho los dos juntos…

 

Carlos se queda unos segundos en silencio, los cuales la chica aprovecha para meterle mano en su entrepierna y besarle apasionadamente. Aunque al principio le corresponde, el chico se termina apartando.

 

Carlos: ¡¿Qué cojones estás haciendo?!

 

Lidia: Soy guapa, y puedes gozar conmigo. Ya no estás con Andrea. Y vale, puede que sea una hija de puta, ¿pero y qué? ¿Hace falta ser una buena persona para follar?

 

Carlos: Estás loca.

 

Lidia: ¿Qué tienes que perder?

 

Carlos se queda en silencio durante unos segundos, pensando, hasta que finalmente se abalanza sobre la joven y la besa apasionadamente. Esta se ríe y se dejan caer sobre el sofá, desnudándose mutuamente.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ DORMITORIO DE ISRA/ NOCHE

 

Isra está sentado en su escritorio, mirando pisos en el ordenador, cuando alguien llama a la puerta. El joven baja la pantalla rápidamente, y coge el primer libro que encuentra en la mesa.

 

Isra: Adelante.

 

La puerta se abre, dando paso a Hugo.

 

Hugo: ¿Puedo?

 

El pelirrojo esboza una forzada sonrisa.

 

Isra: Claro, pasa.

 

Hugo entra en el dormitorio cerrando la puerta tras él, y se sienta en el borde de la cama de su amigo.

 

Hugo: ¿Qué haces?

 

Isra: Leer.

 

Hugo: (Extrañado) ¿Con el libro al revés?

 

Isra se da cuenta del fallo, y deja el libro sobre la mesa, esbozando una forzada sonrisa.

 

Isra: Ya sabes que soy muy inteligente.

 

Hugo: (Irónico) Oh, sí. Desde luego.

 

Los dos jóvenes se quedan unos segundos en silencio, hasta que Hugo suspira.

 

Hugo: Escucha Isra, he venido a hablar contigo sobre… no quiero que pienses que soy un alcahuete ni nada parecido, pero esta mañana he visto que… estabas mirando pisos.

 

Isra: (Extrañado) ¿Cómo qué lo has visto?

 

Hugo: Sí, cuando te he pedido el pen.

 

Isra: Ya…

 

Vuelven a quedarse en silencio de nuevo.

 

Hugo: ¿Por qué te quieres ir? ¿No estás cómodo?

 

Isra: ¿Quieres que te diga la verdad?

 

Hugo: Por supuesto.

 

Isra: Pues no Hugo, no estoy cómodo. Estoy hasta los cojones de veros a Óscar y a ti constantemente comiéndoos la boca en cualquier parte de la casa. Me da miedo entrar al salón o a la cocina y encontraros ahí dándolo todo, como conejos.

 

Hugo se queda unos segundos en silencio, pensando, hasta que finalmente suspira.

 

Hugo: Estamos un poco pesados, ¿verdad?

 

Isra: Yo diría que demasiado.

 

Hugo: Ya.

 

Vuelven a quedarse unos segundos en silencio.

 

Hugo: No quiero que te vayas, Isra.

 

Isra: Pero es que no puedo seguir aquí. Ya no es solo lo que te he dicho, sino que también siento como que molesto, ¿sabes? Vosotros sois pareja, supongo que querréis tener vuestro espacio… ¿qué hago yo aquí?

 

Hugo: Mucho. Eres nuestro amigo y yo no quiero que te vayas. Punto. Y a partir de ahora, nosotros nos controlaremos. No haremos que vuelvas a sentirte incómodo, te lo prometo. Pero tú no te vas de aquí.

 

Isra mira al rubio, sin saber qué decir.

 

CALLES DE GIJÓN/ MAÑANA

 

Marta y Jorge pasean por las calles de la ciudad. Jorge tiene a Esperanza en brazos. Los dos jóvenes cubren sus ojos con gafas de sol.

 

Marta: En serio, es que todavía no me lo puedo creer. Llevo toda la noche dándole vueltas al asunto, y no me entra en la cabeza… ¿Lidia y Lorena primas?

 

Jorge: Sí. Todavía no te puedo contar mucho, pero están unidas para vengarse de todos nosotros. Están convencidas de que por nuestra culpa Lorena acabó en el psiquiátrico.

 

Marta: (Sorprendida) ¿Creen que todo fue una confabulación contra ella?

 

Jorge: Exacto.

 

Marta: ¿Pero están locas?

 

Jorge: Creo que la respuesta a esa pregunta es evidente.

 

Marta: ¿Tú cómo te has enterado de esto?

 

Jorge: Es una larga historia que ya te contaré en su momento, pero me lo dijeron ellas mismas.

 

Marta parece caer en algo.

 

Marta: Pero espera un segundo… ¿entonces Lidia también estaba detrás de todo lo que pasó en la boda de Claudia y Jaime?

 

Jorge: Por supuesto. Mientras Lorena estaba dispuesta a asesinaros a todos, a mí Lidia me tenía secuestrado en un hotel.

 

Marta: (Sorprendida) ¿Secuestrado?

 

Jorge: Ya te he dicho que es una historia muy larga. No te la pude contar anoche, ni te la puedo contar ahora. Lo que tenemos que tener claro, es que siguen trabajando juntas.

 

Marta: Pero si Lorena está detenida… dudo mucho que la volvamos a ver.

 

Jorge: Posiblemente no lo hagamos. Pero el año pasado estaba en un psiquiátrico, y ya trabajaban juntas. Joder la vida a Hugo fue el inicio, luego siguió contigo, después conmigo, con Andrea, con Carlos…

 

Marta: ¿Y qué vamos a hacer?

 

Jorge: No lo sé… pero no van a parar hasta que consigan jodernos la vida todavía más. A todos.

 

Marta mira al joven, asustada.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ DORMITORIO DE HUGO Y ÓSCAR/ MAÑANA

 

Hugo, tumbado en su cama completamente desnudo, abre poco a poco los ojos. Al girarse ve a Óscar, también desnudo, mirándole atentamente.

 

Hugo: (Sonríe) Buenos días.

 

Óscar: Hola.

 

Se dan un pico.

 

Hugo: ¿Qué tal has pasado la noche?

 

Óscar: Pues como siempre. Que sea la primera noche que hagamos oficial que compartimos habitación, no quiere decir que no haya dormido nunca aquí.

 

Hugo: (Riendo) También es verdad.

 

La pareja vuelve a besarse.

 

Óscar: ¿Sabes? He estado pensando sobre lo que me contaste anoche.

 

Hugo: (Extrañado) ¿El qué?

 

Óscar: Lo de Isra.

 

Hugo: ¿Qué pasa?

Óscar: No quiero que me entiendas mal, pero a mí no me habría importado que se fuera y que nos dejara la casa para nosotros dos solos.

 

Hugo: Pero al final no ha sido el caso.

 

Óscar: ¿Por qué?

 

Hugo mira a su novio, sin entender nada.

 

Hugo: No entiendo por dónde vas…

 

Óscar: Le convenciste para que no se fuera. ¿Por qué?

 

Hugo: Porque es mi amigo.

 

Óscar: ¿Y no será que no quieres vivir solo conmigo?

 

Hugo: (Molesto) ¡No digas tonterías!

 

Óscar: Hugo…

 

Hugo se levanta de la cama, indignado, y se pone unos calzoncillos.

 

Hugo: Mira, déjalo, ¿vale? No quiero discutir. Estás paranoico. ¿Cómo no iba a querer vivir solo contigo? Estás tonto.

 

El joven sale del dormitorio, bajo la preocupada mirada de Óscar.

 

CASA DE CLAUDIA Y JAIME/ SALÓN/ MAÑANA

 

Claudia y Jaime salen de su dormitorio ya preparados para irse a trabajar, abrazados y dándose besos, cuando se dan cuenta de que sobre la mesa hay un montón de comida: tostadas, huevos fritos, bacon, zumo de naranja y café. Lo miran todo, sorprendidos, hasta que Andrea, en pijama, sale de la cocina con un plato de patatas.

 

Andrea: ¡Chicos! Ya os habéis levantado.

 

Jaime: ¿Qué es todo esto?

 

Andrea: Bueno, quería agradeceros que me hayáis dejado quedarme aquí esta noche.

 

Claudia: No tenías por qué hacerlo. Además, ya sabes que puedes quedarte aquí el tiempo que quieras.

 

Los tres se sientan a la mesa.

 

Andrea: Lo haré todas las mañanas mientras esté aquí.

 

Jaime: Bueno, tampoco hace falta tanto… que si lo haces, nos acabaremos poniendo como auténticos tocinos.

 

Andrea: Hombre, la verdad es que esperaba no estar aquí demasiado tiempo.

 

Claudia: ¿Y a dónde vas a ir?

 

Andrea: Espero volver a casa, con Carlos.

 

Jaime y Claudia se miran, incómodos, sin saber muy bien qué decir.

 

Jaime: ¿Tú… crees que podrás hacer eso?

 

Andrea: Por supuesto. Sé que se ha sentido engañado, pero vamos… cuando pasó lo de Lidia, no estábamos juntos. Sé que conseguirá perdonarme.

 

Claudia: Ojala tengas razón.

 

Justo en ese momento, a la joven le llega un mensaje al móvil. Lo lee, y esboza una enorme sonrisa mientras se levanta.

 

Andrea: ¿Lo veis? Acaba de mandarme un mensaje para que vaya a casa. Quiere que hablemos. Seguro que ha sido la última noche que he pasado aquí. Voy a darme una ducha, ¡disfrutad del desayuno!

 

Andrea sale rápidamente del salón mientras sus amigos se miran, sin saber qué pensar.

 

PISO DE MARTA/ SALÓN/ MAÑANA

 

Marta e Isra están sentados en el sofá del salón de la joven, tomándose un café mientras charlan tranquilamente.

 

Isra: ¿Y qué tal esta mañana con Jorge?

 

Marta: Bien. Hemos ido a dar una vuelta con Esperanza y nos hemos puesto al día.

 

Isra: ¿Y qué tal le ha ido todo por Alemania?

 

Marta: Muy bien.

 

Isra esboza una forzada sonrisa.

 

Isra: Ya.

 

Los dos amigos se quedan en silencio durante unos segundos.

 

Marta: ¿Y a ti cómo te va en clase?

 

Isra: Bien, muy bien. Desde ese beso que me plantaste el otro día delante de todo el mundo, nadie me dice nada.

 

Marta se ríe, divertida.

 

Marta: Me alegro mucho. De verdad.

 

Isra: Y yo. La verdad es que estaba ya un poco hasta los cojones… me había planteado dejarlo y volver a matricularme el año que viene en primero otra vez, con nueva gente… aunque ahora voy a seguir.

 

Marta: Ni siquiera deberías haberte planteado esa posibilidad. Es de cobardes.

 

Isra: ¿Y yo que soy?

 

Marta: Tú eres muy valiente. Te admiro muchísimo.

 

Isra esboza una forzada sonrisa, y vuelven a permanecer unos segundos en silencio.

 

Isra: Gracias, Marta.

 

Marta: No tienes que dármelas por nada. Es lo que pienso.

 

Isra: No, no es por eso. Es por todo lo que has hecho por mí. Por cómo me has ayudado, y has hecho que me supere a mí mismo. Muchas gracias, de verdad.

 

Marta mira a su amigo en silencio durante unos segundos, pensando, hasta que finalmente se empieza a reír.

 

Marta: ¡Pero mira que te gusta ponerte profundo!

 

PISO DE CARLOS Y ANDREA/ DORMITORIO DE CARLOS/ MAÑANA

 

Los primeros rayos de sol de la mañana entran por la ventana. Carlos duerme plácidamente en su cama, tapando su cuerpo desnudo con una fina sábana negra. La puerta se abre repentinamente, despertándole.

 

Andrea: Carlos, ¿para qué me has…?

 

Carlos se reincorpora levemente, y entonces Andrea se da cuenta de que está desnudo.

 

Andrea: Uy, perdona. Yo no quería…

 

De pronto, y los dos a la vez, se dan cuenta de que hay alguien más en la cama cuando una mano empieza a acariciar el torso del joven.

 

Carlos: ¿Qué coño…?

 

Lidia se reincorpora del todo en el lado contrario de la cama, también completamente desnuda y con una amplia sonrisa dibujada en su rostro.

 

Lidia: Buenos días.

 

Carlos: (Asustado) ¿Qué haces tú aquí?

 

Andrea: (Sorprendida) ¿Os habéis acostado?

 

Lidia: ¿Tú qué crees?

 

Carlos: (Confundido) No puede ser…

 

Andrea: ¡Es increíble!

 

Carlos: Andrea…

 

La joven le interrumpe, mientras sus ojos se llenan de lágrimas.

 

Andrea: ¿Cómo puedes ser tan falso y tan mentiroso? La semana pasada me montas un numerito por acostarme con ella y ahora… ¿tú haces lo mismo? ¿Y encima me llamas para que lo vea? Eres un hijo de puta.

 

Andrea sale rápidamente de allí, llorando, mientras Lidia deja escapar una sonora carcajada y Carlos le lanza una malísima mirada.

 

Lidia: No me mires así… ¡esto es divertidísimo!

 

Carlos: Eres una hija de puta.

 

El chico se levanta y sale de allí para ir al baño, mientras Lidia sigue riéndose.

 

CONTINUARÁ…