MANERAS DE VIVIR

 

Quinta temporada, capítulo 101

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ DORMITORIO DE HUGO/ MAÑANA

 

Hugo y Óscar, completamente desnudos, están tumbados en la cama, abrazados. Hugo tiene la cabeza apoyada en el pecho del joven, mientras le acaricia.

 

Óscar: Todavía no me puedo creer que estemos así. Empezaba a pensar que tendría que acabar tirando la toalla.

 

Hugo fuerza una sonrisa.

 

Hugo: Pues ya ves. Así estamos.

 

Óscar: Aunque tú no es que parezcas muy ilusionado precisamente.

 

Hugo: No, lo estoy. De verdad.

 

Hugo le besa.

 

Hugo: De verdad. Yo también tenía muchas ganas.

 

Óscar: ¿Y por qué hemos tardado tanto?

 

Hugo: Todo lo bueno se hace esperar, ¿no?

 

Óscar se ríe, divertido.

 

Hugo: No, ahora en serio. Me porte fatal contigo, y no te lo merecías. No sabes cómo lo siento.

 

Óscar: No pasa nada.

 

Hugo: Sí, sí que pasa. Pagué contigo la muerte de Edu, como si tú tuvieras la culpa, y… lo siento. De verdad.

 

Óscar le besa.

 

Óscar: Pero ahora estamos juntos, y eso es lo que importa.

 

Hugo: Sí.

 

Vuelven a besarse.

 

Hugo: Pero escucha Óscar, yo… quería pedirte algo.

 

Óscar: Claro, tú dirás.

 

Hugo hace una pausa.

 

Hugo: Yo… necesito que vayamos despacio. Sé que los dos llevamos mucho tiempo esperando este momento, pero… no sé si todavía estoy preparado para tener algo con nadie. Por eso necesito tiempo, y poco a poco, seguro que todo va bien.

 

Óscar: (Sonríe) Claro que sí. Todo el tiempo que necesites. Si he esperado tanto, no me importa hacerlo un poco más.

 

Hugo le devuelve la sonrisa, y vuelven a besarse apasionadamente.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ MAÑANA

 

El local está lleno de gente, y Andrea está tras la barra, muy agobiada. Carlos entra en el local y al ver a la joven así esboza una divertida sonrisa. Se acerca a la barra, sentándose en una de las butacas.

 

Carlos: ¿Me pones un café con leche cuando puedas, por favor?

 

Andrea: Pues será dentro de un rato… ¡maldita la hora en la que le dije a Claudia que la sustituiría!

 

El chico se ríe, divertido. Andrea habla con él sin parar de servir a la gente.

 

Andrea: Vienes del hospital, ¿no? ¿Cómo está Lorena?

 

Carlos: No me han dejado verla pero me han dicho que esta tarde la llevan a prisión, así que supongo que estará bien.

 

Andrea: Menuda loca tienes de ex novia.

 

Carlos: ¿Cuál de todas?

 

Los dos se ríen, divertidos. Andrea por fin puede servir el café al chico, el cual, de repente, se pone muy nervioso.

 

Carlos: Oye, yo… me estaba preguntando si… no sé… a lo mejor te apetecería… que saliéramos a cenar alguna noche los dos juntos… y solos…

 

Andrea: (Sorprendida) ¡¿Qué?!

 

Carlos: Bueno, que si no quieres no pasa nada, que yo…

 

Andrea le interrumpe, feliz.

 

Andrea: No, claro que quiero… ¡por supuesto que sí!

 

Carlos: (Sonríe) ¡Genial!

 

Los dos jóvenes se quedan mirando unos segundos fijamente a los ojos, contentos.

 

Señor: ¡Oiga, señorita!

 

Andrea: (Molesta) ¡Cállese! ¿No ve que estoy viviendo un momento muy bonito?

 

Carlos se ríe, divertido.

 

CANCIÓN: “Bed of roses”, de Bon Jovi

 

KRISTEN BELL


CHACE CRAWFORD


RUPERT GRINT


VANESSA HUDGENS


JESSE MCCARTNEY

 

JESSE METCALFE

 

JARED PADALECKI

 

HAYDEN PANETTIERE

 

JESSICA STROUP

 

TOM WELLING

 

CAPÍTULO 101: El legado

 

Con…

 

MAGGIE GRACE

 

PRISIÓN DE GIJÓN/ SALA DE VISITAS/ MAÑANA

 

Lidia está sentada en un lado del cristal. Espera, impaciente, cuando oye como las verjas se abren y Lorena se sienta al otro lado, con muy mala cara. Ambas cogen el teléfono.

 

Lidia: ¿Cómo te encuentras?

 

Lorena: (Irónica) Estupendamente, ¿no me ves?

 

Lidia: No sabes cómo siento que hayas acabado aquí, Lorena, yo…

 

Lorena: (Interrumpiéndola) No te preocupes. Yo ya sabía que acabaría aquí… lo que no sabía es que sería con una bala en la espalda y sin haber conseguido hacer daño a nadie.

 

Lidia esboza una forzada sonrisa.

 

Lidia: Hombre, a Jorge…

 

Lorena: ¿Sigue en el hotel?

 

Lidia: Aha.

 

Lorena: ¿Qué piensas hacer con él?

 

Lidia: Si te digo la verdad no lo sé, Lorena. Por eso es por una de las causas por las que he venido.

 

Lorena: Ya.

 

Las dos jóvenes se quedan unos segundos en silencio.

 

Lorena: Tienes que soltarle.

 

Lidia: ¿Qué? ¡Me delatará!

 

La rubia esboza una forzada sonrisa.

 

Lorena: Tranquila. Busca algo para chantajearle y lo encontrarás. Jorge guarda muchos secretos.

 

Lidia mira a su prima, sin entender nada.

 

Lidia: ¿Pero de qué va a servir soltarle?

 

Lorena: Tienes que empezar de cero, Lidia.

 

Lidia: (Extrañada) ¿Qué quieres decir?

 

Lorena: Que ahora la venganza está en tus manos, y la vas a tener que hacer tú sola. Ya has visto lo malas personas que son. Hicieron que me dispararan. Ahora tú tienes el legado.

 

La joven mira a Lorena, sin saber qué responder.

 

PISO DE MARTA/ DORMITORIO DE MARTA/ TARDE

 

Isra está sentado en la cama de su amiga, mirando a Esperanza dormir, cuando Marta aparece por allí con un par de refrescos en la mano. Después de darle uno a su amigo, se sienta a su lado.

 

Isra: Así que todavía no sabes nada de Jorge, ¿no?

 

Marta: No… ¿sabes? Empiezo a pensar que Laura podría tener razón, y que simplemente ha vuelto a desaparecer de nuevo.

 

Isra: Los dos sabemos que no es eso lo que ha pasado, Marta. Estuvo noche y día contigo en el hospital durante todo el verano… ¿de verdad crees que ahora va a desaparecer así sin más? Es imposible.

 

Marta: (Suspira) Es que si no, no sé qué pensar.

 

Isra: Tiene que haber una explicación lógica para todo esto.

 

Marta: Supongo…

 

Los dos amigos se quedan unos segundos en silencio, hasta que Marta esboza una forzada sonrisa.

 

Marta: Bueno, ¿y tú qué? ¿Qué tal van las clases?

 

Isra: Bien…

 

Marta se da cuenta de que su amigo no le está diciendo toda la verdad.

 

Marta: ¿Seguro?

 

Isra: Sí, claro que sí. ¿Por qué iba a mentirte?

 

Marta: No, no. Por nada.

 

Los dos se quedan unos segundos en silencio.

 

Marta: ¿Siguen metiéndose contigo?

 

Isra: Sí, pero me da igual. Que digan lo que quieran. No tengo de qué avergonzarme.

 

Marta: Ya…

 

Marta mira a su amigo, sin creerle.

 

HOTEL “PALACE”/ HABITACIÓN 356/ NOCHE

 

Jorge continúa maniatado a la silla. Intenta soltarse, pero en ese momento escucha la puerta abrirse. Al mirar hacia allí ve a Lidia cerrándola de nuevo, con una amplia sonrisa dibujada en su rostro.

 

Lidia: Buenas noches.

 

Jorge: ¿Dónde te habías metido? Tengo hambre.

 

Lidia: Te recuerdo que estás secuestrado. No tienes derecho a pedir nada.

 

La joven, sin borrar la sonrisa de su cara, se sienta en la cama, frente al joven.

 

Lidia: De todas formas, ya que me has preguntado, te voy a responder. He estado en la comisaría, y luego he hecho algunas llamadas.

 

Jorge: (Extrañado) ¿Llamadas?

 

Lidia: Aha. Y deberías alegrarte. Esta noche vas a ser libre de nuevo.

 

Jorge mira a la chica, sin poderse creer lo que acaba de escuchar.

 

Jorge: ¿Hablas en serio?

 

Lidia: Sí. Pero antes tenía que asegurarme de que no irás a la policía, y de que no le contarás a nadie todo lo que ha pasado aquí durante estas dos semanas.

 

Jorge: Eso lo tienes un poco difícil.

 

Lidia: No lo creo.

 

Jorge: ¿Por qué estás tan segura?

 

La sonrisa de Lidia se hace todavía más grande.

 

Lidia: He estado haciendo mis investigaciones… a ti lo de abandonar niños te va, ¿verdad?

 

Jorge: (Extrañado) ¿De qué estás hablando?

 

Lidia: De Sasha. ¿Ya no te acuerdas de él? Es tu hijo. Tu hijo pequeño.

 

Jorge mira a la chica, incrédulo.

 

PARQUE “RUISEÑORES”/ NOCHE

 

Andrea y Hugo están sentados en uno de los bancos, fumándose un cigarro mientras charlan animadamente.

 

Andrea: Ya era hora de que te dejaras ver el pelo, porque desde la boda…

 

Hugo: Sí, bueno. He estado ocupado.

 

Andrea: Follando, ¿no?

 

Los dos amigos se ríen, divertidos.

 

Andrea: ¿Qué tal te va con Óscar?

 

Hugo: Bien… bueno, ya sabes, vamos poco a poco… pero muy bien.

 

Andrea: (Divertida) ¿Poco a poco? Lleváis tres días encerrados en casa.

 

Hugo: Estamos recuperando el tiempo perdido.

 

Andrea: Ya veo, ya.

 

Vuelven a reírse.

 

Hugo: ¿Y tú con Carlos qué tal?

 

Andrea: Pues más o menos como tú y Óscar.

 

Hugo: (Sorprendido) ¿En serio?

 

Andrea: Sí. No sé si fue lo que pasó en la boda con Lorena o alguna conversación que sospecho que tuvo con Laura, pero está inagotable últimamente.

 

Hugo: ¿Pero estáis saliendo en plan serio?

 

Andrea: No…

 

La joven se queda unos segundos en silencio, pensando.

 

Andrea: Bueno, no lo sé. No hemos hablado sobre el tema.

 

Hugo: Pues deberíais hacerlo. Si para él solamente están siendo unos simples polvos, lo acabarás pasando mal.

 

Andrea: No. Carlos no es como yo. No se acuesta con nadie si no siente nada. Además, me ha pedido que cenemos algún día.

 

Hugo: Quizás sea para aclarar las cosas.

 

Andrea: Sí. Quizás.

 

Andrea pierde su mirada en el vacío, preocupada.

 

HOTEL “PALACE”/ HABITACIÓN 356/ NOCHE

 

Jorge: ¿Cómo sabes todo eso?

 

Lidia se tumba en la cama, con una cínica sonrisa dibujada en su rostro.

 

Lidia: Lorena no es la única que sabe buscarse la vida.

 

Jorge: (Enfadado) Eres una hija de puta…

 

Lidia: Tranquilo Jorge. Te voy a dejar libre. Solo tienes que prometerme que no dirás a nadie lo que ha pasado en esta habitación durante todo este tiempo.

 

Jorge: Ni en tus mejores sueños.

 

La joven se levanta de la cama, sin borrar la sonrisa de su cara.

 

Lidia: Piénsalo bien, Jorge… porque si te libero y dices algo, a lo mejor me veo en la obligación moral de decirle a todo el mundo lo de Sasha… y de cómo le abandonaste a pesar de la muerte de su madre. ¿Cómo crees que le sentará eso a Marta?

 

Jorge: Eres una hija de puta…

 

Lidia: No más que tú, Jorge. Piénsalo. Tienes hasta mañana por la mañana.

 

Lidia sale de la habitación, ante la impotente mirada de Jorge.

 

FACULTAD DE MEDICINA/ HALL/ MAÑANA

 

Isra está sentado en un banco, mirando unos apuntes, cuando un grupo de compañeros suyos, encabezados por Iñigo, pasa a su lado.

 

Iñigo: Ey chicos, mirad. Aquí tenemos al maricón.

 

El grupo se detiene ante él, que ni siquiera levanta la vista.

 

Iñigo: Vaya, vaya… parece que la niña tiene miedo.

 

Isra se levanta, suspirando.

 

Isra: Iros a la mierda.

 

El pelirrojo se aleja por el pasillo, e Iñigo se gira hacia sus amigos.

 

Iñigo: Ahora vengo.

 

El joven le sigue, hasta que le da alcance.

 

Iñigo: ¿Qué estás haciendo?

 

Isra: Olvídame.

 

Iñigo: Eres un puto maricón.

 

Isra: (Irónico) ¿Y tú no?

 

Iñigo: (Indignado) ¡¿Qué?!

 

Isra se gira hacia el joven, haciéndole frente por fin.

 

Isra: ¡Tú fuiste el que me invitaste a cenar, ¿recuerdas?!

 

Iñigo: Y tú el que me invitaste a tomar la última en casa. ¿De verdad pensabas que era uno de los tuyos?

 

Isra: ¡Me acompañaste hasta allí! ¿Por qué ibas a hacerlo si no querías nada más?

 

Iñigo: ¿A lo mejor porque soy amable?

 

Isra acerca su rostro a escasos milímetros del de su compañero, furioso.

 

Isra: Eres un hijo de puta.

 

El pelirrojo se aleja de allí dejando solo a su compañero, sorprendido por su actitud.

 

PISO DE CARLOS Y ANDREA/ SALÓN/ MEDIODÍA

 

Carlos se está metiendo unos libros en su mochila, que reposa sobre el sofá, cuando escucha a Andrea llegar a casa. Se gira a mirarla, sonriente.

 

Carlos: Hola.

 

Andrea: ¿Te vas?

 

Carlos: Sí. Voy un rato a la biblioteca a estudiar.

 

Andrea: Bien.

 

Conforme la joven deja la mochila en el sofá, Carlos coge la suya y se la cuelga al hombro, para luego caminar hacia la puerta. La abre, pero antes de salir, se gira hacia la chica.

 

Carlos: ¿Tienes que ir esta tarde al Four?

 

Andrea: No, hoy estará todo el día Diego… que por cierto, creo que no está demasiado contento con mi trabajo.

 

Carlos: (Extrañado) ¿Por qué?

 

Andrea: No lo sé, pero últimamente está súper raro.

 

Carlos: Bueno, no te preocupes. La semana que viene, Claudia y Jaime ya estarán aquí otra vez.

 

Andrea: Sí.

 

Los dos se quedan unos segundos en silencio.

 

Carlos: Te lo preguntaba… porque si no tienes que ir… podríamos cenar esta noche juntos… ¿qué te parece?

 

Andrea: (Sonríe) Claro.

 

Carlos sonríe, ilusionado.

 

Carlos: Perfecto. Vendré sobre las ocho, ¿vale? Yo me encargo de todo.

 

Andrea: Muy bien.

 

Carlos: Hasta luego.

 

Andrea: Chao.

 

El joven sale del piso y Andrea se deja caer sobre el sofá, con una enorme sonrisa dibujada en su rostro.

 

HOTEL “PALACE”/ HABITACIÓN 356/ TARDE

 

Jorge continúa maniatado en la silla. Intenta quitarse las cuerdas cuando la puerta se abre dando paso a Lidia, sonriente, que lleva en sus manos una bolsa de plástico.

 

Lidia: Buenas tardes.

 

La joven no obtiene respuesta. Se sienta en la cama, frente al chico.

 

Lidia: ¿Se te ha comido la lengua el gato?

 

Jorge sigue sin hablarla. Ni tan siquiera la mira, pero ella no borra la sonrisa de su cara.

 

Lidia: Está bien, como quieras.

 

Lidia saca un bocadillo de bacon de la bolsa de plástico, y empieza a comérselo, saboreándolo ante el joven.

 

Lidia: Mmmmhhhhh, está delicioso. El bacon es una de tus comidas favoritas si mal no recuerdo, ¿verdad? ¿Cuánto tiempo llevas sin comerte uno de estos?

 

El chico sigue sin responder.

 

Lidia: ¿Has pensado ya algo sobre lo que te he comentado esta mañana? Te recuerdo que el tiempo se acaba…

 

Jorge por fin mira a la chica, furioso.

 

Jorge: No pienso llegar a ningún acuerdo con una puta como tú.

 

Lidia: Ya.

 

Ambos se quedan unos segundos en silencio. Lidia sigue comiendo, sin borrar la sonrisa de su cara.

 

Lidia: ¿Sabes? Esta tarde he estado con Marta y con Esperanza. La niña está guapísima, y muy grande.

 

Jorge: Eres una zorra.

 

Lidia: Es una pena que a lo mejor no pueda seguir creciendo, ¿verdad?

 

Jorge: (Extrañado) ¿Qué quieres decir?

 

Lidia: No me gustaría atacar a una niña pequeña por los errores que ha cometido su padre… pero no me estás dejando otra alternativa.

 

Jorge: (Amenazante) Ni se te ocurra tocar a mi hija.

 

Lidia se pone triste, encogiéndose de hombros.

 

Lidia: Salvarla está en tus manos.

 

Jorge se queda unos segundos en silencio, meditando, hasta que finalmente suspira.

 

Jorge: Está bien.

 

Lidia: ¿El qué está bien?

 

Jorge: No diré nada. Pero te lo pido por favor, deja en paz a Esperanza.

 

La joven vuelve a esbozar una cínica sonrisa.

 

Lidia: ¿Lo ves? Sabía que podríamos llegar a un acuerdo.

 

Lidia rebusca en su bolso, y saca de su interior un cuchillo. Se lo pone al joven entre sus manos.

 

Lidia: Aquí tienes. Cuando consigas cortar las cuerdas, serás libre.

 

La chica camina hacia la puerta, pero antes de salir, se gira hacia Jorge una última vez.

 

Lidia: Nos veremos muy pronto, Jorge.

 

La chica se marcha.

 

Jorge: Eso ni lo dudes…

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ TARDE

 

Marta está sentada en el sofá de siempre, tomándose un refresco. Esperanza está sentada a su lado, jugando con una muñeca. Isra se acerca a ambas, con otro refresco entre sus manos, y se sienta junto a su amiga.

 

Isra: ¿No te parece que Diego está un poco raro?

 

Marta: Sí. No sé que le pasará.

 

Los dos se quedan unos segundos en silencio.

 

Marta: ¿Cómo te ha ido esta mañana en clase?

 

Isra: Bueno… creo que se puede decir que bien.

 

Marta: ¿Sí?

 

Isra: Aha.

 

Marta: ¿Y ha pasado algo en especial para que hayas cambiado tan repentinamente de opinión?

 

Isra se queda unos segundos en silencio, hasta que esboza una amplia sonrisa.

 

Isra: Me he enfrentado a Iñigo.

 

Marta: (Sorprendida) ¡¿Qué?!

 

Isra: Estaba hasta los cojones. No podía más.

 

Marta también esboza una sonrisa.

 

Marta: Estoy muy orgullosa de ti, Isra. Ya era hora.

 

Isra: Lo sé. Gracias.

 

Ambos se quedan en silencio unos segundos.

 

Isra: ¿Y tú qué? ¿Has conseguido por fin saber algo de Jorge?

 

Marta: Nada. Incluso he llamado a sus padres, pero ellos tampoco tienen noticias suyas.

 

Isra: Seguro que acaba apareciendo.

 

Marta: No sé qué decirte, Isra. Empiezo a pensar que quizás haya vuelto a huir. No sería la primera vez.

 

Isra coge la mano de su amiga, intentando tranquilizarla.

 

Isra: Verás como todo se arregla, Marta.

 

PISO DE CARLOS Y ANDREA/ SALÓN/ NOCHE

 

Carlos y Andrea, sentados a la mesa, terminan de cenar. Andrea se recuesta en la silla, sonriendo.

 

Andrea: Estaba todo buenísimo.

 

Carlos: (Sonríe) Gracias.

 

Andrea: No sabía que cocinaras tan bien.

 

Carlos: Soy una caja de sorpresas.

 

Andrea: (Riendo) Ya veo.

 

Los dos se quedan unos segundos en silencio, hasta que Andrea suspira.

 

Andrea: Mira Carlos, me lo he pasado genial esta noche, pero… ¿por qué has hecho todo esto?

 

Carlos: (Extrañado) ¿A qué te refieres?

 

Andrea: Todo lo que ha pasado últimamente… necesito que te decidas. Una cosa u otra, pero hazlo ya.

 

Carlos permanece en silencio durante unos segundos, pensando, hasta que finalmente esboza una sonrisa.

 

Carlos: Te quiero, Andrea. No he dejado de hacerlo en ningún momento.

 

Andrea: (Emocionada) ¿En serio?

 

Carlos: Absolutamente. Pero tengo miedo.

 

Andrea: Ya, ya lo sé.

 

Andrea se levanta y da la vuelta a la mesa, para sentarse encima de Carlos.

 

Andrea: Pero si vamos despacio, poco a poco, no tiene que pasarnos otra vez lo mismo. Porque ahora, yo también tengo claro que te quiero.

 

Carlos: ¿Entonces lo intentamos?

 

Andrea: ¿En serio estás haciendo esa pregunta?

 

Carlos se ríe, divertido, y los dos jóvenes se besan apasionadamente.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ SALÓN/ NOCHE

 

Óscar y Hugo están abrazados en el sofá a oscuras, viendo una película, cuando escuchan como Isra llega a casa. El pelirrojo enciende la luz.

 

Isra: Buenas noches.

 

Hugo: Buenas.

 

Hugo se acerca más a Óscar para dejar hueco a su amigo, que se sienta junto a ellos.

 

Isra: ¿Qué veis?

 

Hugo: Una ñoñería.

 

Óscar: A mí me está gustando.

 

Hugo: Porque tú también eres bastante ñoño.

 

Óscar se ríe, divertido.

 

Hugo: ¿Cómo te ha ido el día?

 

Isra: Bien, bastante bien… aunque estoy algo cansado. Después de clase me he ido a comer con Marta, y luego hemos estado tomando algo en el Four.

 

Hugo: Que guay, por lo menos habéis salido de casa.

 

Óscar: (Molesto) Cualquiera diría que has estado mal aquí conmigo.

 

Hugo: No es eso, no te enfades. Solo digo que no pasa nada porque salgamos algún día a dar un paseo, nada más. Que parece que te avergüenzas de mí o algo.

 

Óscar: No digas chorradas.

 

Isra se levanta, incómodo.

 

Isra: Yo… creo que será mejor que me vaya.

 

Óscar: No, déjalo.

 

El joven también se levanta.

 

Óscar: Ya me voy yo.

 

Hugo: Pero la película…

 

Óscar: Ya no me apetece verla.

 

Óscar sale del salón, e Isra mira a su amigo, extrañado. Éste se encoge de hombros.

 

Hugo: A mí no me mires. Hemos estado perfectamente todo el día… hasta ahora.

 

PISO DE MARTA/ SALÓN/ NOCHE

 

Marta y Lidia están sentadas en el sofá. Lidia va vestida de manera provocativa, mientras su amiga ya tiene el pijama puesto.

 

Lidia: ¡No me puedo creer que sea viernes y no pienses salir de casa!

 

Marta: No puedo dejar sola a Esperanza, Lidia. Te lo he dicho ya veinte mil veces.

 

Lidia: ¿Y tus padres?

 

Marta: Mis padres me matan si les dejo a la niña para irme de fiesta.

 

Lidia: Joder, que sosos… ¡ni que odiasen a su nieta!

 

Marta: No digas gilipolleces. El problema es que no es su hija, es la mía, y de ella me tengo que hacer cargo yo.

 

Lidia: (Suspira) ¡Me desesperas!

 

Marta está a punto de responder a la joven, pero en ese momento suena el timbre.

 

Lidia: Voy yo.

 

Lidia se levanta y abre la puerta. Esboza una cínica sonrisa al ver que es Jorge el que se encuentra al otro lado.

 

Lidia: Vaya, mira a quién tenemos aquí.

 

Jorge lanza una mirada llena de ira a Lidia, y Marta se gira hacia ellos.

 

Marta: (Sorprendida) ¡Jorge!

 

CONTINUARÁ…