MANERAS DE VIVIR

Isra está tumbado en su cama, tapado con la manta hasta las orejas. Se oye el ruido de los coches al pasar por encima de los charcos en la calle. Laura se encuentra sentada junto a él, con una taza de té entre sus manos.

LAURA: Vamos, Isra, tómatelo… te sentará bien.

ISRA: (Tapándose al completo) No me apetece nada… además, ¡odio el té!

LAURA: No seas cabezota… tienes que animarte. Llevas así dos semanas, y eso no puede ser bueno.

ISRA: (Destapándose la cara) El tío al que quiero me ha dejado… ¿crees que me importa lo que es bueno o malo en estos momentos?

Laura deja la taza sobre la mesilla, y se levanta.

LAURA: (Suspirando) Tío, eres desesperante… voy a ir al baño, y cuando vuelva, espero que el contenido de esa taza haya disminuido.

Laura se dirige hacia la puerta.

ISRA: ¿Sabes? No te entiendo… (Laura se detiene, y se gira hacia su amigo, extrañada) Lo que te hizo Carlos fue bastante peor que lo que me hizo a mi Edu… y estás tan fresca…

LAURA: Mira Isra… hay que saber tirar para adelante, a pesar de los golpes que te de la vida.

Laura sale del dormitorio, cerrando la puerta tras de si, y Isra se queda ahí solo y pensando en las últimas palabras que le ha dicho su amiga.

Un nuevo y lluvioso día amanece en la ciudad. Hugo y Marta van hacia el instituto, a paso ligero.

HUGO: (Enfadado) ¡Joder, que ganas tengo de que sea verano! ¡Odio la lluvia!

MARTA: (Riendo) Bueno, ya te queda un día menos.

HUGO: (Irónico) Oh, si, Marta, muchas gracias, ahora sin duda, se me hará todo mucho más llevadero.

Marta vuelve a reír, divertida, pero pronto se detiene.

MARTA: Oye Hugo… ¿y que piensas hacer con Edu?

HUGO: (Molesto) ¿Aún sigues dándole vueltas a eso? No pienso hacer nada, ¿vale? No hay nada que hacer.

MARTA: ¿Cómo que no hay nada que hacer? ¿Eres imbécil? Ahora él ya no está con Isra, y está claro que os moláis…

HUGO: Bueno, eso de que yo le mole a él no está tan claro, ¿eh? (Marta le mira, con evidencia) Y que aunque así fuera, me da igual. Él es el ex de Isra, y ahora que parece que las cosas entre él y yo van mejor, no quiero estropearlo por ponerme a salir con su ex.

MARTA: Pero tío, ¿tú te crees que Isra no se da cuenta de lo que pasa? Que no es tonto, ¿sabes?

HUGO: Marta, en serio… creo que no hay más que hablar. Edu y yo somos amigos, y eso, de momento, no va a cambiar.

MARTA: Mira Hugo, el rollito de buena persona empieza a rallar ya un poco… él te mola, tú le molas… deja de pensar en los demás, y piensa un poco en ti.

HUGO: Lo siento Marta, siento ser así, pero no puedo estar con una persona sabiendo que le puedo estar haciendo daño a otra. Y quiero zanjar aquí este asunto, y no volver a hablar del tema, ¿vale?

MARTA: (Suspirando) Tío, eres imposible…

Los dos jóvenes continúan el resto del camino en silencio.

CRÉDITOS: "MY PREROGATIVE" BRITNEY SPEARS
David Gallagher, Maggie Grace, Rupert Grint, Vanessa Hudgens, Jesse McCartney, Jesse Metcalfe, Emma Watson

Capítulo 13
Flores de alquiler


Ya es la hora del recreo. Hugo se encuentra en su clase, pasando unos apuntes en sucio él solo.

EDU: (Desde la puerta) Vaya… que responsable te has vuelto de repente.

Hugo levanta la mirada, y le sonríe.

HUGO: Hola… es que tenía que pasar unos apuntes a limpio, y pedí a Manuel que me dejara quedarme a hacerlo.

EDU: (Sentándose frente al joven) ¿Y te ha dejado? Que le habrás hecho…

HUGO: (Riendo) No, eso solo es para aprobar.

Los dos jóvenes se ríen, contentos.

EDU: Oye, había pensado que igual esta tarde te apetece ir al cine… hay una película que me apetece ver, pero no me apetece ir solo.

HUGO: (Extrañado) ¿En miércoles?

EDU: Bueno, lo digo porque es el día del espectador, y además, no estamos de exámenes ni nada… pero vamos, que si prefieres que vayamos otro día, pues vamos otro día y listo, sin problemas.

HUGO: No, si, vale, vale, tienes razón.

EDU: (Ilusionado) Entonces, ¿vienes? (Hugo asiente, sonriente) ¡Estupendo! Pues… paso a buscarte a las cinco por tu casa.

HUGO: Bueno, no te pilla muy de paso, la verdad… quedamos mejor en la puerta del cine, ¿vale?

EDU: (Levantándose, algo decepcionado) Sí… sí, tienes razón. En las puertas del cine a las cinco y cuarto.

HUGO: (Sin borrar la sonrisa de su cara) ¡Allí estaré!

Edu se despide con la mano, y sale del aula, dejando a Hugo solo, que se recuesta sobre el respaldo de la silla, contento.

Carlos se encuentra en el quiosco, fumándose un cigarro, mientras observa como la lluvia cae sobre el verde césped de la plaza. En ese momento, sus pensamientos son interrumpidos por Lorena, que llega hasta allí con una caja de zapatos entre las manos.

LORENA: (Sonriente) ¡Hola cariño!

CARLOS: ¿Otra vez faltando a la universidad? Lorena…

LORENA: (Tendiéndole la caja) Bueno, solo quería darte esto… y ahora me iré para allí.

Carlos coge la caja, de mala gana, y la abre, viendo unas deportivas, bastante sorprendido.

CARLOS: Joder Lorena, son las que quería… pero valían una pasta.

LORENA: No te preocupes por eso, mi amor.

CARLOS: Oye… últimamente compras mucho… ¿de dónde sacas tanto dinero?

LORENA: (Misteriosa) Eso no se dice… (Carlos la mira, interrogándola) Bueno, vale, tengo mis ahorros… no creo que sea un pecado gastármelos en el chico al que quiero.

CARLOS: Pues me gustaría más que te lo gastaras en ti, la verdad…

LORENA: (Dando un pico a su novio) Anda, no me seas tonto… (Mira su reloj) Bueno, me voy a ir yendo a la universidad. ¿Nos vemos esta tarde?

Carlos asiente, y Lorena, tras despedirse del chico, se marcha. Carlos se queda allí observando las zapatillas, pensativo.

Ya es por la tarde, y la lluvia no ha cesado. Marta se encuentra sentada en el sofá del Four, tomándose una coca-cola ella sola. Parece que espera a alguien, impaciente, cuando ve a Isra y a Laura entrar por la puerta. Tras pedir unos refrescos a David, y que este se los sirva, van hacia allí, sentándose con ella en el sofá.

MARTA: (Dirigiéndose a Isra) Vaya… veo que has decidido salir de tu encierro.

Isra le responde con una sonrisa.

LAURA: Me ha costado convencerle… pero ya le he dicho que es una estupidez que vaya al instituto, donde se tiene que cruzar con Edu continuamente, y no venga aquí, que Edu tiene danza y no lo va a ver.

Marta va a hablar, pero se ve interrumpida por Isra.

ISRA: Porque no va a venir, ¿verdad?

MARTA: No, ha quedado con Hugo para ir al cine.

Laura le da un codazo a su amiga, pero Isra se da cuenta de todo.

ISRA: (Extrañado) ¿Con Hugo? ¿Qué pasa, que son súper amigos ahora, o que?

LAURA: (Mintiendo descaradamente) No, bueno, es que… es una película que solo querían ver ellos dos, a mí me han preguntado también si quería ir, pero… bueno, no me gusta la película, y no voy a gastar dinero tontamente…

ISRA: (Sin creer a su amiga) Ya, eso será… seguro…

Isra se queda pensativo, mientras Laura lanza miradas asesinas a Marta, que se da cuenta de que ha metido la pata.

Es de noche. Edu y Hugo salen del cine, riendo. La lluvia ya ha cesado, y los dos jóvenes caminan hacia su casa. Van comentando la película, hasta que llega el momento de separarse.

HUGO: (Señalando hacia una dirección) Bueno… yo me voy a ir yendo ya para casa, que se ha hecho tarde, y mañana hay que madrugar.

EDU: ¿Quieres que te acompañe?

HUGO: No… no hace falta, gracias.

EDU: (Sonriente) Bueno, pues nada… me lo he pasado muy bien.

HUGO: Sí, yo también.

Los dos jóvenes se quedan en silencio, sonriendo y mirándose a los ojos fijamente. Edu empieza a acercarse lentamente a su amigo, dispuesto a besarle, pero este se aparta.

HUGO: (Nervioso) Bueno, pues… nos vemos mañana, adiós.

Hugo se va rápidamente de allí, sin darle tiempo al chico a que diga nada.

EDU: (Enfadado) ¡Mierda!

Edu se marcha, por el lado contrario al que se ha ido su acompañante.

Laura regresa a su casa, después de pasar toda la tarde en el Four junto a Isra y Marta. Cuando se dispone a abrir la puerta del jardín, nota una presencia a su espalda.

JORGE: (Voz en off) Laura, ¿verdad?

Laura se gira, asustada, y se encuentra frente a frente con el joven.

LAURA: (Extrañada) ¿Nos conocemos?

JORGE: No… no hemos tenido el placer. Soy Jorge, y bueno, digamos que… fui la relación alternativa para Lorena mientras estaba con Carlos.

LAURA: (Dándose cuenta) ¡Ah, ya, joder! Ya caigo… y bueno, ¿puedo ayudarte en algo?

JORGE: Realmente, creo que el hecho es ayudarnos mutuamente. (Laura le mira, sin entenderle) Creíais que engañabais a todo el mundo, pero no. Sé que Carlos y tú estabais juntos.

LAURA: (Nerviosa) ¿Y tú como sabes eso?

JORGE: (Sonríe) Uno que tiene sus fuentes…

LAURA: Oye, mira, lo siento, pero… creo que no quiero seguir hablando contigo.

Laura se dispone a abrir la puerta, pero Jorge la detiene.

JORGE: Vaya… cuando oigas lo que te tengo que decir, seguro que si que quieres que continuemos.

LAURA: (Cada vez más nerviosa) Mañana tengo instituto, es tarde, y tengo que madrugar… de verdad, lo siento.

JORGE: Está bien, en ese caso, seré breve… mira, yo quiero a Lorena todavía, y es evidente que tú también quieres a Carlos.

LAURA: (Borde) No me he quedado para escucharte decir cosas que ya sé.

JORGE: (Insinuante) ¿Sabes? Me ponen mucho las tías bordes como tú… (Laura le mira con cara de asco, y este se ríe) está bien, está bien… era una coña. A lo que iba: si los dos todavía les queremos… ¿por qué no nos unimos? Es decir, la unión hace la fuerza, ¿no? Hagamos que se separen… han tenido tantas crisis, que no será difícil crearles una más.

Laura se queda mirando al joven, sin saber que contestar.

Un nuevo día ha amanecido en la ciudad. Leves rayos de sol se escapan de entre las nubes. Marta, Hugo y Laura están sentados en el banco del parque en el que se sitúan siempre, esperando que Edu e Isra salgan, lo cual este segundo hace pronto.

MARTA: Joder, si os ha costado salir hoy…

ISRA: Buah, el hijo de puta de Manuel… que nos ha puesto un examen sorpresa.

HUGO: ¿Y Edu aún lo está haciendo?

ISRA: (Borde) Pues si no está aquí, creo que es algo evidente.

Hugo mira a Marta, extrañado por la contestación de su amigo, y la joven le mira, resignada.

LAURA: Bueno, pues con lo que es Edu, seguro que se pega todo el recreo haciéndolo… podríamos ir a la cafetería, que tengo hambre.

ISRA: (Irónico) No, por favor… a ver si va a salir Edu, y no sabe donde estamos, ¿verdad, Hugo? (el joven le mira, sin entender nada) Por cierto, ¿qué tal ayer en el cine? ¿Os lo pasasteis bien?

HUGO: (Sonríe) Vale, es eso… estás celoso, ¿no?

ISRA: ¿Celoso yo? ¿Y por qué iba a estar celoso? ¿Por qué nada más cortar con mi novio, mi amigo aprovecha, y se lanza encima de él para follárselo? Que cosas tienes, de verdad.

HUGO: (Levantándose) Mira tío, no sabes la de gilipolleces que acabas de decir… pero paso de seguir oyendo más… cuando estés más tranquilito, hablamos.

Hugo se marcha de allí, intento parecer digno, pero dejando notar su preocupación en la mirada. Isra se gira hacia sus amigas.

ISRA: Encima se hace él el ofendido… ¡no me jodas!

MARTA: Hombre, reconoce que un poco si que te has pasado…

ISRA: (Enfadado) ¡Lo que me faltaba! Que encima vosotras os pusierais de su parte… iros a la mierda.

Isra también se marcha, y Marta y Laura se miran entre ellas, confundidas.

LAURA: Parece que nunca habrá manera de que reine la paz entre nosotros…

Marta niega con la cabeza, resignada.

Edu llega a casa, tras pasar la mañana en el instituto. Se dirige a su dormitorio a dejar la mochila, y va a la cocina, donde se encuentra a su madre fregando.

EDU: (Dando un beso en la mejilla a la mujer) Hola mama.

El joven se sienta en la mesa, y empieza a comer del plato que ya estaba preparado.

MÓNICA: Esta mañana me encontré con Olga en el súper.

EDU: (Con la boca llena) ¿Olga? ¿La madre de Isra?

MÓNICA: La misma… y por favor, no me seas cerdo, hijo, que te hemos dado una educación.

EDU: (Tragando) Perdona… ¿y que te ha dicho?

MÓNICA: Pues le pregunte por como estaba Isra… y me dijo que muy mal, y que todo gracias a ti. Tendrías que haber visto el numerito que me montó.

EDU: (Molesto) ¿Y a que coño se tiene que meter ella donde no la llaman?

MÓNICA: Bueno, también es normal que esté afectada… es su hijo.

EDU: Bueno, pero aún así… no tiene ningún derecho a dejarte a ti en ridículo delante de todo el mundo.

Mónica se seca las manos, y se sienta frente a su hijo, mirándolo curiosa.

MÓNICA: Oye… ya sabes que no me gusta meterme en tus cosas, y si no me quieres contestar, no me contestes, pero… ¿por qué dejaste a Isra?

EDU: (Suspira) Simplemente, porque creía que le quería como él a mí… pero no era así.

MÓNICA: (Sonríe) Ya… y no tendrá nada que ver un jovencito llamado Hugo, ¿no?

Edu mira sorprendido a su madre, y los dos se sonríen, con complicidad.

Lorena está en su dormitorio, sentada frente al escritorio, estudiando. En la calle, empieza a anochecer, y varias gotas de lluvia empiezan a caer de nuevo. De pronto, el móvil de Lorena, el cual tiene a su lado, empieza a sonar. La joven, sin mirar siquiera quien es, lo coge.

LORENA: ¿Sí?... ¿Qué quieres?... no, yo ya no quiero nada más, ya te lo dije… si, esta vez es definitivo… lo he dejado, si… ¿Qué? No, perdona, pero tú y yo… no, yo ya te pagué todo lo que te debía… no, lo siento pero no, búscate un nuevo pardillo, porque yo ya no voy a estar disponible. Adiós.

Lorena cuelga rápidamente, con miedo. Deja el móvil de nuevo sobre el escritorio, y se dispone a continuar con sus estudios, pero le resulta imposible, y empieza a llorar silenciosamente.

Olga se encuentra en el baño, cambiándose para irse a trabajar al turno de noche, cuando suena el timbre. Se termina de poner la camiseta, y se dirige hacia la puerta. Cuando la abre, se encuentra con Edu.

EDU: (Borde) Hola.

OLGA: Hola Edu… oye, no es por ser desagradable, pero dudo mucho que Isra quiera verte ahora.

EDU: No, si no he venido a ver a Isra… he venido a verla a usted.

OLGA: (Sorprendida) ¿A mí? Pues lo siento… pero me tengo que ir a trabajar en menos de cinco minutos…

EDU: No sé preocupe, seré breve… verá, es que mi madre me ha comentado lo que paso esta mañana en el súper.

OLGA: (Divertida) ¿Vienes a pedirme explicaciones?

EDU: No… solo vengo a decirle, que los problemas entre su hijo y yo, son eso, problemas entre nosotros. Usted no se tiene porque meter en medio… y si me quiere decir algo, me lo dice a mí a la cara, y se evita el quedar como una loca delante de todo el mundo… fui breve, ¿verdad? Adiós.

Edu se marcha, y Olga cierra la puerta, bastante impactada por las palabras del joven. Isra aparece por el pasillo.

ISRA: ¿Ese no era Edu?

OLGA: (Nerviosa) ¿Ese? ¿Quién?

ISRA: El que acaba de irse…

OLGA: ¿Eh? Ah… (Sonríe falsamente) No… no, que va… simplemente se habían confundido de piso.

ISRA: (No muy convencido) Ah… bueno, pues voy a acostarme a ver si duermo algo esta noche. Que te sea leve en el trabajo… hasta mañana.

OLGA: Hasta mañana, cariño… descansa.

Isra se vuelve a meter en su dormitorio, mientras Olga permanece parada en el pasillo, pensativa.

Ya es completamente de noche. La lluvia ya ha cesado de nuevo, y Laura se dirige hacia su casa, a paso ligero. Empieza a oír pasos tras ella, y, sin girarse, acelera todavía más su paso, hasta que alguien le coge del brazo.

JORGE: Tenemos que hablar.

LAURA: (Nerviosa) Joder, cada vez que apareces, me asustas… no creo que cueste tanto aparecer como la gente normal.

JORGE: (Riendo) Pues no es mi intención, desde luego.

LAURA: Eso espero…

JORGE: Bueno… ¿pensaste en lo que te propuse ayer?

LAURA: Sí… verás Jorge, yo quiero a Carlos, lo quiero con toda mi alma… pero lo que más me importa es que él sea feliz. Y si va a serlo con Lorena, lo único que puedo hacer es alegrarme, y no meterme en la relación.

JORGE: (Decepcionado) Pero no lo van a ser… y lo sabes.

LAURA: Sí, lo sé… pero dejaré que se de el batacazo él solo… a ver si con uno más, ya se da cuenta.

JORGE: Mira, con tu ayuda o sin tu ayuda, voy a hacer que se separen… aunque me resultaría mucho más fácil con tu ayuda, desde luego.

LAURA: Pues tendrás que arreglártelas tú solo… Lo siento. Mucha suerte, porque te hará falta…

Laura retoma su camino, orgullosa de seguir siendo una buena persona, mientras Jorge la observa durante un rato, para después girarse, y marcharse por el lado contrario.

Al día siguiente, el sol por fin se deja ver sobre la ciudad, tras varios días sin hacerlo, aunque el frío sigue siendo similar. Hugo va corriendo, apurado, por los pasillos del instituto, cuando se cruza con Manuel.

MANUEL: (Borde) Por favor, por los pasillos no se corre…

HUGO: (Deteniéndose) Ah, si claro, perdone…

Manuel se aleja de allí, y cuando Hugo le pierde de vista, vuelve a correr de nuevo. Cuando coge la curva del pasillo, se choca con Edu, tirándole todos los libros que llevaba entre los brazos.

HUGO: (Agachándose para ayudarle a recoger) ¡Mierda! Perdona…

EDU: (Sonriente) No te preocupes… ¿a dónde ibas tan deprisa?

HUGO: A la biblioteca… están a punto de cerrarla, y tengo que devolver este libro hoy… no quiero que me apunten en la lista de morosos.

Edu ríe, y terminan de recoger los libros en silencio. Cuando terminan, los dos jóvenes se levantan a la vez, sonriéndose.

EDU: Oye, estaba pensando… ¿tienes planes para esta noche?

HUGO: ¿Para esta noche? (Piensa durante unos segundos) Mmm… no, ¿por?

EDU: (Nervioso) Bueno, había pensado… no sé si te apetecerá, pero ir a cenar, y luego a dar un paseo por la playa, hoy que parece que no va a llover… es que no me apetece quedarme un viernes por la noche en casa…

HUGO: (Sin saber como decirlo) Pero eso suena como muy…

EDU: (Interrumpiéndole) Bueno, los amigos también salen a cenar, ¿no? Sobre todo a los Bocattas.

Los dos jóvenes ríen.

HUGO: Bueno, pues no veo porque no… ¿a las nueve en el parque?

EDU: (Ilusionado) Claro… claro, allí estaré.

HUGO: (Sonríe) Perfecto… hasta luego.

Edu se despide del joven con la mano, y cuando lo pierde de vista, se pone a saltar, contento.

Ya es por la tarde. Marta se encuentra tumbada en la cama de Alfonso. Su cuerpo desnudo esta tapado por una fina sábana blanca. Alfonso sale del baño que hay en la habitación, en calzoncillos, y se tumba al lado de la joven.

ALFONSO: Me alegro mucho de que estés aquí, Marta… en poco más de un mes, te has convertido en una persona muy importante para mí.

Marta le responde con una sonrisa, y empiezan a besarse apasionadamente.

Las campanadas de la iglesia indican que son las doce de la noche. Hugo y Edu pasean por la playa, charlando y riendo como dos viejos amigos que hace mucho que no se ven.

EDU: Me caías súper mal al principio… no te podía ni ver, eras un borde.

HUGO: Y lo sigo siendo… con la gente que no me importa serlo. (Los dos vuelven a reír de nuevo) Oye… lo siento, pero estoy agotado… creo que me voy a ir yendo para casa.

EDU: Vale, pues te acompaño. (Hugo se dispone a hablar, pero el chico no se lo permite) Y hoy no admito un no por respuesta.

HUGO: (Sonríe) Vale… está bien. Eres un cabezota, ¿lo sabías?

Edu asiente, y los dos se ríen. Permanecen en silencio unos segundos, pensando cada uno en sus cosas.

EDU: (Nervioso) Oye Hugo… llevo unos días queriéndote decir algo…

HUGO: Bueno, pues dime. Soy todo orejas.

EDU: Mira… (Deja escapar una risita nerviosa) es que tú… yo… a mí, tú… es que… verás, yo…

HUGO: (Serio) Déjalo Edu.

EDU: (Extrañado) Pero si no te he dicho nada…

Hugo se detiene, y mira a su amigo a los ojos.

HUGO: Mira, tú eres el ex de Isra, y él es mi amigo. Él todavía te quiere, eso es evidente… y lo que menos quiero es que nadie sufra. Me encantaría besarte aquí mismo, si, porque yo también te quiero… pero no puedo. Lo siento…

EDU: (Molesto) ¿Y por qué no dejas de pensar en él y piensas un poco en nosotros? ¿En lo felices que podríamos ser?

HUGO: (Sin saber que contestar) Creo que será mejor que vaya yo solo hasta casa… adiós Edu.

Sin obtener respuesta, Hugo comienza a alejarse de allí, mientras varias lágrimas recorren sus mejillas.

Carlos gira la esquina de la calle, dirigiéndose rápidamente hacia el final de esta, donde se encuentra su casa. Alguien le sigue, y él lo sabe. Se gira, y, a pesar de no ver a nadie, aligera más sus pasos. Continúa así hasta que llega a su portal. Nervioso, lo abre, y entra, suspirando. Vuelve a cerrar con llave, y tras permanecer inmóvil durante unos segundos, sube las escaleras de dos en dos para llegar cuanto antes a su casa. En la calle, Jorge observa todo esto desde la otra acera, sonriendo maliciosamente.

CONTINUARÁ...