MANERAS DE VIVIR

.- Mientras Claudia va hablando, vamos viendo las imágenes relatadas bajo sus frases, y de fondo suena “We used to be friends”, de The Dandy Warhols.

CLAUDIA: (Off) Nada es lo que parece. Secretos. ¿Cuántas veces habéis oído estas palabras? Sí, todo el mundo tiene secretos. Secretos que no quieren que salgan a la luz…

Claudia se encuentra en el salón de su piso. Ha sacado el sofá, y pone unas sábanas sobre él. Elisa la observa desde el marco de la puerta, sonriendo.

CLAUDIA: (Off)… aunque para algunos, ya sea demasiado tarde.

Marta está tumbada en su cama. Entre sus manos sostiene una foto del año pasado en la que aparece con Hugo. Aparecen riendo, parecen pasarlo bien. La joven la mira con nostalgia, con los ojos llenos de lágrimas.

CLAUDIA: (Off) Otros, tienen secretos tan insignificantes, que no les importa compartirlos con la persona a la que más quieren, afianzando así amor y amistad.

Hugo y Edu están sentados en el sofá del Four. Hugo tiene la cabeza apoyada en el pecho de su novio, y ambos observan como Andrea coquetea con un chico en la barra. En poco tiempo, ya se están besando, y la pareja se ríe, divertidos.

CLAUDIA: (Off) Y mientras unos optan por huir y enterrarlos para no pensar en ellos…

Carlos y Laura pasean tranquilamente por el parque, bajo la luz de la luna. Van cogidos de la mano, pero no parecen estar demasiado cómodos ninguno de los dos.

CLAUDIA: (Off) … otros optan por deshacerse de ellas, y esconder sus sentimientos tras una máscara. La máscara que les oculta.

Isra se encuentra sentado sobre la arena de la playa. Frente a él arde una gran hoguera. El chico observa unas fotos en las que aparece junto a Edu, cuando estaban juntos. No puede evitar el llorar, y aunque hace el amago de tirar las fotos al fuego, finalmente no lo hace.

.- Un nuevo y soleado día amanece en la ciudad. Los rayos del sol se cuelan por la ventana de la cocina del piso de Claudia, donde Elisa se encuentra haciendo un jugoso desayuno, mientras tararea una desconocida canción. Claudia, desperezándose, y todavía en camisón, aparece por la puerta. Cuando ve lo que sucede, se para en seco.

CLAUDIA: (Sorprendida) ¿Qué es todo esto?

ELISA: (Sonríe) Tu desayuno preferido, ¿qué te parece?

CLAUDIA: Primero, no tengo tiempo de tomármelo, porque me tengo que duchar e irme a currar, y segundo… ¿Qué quieres?

ELISA: ¿Cómo que qué quiero?

CLAUDIA: Vamos, tú no haces las cosas por amor al arte. Siempre quieres algo a cambio, yo simplemente quiero saber el qué.

Elisa se ríe forzadamente.

ELISA: Te lo he hecho porque he querido. Principalmente, en señal de agradecimiento por haberme alojado en tu casa sin pedirme ningún tipo de explicación.

CLAUDIA: No te las he pedido porque se que no me las vas a dar. Y si te he alojado aquí, no ha sido por placer. Ha sido por lástima.

ELISA: Haya sido por lo que haya sido, te estoy agradecida. ¿Qué tiene eso de malo?

CLAUDIA: Viniendo de ti, mucho. Pero no tengo ni tiempo ni ganas para discutir, me voy a duchar. Y por cierto, recuerda…

ELISA: … que no he de salir de casa mientras estás fuera. Llevo cinco días aquí y no paras de repetírmelo, no sé que et hace pensar que se me haya olvidado.

CLAUDIA: Para por si acaso.

ELISA: (Sonríe) Cierto. No se me vaya a ir la cabeza.

Claudia suspira, y sin hacer más comentarios, se dirige al baño. La mujer coge la taza que había preparado para su hija, y deja caer el café por la fregadora, mientras lo observa, con tristeza.

TÍTULOS DE CRÉDITO: "Have a nice day" Bon Jovi
Kristen Bell, David Gallagher, Rupert Grint, Vanessa Hudgens, Jesse McCartney, Jesse Metcalfe, Hayden Panettiere, Emma Watson.

Capítulo 29.
La máscara que te oculta


.- Isra se encuentra sentado a la mesa de la cocina de su casa, ya completamente aseado, tomándose un tazón de leche. En la casa reina el silencio, cuando Martín, tan solo vestido por unos ajustados calzoncillos, entra sigilosamente.

MARTÍN: Buenos días.

ISRA: (Sorprendido) ¡Hola! ¿Has pasado aquí la noche?

MARTÍN: Muy observador.

ISRA: Perdona, es que no lo sabía.

El hombre abre la nevera, y coge el cartón de leche, del cual empieza a beber a morro. Cuando echa la cabeza para atrás, Isra no puede evitar el admirar todo su cuerpo, embelesado.

MARTÍN: ¿No crees que vas a llegar tarde?

No obtiene respuesta, y el hombre le mira, extrañado.

MARTÍN: ¿Israel?

ISRA: (Avergonzado) ¿Eh?... Perdona, es que…

MARTÍN: ¿Llevo algo?

ISRA: No… no, que va… es que… bueno, me han gustado tus calzoncillos… ¿dónde los has comprado?

Martín mira al joven, sorprendido, pero luego se empieza a reír.

MARTÍN: Están guapos, ¿eh? A las chicas les encanta, ¿tienes novia?

Isra niega con la cabeza.

MARTÍN: Bien, entonces una tarde nos iremos tú y yo de compras, y verás lo pronto que la encuentras. Eso, o una amiguita especial.

El hombre se vuelve a reír, e Isra le sonríe forzadamente, mientras mira el reloj y se levanta.

ISRA: Bueno, yo me voy a ir yendo, que la verdad es que ya llego tarde.

MARTÍN: Claro, es lo que yo te decía mientras me mirabas los calzoncillos.

ISRA: ¿Eh?

MARTÍN: Nada, déjalo. Márchate, que ya recojo yo todo esto.

ISRA: Vale… vale, gracias. Hasta luego.

MARTÍN: Chao.

Isra coge la mochila, que la tenía en un rincón, y se marcha. Martín mira hacia la puerta, sin poder evitar el esbozar una sonrisa.

MARTÍN: Que juventud tan extraña la de hoy en día…

El hombre deja escapar una carcajada, y da un nuevo trago a la caja de leche.

.- Hugo ya está sentado en su mesa al final de la clase. Tiene los cascos del MP4, y escucha “Ciudad de los gitanos”, de Marea. Marta le mira con tristeza desde su sitio, y cuando se dispone a levantarse para hablar con él, Andrea entra en clase bastante acelerada, y se sienta al lado del chico, el cual se quita los cascos.

ANDREA: (Cansada) Hola…

HUGO: ¿Qué pasa?

La joven suspira, apoyándose sobre el respaldo de su silla.

ANDREA: (Irónica) Pues aparte de que he perdido el autobús, he tenido que venir corriendo, y casi no llego, nada. ¿Por?

HUGO: (Divertido) Una noche agotadora, ¿no? Si es que se os veía muy bien en el Four…

ANDREA: Mira, no me lo recuerdes…

HUGO: ¿Por?

ANDREA: ¡Joder, ha sido el peor polvo de toda mi vida! Y eso que se le veía con experiencia…

Los dos amigos se empiezan a reír, divertidos. Marta les mira, celosa, y no se da cuenta de que Laura se sienta a su lado.

LAURA: Deberías hablar con él.

MARTA: (Extrañada) ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en tu clase?

LAURA: Sí, pero el profesor no aparece, y he decidido venir a haceros una visita.

MARTA: Ya…

La joven vuelve a dirigir la mirada hacia su antiguo amigo, y Laura la mira, preocupada.

LAURA: En serio Marta, no puedes seguir así.

MARTA: Entiendo que este así conmigo… pero no puedo evitar que me duela. Éramos como hermanos.

LAURA: Ya, ya lo sé. Por eso te digo que deberías hablar con él.

MARTA: No creo que quisiera.

LAURA: ¿Pero cómo lo sabes, si no lo has intentado?

Marta mira pensativa al chico, mientras este sigue riendo junto a Andrea, contentos.

MARTA: ¿Tú crees?

LAURA: ¡Claro! ¿Qué vas a perder por intentarlo? Píllalo solo, por banda, y dile lo que le tengas que decir. Seguro que, como mínimo, le haces pensar.

MARTA: No sé…

LAURA: (Molesta) No quiero volver a oír esos dos monosílabos salir de tu boca, ¿vale? Me voy para clase, nos vemos en el recreo.

MARTA: Sí, hasta luego.

Laura sale de la clase a paso ligero, mientras Marta se gira hacia adelante, pensando en los consejos que le acaba de dar su amiga.

.- De fondo suena la canción “Color esperanza”, de Diego Torres. El Four se encuentra medio vacío. Tan solo en un par de mesas se encuentran clientes tomando unos cafés. Claudia está tras la barra, leyendo una revista de manera tan concentrada que no se da cuenta de que David entra al lugar, y se sienta frente a ella.

DAVID: ¿Por fin vamos a poder hablar?

Claudia mira al joven, y sonríe forzadamente, quitándose el delantal.

CLAUDIA: Menos mal que ya estás aquí, tengo que ir a hacer unos recados, no te importa, ¿verdad?

DAVID: ¿Me has escuchado?

CLAUDIA: (Suspira) Sí, te he escuchado. Pero ahora no es el mejor momento, tengo que hacer unas cosas.

DAVID: Ya, pero es que llevas varios días haciendo cosas, y nunca puedes hablar. Y creo que es necesario que lo hagamos.

La chica piensa durante unos segundos.

CLAUDIA: Voy a hacer todo lo que tenga que hacer, y luego vuelvo y hablamos.

DAVID: ¿En serio?

CLAUDIA: Te doy mi palabra.

DAVID: Vale, está bien… anda, márchate, cuanto antes lo hagas, antes volverás.

Claudia sonríe a su compañero de mala gana, y se marcha, mientras este se pone el delantal y se coloca tras la barra.

.- Hugo y Edu se besan sentados en uno de los bancos durante la hora del recreo, mientras algunas personas que pasan por allí no pueden evitar el mirarles. Andrea se sienta al lado de ambos, con una amplia sonrisa, y los dos jóvenes se separan.

HUGO: Sí que era extenso eso que tenías que hacer, ¿no?

ANDREA: (Riendo) Un poco. Oíd, ¿tenéis planes para este fin de semana?

Hugo y Edu se miran, encogiéndose de hombros.

EDU: No, ¿por?

ANDREA: Pues veréis, me he estado informando, y bueno, aunque vosotros supongo que ya lo sabréis, me he enterado de que hay una discoteca gay muy buena en la ciudad, la BiHomo, podríamos ir. ¿Qué os parece?

La pareja vuelve a mirarse, sin saber muy bien que decir, y Andrea se da cuenta de ello.

ANDREA: ¿Qué pasa?

HUGO: Verás, es que… no nos gusta mucho el ambiente que se vive allí.

ANDREA: (Extrañada) ¿Por?

EDU: Mucha droga y mucho salido.

ANDREA: Bueno, droga no vamos a tomar, tampoco nos tenemos porque influenciar por ello. Y en cuanto a los salidos… pues carpetazo y listo.

HUGO: Claro, como a ti no te van a dar la lata.

ANDREA: Oye, ¿quién sabe? Yo soy muy sexy.

Los tres amigos se ríen, divertidos, y la chica pronto se levanta de nuevo.

ANDREA: Pensadlo, ¿vale? Yo ahora me tengo que ir a casa, que tengo que limpiar… ¡Dios, soy como una versión moderna de la Cenicienta!

HUGO: Vale, hasta luego.

EDU: Chao.

La pareja vuelve a mirar a la chica, divertidos, mientras la joven se aleja de allí a paso ligero hacia su casa.

.- David se encuentra apoyado en la barra del Four, mientras frente a él están sentados Jorge, Carlos y Elisa. La mujer, sentada entre los dos jóvenes, habla con bastante rapidez, y estos no paran de reír.

ELISA: Pues sí, como lo oís. Me dijo que por donde quería que me la metiese, ¿y sabéis lo que le dije?

JORGE: (Riendo) Díganos, díganos.

ELISA: ¡Que se la cogiera él mismo y se la metiera por el…!

CLAUDIA: (Off) ¿Mamá?

La mujer se gira, y ve a su hija mirándola muy enfada, mientras los tres chicos no paran de reír.

CLAUDIA: ¿Qué estás haciendo aquí?

ELISA: ¡Hija! ¡Venía a verte!

La mujer intenta levantarse, pero se tropieza y Carlos y Jorge, entre risas, vuelven a sentarla.

CARLOS: Tenga cuidado.

ELISA: Sí, sí… uy, que fuerte estás…

CLAUDIA: (Avergonzada) ¡Mamá! ¿Has bebido?

ELISA: Solo un poco… ¿verdad chicos?

Los tres se miran, sin saber que decir, y la chica cada vez está más enfadada.

CLAUDIA: Márchate a casa, anda.

ELISA: Pero hija, ¡si he venido a pasar un rato contigo!

CLAUDIA: Lo pasamos cuando vaya. Ahora márchate. Carlos estará encantado de acompañarte, ¿verdad?

CARLOS: Bueno, la verdad es que yo tengo que ir a comprar unas cosas, el sábado me va a ayudar Laura a redecorar el piso.

CLAUDIA: ¡¿Verdad?!

CARLOS: Sí, sí, claro… vamos, señora.

ELISA: Vale, está bien. Pero luego nos vemos.

CLAUDIA: Sí, no te preocupes.

ELISA: ¡Genial! ¡Adiós chicos!

DAVID y JORGE: Adiós.

Carlos saca a la mujer del local, con grandes esfuerzos, mientras ella no para de reír escandalosamente. David y Jorge miran a Claudia, divertidos.

JORGE: Joder Claudia, tu madre es genial.

CLAUDIA: (Molesta) Cállate. Debería de daros vergüenza el estar riéndoos de una pobre borracha, y más todavía si es la madre de una amiga vuestra.

Jorge baja la cabeza, avergonzado, y Claudia entra tras la barra, poniéndose el delantal. David se acerca a ella.

DAVID: Tenemos que hablar, ¿lo recuerdas?

CLAUDIA: ¿No ves que ahora no es el momento?

DAVID: Pero…

CLAUDIA: En serio, David, ahora no.

La chica se mete al almacén, bastante molesta, y Carlos y Jorge se miran, sintiéndose algo culpables por lo sucedido.

.- Ya es mediodía, y las nubes han cubierto el sol. Isra entra en casa cargado con la mochila, con cara de cansado. Escucha la televisión, y extrañado, se dirige hacia el salón, donde se encuentra a Martín tirado en el sofá, y todavía en calzoncillos. El hombre no se percata de su presencia.

ISRA: ¿Qué haces aquí todavía?

El hombre se sobresalta.

MARTÍN: ¡Isra! No te oí entrar, ¿qué tal el instituto?

ISRA: Como siempre. Es el instituto, no le puedes pedir más. ¿Qué haces?

MARTÍN: Pues estaba viendo un rato la tele. Espero que no te importe, tu madre me dijo que podía quedarme todo el rato que quisiera, y la verdad es que esta casa es mucho más cómoda que la mía.

ISRA: (Sonríe) No, no importa. ¿Se fue hace mucho al trabajo?

MARTÍN: Pues hará unos diez minutos…

ISRA: Ya. Bueno, pues me voy a mi cuarto, que no tengo hambre.

Martín le sonríe, y el chico va hacia su dormitorio. Una vez allí, deja la mochila sobre la cama deshecha, y enciende el ordenador. Empieza a buscar algo en la estantería de las películas, pero parece no encontrarlo.

ISRA: Vale, debe de estar en el salón.

El chico sale, y se dirige hacia allí. Cuando llega a la puerta, oye a Martín hablar por teléfono, y se detiene a escuchar.

MARTÍN: No joder… no, el único problema es tener que soportar al inútil de su hijo, pero dentro de lo malo, parece bastante independiente… ya lo sé, pero una cosa así necesita tiempo… sí, me lo acabará diciendo, y entonces lo cogeremos, y podremos desaparecer…

Isra se queda allí, impactado, sin saber como reaccionar ante las palabras que acaba de escuchar.

.- Está anocheciendo. Edu y Hugo se encuentran sentados en el sofá de casa de este último, muy juntos. Hugo se toma un refresco, mientras Edu se está fumando un cigarro.

EDU: ¿Entonces que vamos a hacer?

HUGO: A mí ya sabes que el ambiente no me gusta. Pero si tú quieres ir, no me importa, en serio. Y se lo podrías haber dicho a Andrea, en vez de fingir que a ti tampoco te gusta.

EDU: Ya, pero es que yo quiero ir contigo.

HUGO: Pero no puedes obligarme. Yo no te exijo nada.

EDU: Si, y yo he estado soportando esos garitos de mala muerte y con mala música que tanto te gustan durante todo el verano.

HUGO: (Molesto) Son bares de rock. Y yo nunca te obligué a que vinieras, lo haces porque a ti te da la gana.

EDU: (Suspira) Pero vamos, que te cuesta… es solo un fin de semana.

Edu mira a su novio con cara de pena, y este, tras pensarlo unos segundos, termina sonriendo.

HUGO: Bueno vale, está bien. Pero yo me iré pronto a casa.

Edu, contento, da un apasionado beso a su novio.

EDU: Eso lo dices ahora, pero ya verás como al final no te quieres ir.

Hugo mira al chico sonriendo, aunque no parece demasiado convencido de sus palabras.

.- Ya es completamente de noche. Elisa se encuentra tumbada en el sofá del salón de su hija, tapada con una manta y medio dormida, con la televisión puesta, cuando el ruido de la puerta al abrirse hace que se espabile y mire hacia allí, viendo a su hija cerrándola. La mujer intenta levantarse, pero no lo consigue por lo que la joven le mira con cara de asco.

ELISA: Hija…

CLAUDIA: ¿Aún estás así? Das autentica pena, mamá.

ELISA: Perdóname, por favor. Yo… simplemente no podía más, necesitaba beber.

CLAUDIA: (Enfadada) ¿Tú necesitabas beber? Pues yo necesitaba que no lo hicieras, porque has podido joderme la vida completamente.

ELISA: No seas exagerada…

CLAUDIA: ¡¿Qué no sea exagerada?! Mamá, cuando bebes tanto, no tienes control sobre tu lengua. Podrías haber contado muchas cosas, y lo sabes.

ELISA: Pero no lo he hecho.

CLAUDIA: Y por tu bien, espero que eso siga siendo así. He empezado una nueva vida, y no voy a permitir que ni tú ni nadie me la estropeéis.

Claudia, muy molesta, se marcha a su dormitorio, cerrando la puerta con fuerza. Elisa permanece tumbada en el sofá, arrepentida.

.- Un nuevo y nublado día amanece en la ciudad. Hugo sale de su casa, dispuesto a ir hacia el instituto. Cierra la puerta del jardín, y justo cuando se da la vuelta, ve a Marta frente a él, mirándole.

MARTA: Buenos días.

HUGO: (Borde) ¿Qué estás haciendo aquí?

MARTA: Tengo que hablar contigo.

HUGO: Lo siento, pero creo que tú y yo ya hemos hablado todo lo que teníamos que hablar.

El joven se dispone a marcharse, pero Marta se lo impide cogiéndole del brazo.

MARTA: Por favor, será solo un momento.

HUGO: ¿En serio es necesario esto?

MARTA: Sí, para mí sí.

Hugo mira a la joven durante unos segundos, y luego suspira.

HUGO: Está bien, tú dirás. Pero se breve, por favor, no me apetece ni mirarte a la cara.

A la chica le duelen estas últimas palabras del que una vez fue su mejor amigo, pero intenta disimularlo.

MARTA: Mira, lo primero que quería era darte las gracias por no haber ido a la policía ni nada de eso…

HUGO: No te emociones. Bastante castigo tienes con tu conciencia, por eso no fui. Al fin y al cabo, eras mi mejor amiga, y yo no soy una mala persona. Aunque desde luego, era lo que te merecías.

MARTA: Sí, lo sé y por eso te lo agradezco… sé que no me lo merezco, pero… me encantaría que volviéramos a ser amigos.

HUGO: (Sorprendido) ¿Me estás hablando en serio?

MARTA: Completamente. Sé que es difícil, que he hecho mucho daño, y me arrepiento muchísimo. Pero ni siquiera hemos tenido la oportunidad de hablar sobre ello.

HUGO: Creo que hay algo con lo que no cuentas.

MARTA: ¿Con qué?

HUGO: Con que yo no estoy interesado, Marta. No quiero a una amiga que sea capaz de hacer lo que tú has hecho a mi lado.

MARTA: Pero…

HUGO: En serio, no insistas más. Lo mejor es que las cosas se queden tal y como están. Adiós.

El chico comienza a alejarse en dirección al instituto, mientras Marta le observa, con los ojos llenos de lágrimas.

.- Ya es sábado por la mañana. El sol luce en el cielo azul, y Carlos, recién duchado y tan solo vestido por unos pantalones cortos, se encuentra sentado en el sofá del salón de su casa, tomándose un café mientras lee una revista, cuando suena el timbre. Se levanta, y se dirige a abrir, encontrándose con Laura, que le da un pico.

LAURA: Buenos días, cielo.

CARLOS: (Extrañado) ¿Habíamos quedado tan pronto?

LAURA: Claro, a las once, ¿no?

CARLOS: ¿Y ya lo son?

Laura asiente, sonriente, y entra al piso, mientras Carlos cierra la puerta.

CARLOS: ¿Quieres desayunar, o tomar algo?

LAURA: No, vengo desayunada de casa. Creo que prefiero empezar ya.

Laura abre su bolso, y saca una enorme brocha. Su novio le mira sorprendido, y luego los dos se empiezan a reír, divertidos.

.- Suena la canción “Devil came to me”, de Dover. Vamos viendo escenas de cómo Laura y Carlos pasan el día.

Empiezan a meter todos los muebles en el dormitorio de Carlos. Laura, cargada con una caja, está a punto de tirar una lámpara, pero el chico consigue evitar que esta caiga al suelo. La joven mira a su novio, avergonzada, pero este se empieza a reír.

Están pintando el salón de azul oscuro. Se miran sonriendo, cuando Carlos, con su brocha, pinta en el peto blanco que lleva su novia. Esta finge ofenderse, y se la devuelve al chico. Entre risas, se empiezan a pintar mutuamente.

Ahora están sentados en la cocina, comiendo. Ambos están hechos un desastre, pero eso no les impide charlar animadamente entre risas.

Carlos empieza a sacar todos los muebles de su dormitorio para volver a colocarlos en el salón. Laura contempla el corcho que hay colgado en una de las paredes, pensativa. Hay varias fotos en las que aparece Lorena.

Ya está anocheciendo, y la pareja está tirada en el sofá, abrazados. Las fotos del corcho del dormitorio han desaparecido, y la música deja de sonar poco a poco.

.- Ya es completamente de noche. Isra está tumbado en la cama de su casa, ya en pijama, leyendo un libro, y con los cascos del MP4 puestos. Alguien pica a la puerta, pero el chico no lo oye. Vuelven a picar, y tras unos segundos, se abre, dando paso a Martín, lo que sobresalta al chico que se quita los cascos.

MARTÍN: Perdona, es que no me oías.

ISRA: (Seco) ¿Qué pasa?

MARTÍN: Tienes visita.

ISRA: ¿Quién?

El hombre se aparta de la puerta dando paso a Marta, que llega muy sonriente y con un montón de películas en la mano.

MARTA: ¡Buenas noches!

ISRA: (Sorprendido) ¿Marta?

MARTÍN: Bueno chicos, yo os dejo. Isra, cuando venga tu madre del trabajo nos vamos a ir a cenar por ahí, ¿os apetece veniros?

Marta está a punto de contestar, pero su amigo se adelanta.

ISRA: No, gracias. Estaremos bien aquí.

MARTÍN: Vale, como queráis. Hasta luego.

MARTA: Chao.

El hombre sale del dormitorio, e Isra mira a su amiga, sin salir del asombro al que le ha llevado su visita. La joven, dándose cuenta, alza las manos con las películas.

MARTA: ¡Traigo un montón de películas!

ISRA: ¿Qué estás haciendo aquí?

MARTA: Bueno, como ayer me dijiste que no ibas a salir, pues me apetecía venir a hacerte compañía. ¿Cuál vemos?

La joven pone las películas en la cama, y se sienta al lado de su amigo. Ambos empiezan a mirarlas.

ISRA: Te lo agradezco, pero no es necesario. Estoy bien, simplemente no tenía ganas de salir. Y tú seguramente tendrás más ganas de estar con Jorge que aquí conmigo.

La chica le mira, y su amigo se da cuenta de que tiene los ojos llenos de lágrimas.

MARTA: Me alegro de que estés bien, pero yo esta noche no necesito un novio, necesito un amigo. Saber que aún tengo alguno.

ISRA: Pues claro que lo tienes… anda, no seas tonta y ven aquí.

Se abrazan.

MARTA: Por cierto, menudo maromazo se ha buscado tu madre, ¿no? No me dijiste que estuviese tan bueno.

ISRA: Anda, calla… que eso tiene su historia también.

La joven se separa de su amigo, y le mira curiosa.

MARTA: Ah, ¿sí?

ISRA: Sí, pero es demasiado larga.

MARTA: Bueno, no te preocupes por eso. Tenemos toda la noche entera, nos da tiempo de hacer de todo.

Los dos amigos se ríen, e Isra le empieza a contar a la chica la conversación que oyó el otro día de Martín sin que este se diese cuenta.

.- Hugo y Edu se encuentran en la entrada de la discoteca "BiHomo", cogidos de la mano. El primero mira su reloj con impaciencia, mientras su novio le mira, sonriendo.

EDU: Mira que eres impaciente…

HUGO: Ya, es que cuanto antes entremos, antes nos iremos a casa. Es lo que tiene el quererme ir pronto.

Edu se ríe, divertido.

EDU: Me alegro de que hayas venido, Hugo. Y me alegra más todavía de que lo hayas hecho por mí, aunque lo odies.

HUGO: No seas idiota. Tenías razón el otro día, tú has tenido que soportar la música que no te gusta por mí, y yo nunca me he esforzado en esto.

EDU: Bueno, te tengo que reconocer que… he acabado cogiendo el gusto a tu música, no está tan mal.

Hugo mira a su novio, sorprendido, para luego echarse a reír, y besarle apasionadamente. Ese bonito momento se ve interrumpido con la llegada de Andrea.

ANDREA: ¡Hola chicos! Perdonad el retraso, pero me estaba poniendo un poco más guapa de lo que ya lo soy. ¿Entramos?

Ambos asienten con la cabeza, riendo, y la chica se pone entre ellos, pasando sus brazos por las nucas de sus amigos.

ANDREA: Perfecto. ¡Lo vamos a pasar de puta madre!

Los tres jóvenes se dirigen hacia el interior, entre risas.

.- Carlos y Laura continúan tumbados en el sofá, abrazados. Todavía no se han cambiado de ropa y permanecen en silencio, pero ninguno de los dos parece estar incómodo, hasta que Carlos se da cuenta de que falta algo por colocar.

CARLOS: ¿Y la lámpara?

LAURA: ¿Qué lámpara?

CARLOS: La que has estado a punto de tirar. No la hemos puesto.

LAURA: Ah, es verdad. ¿Quieres que vaya a por ella?

CARLOS: (Sonríe) No, no te preocupes, que ya has hecho suficiente por hoy. Voy yo.

Laura le devuelve la sonrisa, y el joven se levanta y se dirige al dormitorio, mientras la chica permanece allí, mirándose las puntas del pelo. Pero su novio no tarda en salir de nuevo, y sin la lámpara.

CARLOS: (Molesto) ¿Dónde están las fotos?

LAURA: ¿Qué fotos?

CARLOS: Lo sabes perfectamente, no te hagas la tonta. Las que tenía en el corcho. Han desaparecido todas en las que salía Lorena.

Laura intenta evitar la mirada de su novio por todos los medios.

LAURA: ¿Y por qué iba a saberlo yo? A lo mejor con tanto ajetreo que hemos tenido hoy, se han caído o algo.

CARLOS: Estaban muy bien sujetas.

LAURA: Bueno, no lo estarían tanto.

CARLOS: Además, ¿no crees que es demasiada casualidad? Justamente se han caído todas en las que salía Lorena, y el resto siguen hay. Y esta mañana te puedo asegurar que estaban.

LAURA: (Molesta) ¿Estás insinuando algo?

CARLOS: ¿Dónde están las fotos, Laura?

LAURA: ¿Pero por qué cojones las he tenido que coger yo?

CARLOS: Porque yo no he sido, y tú eres la única persona que has entrado en esa habitación. No te esfuerces en negarlo.

Laura mira a su novio durante unos segundos. Se da cuenta de que la ha descubierto, y baja la mirada, avergonzada.

CARLOS: ¿Dónde están?

LAURA: En la papelera.

CARLOS: (Suspira) Joder tía, es que alucino contigo.

El chico se dirige a la cocina, y cuando vuelve, lo hace con las fotos entre las manos, mostrándoselas a Laura, la cual continúa sin ser capaz de mirarle.

CARLOS: ¿Por qué lo has hecho?

LAURA: Ha sido una tontería, olvídalo.

CARLOS: Me da igual que haya sido una tontería. Creo que si decides tirar algo que es mío, merezco como mínimo una explicación, ¿no?

Laura se levanta, algo molesta. Tiene los ojos llenos de lágrimas.

LAURA: Vale, está bien. Si lo he hecho, es porque quería ayudarte, porque quería que pasaras página, que siguieras con tu vida. Con tu vida a mi lado.

CARLOS: Laura, lo de Lorena está superado desde hace meses, joder.

LAURA: (Irónica) Oh sí, desde luego. Por eso tienes fotos de ella en el corcho, ¿verdad?

CARLOS: La tengo como tengo las de Edu, las de Hugo, las de Isra, las de Marta y las de Claudia. Porque a pesar de que ya no esté enamorado de ella, sigue siendo mi amiga, y la quiero como tal. Sobre todo ahora, que está pasando un muy mal momento, y ninguno os habéis preocupado en ir a verla.

Laura mira durante unos segundos a su novio, y su semblante de enfado de paso a uno de arrepentimiento, mientras se vuelve a sentar en el sofá y tapa sus ojos con las manos.

LAURA: Joder, soy tan gilipollas. Tienes razón, lo siento.

Carlos no puede evitar el sentir lástima por la chica, y se arrodilla frente a ella, dejando las fotos sobre la mesa, y dándole un beso en la frente.

CARLOS: Ey, venga, no digas eso. No eres gilipollas, ni muchísimo menos.

LAURA: Sí, si que lo soy. Soy una gilipollas, una estúpida y una celosa patológica.

Carlos se empieza a reír, y Laura no puede evitar el esbozar una leve sonrisa.

CARLOS: Mira Laura, entiendo que estés insegura, conociendo toda nuestra historia, y lo que te hice en Navidades. Pero si ahora mismo estoy contigo, es porque te quiero. No estoy confuso, ni tengo dudas. Te quiero con toda mi alma, y lo que más deseo en estos momentos es pasar el resto de mi vida a tu lado.

LAURA: ¿Lo dices en serio?

CARLOS: ¿Acaso lo dudas?

Laura esboza una nueva sonrisa, esta mucho más amplia que la anterior, y la pareja empieza a besarse apasionadamente.

.- Suena la canción “A quien le importa”, de Alaska. Una gran cantidad de fuertes rayos de luz de colores se mueven por toda la sala, iluminando de vez en cuando, y por escasos segundos, a la enorme multitud congregada en la pista, que baila sin parar. Entre ellos se encuentran Andrea, Edu y Hugo, aunque este apenas se mueve, parece algo incómodo, y Edu se acerca a su oído.

EDU: ¡¿Estás bien?!

HUGO: ¡Lo intento!

Edu sonríe al joven, cuando este, de repente, parece sorprendido. Se gira y observa a todos los que se encuentran tras él. Edu y Andrea no entienden nada.

EDU: ¡¿Qué pasa?!

HUGO: (Molesto) ¡Alguien me ha tocado el culo!

Edu y Andrea se empiezan a reír, y el primero besa a su novio, en principio con ternura, para luego convertirse en un beso lleno de pasión. Andrea les observa, sonriendo, hasta que nota unos leves golpes en su hombro, y se gira, viendo a una atractiva joven frente a ella.

CHICA: Hola guapa, ¿tienes fuego?

ANDREA: (Sonríe) ¿Por qué te buscas excusas tan lamentables?

La chica le responde a la sonrisa, y empiezan a besarse apasionadamente.

.- La canción continúa sonando, y mientras Claudia habla, vemos las imágenes abajo relatadas.

CLAUDIA: (Off) Sí, la máscara que les oculta. Todo el mundo la usa, en mayor o menor medido. Algunos, usan la de la risa para ocultar sus penas.

Marta e Isra se encuentran sentados en la cama del chico, viendo una de las películas. Algo pasa, puesto que los dos se empiezan a reír.

CLAUDIA: (Off) Otros las de la desinhibición para ocultar sus inseguridades.

Andrea sigue besándose lujuriosamente con la desconocida. Hugo y Edu las miran, sorprendidos, y luego se empiezan a reír.

CLAUDIA: (Off) Algunos, prefieren enmascarar a otras personas para esconder sus propios secretos.

Elisa duerme tranquilamente en el sofá del salón de casa de Claudia, mientras está la observa apoyada en el marco de la puerta, con los brazos cruzados.

CLAUDIA: (Off) Y otros, una mínima parte, optan por no esconder absolutamente nada a la persona que aman.

Laura y Carlos continúan sentados en el sofá de este, y se besan con pasión.

CONTINUARÁ...