MANERAS DE VIVIR

.- Suena de fondo la canción “Marta, Sebas, Guille y los demás”, de Amaral.

Una nueva y nevada mañana amanece en la ciudad. Laura y Marta están sentadas en el sofá de siempre del Four, cuando Isra llega hasta ellas. Las dos jóvenes le abrazan, contentas de que haya vuelto.

Hugo quita todas las fotos que tenía colgadas en la pared de su dormitorio en las que aparece junto a Edu, con los ojos llenos de lágrimas.

Carlos y Edu charlan sentados en el sofá del primero. Edu parece bastante deprimido, y Carlos intenta animarle.

Andrea baila desenfrenadamente en una discoteca. Pronto se le acerca una joven pareja, lo que hace que la joven sonría y empiece a besarse con ambos.

Claudia, sentada tras la barra del Four, mira su móvil. Llama a un número de teléfono, pero parece no obtener respuesta.

CLAUDIA: Mamá, por favor… coge el maldito teléfono.

.- Las puertas del armario del dormitorio de Hugo están abiertas de par en par. El chico clasifica toda su ropa sobre la cama, mientras en la radio se escucha la canción “I don’t want to be”, de Gavin DeGraw. La puerta se abre, dando paso a una sonriente Andrea.

ANDREA: ¡Buenos días!

HUGO: (Seco) Hola.

La chica mete la cabeza dentro del armario, y luego mira a la cama.

ANDREA: ¿Qué estás haciendo con toda esa ropa?

HUGO: La clasifico, todavía no tenía la de invierno a mano.

ANDREA: ¿Me estás diciendo en serio que estás malgastando el último día de vacaciones para clasificar tu ropa de invierno y de verano?

HUGO: No. Te estoy diciendo que estoy clasificando mi ropa de invierno, no la de verano. Además, que no es ninguna perdida de tiempo.

Andrea se sienta en la silla que hay frente al ordenador, y coge una piruleta que había sobre la mesa, abriéndola y empezando a comérsela.

ANDREA: Ya, ¿pues sabes lo que yo creo?

HUGO: (Irónico) Sorpréndeme

ANDREA: Lo haré. Tengo tres opciones. La primera, no eres normal. La segunda, te aburres demasiado, y la tercera, la ruptura con Edu te ha dejado más trastornado de lo que me quieres hacer creer. Y la verdad es que yo me decanto por esta última.

HUGO: (Molesto) No digas gilipolleces. Lo de Edu ya lo tengo superado, no me importa lo más mínimo.

ANDREA: Vale, entonces es eso.

Hugo mira de muy malas maneras a su amiga, y esta se empieza a reír.

HUGO: Vete a la mierda.

ANDREA: ¿Sabes lo que te hace falta?

HUGO: ¿Vas a volver a sorprenderme?

ANDREA: Sabes que sí, siempre lo hago. Vamos a salir esta noche de fiesta.

HUGO: Vale, pues esta vez no has conseguido sorprenderme. Además, que paso de salir hoy. Mañana empezamos otra vez el instituto, y no quiero faltar.

ANDREA: Hugo, no me seas soso. Además, yo no he dicho que no vayamos a ir. Volveremos pronto.

Hugo duda durante unos segundos.

HUGO: ¿Prometido?

ANDREA: (Sonríe) Prometido.

HUGO: Vale, está bien. Saldré.

Andrea se levanta contenta de la silla.

ANDREA: ¡Genial! Quedamos en la entrada del parque pues en un par de horas, ¿si? Voy a arreglarme, chao.

La joven se va de allí rápidamente, y Hugo no puede evitar el esbozar una sonrisa.

TÍTULOS DE CRÉDITO: "Have a nice day" Bon Jovi
Kristen Bell, David Gallagher, Rupert Grint, Vanessa Hudgens, Jesse McCartney, Jesse Metcalfe, Hayden Panettiere, Emma Watson.

Capítulo 37.
Gritos de socorro.


.- Un nuevo y lluvioso día amanece en la ciudad. Isra y Marta ya están sentados en sus respectivos sitios de clase, cuando Andrea y Hugo aparecen por allí con mala cara. La chica lleva una minifalda y una camiseta muy escotada, mientras que Hugo va algo más normal con un vaquero y una camisa. Ambos se sientan, y dejan caer la cabeza sobre sus brazos, ante la sorprendida mirada de sus compañeros.

MARTA: ¿Qué les pasa a estos?

ISRA: Parece que han salido de fiesta.

MARTA: Y que no han pegado ojo en toda la noche.

Isra asiente, y justo es en ese momento en el que entra Manuel en clase y todos se quedan en silencio.

MANUEL: Buenos días, chicos. Sé que os hace la misma gracia el estar aquí que a mí, después de unas fantásticas Navidades, pero es lo que toca. Retomaremos el tema que…

Se queda callado al ver el estado en el que se encuentran Andrea y Hugo al final de la clase.

MANUEL: Bueno, por lo que veo algunos de vuestros compañeros no han tenido bastantes días libres para descansar.

Ninguno de los dos reacciona, lo que provoca las risas de sus compañeros y que Manuel se acerque a ambos bastante molesto.

MANUEL: Señorita, caballero…

Andrea levanta la mano, pero no la cabeza.

ANDREA: Presentes ambos.

MANUEL: No por mucho tiempo. Salid, por favor.

Ambos levantan la cabeza de golpe.

HUGO: No es necesario. Estamos atentos, de verás.

MANUEL: Ya os he dicho que salgáis de clase. Sobre todo tú, Andrea. No sé donde tendrías la cabeza para venir así vestida…

ANDREA: Es que no me ha dado tiempo de pasarme por casa a cambiarme.

MANUEL: No quiero excusas. Solo quiero que los dos salgáis de clase.

ANDREA: (Molesta) ¡No es justo! ¿Acaso no puedo venir vestida como yo quiera a clase? ¿Estamos en la dictadura?

MANUEL: No, no estamos en la dictadura, pero hay ciertas normas.

HUGO: Andrea, es mejor que salgamos…

ANDREA: Ni de coña, vamos. No pienso hacer caso a este facha disfrazado de profesor enrollado.

MANUEL: Bueno, tú decides. Sales por tu propio pie, o sales con amonestación. No me importa hacerla.

Andrea se levanta, enfadada.

ANDREA: No sé como puedes ser uno de los profesores más queridos por todos. Eres insoportable, ni la Navidad te ha endulzado.

La joven se levanta, bastante molesta, y sale de clase. Hugo la sigue, algo avergonzado, y Marta e Isra se miran sin entender nada.

.- Ya es la hora del recreo, y Laura sale del instituto comiéndose un bocadillo. Carlos la espera fuera, y la chica se sorprende cuando le ve, ya que no le esperaba.

LAURA: ¡Carlos! ¿Qué haces aquí?

CARLOS: Quería verte.

Se dan un pico.

LAURA: ¿Y el trabajo?

CARLOS: ¿Ya no te acuerdas?

LAURA: (Extrañada) ¿De qué?

CARLOS: Estoy de vacaciones.

LAURA: ¡Joder, es verdad! No me acordaba.

CARLOS: (Molesto) Ya veo.

LAURA: Lo siento.

CARLOS: No, no te preocupes. En realidad había venido para ver si te apetecía salir esta tarde a dar una vuelta. Me gustaría compensarte por estos meses en los que casi no nos hemos visto.

LAURA: Bueno… pues es que ya has visto que no me acordaba, y yo… ya había quedado con Marta esta tarde.

CARLOS: ¿Y no puedes cambiarlo para mañana?

LAURA: La verdad es que no. Es… bastante importante, tenemos que hablar de algo urgente.

CARLOS: Tanto que no puede esperar, por lo que veo.

LAURA: No, pero quedamos mañana, ¿vale? Te prometo que te compensaré.

CARLOS: Supongo que no me queda otra más que fiarme.

LAURA: (Riendo) No seas malo.

Carlos esboza una forzada sonrisa.

CARLOS: Nos vemos mañana entonces, que tengo que ir a hacer la compra.

LAURA: Muy bien, hasta mañana.

Se dan un pico.

CARLOS: Chao.

Carlos comienza a alejarse de allí, mientras su novia lo mira con tristeza.

.- Isra y Edu están sentados en uno de los bancos del exterior del instituto. El primero se bebe un refresco, mientras el segundo se fuma un cigarro. Un tenso silencio reina entre ellos.

ISRA: Lo siento, Edu.

EDU: ¿El qué?

ISRA: Sé que querías hablar conmigo antes de que me fuese al pueblo, y adelantamos la marcha y no pude avisarte. Me dio la impresión de que era algo importante, pero como no me cogiste el teléfono, pensé que estarías enfadado.

EDU: No lo estaba.

ISRA: ¿Entonces por qué no respondiste a mis llamadas?

Edu piensa durante unos segundos.

EDU: Supongo que lo que tengo que contarte es un tema que no se debería hablar por teléfono.

ISRA: (Asustado) ¿Tan grave es?

EDU: No, no te preocupes. ¿Qué te parece si quedamos esta noche y lo hablamos?

ISRA: ¿Por qué no ahora?

EDU: Prefiero que sea esta noche.

ISRA: Vale, supongo que llegaré, he quedado esta tarde con Marta y con Laura.

EDU: (Molesto) ¿Con Marta?

ISRA: Sí, bueno. Es un tema confidencial.

Edu mira a su amigo, sin creerle demasiado.

EDU: Ya…

ISRA: A lo mejor si no hubieras dejado de hablarla por algo que no sabes lo que es, tú también vendrías esta tarde.

EDU: (Preocupado) ¿Pero que pasa?

ISRA: Me temo que vas a tener que quedarte con las ganas.

En ese momento Hugo pasa por el lado de ambos, y les sonríe forzadamente.

HUGO: Buenos días.

ISRA: Hola, ¿qué tal?

HUGO: Mejor, gracias. Hasta luego.

Hugo continúa su camino, y Edu mira extrañado a su amigo.

EDU: ¿Qué le pasaba?

ISRA: Tendrías que haber visto como han llegado a clase esta mañana él y Andrea, hasta Manuel les ha echado. Yo creo que salieron y no han aparecido por casa esta mañana.

EDU: (Sorprendido) ¿Y desde cuando Hugo hace cosas así?

ISRA: Creo que desde que se siente libre.

EDU: Ya…

ISRA: ¿Cómo os va? ¿Habéis hablado desde que rompisteis?

EDU: No. La verdad es que es la primera vez que le veo desde entonces.

Surge un incómodo silencio entre ellos.

ISRA: Seguro que con el tiempo conseguís ser amigos, como lo conseguimos tú y yo.

EDU: Eso espero… no quiero sacarle de mi vida.

.- Claudia se encuentra tras la barra del Four, barriendo la zona, mientras bastantes personas se toman cafés o refrescos sentados en las mesas. Cuando la chica alza la mirada, ve frente a ella al otro lado de la barra a su madre, muy desmejorada.

ELISA: ¿Me has estado llamando?

CLAUDIA: ¿Qué te ha pasado? ¿Por qué estás así?

Elisa se sienta en una de las butacas, suspirando.

ELISA: ¿Acaso te importa? Fuiste tú misma la que me echaste de tu vida, así que en cierta forma, todo esto es tu culpa.

CLAUDIA: No vayas por ahí, mamá.

ELISA: Tienes razón, perdona. Dime a que han venido todas las llamadas de estos días, porque tengo algo de prisa. Aunque no creo que fueran para felicitarme la Navidad, ¿verdad?

Claudia piensa durante unos segundos, para luego dejar escapar un sonoro suspiro.

CLAUDIA: Está vivo.

ELISA: (Extrañada) ¿Quién?

CLAUDIA: ¿Quién va a ser? Paco. Paco está vivo, mamá.

ELISA: (Asustada) No puede ser…

CLAUDIA: Vino a casa justo antes de las Navidades. No le abrí y no ha vuelto a insistir, pero lo hará. Me ha encontrado.

ELISA: ¿Y qué esperabas? Lo mejor habría sido que te marcharas del país, no que te vinieras a esta maldita ciudad.

CLAUDIA: Vine a esta ciudad para cambiar de aires, no porque pensará que había sobrevivido.

ELISA: Pero lo hizo. ¿Qué piensas hacer ahora?

Claudia mira a su madre, sin saber que responder.

.- Ya es por la tarde. Laura e Isra permanecen tumbados en el sofá de la chica de la casa de la chica, mientras Marta, sentada en la silla del escritorio, les observa expectante.

MARTA: ¿No vais a decir nada?

LAURA: Ya sabes mi opinión, Marta, yo creo que estás haciendo lo mejor. Y más ahora, que Jorge no está y no puede ayudarte.

ISRA: Pues yo no estoy para nada de acuerdo con esa decisión.

LAURA: (Irónica) Para variar, Isra siempre de acuerdo y sin sembrar polémica.

ISRA: (Molesto) ¿Acaso no puedo tener una opinión propia?

LAURA: Por supuesto.

Los dos amigos se miran mal, y Marta suspira.

MARTA: ¿Por qué crees que me estoy equivocando, Isra?

Isra se reincorpora muy serio.

ISRA: No sé si te das cuenta Marta, pero el aborto es una forma de asesinato.

LAURA: Oh, por favor, no seas dramático. No matas nada, lo que Marta tiene ahora adentro ni siquiera tiene vida.

ISRA: Desde luego que la tiene. Pero déjame terminar, que ya hemos escuchado tu opinión. Marta, a lo que iba: en tu interior tienes a un ser que es fruto de una relación que a lo mejor no ha prosperado, pero en la que ha habido amor. Lo que te está pasando es lo más bonito que te puede pasar, no lo desaproveches.

LAURA: Lo que le está pasando deja de ser bonito cuando tienes dieciséis años y tu novio te ha dejado. Además, ¿desde cuando eres tan cursi?

MARTA: Chicos, estoy aquí.

ISRA: No soy cursi, es la verdad. Si tú te quedaras embarazada, ¿qué harías?

Laura piensa durante unos segundos.

LAURA: Tendría que verme en la situación.

ISRA: ¿Ves? Incluso tú dudas.

LAURA: Pero no puedes comparar una cosa con la otra, Isra.

ISRA: ¿Por qué no? Sería exactamente lo mismo.

LAURA: Porque yo tengo a Carlos que nunca me dejaría tirada como Jorge le ha dejado a ella.

Marta se levanta, realmente molesta.

MARTA: Se acabó, me voy. Cuando estéis más tranquilitos, hablamos.

LAURA: Pero chica, solo estamos hablando.

MARTA: Sí, estáis hablando de mi problema, como si yo no estuviera delante. Así que nos vemos mañana en el instituto.

Marta se marcha bastante enfadada, e Isra y Laura se miran sin entender nada.

ISRA: ¿Para tanto ha sido?

LAURA: El embarazo. Ha debido de revolucionarle las hormonas, y el aura, ante ese cambio…

ISRA: ¿Has vuelto a leer esos libros?

LAURA: (Triste) Ya los he dejado. Por la vuelta al instituto y tal, ya sabes. Es más importante sacarse el curso.

ISRA: Pues menos mal. Así la tontería ya no te durará mucho más.

Laura mira molesta a su amigo, y ninguno de los dos puede evitar el echarse a reír.

.- Ya es de noche, y Andrea y Hugo están sentados en el mismo sofá del Four de siempre tomándose unos refrescos mientras charlan, aunque los dos permanecen bastante serios.

HUGO: Te has pasado un huevo con Manuel, tía. Cualquier día te expulsan del instituto, y lo peor es que razones no les faltarán.

ANDREA: ¿Motivos? Sería la expulsión más injusta de la historia de cualquier instituto. ¿Por no vestir como ellos quieran o no seguir las estúpidas normas que son establecidas por ellos sin consultar con nadie, es justo ser expulsada?

HUGO: Yo no he dicho eso, Andrea. Solo te digo que si te fijas, prácticamente tu futuro está en sus manos, y no sé hasta que punto es conveniente que hagas lo que tú haces.

ANDREA: ¿Ser yo misma?

HUGO: (Suspira) Llámalo así si quieres.

Los dos jóvenes se quedan en silencio unos segundos, cuando ambos ven como Marta entra al local y se acerca a la barra, donde está Claudia.

ANDREA: Esa chica era tu amiga, ¿verdad?

HUGO: Sí, una de las mejores, ¿por?

ANDREA: Está embarazada.

Hugo piensa unos segundos, y luego se empieza a reír.

HUGO: Y tú estás loca.

ANDREA: Llámame lo que quieras, pero hazme caso. Las mujeres sabemos de estas cosas, y yo incluso más.

Hugo mira extrañado a su amiga, pero no puede evitar el quedarse pensando en sus palabras.

.- Laura se encuentra sentada en el ordenador de su dormitorio, escribiendo algo, cuando unos leves golpes en la puerta la sobresaltan. Mira su reloj, viendo que son las once y media de la noche, y se levanta extrañada para abrir la puerta. El que está al otro lado es Carlos.

CARLOS: ¿Te he despertado?

LAURA: (Sorprendida) ¿Qué estás haciendo aquí?

CARLOS: Tenía unas ganas locas de verte.

LAURA: Pasa anda.

El chico le hace caso, y Laura cierra la puerta cuando el joven ya está en el interior.

LAURA: ¿Cómo has entrado? Se supone que mis padres están ya en la cama, ¿no?

CARLOS: Ya veo que no te acuerdas de las copias que me dejaste estas Navidades para que pudiese venir cuando quisiera porque no estaban tus padres.

LAURA: Es cierto, esas copias.

CARLOS: ¿Las quieres?

LAURA: No tranquilo, quédatelas.

La joven pareja se sienta en la cama.

LAURA: Pues la verdad es que has venido en mal momento, estaba a punto de echarme en la cama. Estoy realmente agotada.

CARLOS: ¿Tan estresante ha sido la quedada de esta tarde con Marta?

LAURA: No, con Marta no ha sido estresante, todo lo contrario. Con quien ha sido estresante es con Isra, que cada vez es más insoportable.

CARLOS: (Sorprendido) ¿También ha ido Isra?

LAURA: ¿No te lo dije?

CARLOS: (Molesto) No, supongo que se te olvidaría.

LAURA: De todos modos, ¿a que viene este interrogatorio? ¿Qué pasa, que ahora que Isra y Hugo mejoran su relación vas a empezar a odiarle tú? No le dais tregua.

CARLOS: No pongas en mi boca palabras que yo no he dicho, no tengo nada contra Isra. Lo que pasa es que me da la sensación de que me ocultas algo, y me hubiese molestado tanto si ha ido Isra como si hubiera ido Edu.

LAURA: No te oculto nada.

CARLOS: Vamos Laura, que ya nos conocemos. No me puedes engañar.

Laura mira durante unos segundos a su novio, pensativa.

LAURA: No puedo decirte nada Carlos, lo siento.

CARLOS: ¿Pero estás bien?

LAURA: Sí, yo sí. El problema es de otra persona, pero ya te digo que no puedo contarte nada.

CARLOS: (Decepcionado) Ya…

Se quedan en silencio unos segundos.

LAURA: Carlos, no quiero parecer borde pero estoy muerta de sueño.

CARLOS: Ya claro, lo entiendo, no te preocupes.

Se dan un pico, y el chico se levanta.

CARLOS: ¿Nos veremos mañana?

LAURA: Pues no lo sé, me gustaría hablar con Marta otra vez. La verdad es que hoy las cosas no han terminado demasiado bien.

CARLOS: (Molesto) Por supuesto. Lo primero son los amigos, ¿verdad?

LAURA: No te enfades, Carlos.

CARLOS: No me enfado. Lo que me jode es que cuando trabajo te quejas de que no tengo tiempo para estar contigo, y ahora que estoy de vacaciones la que no tiene tiempo eres tú. Ya me llamarás cuando estés menos ocupada, chao.

Carlos se marcha, y Laura se deja caer sobre la cama suspirando.

.- Claudia se dispone ya a cerrar la verja del Four, cuando Edu aparece con allí con los ojos rojos de haber estado llorando, lo que extraña a su amiga en cuanto le ve.

EDU: Hola…

CLAUDIA: ¿Estás bien?

EDU: No demasiado, la verdad. ¿Estás cerrando ya?

CLAUDIA: Si ibas a entrar, puedo hacer una excepción. Para los amigos no hay hora de cierre.

Edu sonríe de mala gana.

EDU: ¿Seguimos siendo amigos? Desde que rompí con Hugo has estado algo fría conmigo, y no sé.

CLAUDIA: No te preocupes, he estado fría con todo el mundo. Lo de David ha sido algo duro… pero bueno, pasa.

EDU: Gracias.

El chico entra, y su amiga, tras echar la verja, hace lo mismo y se coloca tras la barra.

CLAUDIA: ¿Qué te pongo?

EDU: Una cerveza.

Claudia sonríe y empieza a prepararla.

CLAUDIA: ¿Mañana no tienes instituto?

EDU: Sí, pero me acaban de dar plantón y no me apetecía ir a casa, la verdad.

CLAUDIA: ¿Quién ha sido el insensato que ha hecho algo así?

EDU: Isra.

Claudia le sirve al chico la cerveza, y se pone otra para ella.

CLAUDIA: ¿Y para que habías quedado con Isra a estas horas?

EDU: Necesitaba hablar con él.

CLAUDIA: ¿Y sobre qué, si puede saberse?

EDU: Privado.

CLAUDIA: Vale, no me lo cuentes si no quieres. Pero lo sé.

EDU: (Sorprendido) ¿Lo sabes?

CLAUDIA: Lo sabemos todos, Edu. Incluso Isra lo sabe, no me extrañaría que te hubiese dado plantón por eso mismo.

Edu mira a la chica sin entenderla.

EDU: ¿Qué quieres decir?

CLAUDIA: Que él no te quiere.

EDU: ¿Y tú como sabes eso? Que yo sepa tampoco habéis intimado mucho para que te lo cuente, ¿no?

CLAUDIA: Es verdad, no hemos intimado mucho. Pero detrás de esta barra me canso de ver a la gente, como se miran unos a otros, como se hablan o como gesticulan. El observar a las personas siempre me ha encantado, porque en ocasiones puedes saber lo que sienten o lo que piensan solo con mirarles a los ojos.

EDU: O sea, que los ojos de Isra te han dicho que no siente nada por mí.

CLAUDIA: No. Sus ojos me han dicho que te quiere, que te quiere muchísimo, pero que tú formas parte del pasado. Eres su mejor amigo. Y ahora él…

La joven se queda callada.

EDU: ¿Ahora él que?

CLAUDIA: Déjalo, es una tontería.

EDU: Claudia, dime lo que piensas. En el fondo creo que eres la única que está siendo sincera conmigo.

CLAUDIA: (Suspira) Está bien. No me preguntes de quien porque no lo sé, pero Isra está enamorado de otra persona.

Edu se queda callado durante unos segundos, pensando.

EDU: ¿Sabes que es lo más triste de todo?

CLAUDIA: ¿El qué?

EDU: Que ya lo sabía.

Claudia mira al chico, con lástima.

.- Hugo está sentado en uno de los bancos de los pasillos del instituto, mirando unos apuntes, cuando se sienta Manuel a su lado, aunque el joven ni siquiera se da cuenta.

MANUEL: Hugo, me gustaría hablar un momento contigo.

HUGO: Claro.

MANUEL: (Sonríe) Mira, eres al único alumno que llevo dando clases desde que entró al instituto. Eso ha hecho que tenga cierta predilección por ti, y no me entiendas mal, no quiero decir que te tenga enchufado.

HUGO: (Riendo) Ya, lo sé.

MANUEL: Lo único que digo es que me molesta mucho si algo como ayer pasa con algún alumno, pero sobre todo si pasa contigo. Además, eres un chico que nunca ha dado ningún problema, y me llama la atención tu comportamiento. El año pasado también estabas raro, pero este curso se te veía mucho más animado.

Hugo se queda en silencio unos segundos, avergonzado.

HUGO: Entiendo que nos echara de clase. No por como íbamos vestidos, pero sí por nuestra actitud. Sé que no tiene que ser agradable dar una clase y ver a dos de sus alumnos como estábamos Andrea y yo ayer.

MANUEL: Me alegro de que lo entiendas. Y sobre Andrea precisamente quería hablarte. Eres muy buen chico, Hugo, y me temo que ella… no creo que sea una buena influencia, la verdad.

HUGO: (Sorprendido) ¿Cómo?

MANUEL: No quiero ofenderte, créeme. Solo quiero que recapacites.

HUGO: Con todos mis respetos, no creo que eso le incumba a usted. Ahora no estoy pasando un buen momento, y Andrea está ahí para cualquier cosa que necesite. Jamás he tenido a alguien así a mi lado, y le aseguro que no quiero perderla.

MANUEL: El año pasado eras muy amigo de Marta, y ella también es una muy buena chica.

HUGO: Está claro que usted no conoce a la misma Marta que yo conozco.

Hugo se levanta del banco, bastante molesto.

HUGO: Si me disculpa, me marcho porque no quiero llegar tarde a clase. Y no se preocupe, no volverá a tener más problemas conmigo.

El chico se aleja de allí con prisas bajo la preocupada mirada de Manuel.

.- Isra se lava las manos en el lavabo del instituto, cuando la puerta de uno de los privados se abre y de su interior sale Edu. Se miran en silencio durante unos segundos, hasta que el chico se coloca al lado de su amigo y también empieza a lavarse las manos.

EDU: ¿Cómo estás?

ISRA: (Sonríe) Bien. Menos mal que me hablas, pensaba que estarías enfadado conmigo por lo de ayer. Lo siento, pero ya sabes como es mi madre… no me dejo salir.

Edu sonríe de mala gana.

EDU: Claro, no te preocupes. Lo entiendo, es invierno, hace frío, era tarde y hoy tenemos instituto. Es lo que tiene que seas dos años más pequeño, ¿no?

ISRA: Supongo. Pero bueno, ¿qué es eso tan importante de lo que querías que hablásemos?

EDU: Realmente no era nada importante.

ISRA: Sí que lo parecía cuando me lo dijiste.

EDU: Ya, pero es que luego me di cuenta de que era una tontería, así que casi mejor que me dieras el plantón.

ISRA: Bien pues.

EDU: Sí.

Surge un incómodo silencio entre los dos jóvenes.

ISRA: ¿Vamos para clase? Sino vamos a llegar tarde.

EDU: Ves yendo tú, ahora iré.

ISRA: Vale, chao.

EDU: Hasta ahora.

Isra se marcha, y Edu se apoya sobre el lavabo, suspirando y preguntándose si ha hecho lo que debía hacer.

.- Es la hora del recreo, y Marta está apoyada en la puerta del instituto, con la mirada perdida en alguna parte de la carretera. No se da cuenta cuando Laura se coloca a su lado.

LAURA: ¿Qué hay?

MARTA: Ah, hola.

LAURA: ¿Cómo estás?

MARTA: Créeme cuando te digo que he tenido épocas mejores.

Laura sonríe de mala gana.

LAURA: Siento lo de ayer.

MARTA: No, la que lo siente soy yo. Me alteré de una manera bastante extraña, supongo que formará parte del embarazo. Lo siento.

Las dos jóvenes se abrazan.

LAURA: A pesar de todo espero que al menos nuestra discusión te sirviera para algo y te hayas aclarado un poco la cabeza, porque a pesar de que ayer decías que lo tenías claro, yo creo que no estabas convencida del todo.

MARTA: Y razón no te falta.

LAURA: ¿Entonces?

MARTA: Sé que no te va a gustar, Laura, pero… he decidido tenerlo. Creo que Isra tenía razón, yo… quiero tener el bebé.

Laura se sorprende en un primer momento, pero luego termina sonriendo.

LAURA: Sabes que me vas a tener a tu lado aunque no esté de acuerdo con tu decisión. Solo te pido que me dejes ser la tita Laura.

MARTA: Por supuesto.

Las dos amigas se empiezan a reír.

.- El instituto ya ha terminado, y Hugo camina por el parque de siempre cuando ve a Andrea sentada en un banco, a unos metros de él. Sonriendo, se acerca a su amiga, quien le devuelve la sonrisa.

ANDREA: ¿Qué tal las clases?

HUGO: Aburridas, como siempre. Pero tendrías que haber venido.

ANDREA: Paso.

HUGO: ¿Piensas faltar a clase cada vez que el tutor te eche la bronca por algo?

ANDREA: Cada vez que sea por una tontería, sí.

Hugo la mira con reproche, pero no le dice nada.

ANDREA: He venido hasta aquí para ver si te apetece quedar esta noche.

HUGO: Lo siento, pero no. Me quedaré estudiando.

ANDREA: (Sorprendida) ¿Te encuentras bien? Tu ruptura con Edu te está afectando mucho más de lo que yo creía…

HUGO: (Suspira) Y dale. Edu no tiene nada que ver en esto.

Andrea mira al chico, sin entenderle.

ANDREA: ¿Entonces?

HUGO: Quiero sacarme el curso.

ANDREA: (Riendo) ¡No me jodas!

HUGO: Te hablo en serio.

ANDREA: Y yo también. ¿Crees que porque te quedes en casa una noche vas a aprobarlo?

HUGO: No lo sé. Lo que sí sé es que no lo sacaré si me presento en clase todos los días como lo hice ayer.

ANDREA: No seas exagerado.

El chico mira su reloj, y se levanta.

HUGO: Me voy, que tengo hambre. Si quieres que quedemos esta tarde a tomar algo, llámame, sino pásalo bien y nos vemos cuando te de por aparecer por clase. Chao.

Hugo se aleja de allí, ante la sorprendida mirada de la joven.

ANDREA: Soso…

.- Comienza a anochecer. Claudia pasea sola por el parque medio a oscuras. Va muy abrigada, y aún así intenta encogerse un poco de hombros para sentirse más resguardada. De repente escucha un ruido a sus espaldas, y se gira asustada.

CLAUDIA: ¿Hola?

No obtiene respuesta.

CLAUDIA: ¿Hay alguien ahí?

Sigue igual.

CLAUDIA: (Suspira) Debo de estar volviéndome loca…

La chica retoma su camino, pero vuelve a escuchar de nuevo algo y se gira, ahora ya no asustada, si no enfadada.

CLAUDIA: ¡Sí es algún tipo de broma no tiene gracia!

Entonces alguien sale de entre los arbustos. Cuando le ve, Claudia comienza a caminar hacia atrás lentamente.

CLAUDIA: No te acerques a mí… aléjate de mí, déjame vivir.

Claudia se marcha corriendo, y el hombre, al que en ningún momento le vemos la cara, permanece quieto.

HOMBRE: Eso ni en sueños…

CONTINUARÁ...