MANERAS DE VIVIR

 

PISO DE ANDREA, CLAUDIA Y HUGO/ COCINA

 

Andrea, ya completamente aseada y preparada para ir al instituto, permanece sentada sobre la encimera, tomándose un vaso de leche. Claudia, en pijama, no tarda en aparecer por allí. Las dos jóvenes se miran en silencio durante unos segundos, hasta que Claudia empieza a prepararse el desayuno, suspirando.

 

CLAUDIA: ¿No vas a ir a clase?

 

ANDREA: (Sorprendida) Vaya, ¿por fin te dignas a hablarme?

 

Claudia, avergonzada, baja la cabeza.

 

CLAUDIA: Vale, tienes razón y tienes todo el derecho del mundo a estar enfadada. Lo siento.

 

ANDREA: Ya…

 

Las dos jóvenes se quedan en silencio durante unos segundos, hasta que Claudia termina suspirando.

 

CLAUDIA: Vamos Andrea, no puede ser tan difícil que volvamos a empezar de cero, ¿no?

 

ANDREA: No sé…

 

CLAUDIA: Solo te pido que me entiendas. Yo todavía no he podido olvidar a Carlos… es difícil olvidarle. Y no es el hecho de que pueda o no pueda estar contigo. Es el hecho de que pueda estar con cualquiera… eso me reconcome por dentro.

Andrea mira a la joven nerviosa, sin saber que decir.

 

ANDREA: Lo… lo entiendo.

 

CLAUDIA: (Sonríe) Muchas gracias, de verdad. No sabes lo que significa eso para mí.

 

La joven sonríe forzada y visiblemente incómoda.

 

PISO DE CARLOS Y JAIME/ RELLANO

 

Hugo llega hasta allí, sonriente. Lleva una mochila a sus espaldas, y varios bocetos entre sus manos. Se detiene frente a la puerta de sus amigos, y justo cuando va a llamar al timbre, se abre; observa a Carlos con una chica, pero éste no se fija todavía en su presencia.

 

CARLOS: Bueno, entonces nos vemos mañana, recuerda, media hora antes… como el chico que viene después se entere de que estoy dando más clases, me mata.

 

HUGO: Te matará por haberle mentido, no porque estés dando más clases.

 

Carlos y su alumna se giran hacia el chico, sorprendidos. Éste parece realmente enfadado.

 

CARLOS: ¡Hugo!

 

CHICA: Bueno, yo… creo que será mejor que me vaya. Chao.

 

La joven se aleja de allí sin obtener respuesta, y Hugo mira a Carlos, esperando una explicación.

 

CARLOS: ¿Qué? No creo que sea para tanto. Deberías entender que dé clases a otras personas si me gusta, se me da bien, y además me puedo sacar más dinero.

 

HUGO: Y lo entiendo.

 

CARLOS: ¿Entonces? No entiendo cuál es el problema.

 

HUGO: Que me has mentido, ese es el problema. Si hubiese venido aquí y no hubiese escuchado lo que le has dicho a esa chica, todo perfecto. Pero me lo estabas intentando ocultar, Carlos.

 

CARLOS: Porque sabía que ibas a tomártelo así.

 

Hugo suspira, intentando no perder la paciencia.

 

HUGO: Mira, yo… creo que será mejor que me vaya.

 

El joven se dispone a marcharse de allí, pero entonces recuerda los folletos que lleva en la mano, por lo que se los tiende a su amigo.

 

HUGO: Por cierto, antes de venir me pasé por la facultad de Magisterio… aquí tienes algo de información por si te interesa.

 

Hugo se aleja de allí mientras Carlos mira los folletos, triste.

 

Canción: The hero waits

Kristen Bell, Rupert Grint, Vanessa Hudgens, Jesse McCartney, Jesse Metcalfe, Jared Padelecki, Hayden Pannettiere, Emma Watson

 

Capítulo 63

Aspirando al máximo

 

PARQUE “RUISEÑORES”

 

Andrea y Hugo, con las mochilas a sus espaldas, pasean por el parque, bajo la potente luz del sol. Andrea parece ir pensando en sus cosas, mientras Hugo habla, indignado.

 

HUGO: ¿Pero de verdad es tan difícil de entender que lo que me moleste es que me haya mentido?

 

ANDREA: Aha.

 

HUGO: Andrea, no me estás escuchando.

 

ANDREA: Aha.

 

Hugo mira molesta a la joven.

 

HUGO: Y he pensado en volver a las drogas.

 

ANDREA: ¿Sí? Eso es genial.

 

HUGO: ¡Andrea!

La joven por fin parece volver a poner los pies en la tierra.

 

ANDREA: (Extrañada) ¿Qué pasa?

 

HUGO: Sí, eso mismo digo yo. Llevo una media hora hablando solo… así que espero que lo que ocupa tu cabeza sea lo suficientemente importante como para ignorarme.

 

Andrea baja la cabeza, avergonzada.

 

ANDREA: Lo siento, tienes razón.

 

HUGO: (Suspira) ¿Qué pasa?

 

ANDREA: Nada, nada.

 

HUGO: Andrea…

 

La joven piensa durante unos segundos, en silencio, hasta que al final termina suspirando.

 

ANDREA: He estado esta mañana habando con Claudia.

 

HUGO: ¿En serio? ¿Por fin habéis arreglado las cosas?

 

ANDREA: Sí y no.

 

HUGO: (Extrañado) ¿Cómo que sí y no? ¿Qué quiere decir eso?

 

ANDREA: Pues que ella cree que sí, pero en realidad… le he mentido.

 

Hugo suspira, intentando no perder la paciencia.

 

HUGO: ¿Me vas a decir de una puta vez lo que ha pasado o te voy a tener que seguir preguntando en cada frase que digas?

 

Andrea no puede evitar el esbozar una ligera sonrisa.

 

ANDREA: No le he contado que me acosté con Carlos el día de San Valentín.

 

HUGO: (Sorprendido) ¿Os acostasteis?

 

ANDREA: Recuerdas que te conté que nos habíamos quedado atrapados en el ascensor, ¿verdad?

 

HUGO: Aha.

 

ANDREA: Pues bueno, de alguna manera teníamos que matar el tiempo.

 

Hugo no puede evitar el echarse a reír, divertido.

 

HUGO: Una buena manera de pasar el rato, sí.

 

La joven sonríe forzadamente.

 

ANDREA: Ya, bueno, pero como te decía. Esta mañana Claudia ha venido diciéndome que la entendiera, que no había conseguido olvidarse de él, y que de ahí su reacción, pero que no quería que nuestra amistad se jodiera por ello.

 

HUGO: Bueno, ella ha sido valiente al reconocerlo.

 

ANDREA: En ese momento debería de haberle contado lo que pasó el día de San Valentín, ¿verdad?

 

HUGO: Sí. Ella quiere empezar de nuevo una amistad contigo, y es justo que seas sincera con ella. Porque la mentira es lo peor que hay en éste mundo, y si se entera de que le estás ocultando algo así… entonces a lo mejor ya sea demasiado tarde para arreglar nada.

 

Andrea mira a su amigo, pensando en que quizás tenga razón.

 

INSTITUTO “SAN JORGE”/ PASILLOS

 

Isra camina por los pasillos, entre la multitud de adolescentes por allí congregada. Lee unos apuntes, cuando se da cuenta de que alguien camina junto a él, y mira a su derecha. Se trata de Marta.

 

ISRA: Ey, ¿al final has conseguido contactar con la canguro?

 

MARTA: Sí, ya está con Esperanza.

 

ISRA: Genial.

 

MARTA: Sí.

 

Los dos continúan andando durante unos segundos en silencio.

 

MARTA: Oye, yo… había pensado que podríamos salir por ahí esta noche. Es viernes, y hace un montón de viernes que no salgo.

 

ISRA: ¿Y Esperanza?

 

MARTA: Ya le he preguntado ésta mañana a la canguro, y me ha dicho que no tiene ningún problema en quedarse con ella.

 

Isra piensa durante unos segundos en silencio, hasta que al final termina sonriendo.

 

ISRA: Bueno, pues si la canguro no tiene ningún problema, no sé por qué iba a tenerlo yo.

 

MARTA: ¿En serio?

 

ISRA: Claro. Podríamos ir al cine a ver Avatar. Llevo queriéndola ver desde que salió, pero por unas cosas u otras, todavía no he ido… ¿qué te parece la idea?

 

MARTA: (Sonríe) Perfecta, yo también quiero verla.

 

Los dos jóvenes, entre risas, siguen andando, mientras la cámara se detiene, dejando que se alejen.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR

 

Laura permanece sentada en el sofá de siempre, mientras su mochila reposa en el suelo. Lee unos apuntes mientras se toma un refresco, cuando Jaime entra al local y, tras lanzarse una mirada no muy amigable con Claudia, se acerca a su recién estrenada novia, y se sienta a su lado.

 

JAIME: Buenos días.

 

LAURA: (Sonríe) Hola.

 

La pareja se da un beso, y Laura recoge los apuntes en la mochila.

 

JAIME: Últimamente faltas mucho a clase, ¿no?

 

LAURA: ¿Me vas a echar un sermón?

 

JAIME: No, pero es que creo que deberías ir más.

 

LAURA: No pasa nada. Estamos con los exámenes de la segunda evaluación, y estoy aprobando todos.

 

JAIME: Pero es que aún queda la tercera, y si empiezas a faltar a las clases…

 

LAURA: (Interrumpiéndole) Espera un momento, Jaime. ¿Qué estás haciendo?

 

JAIME: (Extrañado) ¿De qué?

 

LAURA: Llevamos apenas dos semanas juntos, y me estás diciendo lo que tengo que hacer. No creo que estemos en ese punto, y dudo que lo estemos alguna vez, porque yo hago lo que quiero en cada momento.

 

JAIME: No te estoy diciendo lo que tienes que hacer, Laura. Solo me preocupo por ti y por tu futuro.

 

LAURA: Bueno, pues no lo hagas. Como dices, es mi futuro. Yo me preocupo por eso, pero nadie más.

 

JAIME: Vale, pues lo siento. No lo he hecho con mala fe, no quería molestarte.

 

LAURA: Ya.

 

Los dos se quedan en silencio durante unos segundos, hasta que el móvil de Jaime empieza a sonar. Laura llega a ver que quien le llama es Nieves. El chico lo coge apresuradamente.

 

JAIME: ¿Sí?... aha… vale, ahora voy para allá… hasta ahora.

 

El joven cuelga, mientras Laura se muestra muy sorprendida.

 

LAURA: ¿Desde cuando te llevas tan bien con la madre de Hugo, que incluso os llamáis?

 

Jaime se levanta del sofá, nervioso.

 

JAIME: Bueno, cuando estuve allí viviendo con ellos… digamos que entable una amistad con ella.

 

LAURA: (Extrañada) Vaya, no tenía ni idea.

 

JAIME: Ya… oye, ahora me tengo que ir. ¿Nos vemos esta tarde?

 

LAURA: ¿Cómo? ¿Hablas en serio?

 

JAIME: Mira, lo siento, ¿vale? Te llamo esta tarde, chao.

 

Jaime sale corriendo de allí, ante la sorprendida mirada de su novia.

 

LAURA: No me lo puedo creer…

 

PISO DE CLAUDIA, ANDREA Y HUGO/ COCINA

 

Claudia está en la cocina, haciendo la comida, cuando se escucha la puerta de entrada abrirse, y Andrea no tarda en aparecer por allí. Al verla, se queda unos segundos en silencio, hasta que al final termina sonriendo forzadamente.

 

ANDREA: Pensaba que estarías en el Four…

 

Claudia se gira hacia su amiga, sorprendida, porque todavía no se había dado cuenta de su presencia.

 

CLAUDIA: ¡Ey! Sí, he venido a hacer la comida, y así llevo un poco al Four también para Hugo, que se ha quedado allí.

 

ANDREA: Ya…

 

Las dos se quedan pensando durante unos segundos.

 

CLAUDIA: ¿Y tú que pasa? ¿Has salido de clase antes, o qué?

 

ANDREA: Bueno, en realidad no he ido. La verdad es que no tenía muchas ganas.

 

CLAUDIA: (Divertida) Muy bien, así se hace.

 

Andrea se ríe, divertida, y las dos jóvenes vuelven a quedarse en silencio unos segundos hasta que ésta misma termina suspirando.

 

ANDREA: Claudia, me gustaría hablar un momento contigo.

 

CLAUDIA: Bueno, ¿y qué es lo que estamos haciendo ahora?

 

ANDREA: Pero de algo serio.

 

Claudia deja la cocina a un lado, y, preocupada, se apoya en la encimera mirando a su amiga.

 

CLAUDIA: ¿Qué pasa?

 

ANDREA: Yo…

 

La joven hace una pausa, buscando las palabras adecuadas para no sonar demasiado dura.

 

ANDREA: ¿Te acuerdas del día de San Valentín, que justo al despedirnos de ti, Carlos y yo nos quedamos atascados en el ascensor?

 

CLAUDIA: Sí… joder, lo tuvisteis que pasar súper mal, ¿no?

 

Andrea sonríe forzadamente.

 

ANDREA: Ese es el tema, Claudia… que no lo pasamos tan mal como crees.

 

CLAUDIA: (Extrañada) ¿A qué te refieres?

 

ANDREA: Bueno, teníamos que pasar el tiempo de alguna manera y hacía mucho frío, así que… nos acostamos.

 

Claudia mira a la joven, sin poderse creer lo que acaba de escuchar.

 

CLAUDIA: ¿Cómo dices?

 

ANDREA: Mira, lo siento, sé que debería de habértelo contado ésta mañana, pero…

 

CLAUDIA: (Interrumpiéndole) ¡Cállate!

 

ANDREA: Claudia…

 

La joven, sin dar tiempo a reaccionar a su compañera de piso, se abalanza sobre ella. Las dos chicas empiezan a pegarse y a tirarse de los pelos, cuando Nieves, alarmada por los gritos, aparece por allí y las mira, asustada.

 

NIEVES: ¡Chicas! ¿Qué estáis haciendo?

 

Ninguna de las dos le hace caso y se siguen pegando, hasta que la mujer, cansada, opta por ponerse en medio, consiguiendo separarlas a duras penas.

 

NIEVES: (Indignada) ¡Vale, se acabó! ¿Se puede saber que es lo que está pasando aquí?

 

CLAUDIA: Eres una maldita zorra.

 

ANDREA: Y tú una puta egoísta.

 

NIEVES: Chicas…

 

A Claudia se le llenan los ojos de lágrimas, destrozada.

 

CLAUDIA: Quiero que te vayas de aquí ahora mismo. No quiero que vuelvas a pisar esta casa, ni el Four… no quiero verte la cara en lo que me queda de mi puta vida, ¿está claro?

 

NIEVES: (Sorprendida) ¡Claudia!

 

ANDREA: No, Nieves, tiene razón… eso será lo mejor. Voy a recoger mis cosas, y ya no volverás a verme.

 

CLAUDIA: ¡Eso espero, maldita puta!

 

Andrea, con los ojos llenos de lágrimas, se aleja de allí mientras Nieves mira a Claudia y la abraza, intentando tranquilizarla.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR

 

Ya es por la tarde, y Hugo está tras la barra del bar, tomándose un café, cuando Marta aparece por allí empujando el carrito de Esperanza, la cual duerme plácidamente. La joven llega hasta su amigo, y se sienta en una de las butacas.

 

MARTA: Buenas tardes.

 

HUGO: (Sonríe) Hola, ¿qué tal?

 

MARTA: Pues muy bien, ¿y tú?

 

HUGO: Preocupado. Claudia ha echado a Andrea del piso, y la estoy intentando llamar por teléfono y no me lo coge.

 

MARTA: (Sorprendida) Joder, ¿y eso? ¿Qué ha pasado?

 

HUGO: Pues chica, la verdad es que no lo sé… pero por lo que me ha dicho Claudia por encima, se han pegado. Aunque quiero saber la versión de Andrea, al fin y al cabo ella es mi mejor amiga.

 

MARTA: Ya, claro. Pues ya me contarás.

 

HUGO: Sí. Por cierto, ¿qué te pongo? Que estoy aquí rayándote y no te pongo nada.

 

MARTA: (Sonríe) No te preocupes. Una naranjada.

 

HUGO: Enseguida.

 

Hugo empieza a prepararla, mientras ve a Esperanza y no puede evitar el esbozar una sonrisa.

 

HUGO: ¿Y la peque como está?

 

MARTA: Pues muy bien, ya la ves. Últimamente no para de dormir, parece una marmota.

 

HUGO: Mejor, con el mal que dan los recién nacidos…

 

MARTA: Sí, la verdad es que sí.

 

Los dos amigos se ríen, divertidos, y Hugo le sirve el refresco a la joven.

 

HUGO: Bueno, ¿y tú qué tal? Ya estáis de exámenes, ¿no?

 

MARTA: Sí, pero vamos… está siendo un completo desastre. La verdad es que dudo mucho que me saque el curso.

 

HUGO: Es normal, te tienes que adaptar a tu nueva vida. Ya verás como el año que viene es diferente.

 

MARTA: Eso espero…

 

Los dos jóvenes se quedan unos segundos en silencio, hasta que Marta termina suspirando.

 

MARTA: Hugo, creo que he metido la pata.

 

HUGO: ¿Qué has hecho?

 

MARTA: El día de San Valentín me volví a acostar con Isra.

 

HUGO: (Sorprendido) ¿Qué? Joder, ¿qué nos pasó ese día? Desde luego, Cupido estuvo muy ocupado.

 

MARTA: (Extrañada) ¿Cómo?

 

HUGO: Nada, déjalo.

 

Vuelven a quedarse unos segundos en silencio, hasta que ahora es Hugo el que suspira.

 

HUGO: Pues la verdad es que si que metiste un poco la pata, sí.

 

MARTA: Pero eso no es todo…

 

HUGO: Marta, me estás asustando.

 

MARTA: He quedado ésta noche con él para ir al cine.

 

HUGO: ¿Qué has hecho qué?

 

MARTA: ¿Ves como podía ser peor?

 

HUGO: No. Ahora ya no.

 

MARTA: ¿Y qué puedo hacer ahora, Hugo?

 

HUGO: Cancelar la cita. Sería lo más adecuado y lo más inteligente por tu parte.

 

MARTA: ¡Pero no puedo hacer eso! Entonces me va a pedir explicaciones, y…

 

HUGO: (Interrumpiéndole) Pues se lo dices, Marta.

 

MARTA: Creo que ya lo sabe.

 

HUGO: ¿Entonces cuál es el problema de darle explicaciones? Es más, no creo que te las pida en ese caso.

 

MARTA: A lo mejor piensa que ya se me ha olvidado, o…

 

HUGO: (Interrumpiéndola) Espera un segundo. Dices que Isra ya lo sabía…

 

MARTA: Aha.

 

HUGO: ¿Fuiste tú a que tomaste la iniciativa el otro día cuando os volvisteis a acostar?

 

MARTA: No, fue él el que vino a mi casa.

 

HUGO: (Sonríe) Ya.

 

MARTA: (Extrañada) ¿Qué pasa?

 

HUGO: Sabes que mi relación con Isra nunca ha sido precisamente buena, pero es buena gente. ¿Crees que se arriesgaría a perderte para siempre o que lo pases mal por un polvo más?

 

Marta mira a su amigo, sin entender nada.

 

MARTA: ¿Qué estás insinuando?

 

HUGO: ¿Te has parado a pensar que quizás exista la posibilidad de que él también sienta algo más que una simple amistad hacia ti?

 

La chica piensa durante unos segundos, hasta que al final no puede evitar el echarse a reír, divertida.

 

MARTA: No estás hablando en serio, ¿verdad?

 

HUGO: Piensa por un momento en lo que te he dicho, Marta… ¿de verdad crees que Isra sería capaz de todo eso?

 

Marta mira al joven pensando, sin saber que decir ni si tiene razón o no.

 

PISO DE CARLOS Y JAIME/ SALÓN

 

Ya es completamente de noche, y Carlos permanece sentado en el sofá, cenando mientras ve la televisión. En ese momento suena el timbre y el joven, extrañado, se dirige rápidamente hacia la puerta, donde se encuentra con Andrea cargada de maletas y los ojos hinchados de tanto llorar.

 

ANDREA: Buenas noches…

 

CARLOS: (Sorprendido) ¡Andrea! ¿Qué coño pasa? ¿Estás bien?

 

ANDREA: ¿Puedo pasar?

 

CARLOS: Claro, pasa… pero no hagas mucho ruido, Jaime ya está en la cama.

 

ANDREA: ¿Ya?

 

CARLOS: Sí… estaba cansado.

 

ANDREA: Bueno, entonces será mejor que me vaya… no quiero molestar.

 

CARLOS: Andrea, por favor. No digas tonterías y entra ahora mismo para casa. Cuéntame lo que ha pasado.

 

Andrea piensa durante unos segundos, hasta que esboza una agradecida sonrisa.

 

ANDREA: Vale…

 

La joven entra, dejando las maletas en la entrada. Ambos se dirigen hacia el sofá, donde se sientan.

 

CARLOS: ¿Quieres tomar algo?

 

ANDREA: No, estoy bien. Gracias.

 

CARLOS: Vale, pues entonces cuéntame, ¿qué ha pasado? ¿Te has ido de casa o algo?

 

ANDREA: No es que me haya ido, es que Claudia me ha echado.

 

CARLOS: (Sorprendido) ¿En serio?

 

ANDREA: Aha.

 

CARLOS: ¿Pero que ha pasado?

 

ANDREA: Bueno, esta mañana me ha venido de buenas, intentando arreglar las cosas, pero yo… le he terminado contando lo que pasó en San Valentín.

 

CARLOS: ¿Y?

 

ANDREA: Pues eso. Se ha puesto hecha una furia, y me ha echado de casa.

 

CARLOS: ¿Solo por eso?

 

ANDREA: Ya ves.

 

CARLOS: Joder, no me lo puedo creer… esa mujer se está desquiciando por momentos.

 

ANDREA: Sí…

 

Los dos se quedan durante unos segundos en silencio, hasta que Andrea termina suspirando.

 

ANDREA: Carlos, no tengo ningún sitio para quedarme, y había pensado que…

 

CARLOS: (Interrumpiéndola) No digas más, Andrea. Por supuesto que puedes quedarte aquí.

 

ANDREA: ¿De verdad?

 

CARLOS: Pues claro.

 

ANDREA: ¿Y a Jaime no le importará?

 

CARLOS: Pues no lo creo, pero en caso de que así sea, me da igual. El piso es mío, y si decido que te quedes, te quedas y punto. Él ya puede decir misa.

 

Andrea abraza emocionada a su amigo.

 

ANDREA: Muchísimas gracias, Carlos. De verdad.

 

CARLOS: No me las des. Voy a ir a por sábanas para el sofá y tú duermes en mi cama, ¿vale?

 

ANDREA: No.

 

CARLOS: (Extrañado) ¿Cómo que no?

 

ANDREA: Que no quiero que duermas en el sofá. Quiero que los dos durmamos en tu cama.

 

CARLOS: ¿Estás segura de eso?

 

La joven, como única respuesta, besa a su amigo, pero éste se separa de manera rápida.

 

CARLOS: Andrea…

 

ANDREA: Calla… cállate y bésame.

 

Carlos no puede evitar el echarse a reír, divertido, y los dos amigos se vuelven a besar, ésta vez de una manera mucho más apasionada.

 

PISO DE MARTA/ SALÓN

 

Marta, sentada en el sofá y tapada con una manta, ve una película. Parece algo atemorizada, y, cuando suena el timbre, se asusta. Enciende la luz, y, todavía con el susto en el cuerpo, abre la puerta. Es Isra, que cuando ve a su amiga en ese estado, se sorprende.

 

ISRA: ¿Qué estás haciendo así todavía? Como no te cambies ya, no llegamos al cine.

 

MARTA: ¡Joder, se me ha olvidado avisarte!

 

ISRA: (Extrañado) ¿Qué pasa?

 

MARTA: Pues verás, ha habido un problema con la canguro, y…

 

DIANA: ¡Joder!

 

Los dos jóvenes miran hacia las escaleras, y allí ven a la canguro, mirando su móvil. Ésta levanta la mirada.

 

DIANA: Lo siento, no quería interrumpir. Es que acabo de leer tu mensaje, y me ha jodido tener que hacerlo justo aquí, porque entonces no habría venido, ¿sabes?

 

ISRA: ¿Qué mensaje?

 

Marta mira a ambos, sonriendo forzadamente e intentando ocultar la incomodidad que le produce ésta situación.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR

 

El local ya está cerrado. Claudia está barriendo tranquilamente, cuando Hugo sale del almacén guardando el móvil en su bolsillo y con una sonrisa de oreja a oreja.

 

HUGO: Acabo de hablar con Andrea.

 

CLAUDIA: ¿Y?

 

HUGO: Ya ha encontrado sitio para quedarse.

 

CLAUDIA: ¿Sí? Pues me alegro. Que se quede ahí y que ni se le ocurra volver a aparecer por aquí, y mucho menos por nuestro piso, y esto lo digo por ti, porque sé que es tu mejor amiga. Pero si viene, ella se irá, y tú detrás, ¿está claro?

 

HUGO: Clarísimo.

 

CLAUDIA: Bien, me alegro.

 

Los dos amigos se quedan en silencio durante unos segundos. Hugo empieza a limpiar la barra.

 

CLAUDIA: Y bueno, no es que me importe porque no lo hace para nada, pero ¿dónde está?

 

HUGO: En casa de Carlos y Jaime.

 

CLAUDIA: (Sorprendida) ¿Cómo?

 

HUGO: ¿Hay algún problema?

 

Claudia sonríe forzadamente.

 

CLAUDIA: Eh… no… no. Y ahora vamos a seguir trabajando, para podernos ir antes a casa.

 

HUGO: Muy bien.

 

Los dos continúan realizando las tareas de antes, y Hugo no puede evitar el esbozar una orgullosa sonrisa.

 

CALLES DE GIJÓN

 

Isra y Marta caminan dirección a casa de la chica, bajo la luz de la luna y las farolas. El joven charla animadamente, mientras su amiga parece sumergida en sus pensamientos.

 

ISRA: Joder, en serio, es que me ha encantado.

 

MARTA: Aha…

 

ISRA: ¿Estás bien?

 

Marta parece salir de sus pensamientos, y sonríe forzadamente a su amigo.

 

MARTA: ¿Eh? Sí… sí, ¿por qué no iba a estarlo?

 

ISRA: Bueno, aparte del bochornoso numerito de la canguro que había preferido ignorar para evitarte la vergüenza, está el hecho de que llevas toda la puta noche callada, y pensando.

 

MARTA: Bueno, supongo que estoy un poco más estúpida de lo normal, nada más.

 

ISRA: Vamos Marta, que pareces nueva… sabes de sobra que a mí no me puedes engañar con esto.

 

La joven se queda pensando durante unos segundos, hasta que finalmente termina suspirando y parándose. Su amigo hace lo mismo.

 

MARTA: ¿Tú no crees que esto haya sido un error?

 

ISRA: ¿El qué?

 

MARTA: Que hayamos ido al cine, que nos acostáramos el día de San Valentín... que sigamos como que no haya pasado nada.

 

ISRA: Marta…

 

MARTA: Porque yo si que lo creo. Y también creo que será mejor que nuestra relación se mantenga durante un tiempo a nivel de compañeros de clase, y nada más.

 

ISRA: (Indignado) ¿Nada más? ¿Eso es lo que vamos a ser después de tantos años? ¿Simples compañeros de clase?

 

MARTA: Sí, creo que es lo mejor. Lo siento, Isra.

 

La joven empieza a alejarse de allí, intentando que las lágrimas no salgan de sus ojos, e Isra la observa atentamente, impotente.

 

PISO DE CLAUDIA Y HUGO/ COCINA

 

Un nuevo y lluvioso día amanece en la ciudad. Nieves prepara un par de cafés, cuando Hugo no tarda en aparecer por allí, bostezando todavía en pijama. Mira a su alrededor.

 

HUGO: ¿Y Claudia?

 

NIEVES: Pues se acaba de ir hace un momento. Me ha dicho que tenía algo muy importante que hacer.

 

HUGO: ¿En serio?

 

Nieves afirma con la cabeza, y Hugo esboza una orgullosa sonrisa, ante la sorpresa de su madre.

 

NIEVES: ¿Qué pasa?

 

HUGO: Creo que vamos a tener a Andrea de vuelta en casa antes de lo que pensábamos…

 

Nieves mira a su hijo, sin entender nada.

 

PISO DE CARLOS Y JAIME/ SALÓN

 

Jaime y Carlos están sentados en el sofá, tomándose unos cafés. Ambos permanecen en pijama, y Jaime tiene cara de pocos amigos mientras Carlos habla.

 

CARLOS: Vamos, es una amiga que nos necesita…

 

JAIME: Sí, pero te recuerdo que yo estoy sin trabajo, y tú tampoco es que ganes un dineral precisamente para estar pagando el alquiler, manteniéndola a ella y a mí.

 

CARLOS: Tú tienes la herencia de tus padres.

 

JAIME: La cual me la estaba guardando para una urgencia.

 

CARLOS: ¿Y esto no lo es?

 

JAIME: Para una emergencia que me surgiera a mí, no a una víctima de tus líos amorosos.

 

Carlos está a punto de responder a su amigo, pero entonces suena el timbre.

 

CARLOS: ¿Quién será a estas horas?

 

JAIME: Igual es Laura. Ayer tuvimos nuestra primera discusión de pareja.

 

CARLOS: Oh, esas discusiones son muy bonitas.

 

JAIME: (Irónico) Sí, maravillosas.

 

Carlos llega hasta la puerta, y se sorprende mucho cuando al otro lado ve a Claudia sonriendo tímidamente.

 

CLAUDIA: Buenos días…

 

CARLOS: ¿Qué estás haciendo aquí?

 

CLAUDIA: ¿Está Andrea?

 

CARLOS: ¿Para qué?

 

CLAUDIA: Solo quiero hablar con ella.

 

CARLOS: Pues no creo que…

 

JAIME: ¡Andrea!

 

La joven no tarda en salir del dormitorio de Caros, recogiéndose el pelo.

 

ANDREA: ¿Qué pasa?

 

JAIME: Aquí hay alguien que quiere hablar contigo.

 

ANDREA: Claudia…

 

CLAUDIA: Hola Andrea.

 

ANDREA: ¿Qué quieres?

 

CLAUDIA: Yo… lo primero que quiero hacer es pediros disculpas. A los dos. Me puse como una burra sin razón alguna.

 

ANDREA: Bueno, está bien que lo reconozcas.

 

CLAUDIA: Sí… y bueno, luego está que sé que la situación económica en este piso no es que sea muy buena, así que… ¿por qué no vuelves al piso?

 

ANDREA: Estás de coña, ¿verdad?

 

Jaime hace un gesto a Carlos con la cabeza indicándole que intervenga, y éste carraspea.

 

CARLOS: Andrea, igual tiene razón…

 

ANDREA: (Sorprendida) ¿Cómo?

 

CARLOS: Aquí solo entra un sueldo, y no llega para que vivamos los tres.

 

ANDREA: Pero…

 

CLAUDIA: (Interrumpiéndola) Las cosas van a cambiar, Andrea. Te lo prometo.

 

Andrea piensa durante unos segundos, hasta que al final termina suspirando.

 

ANDREA: Vale, está bien… pero que conste que lo hago por ti, Carlos, porque por mí no volvía a ese piso ni de coña. Esta tarde me traslado.

 

CLAUDIA: (Sonríe) Estupendo.

 

Andrea regresa al dormitorio de Carlos, indignada, y Claudia, sin borrar la sonrisa de su cara, mira a Carlos.

 

CLAUDIA: Muchas gracias.

 

CARLOS: No. Ella tiene razón… pero esto es lo mejor para todos. Adiós, Claudia.

 

El chico, sin dar tiempo a su amiga para que reaccione, cierra la puerta provocando las risas de Jaime ante tal situación.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR

 

Hugo permanece tras la barra, tomándose un café mientras mira unos apuntes, cuando Laura entra al local y se sienta en una de las butacas. Sus ojeras dejan claro que no ha dormido demasiado esta noche, de lo que enseguida se percata su amigo.

 

HUGO: Tía, ¿estás bien? Llevas una mala cara…

 

LAURA: No, no estoy bien.

 

HUGO: ¿Qué pasa?

 

LAURA: Creo que Jaime me está ocultando algo… y necesito tu ayuda.

 

HUGO: (Extrañado) ¿Mi ayuda? ¿Para qué?

 

LAURA: Pues porque me oculte lo que me oculte, tu madre está metida en el ajo.

 

Hugo mira a su amiga, sin entender nada.

 

CONTINUARÁ…