MANERAS DE VIVIR

 

Sexta temporada, capítulo 122

 

Fecha de emisión: 31 de octubre del 2013

 

PISO DE JAIME Y CLAUDIA / BAÑO / MAÑANA

 

Un nuevo y lluvioso día amanece en la ciudad, y Claudia, sentada en el retrete cubriendo su cuerpo con una bata de tela fina, espera, nerviosa, los resultados de un test de embarazo.

 

Claudia: Vamos…

 

Jaime: (Off) ¿Cómo va?

 

Claudia: ¡Aún no hay resultado, no seas impaciente!

 

Jaime: (Off) Joder, cómo le cuesta… además, no entiendo por qué no puedo estar ahí dentro contigo.

 

Claudia: Porque prefiero estar sola en este momento, ya te lo he dicho.

 

Jaime: (Off) Mira que eres rara…

 

El silencio surge entre ambos. Claudia continúa mirando fijamente al test, hasta que sus ojos se empiezan a llenar de lágrimas y, rabiosa, lo tira a la papelera.

 

Claudia: Mierda.

 

La joven se levanta y sale del baño. Jaime la está esperando en el pasillo.

 

Jaime: ¿Qué?

 

Claudia: Nada.

 

Jaime la coge de la cintura, dándole un tierno beso en los labios.

 

Jaime: No te preocupes. Seguiremos intentándolo, y tarde o temprano lo conseguiremos. Ya lo verás.

 

Claudia: Sí… a este paso será en la residencia a la que tendremos que ir cuando seamos viejos porque no tendremos hijos que nos cuiden.

 

El joven esboza una forzada sonrisa y ambos se quedan en silencio en el pasillo, abrazados y muy tristes.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ANDREA / COCINA / MAÑANA

 

Hugo y Andrea desayunan en silencio, ya los dos vestidos y preparados para salir de casa. Se toman sus tazas de café, hasta que Andrea esboza una divertida sonrisa.

 

Andrea: Bueno, ¿y qué? ¿Vas a quedar con Alberto?

 

Hugo: (Extrañado) ¿Por qué debería hacerlo?

 

La chica se encoge de hombros.

 

Andrea: Os habéis vuelto a reencontrar después de… ¿cuántos años? ¿Cuatro?

 

Hugo: Cinco.

 

Andrea: Cinco, mejor me lo pones. Y supongo que os quisisteis mucho, ¿no?

 

Hugo: Bueno, sí, supongo… un amor adolescente, sin más. Tampoco demasiado importante.

 

Andrea: ¡Pero ahora os habéis vuelto a reencontrar! Eso es por algo.

 

Hugo deja escapar una sonora carcajada, divertido.

 

Hugo: ¿Desde cuándo crees tú en el destino?

 

Andrea: No creo en el destino. Pero tampoco en las casualidades.

 

El joven permanece unos segundos en silencio, antes de dejar escapar un suspiro.

 

Hugo: Como sea. Ahora tiene pareja, y no va a pasar nada entre nosotros. Es tontería.

 

Andrea: Tú sabrás, Hugo. Pero Óscar ya está rehaciendo su vida, y tú deberías de empezar a hacer lo mismo.

 

Hugo mira a su amiga, sin saber muy bien qué decir.

 

CANCIÓN: “Bed of roses”, de Bon Jovi

 

Kristen Bell, Chace Crawford, Rupert Grint, Vanessa Hudgens, Jesse McCartney, Jesse Metcalfe, Jared Padalecki, Hayden Panettiere, Shawn Pyfrom, Jessica Stroup

 

CAPÍTULO 122: Todo tiene un principio y un final

 

BAR “FOUR” / INTERIOR / MAÑANA

 

Marta: ¿Y no vino nadie?

 

Claudia, desde el otro lado de la barra, sonríe a su amiga, que permanece sentada en una de las butacas.

 

Claudia: Absolutamente nadie.

 

La joven deja escapar una sonora carcajada.

 

Marta: No me lo puedo creer, ¿será pringada?

 

Lidia: (Off) No más que tú, preciosa.

 

Las dos se giran hacia la puerta, sorprendidas, y ven allí a Lidia, con cara de pocos amigos. La joven se acerca a ellas.

 

Claudia: ¿Quieres algo?

 

Lidia continúa con su mirada fija en Marta.

 

Lidia: No.

 

Claudia: Entonces… creo que será mejor que vaya al almacén, parece que tenéis mucho de lo que hablar. Avisadme si alguien quiere algo.

 

Claudia entra en el almacén, dejando solas a las dos jóvenes. Marta está visiblemente incómoda.

 

Lidia: Te lo advertí.

 

Marta: (Extrañada) ¿El qué?

 

Lidia: Que hicieras que todos volvieran a confiar en mí. Que me ayudaras.

 

Marta: Y yo te dije que no iba a hacerlo.

 

Lidia: Ya.

 

Lidia se acerca a la joven. Se quedan a escasos centímetros la una de la otra.

 

Lidia: Es la última vez que te advierto, Marta. Ayúdame… o atente a las consecuencias.

 

La joven cubre sus ojos con las gafas de sol que llevaba en la cabeza y sale del local, dejando a Marta sola e intranquila.

 

EDIFICIO “RTPA” / SALA DE DESCANSO / MAÑANA

 

Lucas está sentado en una de las mesas, tomándose un café. Óscar entra en la sala, también con un café entre sus manos. Al ver a su compañero duda durante unos segundos, pero finalmente, esbozando una forzada sonrisa, se acerca a él.

 

Óscar: Buenos días.

 

El joven alza la mirada, esbozando también una forzada sonrisa.

 

Lucas: Hola.

 

Óscar: ¿Puedo sentarme?

 

Lucas: En realidad… yo ya me iba.

 

Óscar: (Suspira) Oh, vamos, Lucas.

 

Óscar se sienta junto a su compañero.

 

Óscar: Entiendo que quieras darme tiempo, ¿pero ni siquiera podemos ser amigos hasta que esté preparado?

 

Lucas: No…

 

Óscar: (Sorprendido) ¿Cómo que no?

 

El joven permanece unos segundos en silencio, buscando las palabras adecuadas, hasta que finalmente suspira.

 

Lucas: Estoy enamorado de ti, Óscar. Y por eso, voy a darte todo el tiempo que necesites… pero mientras eso pasa, no puedo ser tu amigo. No puedo, porque me mata por dentro.

 

Óscar: Pero…

 

Lucas, levantándose, le interrumpe.

 

Lucas: Lo siento.

 

El joven sale de la sala, ante la atónita mirada de su compañero.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ANDREA / COCINA / TARDE

 

Isra se está preparando una ensalada, con el semblante serio, cuando Andrea aparece por ahí, con una enorme sonrisa dibujada en su rostro.

 

Andrea: ¡Hola!

 

Isra: Hola… otra vez.

 

Andrea: ¿Qué tal la mañana?

 

Isra: Bien… ¿y la tuya? ¿No… no tienes nada que hacer?

 

Andrea: Hoy no. Los profesores están en una conferencia, así que he tenido el día libre.

 

Isra: (Irónico) Que suerte.

 

Andrea: Mucha.

 

La joven, sin borrar la sonrisa de su cara, se sienta en una de las butacas.

 

Andrea: Marta me ha contado que te estás viendo con una chica.

 

Isra: (Suspira) Ya veo que las noticias vuelan.

 

Andrea: Ya sabes cómo somos.

 

El pelirrojo mira a su amiga, resignado.

 

Isra: Sí, lo sé.

 

Andrea se ríe, divertida.

 

Andrea: Pues escucha, he estado pensando que podrías traértela a cenar esta noche. Así Hugo y yo la conocemos, ¿qué te parece?

 

Isra: Una idea nefasta.

 

Andrea: Oh, venga, no seas carca. Seguro que lo pasamos genial. Además, ella no será la única invitada.

 

Isra: (Extrañado) ¿De qué estás hablando?

 

Andrea se levanta, esbozando una pícara sonrisa.

 

Andrea: Tú déjame a mí.

 

Isra: Pero…

 

Andrea: (Interrumpiéndole) Pero nada. Que venga sobre las nueve.

 

La joven sale de la cocina, ante la atónita mirada de su amigo.

 

BAR “FOUR” / INTERIOR / TARDE

 

Claudia permanece tras la barra, secando unos vasos con un trapo, cuando Marta entra en el local visiblemente cansada y, suspirando, se sienta en una de las butacas situadas frente a su amiga.

 

Marta: Buenas tardes.

 

Claudia: (Sorprendida) ¡Marta! ¿Qué te pongo?

 

Marta: Un café. Solo.

 

Claudia: (Extrañada) Marchando.

 

La joven empieza a prepararlo.

 

Claudia: No esperaba verte hoy por aquí.

 

Marta: (Suspira) Lo sé, pero necesitaba un respiro. Esperanza me tiene agotada últimamente.

 

Claudia: Mira que eres exagerada.

 

Marta: En serio. Jaime y tú deberíais de tener un hijo, así sabrías de lo que te estoy hablando.

 

Claudia esboza una forzada sonrisa y le sirve el café a su amiga, que se da cuenta de que algo no anda bien.

 

Marta: ¿Qué pasa? ¿He dicho algo malo?

 

Claudia: No, tranquila.

 

Marta: ¿Entonces?

 

La camarera guarda silencio durante unos segundos, pensando, hasta que finalmente es ella la que suspira.

 

Claudia: Desde que volvimos, Jaime y yo estamos intentando tener un hijo.

 

Marta: (Sorprendida) ¿En serio? ¡No tenía ni idea!

 

Claudia: No. Ni tú, ni al parecer mi útero tampoco, porque no hay manera.

 

Marta: No lleváis mucho tiempo intentándolo, no te des mal. Seguro que acaba pasando.

 

Claudia: No lo tendría yo tan claro.

 

Marta coge la mano de su amiga, comprensiva.

 

Marta: Verás cómo sí.

 

Las dos amigas guardan silencio durante unos segundos.

 

Marta: Por cierto, tengo que pedirte un favor.

 

Claudia: ¿Cuál? Si está en mi mano…

 

Marta vuelve a guardar silencio durante unos segundos, como si estuviera buscando las palabras adecuadas.

 

Marta: ¿Le darías una segunda oportunidad a Lidia?

 

Claudia: (Atónita) ¿Qué?

 

Marta: Estuve hablando el otro día con ella, y… está intentando cambiar. Todos nos merecemos una segunda oportunidad, ¿no?

 

Claudia: No, Marta. Ella no.

 

Marta: Pero…

 

Claudia: (Interrumpiéndola) En serio. No vuelvas ni siquiera a proponerlo.

 

La joven guarda de nuevo silencio.

 

Marta: Tienes razón. Perdona.

 

Claudia: (Sonríe) Perdonada estás.

 

Marta responde a su amiga con una forzada sonrisa.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ANDREA / SALÓN / NOCHE

 

Hugo, Isra, Andrea y Aria están sentados a la mesa. Cada uno se come su plato de pasta, en completo silencio. Ninguno parece estar demasiado cómodo. Andrea termina esbozando una forzada sonrisa.

 

Andrea: Bueno, y contadnos, ¿cómo os conocisteis?

 

Aria: Bueno, no es una historia excesivamente romántica.

 

Isra: No. Nos conocimos por ahí de fiesta.

 

Hugo: (Irónico) No sé por qué decís que no es romántica.

 

Andrea lanza una mala mirada a su amigo, para después volver a forzar una sonrisa.

 

Andrea: Pero conoceros así también es bueno. Así luego no os sorprenderéis cuando os veáis borrachos  por primera vez.

 

Aria: Oye, pues tienes razón.

 

Los tres se ríen, divertidos, mientras Hugo les mira con cara de asco. Justo en ese momento, llaman al timbre.

 

Hugo: (Extrañado) ¿Esperamos a alguien más?

 

Andrea: A un invitado sorpresa.

 

Andrea se levanta y sale del salón. Hugo, sin entender nada, mira a sus dos acompañantes.

 

Hugo: ¿Vosotros sabéis quién es?

 

Aria se encoge de hombros.

 

Isra: Ni idea.

 

Andrea no tarda en regresar al salón, con una enorme sonrisa dibujada en su rostro, y acompañada de…

 

Hugo: (Sorprendido) ¡Alberto!

 

Alberto: (Sonríe) Buenas noches.

 

Hugo mira a su amiga sin saber muy bien cómo reaccionar.

 

PISO DE LUCAS / COCINA / NOCHE

 

Lucas está sentado en la mesa de la cocina, leyendo un libro mientras se come una ensalada, cuando llaman al timbre. El joven, extrañado, deja el libro sobre la mesa y camina hacia la puerta. Se sorprende al ver a Óscar al otro lado.

 

Lucas: ¡Óscar! ¿Qué haces aquí? Esta noche no habíamos quedado, ¿no?

 

Óscar: No.

 

Lucas: (Extrañado) ¿Entonces?

 

Óscar guarda silencio durante unos segundos, hasta que esboza una amplia sonrisa.

 

Óscar: Estoy preparado.

 

Lucas: (Sorprendido) ¿Qué?

 

Óscar: No quiero a Hugo. Te quiero a ti, y quiero estar contigo.

 

Lucas: ¿Estás seguro?

 

Óscar: Más que de cualquier otra cosa.

 

Lucas también sonríe, y besa apasionadamente al joven.

 

Lucas: ¿Quieres pasar?

 

Óscar: Bueno, es que estás cenando…

 

Lucas: No seas idiota.

 

Los dos jóvenes, riendo y besándose, entran en el piso, cerrando la puerta tras ellos.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ANDREA / SALÓN / NOCHE

 

Andrea, Isra, Aria, Hugo y Alberto terminan de cenar, en completo silencio. Los cinco se miran entre ellos, esbozando forzadas e incómodas sonrisas.

 

Alberto: Estaba todo buenísimo.

 

Andrea: Gracias.

 

Hugo: (Divertido) ¿Por qué das las gracias? Si es comida encargada, no la has hecho tú.

 

Andrea: ¿Y quién se ha puesto en contacto con el restaurante?

 

Todos, excepto Isra, se ríen, divertidos. Aria se levanta.

 

Aria: Bueno, me lo he pasado en grande, pero tengo que irme. Mañana madrugo.

 

Isra: (Levantándose) Te acompaño a casa.

 

Aria: No hace falta.

 

Isra: Sí. Claro que hace falta.

 

Aria está a punto de responder, pero justo en ese momento Andrea también se levanta, sin permitírselo.

 

Andrea: Os acompaño a la puerta.

 

Isra: También vive aquí. Sé donde está.

 

Andrea: (Sonríe) Para por si acaso.

 

Isra: Pero…

 

Andrea: (Interrumpiéndole) Vamos.

 

Aria: Hasta luego chicos.

 

Hugo y Alberto: Adiós.

 

Andrea, Isra y Aria salen del salón. Antes de hacerlo, Andrea dirige una divertida sonrisa a Hugo. Éste y Alberto guardan un tenso silencio durante unos segundos, hasta que Alberto fuerza una sonrisa.

 

Alberto: Me lo estoy pasando muy bien.

 

Hugo: No mientas. Está siendo incomodísimo.

 

Alberto se ríe, divertido.

 

Hugo: ¿Y a tu novio le ha parecido bien que vengas a cenar a casa de tu ex con sus amigos?

 

Alberto: Bueno, ya… ya no estoy con él.

 

Hugo: (Sorprendido) ¿En serio? ¿Y eso?

 

Alberto: Yo…

 

El joven se ve interrumpido con el regreso de una sonriente Andrea.

 

Andrea: ¿Y nosotros a qué jugamos?

 

Hugo: (Suspira) ¿En serio?

 

Alberto se ríe, divertido.

 

BAR “FOUR” / INTERIOR / NOCHE

 

El bar ya está cerrado. Jaime y Claudia están limpiando. La joven parece triste y su marido la observa, preocupado. Finalmente suspira.

 

Jaime: ¿Qué pasa, Claudia?

 

La joven esboza una forzada sonrisa.

 

Claudia: Nada, ¿por qué?

 

Jaime: Estás seria, triste.

 

A Claudia se le llenan los ojos de lágrimas, pero a pesar de ello no borra la forzada sonrisa de su rostro.

 

Claudia: No es nada, de verdad…

 

Jaime: Claudia…

 

Jaime se acerca a ella y la abraza. La joven no puede evitar el echarse a llorar.

 

Claudia: ¿Por qué no me quedo embarazada, Jaime? ¿Por qué no lo conseguimos?

 

Jaime: Todo llega, Claudia. Tenemos que tener paciencia.

 

Claudia: ¿Y si tengo algún problema? ¿Y si es mi culpa?

 

Jaime: Oye, no digas eso, ¿vale?

 

El chico agarra a su esposa de la cabeza, obligándola a mirarle directamente a los ojos.

 

Jaime: Lo vamos a seguir intentando, ¿me oyes? Y lo conseguiremos, ya lo verás.

 

Claudia: Te quiero.

 

Jaime simplemente le contesta con una enorme sonrisa, y la besa apasionadamente.

 

CALLES DE GIJÓN / NOCHE

 

Isra y Aria, cogidos de la mano, caminan por el paseo marítimo en dirección a la casa de la joven, en silencio. Ésta termina esbozando una forzada sonrisa.

 

Aria: Tienes unos amigos muy simpáticos.

 

Isra: (Irónico) Sí. Sobre todo Hugo.

 

La chica se ríe, divertida.

 

Aria: Bueno, la verdad es que puede llegar a ser un poco desagradable, sí, pero a mí me hace gracia.

 

Isra: Suele pasar. A pesar de ser la persona más desagradable que conozco, tiene la capacidad de caer siempre bien a todo el mundo.

 

Aria: Pues porque tiene encanto y carisma, eso no se lo puedes negar.

 

Isra: (Suspira) Supongo que no.

 

Los dos continúan andando unos segundos en silencio.

 

Aria: Isra, ¿puedo decirte algo?

 

Isra: Claro.

 

Aria: Prométeme que no te vas a asustar.

 

Isra: (Preocupado) ¿Qué pasa?

 

La joven coge aire antes de seguir hablando.

 

Aria: Creo que me estoy enamorando de ti.

 

El pelirrojo la mira, sin poderse creer lo que le acaba de decir, pero finalmente se empieza a reír, ante la sorpresa de Aria.

 

Aria: ¿Qué pasa?

 

Isra: Que yo estoy enamorado de ti desde el primer día en el que te vi.

 

Aria: (Sorprendida) ¿De verdad?

 

Isra: (Sonríe) De verdad.

 

Aria esboza una sonrisa, y los dos jóvenes se besan apasionadamente.

 

PISO DE LUCAS / DORMITORIO DE LUCAS / NOCHE

 

Lucas y Óscar, completamente desnudos, están sobre la cama del joven, abrazados. Lucas acaricia el pelo de su amigo, con una enorme sonrisa dibujada en su rostro.

 

Lucas: Creo que está siendo la mejor noche de mi vida.

 

Óscar: (Riendo) Mira que eres exagerado.

 

Lucas: De verdad, Óscar. Llevaba meses soñando con este momento.

 

Óscar: Pues ya está, ¿no?

 

Lucas: Sí.

 

Los dos jóvenes guardan silencio durante unos segundos.

 

Lucas: ¿De verdad estás seguro de esto, Óscar?

 

Óscar: Ya te he dicho antes que sí.

 

Lucas: Ya, pero no quiero tener la impresión de haberte forzado.

 

Óscar: Y no lo has hecho. Te lo he dicho, quiero estar contigo. Con nadie más que contigo.

 

Lucas le mira durante unos segundos, en silencio, hasta que finalmente vuelve a sonreír.

 

Lucas: No sabes cómo me alegra oírte decir eso.

 

Óscar: Sí, lo sé.

 

Óscar le besa.

 

Óscar: Y ahora vamos a dormir, que mañana tenemos que currar.

 

Lucas: No me lo recuerdes.

 

El joven, riendo, se recuesta en el pecho de Lucas, mientras este cierra los ojos sin dejar de acariciarle el pelo.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ANDREA / JARDÍN / NOCHE

 

Hugo acompaña a Alberto hacia la puerta de la verja bajo la única luz que sale de las ventanas de la casa. Los dos caminan en silencio hasta que llegan allí y Hugo la abre.

 

Hugo: Bueno, pues me alegro de haberte vuelto a ver, Alberto.

 

Alberto: Sí, y yo. Y ha sido una noche muy agradable.

 

Hugo: La verdad es que hay que reconocer que al final ha mejorado bastante.

 

Alberto se ríe, divertido, y luego vuelven a permanecer en silencio durante unos segundos.

 

Alberto: Te va bien, ¿verdad?

 

El joven esboza una triste sonrisa.

 

Hugo: No te creas. Pero bueno, todo lo que me ha pasado me lo he ganado a pulso yo solito, como siempre, así que no puedo culpar a nadie más que a mí.

 

Alberto: Ya. Me enteré de lo de Edu. Lo siento.

 

Hugo: Gracias.

 

El silencio vuelve a reinar en el ambiente durante unos segundos, hasta que Alberto suspira.

 

Alberto: La verdad es que te he echado mucho de menos, Hugo. En cuanto te vi tuve que cortar con mi novio, porque no…

 

Hugo no le deja terminar la frase porque le besa apasionadamente. A pesar de la sorpresa inicial, su ex novio le termina correspondiendo. Pasados unos segundos, se separan.

 

Alberto: ¿Esto…?

 

Hugo: (Interrumpiéndole) ¿Quieres quedarte a pasar la noche?

 

Alberto: (Sonríe) Por supuesto.

 

El rubio, contento, vuelve a besarle para después cogerle de la mano y arrastrarle de nuevo hacia el interior de la casa, entre risas.

 

ESCENAS MÚLTIPLES

 

Suena la canción “Que no te pese”, de Vega.

 

Marta, desde el marco de la puerta de la habitación de Esperanza, observa dormir a su hija, con una triste sonrisa.

 

Lidia, desde la calle, observa la casa de la joven, con su ya típica sonrisa cínica dibujada en su rostro.

 

Isra y Aria se besan apasionadamente en el portal de la joven.

 

Jaime, completamente desnudo, penetra con furia a Claudia, de igual manera, agarrada en las estanterías del almacén del “Four”. Coge del pelo a su novio y lo acerca a ella para besarle apasionadamente, mientras él no deja de penetrarla.

 

Lucas ya ha conseguido dormirse. Óscar, recostado en su pecho, tiene los ojos muy abiertos y llenos de lágrimas.

 

Alberto, desnudo, está tumbado en la cama de Hugo, mientras este, también sin ropa, le besa el cuello. Su boca va bajando por su pecho, por su abdomen, hasta que se pierde en su entrepierna y Alberto curva su espalda por el placer.

 

 

CONTINUARÁ…