MANERAS DE VIVIR


Sexta temporada, capítulo 117

 

Fecha de emisión: 27 de enero del 2013

 

PARQUE “RUISEÑORES”/ TARDE

 

Marta y Andrea están sentadas en uno de los bancos, mientras Esperanza juega con otros niños en la arena. Andrea escribe en su móvil mientras su amiga la mira, curiosa.

 

Marta: ¿Es Hugo?

 

Andrea: Sí.

 

Marta: ¿Qué le pica ahora?

 

Andrea: Nada. Me ha preguntado cómo estaba Óscar.

 

Marta: ¿Y por qué no le llama y le pregunta directamente a él? Sería todo un detalle por su parte.

 

Andrea: (Suspira) Venga Marta, no seas tan dura. Todos hemos cometido errores, y nos merecemos una segunda oportunidad.

 

Marta: Sí, pero es que él ya va por la quinta o sexta.

 

Andrea: Al que ha hecho daño es a Óscar, no a nosotros.

 

Marta coge aire, intentando mantener la calma.

 

Marta: Mira, no quiero volver a discutir sobre lo mismo otra vez.

 

Andrea: No, ni yo tampoco. ¿Quieres que le mande recuerdos de tu parte?

 

Marta: Mejor déjalo.

 

Andrea: (Suspira) En fin…

 

Andrea sigue escribiendo en su móvil y Marta dirige su mirada al frente. Es entonces cuando ve a Lidia mirándolas junto a un árbol, con una cínica sonrisa dibujada en su rostro.

 

Marta: No puede ser…

 

Andrea: (Extrañada) ¿Qué pasa?

 

Marta: Es Lidia…

 

Andrea: ¿De qué estás hablando?

 

Marta: (Nerviosa) ¡Está ahí!

 

Andrea: ¿Dónde?

 

Marta: ¡Ahí!

 

La rubia mira hacia donde le señala su amiga, pero no ve nada.

 

Andrea: Ahí no hay nadie, Marta.

 

Marta: Te juro que estaba ahí…

 

Andrea: (Irónica) Sí, claro. Con Jorge, no te jode.

 

Andrea vuelve su mirada al móvil, mientras Marta mira hacia el lugar donde había visto a Lidia, sin entender nada.

 

CASA DE ISRA Y ÓSCAR/ SALÓN/ NOCHE

 

Isra y Óscar están sentados en la mesa del salón, cenando, cuando suena el timbre. Los dos amigos se miran, extrañados.

 

Isra: ¿Esperas a alguien?

 

Óscar: No, ¿y tú?

 

Isra: Tampoco…

 

El timbre vuelve a sonar.

 

Óscar: Bueno, ya voy yo a ver.

 

Óscar se levanta y sale del salón. Camina hacia la puerta. Una vez allí, se sorprende al ver quien se encuentra al otro lado.

 

Hugo: Perdí las llaves.

 

El joven mira a su ex novio, estupefacto.

 

CANCIÓN: “Bed of roses”, de Bon Jovi

 

Kristen Bell, Chace Crawford, Rupert Grint, Vanessa Hudgens, Jesse McCartney, Jesse Metcalfe, Jared Padalecki, Hayden Panettiere, Shawn Pyfrom, Jessica Stroup

 

CAPÍTULO 117: Fantasmas del pasado

 

CASA DE ISRA Y ÓSCAR/ COCINA/ MAÑANA

 

Sentado en una de las butacas Óscar se toma un café, cuando Hugo baja las escaleras con una sonrisa dibujada en su cara.

 

Hugo: Buenos días.

 

Óscar mira a su ex novio, sin responderle, mientras éste se sirve un café.

 

Hugo: Echaba de menos mi cama… ¿qué tal?

 

El joven coge aire, intentando mantener la calma.

 

Óscar: ¿Qué estás haciendo aquí, Hugo?

 

Hugo: (Extrañado) Si no recuerdo mal, esta es mi casa, ¿no?

 

Óscar: ¿Y la carrera?

 

Hugo: No me importa tanto como tú.

 

Óscar: Ya.

 

El chico permanece unos segundos en silencio, pensando, hasta que finalmente se levanta y camina hacia la puerta.

 

Óscar: Tengo que irme a currar.

 

Hugo: Óscar…

 

Óscar: (Interrumpiéndole) No, Hugo. No puedes venir aquí y fingir que no ha pasado nada. Me has hecho daño, ¿sabes? Más del que nunca me han hecho. Así que déjame en paz, porque tú y yo nunca volveremos a estar juntos, ¿me has entendido? Nunca.

 

Óscar sale de la cocina, ante la triste mirada de su ex novio.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ MAÑANA

 

Marta está sentada en una de las butacas, tomándose un café. Claudia, frente a él pero al otro lado de la barra, se toma otro.

 

Claudia: Así que Hugo ha vuelto, ¿eh?

 

Marta: Sí.

 

Claudia: ¿Y Óscar cómo está?

 

Marta: No tengo ni idea. Isra me ha dicho que no quiere hablar del tema, pero imagino que no lo llevará demasiado bien.

 

Claudia: No…

 

Las dos amigas se quedan unos segundos en silencio, hasta que Marta suspira.

 

Marta: Tengo que contarte algo, Claudia.

 

Claudia: (Preocupada) ¿Qué pasa?

 

Marta: Vas a pensar que estoy loca.

 

Claudia: Bueno, realmente no es algo que no piense ya.

 

Marta no puede evitar el esbozar una leve sonrisa.

 

Marta: Ayer vi a Lidia.

 

Claudia: (Sorprendida) ¿Qué?

 

Marta: En el parque. Estaba con Esperanza y Andrea, y…

 

Claudia: (Interrumpiéndola) ¿Os hizo algo?

 

Marta: No. Ni siquiera se nos acerco. Es más, Andrea ni la vio.

 

Claudia: (Extrañada) ¿Cómo que no la vio?

 

Marta: Bueno, ya sabes que últimamente está un poquito obsesionada con el móvil y los whatsapp, así que tampoco me estaba haciendo demasiado caso…

 

Claudia: ¿Y Lidia ni siquiera hizo el amago de acercarse?

 

Marta: No… sé que suena raro, pero la vi. De verdad.

 

Claudia mira a su amiga, sin saber si creerla.

 

PARQUE “RUISEÑORES”/ MAÑANA

 

Hugo está sentado en un banco, fumándose un cigarro mientras ve a unos niños jugar. No se da cuenta de que Andrea se acerca a él, con una enorme sonrisa dibujada en su rostro.

 

Andrea: ¡Hugo!

 

Hugo mira a su amiga y, sonriendo, se levanta. Ambos se abrazan, emocionados.

 

Andrea: Joder, como te he echado de menos… pero ya podrías haber avisado, cabrón. Habría ido a buscarte.

 

Hugo: Quería que fuera una sorpresa.

 

Andrea: Pues lo ha sido, desde luego.

 

Hugo: Me alegro.

 

Andrea también se enciende un cigarro, y los dos amigos empiezan a caminar.

 

Andrea: ¿Y qué haces aquí? ¿Cuánto tiempo piensas quedarte?

 

Hugo: Indefinidamente.

 

Andrea: (Sorprendida) ¿Cómo que indefinidamente? ¿Y la carrera?

 

Hugo: La retomaré el año que viene a distancia.

 

La joven le mira, sin entender nada.

 

Andrea: ¿Pero que me estás contando, Hugo?

 

El joven se queda unos segundos, pensando, hasta que finalmente suspira.

 

Hugo: La he jodido pero bien.

 

Andrea: En eso tengo que darte la razón, sí.

 

Hugo tiene que hacer grandes esfuerzos para no echarse a llorar.

 

Hugo: Quiero a Óscar, ¿sabes?

 

Andrea: ¿Y por qué le has puesto los cuernos entonces?

 

Hugo: Porque… supongo que el estar en Madrid me obnubilo. Pero le quiero, y quiero estar con él.

 

Andrea: Pues lo tienes chungo.

 

Hugo: Lo sé… pero lo voy a reconquistar. Ya lo verás.

 

Andrea mira a su amigo, sin saber qué decirle.

 

SEDE “RTPA”/ SALA DE CÁMARAS/ TARDE

 

Óscar está recogiendo su equipo en la taquilla cuando Lucas entra en la sala, con la cámara colgando al hombro. Al ver a su compañero, esboza una amplia sonrisa.

 

Lucas: Buenas tardes.

 

El joven fuerza una sonrisa.

 

Óscar: Hola.

 

Lucas: ¿Qué tal? ¿Ya has terminado?

 

Óscar: Sí.

 

Lucas: Que suerte.

 

Lucas deja la cámara sobre la mesa.

 

Lucas: A mí todavía me quedan dos horas y encima no tengo ninguna salida, así que me toca quedarme aquí aburrido.

 

Óscar: Si quieres puedo quedarme a hacerte compañía.

 

Lucas: No digas tonterías. Si seguro que estás deseando irte a casa.

 

Óscar: Créeme, eso es de lo que menos ganas tengo.

 

Lucas: (Preocupado) ¿Qué pasa? ¿Has discutido con Isra?

 

Óscar: No.

 

Lucas: ¿Entonces?

 

Óscar, tras permanecer en silencio unos segundos, se sienta en el sofá del fondo de la sala, suspirando.

 

Óscar: Ha vuelto Hugo.

 

Lucas: (Sorprendido) ¿Tu ex?

 

Óscar: El mismo.

 

Lucas: ¿Pero a qué fin? ¿Por qué ha vuelto?

 

Óscar: No tengo ni idea, pero parece bastante dispuesto a quedarse.


Lucas: ¿No estaba estudiando periodismo en Madrid?

 

Óscar: Sí.

 

Lucas: No entiendo nada.

 

Óscar: Ni yo. Pero te aseguro que tampoco quiero ir a casa y averiguarlo.

 

Lucas: Entonces quédate estas dos horas haciéndome compañía, y luego salimos a cenar. Si quieres, claro.


Óscar: Cualquier cosa es mejor que volver a casa, te lo aseguro.


Los dos jóvenes se ríen, divertidos.


BAR “FOUR”/ INTERIOR/ NOCHE


Marta e Isra están sentados en uno de los sofás, tomándose cada uno un botellín de cerveza. El pelirrojo tiene muy mala cara y su amiga no para de hablar.

 

Marta: … y entonces se echa a llorar. ¿Te lo puedes creer? ¡Por un muñeco! Yo creo que no era tan sensible. Esto de ser madre me está matando…

 

Marta se da cuenta de que su amigo no la está escuchando y le mira, preocupada.

 

Marta: ¿Isra?

 

El joven reacciona.

 

Isra: Dime.

 

Marta: ¿Estás bien?

 

Isra esboza una forzada sonrisa.

Isra: Por supuesto.

 

Marta: ¿Cuánto tiempo hace que no duermes?

 

Isra: (Extrañado) ¿Por qué lo preguntas?

 

Marta: Porque traes una cara que da miedito verte, cariño.

 

Isra se queda unos segundos en silencio, pensando, hasta que finalmente suspira.

 

Isra: Son esas pesadillas.

 

Marta: ¿Con Iñigo otra vez?

 

Isra: Sí. No me lo quito de la cabeza, ¿sabes?

 

Al joven se le llenan los ojos de lágrimas.

 

Isra: Intento parecer fuerte ante vosotros, pero... joder, no puedo más. Podría haberme matado. Todo esto me supera.

 

Marta coge la mano de su amigo, intentando ser comprensiva.

 

Marta: No tienes porque parecer fuerte delante de nosotros, Isra. Sabemos que lo eres, pero ahora lo estás pasando mal. Tienes derecho a estar furioso, rabioso… tienes derecho a llorar y a desahogarte. Pero también tienes que intentar superar esto. Sé que no es fácil, pero no puedes estar así siempre. Ya han pasado casi siete meses desde aquello.

 

Isra: Lo sé… lo sé, pero es que no sé cómo hacerlo.

 

Marta: Tienes que enfrentarte a él.

 

Isra: (Sorprendido) ¿A Iñigo?

 

Marta: Sí.

 

Isra: No pretenderás que vaya a verle a la cárcel, ¿verdad?

 

Marta: Es la única manera que tienes de enfrentarle.

 

Isra: (Asustado) No puedo hacerlo. No puedo.

 

Marta: ¿Quieres pasar página o no?

 

Isra: Sí, pero…

 

Marta: (Interrumpiéndole) Pues ahí tienes tu respuesta. Es el único modo de hacerlo.

 

Isra mira a la joven, sin saber qué decir.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ EXTERIOR/ NOCHE

 

Óscar se apoya en la puerta del jardín, riendo divertido, mientras Lucas deja caer un cigarro al suelo. Se nota que los dos han bebido demasiado.

 

Lucas: Y entonces fue cuando le dije que parara. Joder, tendrías que haberle visto. Era horroroso.

 

Óscar: (Divertido) Eres un poquito superficial, ¿no?

 

Lucas: Para una relación estable no, pero si quiero echar un polvo, que menos que esté bueno.

 

Los dos vuelven a reírse, divertidos.

 

Óscar: ¿Y yo? ¿Qué te parezco?

 

Lucas: Mira como le gusta que le regalen los oídos…

 

Ríen de nuevo.

 

Lucas: Pero mira, te lo voy a decir. Tú me encantarías tanto para un polvo como para una relación estable. Porque además de estar buenísimo, eres un encanto de persona.

 

Óscar: (Riendo) Que pelota eres.

 

El semblante de Lucas se torna serio.

 

Lucas: Te lo digo completamente en serio.

 

Óscar también se deja de reír. Se miran fijamente a los ojos. Poco a poco se van acercando, y cuando sus labios están a punto de juntarse…

 

Hugo: (Off) Siento interrumpir tan enternecedora escena.

 

Los dos se separan rápidamente, sorprendidos.

 

Óscar: ¡Hugo!

 

Hugo: Buenas noches. ¿No nos presentas?

 

Óscar: (Nervioso) Sí… es Lucas, un compañero de trabajo. Lucas, este es Hugo, mi ex.

 

Los dos jóvenes se estrechan la mano.

 

Hugo: Encantado.

 

Lucas: He oído hablar de ti.

 

Hugo: Y seguramente mal.

 

Se miran fijamente a los ojos, desafiantes, hasta que Hugo suelta la mano del joven.

 

Hugo: Voy ya para adentro. Buenas noches.

 

Lucas: Adiós.

 

Hugo abre la puerta y entra. Cuando le ven entrar ya a la casa, se miran.

 

Lucas: Menudo gilipollas.

 

Óscar: Lo sé.

 

Un tenso silencio surge entre ambos.

 

Lucas: Bueno, yo… será mejor que me vaya. Mañana nos toca madrugar.

 

Óscar: Sí, tienes razón. Que descanses.

 

Lucas: Gracias, igualmente. Hasta mañana.

 

Óscar: Chao.

 

Lucas se aleja de allí, ante la triste mirada de su compañero.

 

CALLES DE GIJÓN/ NOCHE

 

Marta, muy abrigada, camina sola hacia su casa. Escucha unos pasos que la siguen y se gira, asustada, pero no ve a nadie. Coge aire y sigue caminando, hasta que vuelve a escuchar los pasos y se gira de nuevo. Sigue sin haber nadie. Justo en el momento que se da media vuelta para continuar su marcha, se encuentra frente a frente con Lidia, que tiene una cínica sonrisa dibujada en su rostro.

 

Marta: ¡Joder!

 

Lidia: Buenas noches.

 

Marta: ¿Qué coño haces? ¿Estás loca? Bueno, no sé ni para que lo pregunto, si ya sé la respuesta.

 

Lidia: (Irónica) Muy graciosa.

 

Marta: Será mejor que me dejes en paz. Sino gritaré.

 

Lidia finge sollozar.

 

Lidia: Estoy temblando.

 

Marta: Lidia…

 

Lidia: Tranquila, no te voy a hacer nada… de momento. Solo he venido porque realmente eres la que más miedo me da. Mataste a una persona.

 

Marta: De eso hace ya muchos años.

 

Lidia: Lo sé, pero no quita para que sea cierto. Por eso quería advertirte de que todavía tengo mucho que decir y de lo que hablar, entre otras cosas ese secretito tuyo. Te lo digo porque el que avisa no es traidor, y como a Dani le mataste por traicionarte violando a tu mejor amigo… así ya no tendrás nada contra mí.

 

Marta: Estás fatal de la cabeza. No tiene ningún sentido.

 

Lidia: Puede. Pero las dos sabemos que serías incapaz de matarme. Ahora eres madre… y después de la muerte de Jorge, no querrás que la pequeña Esperanza también pierda a su madre, ¿verdad?

 

Marta coge aire, intentando mantener la calma.

 

Marta: Eres una hija de puta…

 

Lidia: Lo sé. Y me encanta.

 

Un tenso silencio surge entre las dos jóvenes.

 

Lidia: Me voy a ir ya. Pero ten por seguro que esta no será la última vez que nos veamos.

 

La joven, sin borrar la cínica sonrisa de su cara, se da media vuelta y da un par de pasos, pero vuelve a girarse.

 

Lidia: Por cierto, puedes contarles esta visitilla a tus amigos si quieres… es una pena que no te crean y piensen que estás loca, ¿verdad? Buenas noches.

 

Marta: (Furiosa) ¡Vamos a acabar contigo!

 

Lidia se ríe y sigue caminando, bajo la rabiosa mirada de Marta.

 

BAR “FOUR”/ EXTERIOR/ MAÑANA

 

Un nuevo día amanece en Gijón. A pesar del frío, Andrea y Hugo están sentados en una de las mesas de la terraza, tomándose un café y fumándose un cigarro. Hugo está triste.

 

Hugo: Claudia no me ha preguntado siquiera ni qué tal estoy.

 

Andrea: Se les acabará pasando.

 

Hugo: Eso espero. Pero es que entre esto, y lo de anoche, me estoy empezando a arrepentir de haber vuelto.

 

Andrea: (Extrañada) ¿Qué pasó anoche?

 

Hugo guarda silencio durante unos segundos, hasta que finalmente suspira.

 

Hugo: Después de estar contigo, cuando llegaba a casa, vi a Óscar con otro tío. Un supuesto compañero de trabajo.

 

Andrea: ¿Y?

 

Hugo: (Molesto) ¿Cómo que y? ¿No estaba tan jodido? Pues sí que lo ha superado pronto, ¿no?

 

Andrea: No tienes derecho a enfadarte por eso, Hugo. El que la jodió fuiste tú, no él.

 

Hugo: No hace falta que me lo recuerdes.

 

Los dos amigos se quedan unos segundos en silencio.

 

Hugo: Es que así no sé cómo voy a reconquistarle.

 

Andrea: Tendrás que esforzarte un poquito más.

 

Hugo mira a su amiga, molesto.

 

PRISIÓN DE GIJÓN/ SALA DE VISITAS/ MAÑANA

 

Isra está sentado a un lado del cristal. Parece nervioso. No tarda en ver como la puerta del otro lado se abre, e Iñigo entra en la sala acompañado de un policía. El joven se sorprende de verle allí. Duda durante unos segundos, pero finalmente se sienta y ambos cogen sus respectivos teléfonos. Se quedan en silencio unos segundos.

 

Iñigo: ¿Qué haces aquí?

 

Isra: Necesitaba verte.

 

Iñigo: (Irónico) ¿Eres masoquista?

 

Isra: No. No, pero necesitaba verte para cerrar este capítulo. Verte, y decirte que te perdono.


Iñigo: (Divertido) ¿Qué me perdonas? ¿En serio?


El joven deja escapar una sonora carcajada.


Iñigo: ¿De verdad crees que me arrepiento de lo que hice y que necesito tu perdón? La gente como tú deberíais de ser radicada, Isra. No traéis nada bueno.


Isra mira al joven, sin poderse creer lo que está escuchando.


Isra: ¿Estás en la cárcel y ni aún así te arrepientes?


Iñigo: De lo único que me arrepiento es de no haberte matado.


El pelirrojo, a pesar de su sorpresa inicial, no puede evitar el esbozar una sonrisa.


Isra: ¿Sabes? La gente como yo no está en la cárcel, la gente como tú sí. Y espero que os pudráis aquí dentro, porque no merecéis ni una pizca de compasión. Todavía no sé cómo pude llegar a sentir algo por ti.


Iñigo: Eres un maricón de mierda.


Isra: Y tú. La pena es que no te aceptes. Que te sea bonito, Iñigo.


Isra cuelga el teléfono. Iñigo da un puñetazo al cristal, furioso. Vemos que grita, pero no le oímos. El policía que le había acompañado se acerca corriendo y lo arrastra fuera de la sala, ante la cínica sonrisa de Isra.


CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ COCINA/ TARDE


Hugo está preparándose una tostada, cuando escucha como alguien llega a casa. Óscar no tarda en aparecer por allí, pero al ver a su ex novio se da media vuelta.


Hugo: ¿Hasta ese punto hemos llegado? ¿No vamos a poder siquiera estar en la misma habitación?


Óscar: (Suspira) Es que no me apetece hablar contigo, la verdad.


Hugo: ¿Qué tal tu compañero de trabajo? Lucas, ¿verdad?


Óscar: Bien. Está bien.


Hugo: ¿Estáis juntos?


Óscar: (Sorprendido) ¿Disculpa?


Hugo: Pues eso, que si sois pareja.


Óscar: No tienes ningún derecho a preguntarme eso, Hugo.


Hugo se gira, mirando por primera vez a su ex novio en toda la conversación.


Hugo: Lo sé. Lo sé, y lo siento, pero… ¿podrías responderme?


Óscar coge aire, intentando mantener la calma.


Óscar: No, no somos pareja, y no creo que lo seamos, al menos a corto plazo. Pero si finalmente estoy equivocado y lo somos dentro de poco, no tendrás derecho a preguntarme, Hugo. Ni a preguntarme, ni a enfadarte, ni a montar el numerito que montaste anoche.


Hugo: (Extrañado) ¿Numerito?


Óscar: Vi como le mirabas. Le hubieras matado allí mismo si hubieras podido.


El rubio baja la cabeza, avergonzado.


Óscar: Mira, estás aquí y contra eso no puedo hacer nada. Pero por favor, vive tu vida y déjame a mí vivir la mía.


Óscar sale de allí, indignado, ante la triste mirada de su ex novio.


BAR “FOUR”/ INTERIOR/ TARDE


Claudia lee una revista tras la barra del bar mientras se toma un café, cuando Isra, ayudado por sus muletas, entra en el local y se sienta en una de las butacas, con una enorme sonrisa dibujada en su cara.


Isra: Buenas tardes.


Claudia: (Sonríe) Hola, ¿qué te pongo?


Isra: Una caña, por favor.


Claudia: Por supuesto.


La joven la prepara y se la sirve.


Isra: Gracias.


Claudia: (Extrañada) Oye, ¿qué pasa?


Isra: Nada, ¿por qué?


Claudia: No sé, pareces como muy feliz. Hacía meses que no te veía así.


Isra: Ya, bueno. Esta mañana he estado en la cárcel.

 

Claudia: (Extrañada) ¿Y eso te hace feliz? Que rarito eres…

 

Isra deja escapar una sonora carcajada.

 

Isra: No. He ido a ver a Iñigo.

 

Claudia: (Confundida) Vale, cada vez entiendo menos.

 

Isra: Bueno, verás, es que… creo que necesitaba cerrar ese capítulo de mi vida para poder seguir adelante, ¿entiendes?


Claudia: Perfectamente. Cuando hace unos años sucedió todo lo de mi padrastro, yo pasé por lo mismo.


Isra: ¿Y cómo conseguiste cerrarlo? ¿También fuíste a verle a la cárcel?


Claudia: No. Bebí.


Los dos amigos se ríen, divertidos.


Claudia: ¿Y crees que habrá funcionado?


Isra: Sí. La verdad es que creo que estoy mejor que nunca.


Claudia: Pues no sabes cómo me alegro, Isra. De verdad.


Isra: (Sonríe) Gracias.


Claudia: Y ahora ya sabes: a buscarte un novio, una novia, o lo que te apetezca.


El pelirrojo se ríe, divertido.


PISO DE CARLOS Y ANDREA/ SALÓN/ NOCHE


Carlos y Andrea están sentados en el sofá, viendo una película. Un tenso silencio inunda la habitación, hasta que alguien llama al timbre.


Carlos: (Extrañado) ¿Esperas a alguien?

 

Andrea: No.

 

Carlos: ¿Y quién podrá ser a estas horas?

 

Andrea: Ni idea.

 

El timbre vuelve a sonar y la joven termina levantándose y yendo hacia la puerta. Al abrirla, se encuentra con una Marta muy asustada.

 

Andrea: (Preocupada) Marta, ¿estás bien?

 

Marta: Lidia… he estado hablando con ella.

 

Andrea y Carlos se miran, sorprendidos.

 

CONTINUARÁ…