MANERAS DE VIVIR

.- Mientras Andrea va hablando, vamos viendo las imágenes relatadas bajo sus frases, y de fondo suena “Bring me to life”, de Evanescence.

ANDREA: (Off) Cuando llegas nueva a una ciudad, conoces a multitud de gente. Gente muy distinta a ti, pero a los que enseguida terminas adorando. Gente que te demuestra con hechos insignificantes que van a estar ahí tanto para lo bueno como para lo malo.

Andrea, Hugo y Edu se encuentran sentados en uno de los sofás del Four charlando tranquilamente, mientras se toman unos refrescos.

ANDREA: (Off) También están esas personas que aunque apenas las conoces, sabes que guardan bastantes secretos para ellos mismos.

Marta y Jorge van paseando por la calle, cogidos de la mano. En ese momento, se cruzan con Claudia, la que sonríe al joven y este le responde, mientras Marta les mira, celosa.

ANDREA: (Off) Esas que están dispuestas a hacer cualquier cosa por la persona a la que aman.

Laura y Carlos están sentados en el salón del piso del chico. En un momento dado, este se levanta, y se dirige hacia la cocina. Es entonces cuando Laura saca de su bolsillo un fajo de billetes, y lo deja bajo una revista.

ANDREA: (Off) Y esas otras que a pesar de creer estar rodeados de gente, se sienten completamente solas.

Está anocheciendo, e Isra pasea solo por el parque mientras empiezan a caer finas gotas de lluvia. Los ojos del chico están llenos de lágrimas.

.- Las clases están a punto de comenzar un día más. Edu, Hugo, Andrea y Laura se encuentran sentados en las escaleras de la entrada, charlando entre ellos mientras esperan a que la sirena les de la indicación para entrar.

LAURA: Bueno, entonces iréis a la fiesta, ¿no?

ANDREA: Yo por supuesto. Nunca me pierdo una fiesta, y menos la de Halloween.

Edu mira a Hugo, curioso.

EDU: Nosotros también iremos, ¿no?

HUGO: (Sonríe) Yo sí, tú haz lo que quieras.

EDU: Idiota.

Hugo se ríe, y la joven pareja se empieza a besar.

LAURA: Joder tíos, ¿queréis que os traigamos una cama ya de paso?

ANDREA: (Divertida) Déjalos, déjalos, no les cortes el royo.

La pareja se separa, y Edu mira a Andrea.

EDU: A ti esto te pone, ¿verdad?

ANDREA: ¡Serás imbécil!

Los cuatro amigos se empiezan a reír, divertidos, cuando Manuel pasa por su lado, bastante estresado.

MANUEL: Buenos días, chicos.

EDU y LAURA: Hola Manuel.

El hombre entra al instituto, y Andrea y Hugo se miran, sin poder aguantarse la risa.

ANDREA: ¿Habrá venido en autobús?

HUGO: Supongo que no le habrá quedado otro remedio.

Los dos jóvenes se siguen riendo sin parar, y Laura y Edu se miran, extrañados.

LAURA: ¿Y a estos que coño les pasa?

EDU: Pues no lo sé, pero miedo me dan…

LAURA: Un poco, sí.

Ambos vuelven a mirar a sus dos amigos, los cuales les terminan contagiando la risa, a pesar de no saber que es lo que les ha llevado a estar así.

TÍTULOS DE CRÉDITO: "Have a nice day" Bon Jovi
Kristen Bell, David Gallagher, Rupert Grint, Vanessa Hudgens, Jesse McCartney, Jesse Metcalfe, Hayden Panettiere, Emma Watson.

Capítulo 32.
El ángel de la muerte


.- A pesar de que el moderno reloj de la pared marca las doce del mediodía, la persiana del local está completamente bajada. Una tenue luz ilumina el lugar, el cual se ve más despejado que de costumbre. El calendario marca el día treinta y uno de octubre. David está barriendo el suelo, mientras de fondo suena la canción “Hasta nunca”, de La Fuga. En ese momento, Claudia aparece por la puerta del almacén, y mira todo, sorprendida.

CLAUDIA: Vaya, pues si que has avanzado, ¿no?

DAVID: (Sonríe) Buenos días.

La joven se quita el abrigo, dejándolo sobre la barra, y se acerca a su compañero.

CLAUDIA: Joder tío, no me gusta nada entrar por el almacén, te llenas de mierda. ¿En que te ayudo?

DAVID: Puedes ir hinchando los globos si quieres.

CLAUDIA: (Sorprendida) ¿Globos en una fiesta de Halloween?

DAVID: ¿Qué pasa?

CLAUDIA: No, nada, nada. Si te han encargado a ti que te encargues de la fiesta, será por algo.

DAVID: Claudia…

La joven se ríe, ante la sorpresa de su compañero.

CLAUDIA: Vale, pero no te enfades.

DAVID: (Suspira) No, no me enfadaré. ¿Qué pasa?

CLAUDIA: Pues que los globitos, y todo esto que estás preparando, es ridículo para Halloween.

DAVID: Ya, ¿y que propones?

CLAUDIA: (Sonríe) Déjamelo a mí.

DAVID: Pero…

CLAUDIA: En serio, David, déjame que yo me encargue de esto. Tú no te preocupes de nada.

David piensa durante unos segundos, y luego suspira.

DAVID: Vale, está bien. Pero al menos dime que hago, ¿no?

CLAUDIA: No hace falta, puedes hacer lo que quieras. Ir a darte una vuelta, ir a casa a descansar…

DAVID: (Extrañado) ¿No necesitas ayuda?

CLAUDIA: No, vete tranquilo.

DAVID: Muy bien, pues entonces esta noche nos vemos. Chao.

CLAUDIA: Hasta luego.

El chico se dirige hacia el almacén, pero antes de entrar se gira y mira a su compañera.

DAVID: Por cierto Claudia, ¿has pensado algo sobre lo que hablamos el otro día?

CLAUDIA: (Sonríe) Si te portas bien esta noche, tendrás tu respuesta.

David mira a la joven, extrañado, y luego se empieza a reír.

DAVID: A saber lo que tienes pensado… hasta luego.

El chico se mete al almacén, y Claudia esboza una ligera sonrisa.

CLAUDIA: Sí tú supieras…

.- Es la hora del recreo. Edu, Isra y Laura están sentados en uno de los bancos del parque. Los dos jóvenes permanecen en silencio, cuando Laura cuelga su móvil.

LAURA: Era Claudia, que vosotros no cogíais el teléfono.

ISRA: Lo tengo en silencio.

EDU: ¿Qué te ha dicho?

LAURA: Que David ya es nuestro. Ahora solo nos queda convencer a Andrea.

EDU: Sí, y eso tendrá que hacerlo Hugo. Es el que más confianza tiene con ella, y tampoco nos podemos arriesgar mucho, porque sino, nos pillarán.

LAURA: Vale, ¿y quien va a ir a prepararlo todo? Claudia está con el Four, Carlos curra, nosotros tenemos instituto…

ISRA: Iremos tú y yo.

LAURA: (Irónica) Vaya, gracias. Me encanta estar informada de lo que voy a hacer en cada momento, y más cuando no lo sé ni yo.

Isra se ríe, cuando Edu a lo lejos ve acercarse hacia ellos a Hugo y Andrea.

EDU: Chicos, disimulad que vienen. Yo ahora me llevaré a Hugo y se lo contaré todo para que pueda hablar con ella.

ISRA: Vale, muy bien. Por cierto, ¿os habéis enterado de lo de la chica de primero de ESO?

LAURA: ¡Ostia, sí, que fuerte!

EDU: (Extrañado) ¿El qué, que ha pasado?

Los tres jóvenes siguen hablando sobre el tema, y Hugo y Andrea no tardan demasiado en unirse a ellos.

.- Las clases ya terminaron por hoy, y Marta sale sola del instituto. Al otro lado de la valla puede observar a Jorge esperándola, y sonriendo, corre hacia él. Se dan un beso.

MARTA: Vaya, esto si que es una sorpresa.

Jorge sonríe, y la pareja comienza a andar.

JORGE: Sí, es que me apetecía verte.

MARTA: ¿Solo eso?

JORGE: Bueno… la verdad es que también tenía que comentarte una cosa.

La pareja se ríe, divertida.

MARTA: A ver, dime.

JORGE: Mira, esta mañana he estado hablando con Carlos, y…

MARTA: (Interrumpiéndole) ¿Otra vez no has ido a la universidad? A este paso no vas a acabar la carrera en la vida.

JORGE: Por favor, no seas como mi madre.

MARTA: (Riendo) Vale, anda, dime lo que te ha dicho Carlos

JORGE: Sí, pues mira, me ha dicho que están preparando una fiesta en el Four para esta noche, y que nos pasemos. Pero hay que ir disfrazados.

MARTA: Sí, a mí Isra también me lo ha dicho, pero yo no voy a ir.

JORGE: No será por Hugo, ¿verdad?

MARTA: (Irónica) ¿Cómo lo has sabido?

JORGE: Pues sinceramente cielo, creo que deberías ir. Es una buena oportunidad para intentar arreglar las cosas con él, ¿no crees?

Marta mira a su novio, molesta.

MARTA: ¿Quieres que lo intente otra vez?

JORGE: El que la sigue la consigue, ¿no? Pues ya está. Además, me da rabia que estés así con el que fue tu mejor amigo.

MARTA: Bueno, pero ese es mi problema.

JORGE: Te equivocas Marta. Somos una pareja, y como tal, tus problemas son los míos.

Marta mira a su novio, y le sonríe, agradecida.

MARTA: No sé, es que ya creo que es imposible. Nada volverá a ser como antes.

JORGE: Ya lo hemos hablado, Marta. Nada es imposible, vuelve a intentarlo.

La joven piensa durante unos segundos, y luego sonríe de nuevo a su novio.

MARTA: Quizás tengas razón… pero es la última vez que voy a intentarlo, y para impedir eso no vas a poder hacer nada.

JORGE: Por lo menos he conseguido convencerte esta vez.

Los dos se ríen, divertidos.

.- Ya es por la tarde. De la radio suena la canción “Duerme conmigo”, de Marea. Hugo se encuentra en su dormitorio, frente al espejo que hay colocado tras la puerta del armario. Se está pintando los ojos de negro, imitando unas ojeras, cuando la puerta se abre sin previo aviso, dando paso a Edu.

EDU: Joder, estás guapo hasta con unas ojeras mal pintadas.

Hugo mira mal a su novio, mientras este vuelve a cerrar la puerta.

HUGO: Vete a la mierda.

EDU: (Riendo) Anda, ven que te echo una mano, porque si no vas a dar risa en vez de miedo.

Hugo intenta parecer molesto, pero no lo consigue y pronto sigue a su novio con las risas, pero se detienen ambos para que el chico le pinte sin dificultad.

EDU: Por cierto, ¿has hablado con Andrea?

HUGO: Sí, sí. He hablado con ella, y va a ir a la fábrica. Pero que sepas que no me parece ni medio bien lo que vais a hacer.

EDU: Chico, no te lo tomes así. Es solo una broma, es… como una iniciación para entrar al grupo.

HUGO: ¿A qué grupo?

EDU: (Suspira) Bueno, para que pueda venir con nosotros.

HUGO: A mí no me hicisteis nada así.

Edu se queda callado durante unos segundos, sin saber que responder, pero luego se ríe.

EDU: Es que no lo permití. Me gustaste desde el principio.

Hugo sonríe, y se dan un pico.

HUGO: Pues gracias por la parte que me toca.

EDU: (Riendo) No seas pelotero, que aún estamos a tiempo.

HUGO: (Irónico) Que miedo me dais.

Ambos se ríen, y Edu termina de maquillarle las ojeras.

EDU: Perfecto.

HUGO: Gracias. Oye, ¿y a David por qué se lo hacéis?

EDU: Bueno, David es un daño colateral para que Andrea no se sienta sola.

Edu se sienta en la cama, y Hugo sobre sus piernas, de frente y sonriendo.

HUGO: Que considerados…

EDU: Sí, lo somos.

Hugo se ríe, y los dos jóvenes se besan apasionadamente, mientras se van desnudando poco a poco.

EDU: Vamos a llegar tarde…

HUGO: No creo que vayamos a ser los únicos.

Ambos se miran, sonrientes, y vuelven a besarse, ya sin camisetas de por medio.

.- Ya está anocheciendo. Laura, disfrazada de “Miércoles”, e Isra, de fantasma, caminan por la harinera, ya abandonada desde hace más de veinte años. Alumbran todo con una linterna. Está todo completamente negro. En el suelo hay algunas tumbas, y una gran cantidad de hierbas. Miran todo, algo asustados.

ISRA: Lo hemos dejado bastante bien, ¿no?

LAURA: Desde luego. ¡Me da miedo hasta a mí!

Los dos amigos se ríen, divertidos.

LAURA: Oye, ¿tú no crees que nos estamos pasando un poco con todo esto?

ISRA: Para nada. Seguro que mañana vamos a estar todos riéndonos de todo, de lo bien que nos lo hemos montado nosotros, y de lo mucho que se han acojonado ellos.

LAURA: Ya…

Isra mira a la chica, preocupado.

ISRA: Oye, ¿estás bien? Llevas toda la tarde así como pocha.

LAURA: Sí, no te preocupes. No pasa nada.

ISRA: Pues me alegro, porque esta noche es muy especial.

LAURA: Bueno, es la noche de los muertos, y la celebramos todos los años. Yo ya he dejado de verle algo especial, la verdad.

ISRA: (Sonríe) No, no me refiero a eso.

Laura mira a su amigo, extrañada y esperando a que se lo aclare, y el chico se ríe.

ISRA: Mira, desde que volví del pueblo en septiembre, me estoy dando cuenta de muchas cosas. Y la verdad es que creo que ha llegado el momento de aclararlas.

LAURA: (Suspira) ¿Otra vez vas a empezar con Edu y Hugo?

ISRA: Para nada. Eso está ya más que superado. Es otra cosa.

LAURA: Vale, ya basta. Dime que es lo que pasa, y no me dejes con la mierda en la boca.

Isra se ríe, divertido.

ISRA: Cuando llegue el momento y si todo sale bien, ya lo sabrás.

LAURA: (Suspira) Vamos, que me vas a dejar con la mierda en la boca, ¿no?

ISRA: Sí, creo que sí.

LAURA: Cabrón.

Los dos jóvenes se echan a reír de nuevo, mientras siguen andando.

.- Ya es completamente de noche. Suena de fondo la canción “Good Enough” de Evanescence. Claudia, disfrazada del ángel de la muerte, se encuentra tras la barra sirviendo copas, mientras el local está lleno de gente. Edu, disfrazado de momia, y Hugo, de la muerte, se acercan hasta su amiga avanzando a duras penas entre la multitud.

EDU: Joder, no esperaba que viniese tanta gente.

CLAUDIA: Lo sé, yo tampoco. Si lo llego a saber, no hubiese permitido que le hicierais la broma a David. Ahora me tengo que quedar aquí yo sola.

HUGO: ¿Quieres que te ayude?

CLAUDIA: (Extrañada) ¿Tú?

HUGO: Bueno, estuve ayudando a David este verano, y tampoco se me dio tan mal.

Claudia mira a su amigo, dudosa.

EDU: Hazle caso, se le da bastante bien.

CLAUDIA: (Suspira) Bueno, está bien… pero espero no arrepentirme, ¿eh?

El chico sonríe mientras salta la barra para situarse junto a Claudia.

HUGO: No lo harás, te lo aseguro.

.- Andrea está en el exterior de la harinera, con una linterna entre sus manos. Mira hacia la fábrica, asustada. Coge su teléfono, y marca el número de Hugo, pero no obtiene respuesta, por lo que suspira. Cuando nota una luz tras ella, se gira asustada, encontrándose frente a David.

ANDREA: ¡Joder, podrías intentar ser un poco más escandaloso! ¡Me has asustado!

DAVID: Lo siento, no era mi intención.

ANDREA: Hombre, ya me lo imagino. ¿Vienes a la fiesta?

DAVID: Sí…

David mira a su alrededor, pensativo.

DAVID: Me dijo Claudia que la organizaría aquí, pero…

ANDREA: … no parece que haya ninguna.

DAVID: No.

Los dos jóvenes se quedan mirando, sin saber que hacer.

DAVID: ¿Y si nos vamos? Seguramente haya sido una broma…

ANDREA: ¡Eso es, joder! ¡Es una broma!

DAVID: (Suspira) Sí, es lo que acabo de decir. ¿Nos vamos?

ANDREA: Ni de coña.

DAVID: ¿No?

Andrea sonríe, pícara.

ANDREA: Si quieren guerra, la van a tener. ¡Sígueme!

La chica coge del brazo a David, y le arrastra hacia el interior, ante la sorpresa de este. Laura e Isra salen de detrás de la esquina, sonriendo divertidos.

LAURA: Se piensan que nos la van a meter.

ISRA: Ventajas de que las bromas sean automáticas.

Los dos chicos se ríen malévolamente, y cierran la puerta de un golpe, poniendo un palo para que no pueda abrirse desde dentro. Andrea y David, en el interior y completamente a oscuras, se giran hacia allí, algo asustados.

DAVID: ¿Estás segura de esto?

Andrea mira al chico, sin saber que decir.

.- Suena la canción “Angels”, de Within Temptation. El local está lleno de gente disfrazada que baila, o simplemente charlan entre ellos. En ese último grupo se encuentran Edu e Isra, cercanos a la barra, mientras Hugo les mira desde allí, celoso. Claudia se acerca a su amigo por detrás.

CLAUDIA: Tienes que dejar de obsesionarte con el tema.

HUGO: (Extrañado) ¿Qué?

CLAUDIA: Que no te rayes con Edu e Isra. No tienes motivos.

HUGO: Lo que hubo entre ellos fue especial.

CLAUDIA: Y lo que hay entre vosotros también, Hugo. Déjalo pasar.

Claudia se dirige a otra parte de la barra a atender a una joven que acaba de llegar, mientras Edu, que se percata de que su novio les está observando, le saluda con la mano, y este se lo devuelve, sonriendo falsamente.

.- David y Andrea caminan por allí, a oscuras. La joven va agarrada del brazo del chico, asustada, mientras este avanza bastante decidido. En ese momento, unas luces rojas se encienden, dándose así cuenta de que están rodeados de musgo y tumbas.

ANDREA: (Asustada) ¡Joder!

DAVID: Vaya, me decepcionas. Creía que eras más valiente.

ANDREA: ¡Vete a la mierda!

David se empieza a reír, pero en ese momento se empiezan a escuchar sonidos de búhos y murciélagos, lo que sobresalta al joven esta vez.

DAVID: ¡Mierda!

Andrea se ríe, divertida.

DAVID: Oye, ¿cuál era tu plan para que ellos cayeran en su propia trampa?

ANDREA: Eso ya no importa. Probablemente, ni siquiera estén aquí.

DAVID: (Irónico) Perfecto. ¿Y entonces que coño hacemos?

La chica le mira, sin saber que responder.

.- Suena la canción “My inmortal”, de Evanescence. El lugar continúa plagado de gente, mientras Hugo y Claudia trabajan sin parar. En ese momento, Marta y Jorge entran al lugar cogidos de la mano, sin ir disfrazados. La chica se percata de la presencia de Hugo en la barra.

MARTA: Cariño, espera un momento, ¿vale? Voy a hablar con Hugo.

JORGE: (Sonríe) Claro, tómate el tiempo que necesites.

MARTA: Gracias.

La joven se dirige hacia la barra, mientras su novio se pierde entre la multitud. Hugo ve a la joven, pero prefiere ignorar su presencia hasta que Claudia se acerca a él.

CLAUDIA: Ves a atenderla.

HUGO: Paso, ves tú.

CLAUDIA: Hugo, por muchos problemas que tengáis, es una cliente más, y hay que tratarla como tal.

HUGO: Ya, pero yo no trabajo aquí normalmente.

CLAUDIA: ¿Me voy a tener que replantear el necesitar tu ayuda?

HUGO: (Suspira) Vale, está bien…

El chico se dirige hacia Marta, ante la orgullosa mirada de Claudia.

HUGO: ¿Qué te pongo?

MARTA: La verdad es que simplemente quería hablar contigo.

HUGO: Lo siento, pero aquí nos pagan por poner bebidas, no por escuchar disculpas de clientes una y otra vez.

El chico hace el amago de marcharse hacia otro punto de la barra.

MARTA: ¡Hugo espera!

HUGO: Por favor Marta, dejemos las cosas así, ¿sí?

El muchacho se aleja, ante la cara de decepción de la que una vez fue su amiga. Isra, que lo ha presenciado todo desde una distancia prudencial, se acerca a la chica.

ISRA: ¿Estás bien?

Marta sonríe de mala gana.

MARTA: Todo lo bien que se puede estar sabiendo que tu mejor amigo pasa de ti como de la mierda.

ISRA: No te preocupes. Algún día se dará cuenta de la amiga que ha perdido.

MARTA: Lo verdaderamente triste es eso. Que realmente no ha perdido tanto.

ISRA: ¿Te parece poco perder a su mejor amiga?

MARTA: Gracias Isra, pero no hay manera. Voy a buscar a Jorge, ¿vale? Gracias.

Isra sonríe a la chica, y esta también se pierde entre la multitud, ante la extraña mirada de su amigo.

.- Andrea y David caminan a través de las tenues luces rojas que inundan toda la fábrica desde el techo. De fondo se oye un tétrico cantar de una niña en un juego infantil. Andrea va agarrada con fuerza al brazo de su acompañante. En ese momento, una bandada de murciélagos vuela sobre sus cabezas, haciendo que la joven grite y se agarre con más fuerza al brazo de David, el cual también se ha asustado pero intenta disimular.

ANDREA: Siempre he odiado a esa puta niña.

DAVID: (Extrañado) ¿A que niña?

ANDREA: A la de la maldita canción.

David se ríe, divertido, mientras Andrea le pega un leve golpe en el brazo.

ANDREA: ¡Oye, no te rías! Tú tienes miedo a los murciélagos, que no sé que es peor.

DAVID: Lo de la niña, sin duda.

ANDREA: Vete a la mierda.

El joven se vuelve a reír, y ambos siguen andando durante unos segundos más, en silencio.

DAVID: Oye, llevamos un buen rato andando, y no encontramos ninguna salida. Estoy cansado.

ANDREA: ¡Serás flojo!

DAVID: Lo digo en serio, tía. Vamos a sentarnos un poco.

ANDREA: (Suspira) Bueno, venga, está bien. Pero solo un rato, luego seguimos buscando la salida. Llámame rarita, pero no quiero pegarme aquí toda la noche.

David asiente, y los dos jóvenes comienzan a buscar un sitio en el que poder sentarse.

.- Suena la canción “Going Under” de Evanescence. Edu intenta acercarse a la barra entre la multitud de gente, y procurando que el cubata que lleva en la mano no se le caiga. Llega a la altura de Isra, el cual permanece con la mirada fija en algún punto del lugar.

EDU: Ey, ¿qué pasa?

El chico no obtiene respuesta, por lo que mira hacia el mismo punto que lo hace su amigo. Allí ve a Marta y a Jorge en un rincón, besándose apasionadamente. Se fija en la cara de Isra, y observa que no es de estar demasiado feliz.

EDU: Isra, ¿estás bien?

El pelirrojo por fin vuelve en sí.

ISRA: ¿Perdona?

EDU: (Divertido) A ti te mola Marta.

Isra mira nervioso a su amigo.

ISRA: ¿Cómo... cómo lo has sabido?

EDU: Bueno... la verdad es que es algo obvio.

El chico, divertido, continúa su camino, mientras Isra vuelve a observar a Marta y a Jorge, algo molesto.

.- Laura se encuentra sentada en un portal al lado del local. Permanece con la mirada perdida en alguna parte del suelo. Se ha quitado la pintura blanca de la cara, y se ha soltado el pelo.

CARLOS: ¿Qué haces aquí tan sola?

Laura levanta la mirada, y sonríe contenta.

LAURA: Estaba algo agobiada con tanta gente.

CARLOS: Pues ya somos dos. ¿Puedo sentarme?

LAURA: ¿Qué clase de pregunta es esa? ¡Pues claro!

Carlos sonríe, y se sienta junto a su novia. Permanecen unos segundos en silencio, hasta que Laura termina cogiendo del brazo al chico.

LAURA: Me encanta estar así contigo. Incluso los silencios se me hacen maravillosos.

Carlos se limita a sonreír, sin decir nada, pero tras unos segundos adquiere un semblante bastante serio.

CARLOS: Cielo, tenemos que hablar.

LAURA: (Preocupada) Claro, ¿qué pasa?

CARLOS: Verás, esta tarde, antes de venir y empezar a prepararme, he estado limpiando un poco la casa. Me he sorprendido mucho cuando he encontrado esto bajo una revista.

Carlos saca el dinero de su bolsillo, y la chica finge sorprenderse.

LAURA: Vaya, que suerte, ¿no?

CARLOS: Sí, la verdad es que sí. Y claro, supongo que tú no habrás tenido nada que ver, ¿verdad?

LAURA: ¿Por qué iba yo a tener algo que ver con eso?

Carlos mira a la chica con evidencia, demostrándole que no la cree, por lo que la chica suspira profundamente.

LAURA: Vale, está bien… pero joder, lo hice por ti, ¿sabes?

CARLOS: Lo sé, y te lo agradezco de verás, pero… ¿de dónde sacaste tanto dinero?

LAURA: ¿Acaso importa eso?

CARLOS: Desde luego que importa, Laura. No quiero que te metas en ningún problema por mi culpa.

LAURA: Y no lo hago, créeme. No te preocupes.

CARLOS: No puedo evitar hacerlo, así que lo siento. Dímelo.

LAURA: (Suspira) Se lo cogí a mis padres, ¿vale? Pero no te preocupes, se lo devolveré. No pasa nada.

CARLOS: ¿Lo cogiste sin decirles nada?

LAURA: Pero de verdad, no te preocupes. Estaba en un bote en la cocina que no miran nunca. No se darán cuenta.

El joven tiende el dinero a su novia, algo molesto.

CARLOS: Lo siento, pero no puedo aceptarlo.

LAURA: Claro que puedes, Carlos. Es más, debes aceptarlo.

CARLOS: No Laura, de verdad. No puedo.

El chico deja el fajo de billetes en el regazo de la joven, se levanta y entra de nuevo al Four, dejando a la chica allí sola, bastante decepcionada por su actitud.

.- La tétrica canción de la niña continúa sonando, mientras algunos murciélagos todavía siguen revoloteando por allí. Andrea y David están sentados en un rincón, con cara de cansados.

ANDREA: ¿Sabes? Empiezo a pensar que estamos solos aquí.

DAVID: Vaya, te ha costado llegar a esa conclusión.

ANDREA: Llevas intentándome hacer rabiar desde el principio de la noche.

DAVID: En cambio tú no, ¿verdad?

Los dos chicos se ríen, divertidos, y luego permanecen unos segundos en silencio.

ANDREA: Esto es un poco aburrido, ¿no?

DAVID: Sí, la verdad es que sí. Menuda mierda de noche de Halloween, y además, a saber lo que está haciendo Claudia en el Four. No se las va a poder arreglar ella sola, ya verás.

ANDREA: Oye, ¿entre ella y tú hay algo?

David se sorprende por la pregunta, y permanece pensando durante unos segundos.

DAVID: No, ¿por?

ANDREA: (Divertida) Te ha costado responder, ¿eh?

DAVID: Sí, bueno, es que es algo complicado. Pero no, no hay nada entre nosotros por el momento, ¿por?

ANDREA: ¿Seguro?

DAVID: Segurísimo.

ANDREA: Bien, me alegro. Porque se me ha ocurrido una genial idea para poder divertirnos.

DAVID: (Extrañado) Ah, ¿sí?

Andrea asiente sonriente, y David la mira pícaro, entendiendo por donde va el asunto.

ANDREA: Entonces… ¿te parece bien?

DAVID: Me parece perfecto.

Los dos jóvenes se miran, sonriendo, para luego ir acercándose poco a poco y empezar a besarse apasionadamente.

.- Marta se encuentra sentada en uno de los pocos sofás que hoy tiene el local, pegado a la pared. Tiene un cubata entre sus manos, pero la joven permanece con la mirada perdida, sin apenas beber nada. Isra, que ya va algo bebido, se sienta a su lado, y la observa durante unos segundos, preocupado.

ISRA: ¿Estás bien?

MARTA: Sí, no te preocupes.

ISRA: ¿Y Jorge?

MARTA: Se ha ido. Estaba cansado, y tampoco se encontraba muy bien.

ISRA: ¿Y te ha dejado sola tal y como estás?

MARTA: (Extrañada) Bueno, me he quedado porque yo he querido, tampoco iba a obligarle a él a que se quedara conmigo.

Los dos se quedan en silencio por unos segundos.

ISRA: Creo que no mereces a alguien como Jorge.

MARTA: ¿Perdón?

ISRA: Pues eso, que te mereces a alguien mejor. Alguien que esté a tu lado siempre, apoyándote, animándote y dándote consejos.

MARTA: (Molesta) ¿Estás juzgando mi relación con Jorge?

ISRA: Simplemente te digo lo que pienso.

MARTA: Ya bueno, pero es que yo no te lo he preguntado. Voy a fingir que esta conversación nunca la hemos tenido, ¿vale?

La chica se levanta, y comienza a andar hacia la puerta de salida, pero Isra corre hacia ella y la agarra del brazo, por lo que la joven suspira.

MARTA: Isra, ¿qué quieres?

ISRA: Yo soy tu hombre.

MARTA: (Sorprendida) ¿Qué? Mira, si esto es una especie de broma pesada, yo…

El chico no deja terminar de hablar a su amiga, puesto que la besa apasionadamente ante la mirada de sorpresa de Edu, Hugo y Claudia, que se encuentran en la barra. Marta se separa rápidamente, enfadada.

MARTA: ¿Qué cojones haces?

ISRA: Siento haber tardado tanto en darme cuenta, Marta. Pero es lo que siento, y hasta esta noche no me había dado cuenta.

MARTA: Habría preferido que no te hubieras dado cuenta nunca, Isra. Esto no puede ser.

Marta se marcha de allí rápidamente, ante la mirada de decepción de Isra.

.- Mientras Andrea va hablando, vamos viendo las imágenes relatadas bajo sus frases, y de fondo se retoma “Bring me to life”, de Evanescence.

ANDREA: (Off) Pero quizás esas personas que te inspiran confianza, no deberías tenerles tanta.

David y Andrea salen de la harinera, sonrientes. Claudia, Hugo y Edu les esperan en la puerta. Mientras la chica se aleja con Hugo y Edu tras guiñar un ojo al que ha sido su acompañante toda la noche sin que nadie se de cuenta, Claudia se queda junto a David allí.

DAVID: (Extrañado) ¿Qué pasa?

CLAUDIA: Sí.

DAVID: ¿Sí qué?

CLAUDIA: Que si vamos despacio… podríamos intentarlo.

David sonríe a la chica, y la abraza. Después, se besan apasionadamente.

ANDREA: (Off) Las personas que te ayudan sin darse cuenta de las consecuencias que ello puede acarrear.

Laura y Carlos caminan por la calle, en silencio y a una leve distancia el uno del otro. Entre ambos se nota cierta tensión.

ANDREA: (Off) Aquellas a las que a pesar de prometerles fidelidad, no pueden evitar el desconfiar.

Hugo y Edu están sentados en uno de los pocos sofás del Four, donde apenas queda ya gente, abrazados. Edu parece feliz, pero su novio no puede evitar el mostrar la preocupación en su mirada.

ANDREA: (Off) Y esas otras que a pesar de que las conozcas perfectamente, nunca dejan de sorprenderte.

Marta está sentada en su cama, con las rodillas apoyadas en su pecho. Sus ojos están llenos de lágrimas, mientras miran una fotografía colgada en el corcho de la pared en la que la chica aparece junto a Isra, muy felices.

CONTINUARÁ...