MANERAS DE VIVIR


Sexta temporada, capítulo 119


Fecha de emisión: 9 de mayo del 2013

 

BAR “FOUR” / INTERIOR / TARDE


Suena la canción “Winter Winds”, de Mumford & Sons.

 

Hugo está sentado en uno de los sofás, tomándose un botellín de cerveza, cuando Andrea entra en el local apresuradamente, y se acerca corriendo a su amigo, sentándose a su lado visiblemente preocupada.

 

Andrea: ¿Qué te pasa? ¿Estás bien?

 

Hugo: (Extrañado) Sí, ¿por qué?

 

Andrea: No sé, es que me has llamado para que viniera tan urgentemente, que me he asustado.

 

El joven no puede evitar el dejar escapar una sonora carcajada.

 

Hugo: Estoy perfectamente.

 

Andrea: Eres imbécil.

 

Hugo: Gracias.

 

Andrea: (Molesta) Vete a la mierda. A lo mejor esas bromas en Madrid se llevan, pero aquí preocupan.

 

Hugo se ríe, divertido.

 

Hugo: No, escucha: te he pedido que vengas tan rápidamente porque se me ha ocurrido un plan para que Óscar se decida a darme una segunda oportunidad.

 

Andrea: (Suspira) ¿Otra vez con eso? ¿Qué más necesitas para darte cuenta de que no te la va a dar? ¿Qué te haga señales de humo?

 

Hugo: Escúchame, ¿vale? Estoy seguro de que lo voy a conseguir… pero necesito tu ayuda.

 

Andrea: No sé, Hugo… yo te quiero, y eres mi mejor amigo a pesar de todo lo que ha pasado estos últimos meses, pero no quiero forzar a nadie a que te perdone, y mucho menos meterme en guerras que no me corresponden.

 

Hugo: Por favor, Andrea. Solo te tengo a ti. Solo puedo pedírtelo a ti.

 

La joven se queda en silencio durante unos segundos, pensando, hasta que finalmente suspira.

 

Andrea: A ver, cuéntame… pero no te prometo nada, ¿eh?

 

Hugo abraza a su amiga, contento.

 

Hugo: Eres un cielo.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR / SALÓN / TARDE

 

Óscar está sentado en el sofá, viendo una película mientras poco a poco se va quedando dormido, cuando el timbre le espabila. El joven, extrañado, se levanta y abre la puerta. Se sorprende mucho al ver a Lidia al otro lado, con una cínica sonrisa dibujada en su rostro.

 

Óscar: ¡Lidia!

 

Lidia: Cuanto tiempo, ¿verdad?

 

CANCIÓN: “Bed of roses”, de Bon Jovi

 

Kristen Bell, Chace Crawford, Rupert Grint, Vanessa Hudgens, Jesse McCartney, Jesse Metcalfe, Jared Padalecki, Hayden Panettiere, Shawn Pyfrom, Jessica Stroup

 

CAPÍTULO 119: Es hora de seguir

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ JARDÍN/ NOCHE

 

Óscar y Lidia pasean por el jardín, muy abrigados. La joven sigue con la cínica sonrisa dibujada en su rostro.

 

Lidia: ¿Sabes? Es de muy mala educación que ni siquiera me hayas invitado a entrar en tu casa.

 

Óscar: Suerte tienes de estar aquí ahora mismo y de que haya accedido a escucharte, así que no te quejes.

 

Lidia: (Irónica) Que buena persona eres.

 

Óscar coge aire, intentando mantener la calma.

 

Óscar: Venga Lidia, dime lo que me tengas que decir y márchate. No me apetece pasar más tiempo del necesario contigo.

 

Lidia: Pues precisamente venía a pedirte lo contrario.

 

Óscar: (Sorprendido) ¿Disculpa?

 

Lidia: Me gustaría que me dieras una segunda oportunidad.

 

El joven deja escapar una sonora carcajada.

 

Óscar: Estás de broma, ¿no?

 

Lidia: No.

 

Óscar: Lidia, soy gay. Y aunque no lo fuera, ni de coña volvería a estar contigo después de todo lo que has hecho y lo que ha pasado.

 

Lidia: No te estoy pidiendo una segunda oportunidad como pareja. Te estoy pidiendo una segunda oportunidad como amiga.

 

Óscar: Tampoco. Ni de coña. ¿Pero cómo tienes la poca vergüenza de presentarte en esta casa y pedir semejante gilipollez?

 

A la joven se le llenan los ojos de lágrimas.

 

Lidia: Todos nos merecemos una segunda oportunidad.

 

Óscar: Tú no. Lo siento.

 

Lidia: Pero…

 

Óscar: (Interrumpiéndola) Mira, creo que será mejor que te vayas. Buenas noches.

 

Óscar regresa al interior de la casa, ante la impotente mirada de su ex novia.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ MAÑANA

 

Isra, Marta y Andrea están sentados en uno de los sofás, tomándose cada uno un café mientras charlan animadamente.

 

Andrea: ¿Y cómo va la búsqueda de trabajo?

 

Marta: (Suspira) Mal, fatal. Sabía que las cosas estaban mal, pero no me imaginaba que tanto.

 

Andrea esboza una forzada sonrisa.

 

Andrea: Bueno, tú no te desanimes. Seguro que te acaba saliendo algo, ya lo verás.

 

Marta: Eso espero.

 

Isra: Por supuestísimo que sí. Y para animarnos un poco, que últimamente estamos un poco muermos, se me ha ocurrido una idea fantástica.

 

Marta: (Irónica) A saber…

 

Isra: ¿Por qué no salimos esta noche todos juntos?

 

Andrea: Estás de coña, ¿no? Tengo el primer examen dentro de cuatro días, y ni siquiera he empezado a estudiar.

 

Isra: ¿Y vas a hacerlo esta noche?

 

Andrea: No creo, pero así estaré descansada para hacerlo mañana.

 

Isra: ¿Dónde está esa Andrea divertida que llegó a la ciudad hace cuatro años?

 

Andrea: Pendiente de sus responsabilidades. Pero deja que acaben los exámenes, que verás lo que es bueno.

 

Isra: Ya veremos…

 

Andrea: Por supuestísimo que veremos.

 

Isra se ríe, divertido.

 

Isra: ¿Y tú, Marta? ¿Qué me dices?

 

Marta: Imposible, lo siento. Mis padres se van a pasar el fin de semana fuera, y mi hermana ya tiene planes con sus amigas, así que tengo que quedarme con la niña.

 

Isra: (Molesto) ¡Joder! Al final tendré que salir solo, porque Óscar tampoco puede.

 

Andrea: ¿Por qué no se lo dices a Hugo?

 

Isra: Saldré solo, gracias.

 

Andrea: (Suspira) A veces sois desesperantes.

 

Isra: (Divertido) Lo sé.

 

Andrea mira al joven, triste.

 

SEDE “TPA”/ SALA DE CÁMARAS/ MAÑANA

 

Lucas está sentado en el sofá, leyendo una revista, cuando llega Óscar, con cara de haber descansado más bien poco.

 

Óscar: Buenos días…

 

Lucas: ¡Hombre, ya era hora! Pedro ha preguntado ya un par de veces por ti.

 

Óscar deja su abrigo en la percha, y se sienta junto a su compañero.

 

Óscar: ¿Y qué le has dicho?

 

Lucas: Que estabas en el médico y que vendrías en cuanto pudieses.

 

El joven esboza una forzada sonrisa.

 

Óscar: Gracias.

 

Lucas: No hay por qué darlas… oye, ¿estás bien?

 

Óscar: La verdad es que no. No he dormido demasiado.

 

Lucas: ¿Otra vez problemas con tu ex?

 

Óscar: Sí… pero esta vez no con Hugo.

 

Lucas: ¿Con otro?

 

Óscar: Más bien con otra.

 

Lucas: (Sorprendido) ¡¿Cómo?!

 

Óscar: Es una larga historia. Digamos que me costó un poco aceptar mi homosexualidad… fue mi última pareja heterosexual, y llevaba ya meses sin verla… y ahora ha vuelto.

 

Lucas: (Divertido) Vamos, que se te han juntado dos de tus ex, ¿no? Que afortunado.

 

Óscar: (Molesto) No tiene gracia.

 

Lucas: Tienes razón, perdona.

 

Óscar: La verdad es que Lidia a veces llega a darme bastante miedo. Esta muy loca.

 

Lucas: (Irónico) Veo que tienes muy buen ojo para encontrar pareja, ¿eh?

 

Óscar: Sí.

 

Lucas se echa a reír, divertido, y Óscar no puede evitar el seguirle.

 

Lucas: Pues entonces habrá que volver a salir a cenar esta noche. Si lo hicimos para que te olvidaras de Hugo, ahora habrá que hacerlo para que te olvides de esa tal Lidia.

 

Óscar: Lidia está completamente olvidada, pero… lo de la cena me parece una idea fantástica.

 

Los dos jóvenes se miran fijamente a los ojos, sonrientes.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ SALÓN/ TARDE

 

Hugo y Andrea están sentados en el sofá, tomándose cada uno un botellín de cerveza mientras charlan animadamente.

 

Hugo: ¿Entonces está todo preparado?

 

Andrea: Sí.

 

Hugo: Joder, que ganas tengo… no puedo esperar a que llegue esta noche. Estoy seguro de que saldrá todo perfecto.

 

Andrea: No te vendría mal bajar un poco tus expectativas.

 

Hugo: Andrea venga, no seas aguafiestas…

 

La joven esboza una forzada sonrisa.

 

Andrea: Vale, está bien, lo siento. En el fondo, espero que salga bien. Por lo menos, una pareja podría volver a ser feliz.

 

Hugo: (Preocupado) ¿Tan mal están las cosas con Carlos?

 

Andrea: Peor que mal. Ya le he dado dos ultimátums, y a pesar de ello no reacciona.

 

Hugo: A lo mejor el problema es que no los cumples.

 

Andrea: (Extrañada) ¿Qué quieres decir?

 

Hugo: No sirve de nada que le des un ultimátum, si después decides olvidar y no hacer nada aunque no te haga caso.

 

Andrea: (Irónica) ¿Y qué propones? ¿Qué me vaya de casa?

 

Hugo: Pues a lo mejor es una buena idea para que reaccione y se dé cuenta de lo que está perdiendo.

 

Andrea: Pero…

 

La joven se calla de inmediato, dándose cuenta de que su amigo podría tener razón.

 

PISO DE MARTA/ SALÓN/ TARDE

 

La joven está sentada en el sofá, leyendo una revista mientras Esperanza hace los deberes sentada a la mesa, cuando llaman al timbre. La joven, extrañada, cierra la revista y camina hacia la puerta. Se sorprende al ver a Lidia al otro lado.

 

Marta: ¿Qué estás haciendo tú aquí?

 

Lidia: (Sonríe) Yo también me alegro de verte.

 

La joven entra en el piso de la joven, ante la atónita mirada de ésta.

 

Marta: (Irónica) Como si estuvieras en tu casa…

 

Van al salón.

 

Marta: Esperanza, ¿por qué no te vas a tu cuarto un momento?

 

Esperanza: (Extrañada) Pero estoy haciendo los deberes.

 

Marta: Ya seguirás luego. Por favor.

 

Esperanza: (Suspira) Vale…

 

La niña sale del salón y, tras oírse la puerta de su dormitorio cerrarse, Marta se gira hacia su visita.

 

Marta: ¿Qué es lo que quieres, Lidia?

 

Lidia: Tu colaboración.

 

Marta: (Sorprendida) ¿Mi colaboración?

 

Lidia: Así es.

 

La joven se sienta en el sofá.

 

Lidia: Verás, quiero empezar de cero, ¿sabes? Ser vuestra amiga, intentar hacer las cosas bien ahora. Y quiero que me ayudes a que todos me den esa oportunidad.

 

Marta no puede evitar el dejar escapar una sonora carcajada.

 

Marta: ¿Y qué te hace pensar que voy a hacerlo?

 

Lidia esboza una cínica sonrisa.

 

Lidia: ¿Ya no recuerdas el pequeño detalle que sé acerca de tu pasado?

 

Marta: ¿Vas a chantajearme?

 

Lidia: Para nada. He cambiado.

 

La chica se levanta del sofá.

 

Lidia: Por eso creo que debería ir a la policía y delatarte. Al fin y al cabo mataste a una persona.

 

Marta: (Asustada) No puedes hacer eso…

 

Lidia: En cambio, si me das una segunda oportunidad y consigues que el resto también lo haga, podría demostrarte que puedes confiar en mí. Podríamos convertirnos en amiguitas que comparten secretos.

 

Marta mira a la joven, intentando contener su rabia.

 

Marta: Eres una hija de puta…

 

Lidia: Solo piénsalo, ¿vale? Hasta pronto.

 

La joven sale del piso, ante la furiosa mirada de Marta.

 

PISCINA MUNICIPAL DE GIJÓN/ NOCHE 

 

El lugar está completamente a oscuras. Andrea y Óscar saltan la valla. El joven no parece estar demasiado contento.

 

Óscar: ¿Se puede saber qué estamos haciendo aquí, Andrea? Tenía una cita esta noche que he tenido que cancelar, ¿sabes?

 

Andrea: Lo siento, pero creo que va a merecer la pena.

 

Óscar: Eso espero.

 

Andrea: Sígueme.

 

Óscar: (Extrañado) ¿A dónde?

 

Andrea: Solo sígueme.

 

Andrea empieza a andar hacia el fondo, y Óscar, tras dudar unos segundos, la sigue. Tras doblar una esquina llena de árboles, ve a Hugo sentado en el césped, con una toalla llena de comida frente a él y una enorme sonrisa dibujada en su rostro.

 

Hugo: Buenas noches, Óscar.

 

Óscar: (Extrañado) ¿Qué es todo esto?

 

Andrea: Bueno chicos, yo me voy. Os dejo solos… y no hagáis nada que yo no haría.

 

Hugo: Eso deja muchas opciones.

 

Andrea se ríe y se aleja de allí. Óscar, en cambio, no parece demasiado divertido.

 

Óscar: ¿Qué estamos haciendo aquí, Hugo?

 

Hugo: ¿No te acuerdas? Aquí es donde empezó todo.

 

Óscar: Claro que me acuerdo, pero no pintamos ya nada aquí.

 

Hugo: Quiero demostrarte que te quiero, Óscar. Que me arrepiento mucho de lo que hice, y que quiero estar a tu lado. Por favor. Dame una segunda oportunidad.

 

El joven permanece unos segundos en silencio, pensando, hasta que finalmente suspira.

 

Óscar: Lo siento Hugo, pero es demasiado tarde. Quizás con el tiempo podamos volver a ser amigos, pero yo… ahora mismo no puedo volver a confiar en ti. Lo siento, pero no puedo.

 

Hugo: Pero…

 

Óscar: (Interrumpiéndole) Buenas noches, Hugo.

 

El chico se aleja de allí, ante la llorosa mirada de su ex novio. Óscar coge su teléfono, y busca un número. Espera a que se lo cojan.

 

Óscar: Lucas, soy yo… ¿sigues libre esta noche?

 

DISCOTECA “PARADYSE”/ INTERIOR/ NOCHE 

 

Suena la canción “Diamonds”, de Rihanna.

 

Isra está apoyado en la barra, tomándose un cubata mientras mira a su alrededor, sonriente. Una joven muy atractiva se acerca a él y pide algo al camarero. Este se aleja, y la joven mira al pelirrojo. Esboza una amplia sonrisa.

 

Aria: ¿Qué haces aquí tan solo?

 

Isra: Mis amigos son unos sosos y no han querido salir, pero no por ello pensaba quedarme en casa.

 

Aria: Ya somos dos entonces.

 

Isra se ríe, y el camarero sirve el cubata a la joven.

 

Isra: Soy Isra, por cierto.

 

Aria: Aria.

 

Isra: Un nombre curioso.

 

Aria: (Sonríe) ¿Te gusta?

 

Isra: Es original.

 

Ahora es la joven la que se ríe.

 

Aria: ¿Te apetece bailar?

 

Isra se queda unos segundos en silencio, pensando, hasta que finalmente esboza una amplia sonrisa.

 

Isra: ¿Por qué no?

 

Aria: (Riendo) ¡Vamos!

 

Aria coge al pelirrojo de la mano y lo saca a la pista, ante las risas del joven.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ MAÑANA

 

Suena “Hasta nunca”, de La Fuga.

 

Claudia está tras la barra, leyendo una revista mientras se toma un café, cuando Lidia entra en el local con una enorme sonrisa dibujada en su rostro. Se acerca a la joven, que al alzar la mirada, se sorprende.

 

Claudia: ¿Qué coño haces tú aquí?

 

Lidia: Sí, yo también me alegro de verte. Un café con leche, por favor.

 

Claudia: Ni de coña. Podemos reservarnos al derecho de admisión, ¿sabes?

 

Lidia se sienta en una de las butacas, sin borrar la sonrisa de su cara.

 

Lidia: Oh, vamos Claudia, no sería justo… ¡si todavía no me ha dado tiempo de hacer nada!

 

Claudia: Ni tampoco pienso dártelo.

 

Lidia: Solo quiero tomarme un café.

 

Claudia: (Irónica) ¿Y no hay más bares en todo Gijón para hacerlo?

 

La joven se queda unos segundos en silencio, pensando, hasta que se pone triste.

 

Lidia: Claudia, por favor… solo quiero que me deis una segunda oportunidad, ¿es tanto pedir?

 

Claudia: Después de todo lo que nos has hecho, sí.

 

Lidia: Ya. Pues si no recuerdo mal, cuando llegaste a la ciudad tú también fuiste una pequeña hija de puta, por lo que me comentaron. Y por lo que veo, te dieron una segunda oportunidad. ¿No me merezco yo lo mismo?

 

Claudia: Lo que yo hice no tiene ni punto de comparación con todo lo que has hecho tú.

 

Lidia: Puede ser, pero aún así, son las mismas circunstancias.

 

Claudia: Que más quisieras.

 

Un incómodo silencio surge entre las dos jóvenes, hasta que Lidia, volviendo a dibujar una sonrisa en su cara, se levanta.

 

Lidia: Me voy a ir. Pero pienso demostraros que he cambiado y que podéis confiar en mí. Ya lo veréis.

 

La joven se aleja de allí, ante la confundida mirada de la camarera.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ DORMITORIO DE ISRA/ MAÑANA

 

El joven pelirrojo abre lentamente los ojos. No tarda en darse cuenta de que está completamente desnudo, solamente tapado por una fina sábana blanca. Nota movimiento en el otro lado de la cama, por lo que se gira lentamente. Ve a una chica vistiéndose, intentando no hacer ruido.

 

Isra: ¿Qué coño…?

 

La joven se gira, esbozando una amplia sonrisa.

 

Aria: (Interrumpiéndole) ¡Buenos días! Lo siento, no quería despertarte.

 

Isra le devuelve la sonrisa.

 

Isra: No te preocupes, no tiene importancia.

 

Aria: Te acuerdas de mí, ¿verdad?

 

Isra: Por supuesto. Ha sido una noche espectacular… como para olvidarse.

 

Aria deja escapar una sonora carcajada.

 

Aria: Me alegra oírte decir eso.

 

Isra: Es una pena que te tengas que ir ya.

 

Aria: Lo sé, y lo siento.

 

La chica se gira y da un apasionado beso al joven con el que ha pasado la noche.

 

Aria: Pero te he dejado mi número de teléfono apuntado en el escritorio. Llámame.

 

Isra: ¿Cuándo?

 

Aria: (Sonríe) Lo antes que puedas. Hasta luego.

 

Isra: Chao.

 

Aria sale del dormitorio del pelirrojo, el cual no puede evitar el dibujar una estúpida sonrisa en su rostro.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ MAÑANA

 

Suena la canción “Chalk Outline”, de Three Days Grace.

 

Andrea y Hugo están sentados en uno de los sofás del fondo del bar, tomándose cada uno un café. El joven está muy triste, mientras su amiga le mira, preocupada.

 

Andrea: Ya no puedes hacer nada más, Hugo. Óscar no quiere volver contigo, y tienes que asumirlo. No te queda otra.

 

Hugo: Todavía le quiero.

 

Andrea: Pero él a ti no, Hugo.

 

Hugo: Sé que sí.

 

Andrea mira a su amigo en silencio, sin saber muy bien qué decir, hasta que finalmente suspira.

 

Andrea: ¿Sabes a dónde fue después de darte el plantón?

 

Hugo: El sitio no lo sé. Lo que sí sé es que fue con su compañero de trabajo, ese tal Lucas. Le acompañó a casa, les oí hablar desde mi cuarto.

 

Andrea: No te das cuenta, ¿verdad?

 

Hugo: (Extrañado) ¿De qué?

 

Andrea: De que Óscar se está enamorando de ese chico.

 

Hugo: (Atónito) No. Eso no es verdad.

 

Andrea: Mira Hugo, siento estar siendo tan dura contigo, pero lo hago porque eres mi mejor amigo. No te mereces sufrir más. Le hiciste daño, pero ya has cumplido tu penitencia. Ya basta.

 

Hugo: No es ninguna penitencia, Andrea. Óscar no está enamorado de él. Simplemente le cae bien y le ha servido de apoyo en los malos momentos que yo mismo le he hecho pasar, pero nada más. Son amigos, solo eso.

 

Andrea: Hugo…

 

La joven coge la mano de su amigo.

 

Andrea: No te sigas engañando. Por favor.

 

Hugo: No lo hago.

 

El chico mira la hora en su móvil, para después zafarse de la mano de su amiga y levantarse, mientras se pone el abrigo.

 

Hugo: Acabo de recordar que tenía que hacer unos recados.

 

Andrea: (Preocupada) ¿Qué recados?

 

Hugo: Para clase. Luego nos vemos, ¿vale? Hasta luego.

 

Andrea: Chao…

 

Hugo sale rápidamente del local, ante la preocupada mirada de su amiga.

 

SEDE “RTPA”/ SALA DE CÁMARAS/ MEDIODÍA

 

Óscar está sentado en el sofá, leyendo una revista, cuando entra Lucas en la sala, cargando su cámara al hombro. Al ver a su compañero, esboza una amplia sonrisa.

 

Lucas: Buenos días.

 

Óscar: Hola.

 

El recién llegado empieza a recoger el equipo en su taquilla correspondiente.

 

Óscar: Has salido temprano esta mañana, ¿no? Cuándo he venido me han dicho que ya no estabas…

 

Lucas: Sí.

 

El joven, tras recoger la cámara, se sienta a su lado.

 

Lucas: Teníamos que ir a Llanes a grabar, y queríamos salir con tiempo.

 

Óscar: ¿Y cómo ha ido la mañana?

 

Lucas: Bien, la verdad es que bien. No me puedo quejar, Llanes es precioso. Podríamos escaparnos algún día para visitarlo, creo que te encantará.

 

Óscar mira a su compañero, sorprendido por su invitación.

 

Óscar: Bueno, yo…

 

Lucas, al darse cuenta de lo impulsivo que ha sido, le interrumpe esbozando una forzada sonrisa.

 

Lucas: Perdona, a lo mejor… a lo mejor no tendría que haberlo dicho. No quiero que me malinterpretes.

 

Óscar le devuelve la sonrisa a su amigo.

 

Óscar: Para nada. La verdad es que me encantaría.

 

Lucas: (Sorprendido) ¿De verdad?

 

Óscar: De verdad. Pero pago yo la gasolina, ¿eh? Para compensar lo de anoche, que me estuviste invitando a todo… y por cierto, habrá que repetirlo. Me lo pasé en grande.

 

Lucas: Eso está hecho. Cuando quieras.

 

Óscar: (Sonríe) Genial.

 

Ahora es Lucas el que le devuelve la sonrisa al joven. Los dos parecen estar muy contentos.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ TARDE

 

Claudia y Jaime están tras la barra del bar, que está prácticamente vacío. Ambos se miran, incómodos, cuando Marta entra en el local bastante apurada y se acerca a ellos.

 

Marta: Chicos, ya estoy aquí, ¿qué pasa? He venido en cuanto he podido…

 

Jaime: Creo que será mejor que te sientes.

 

Marta: (Extrañada) ¿Por qué?

 

Claudia: Hazle caso.

 

Marta, sin entender nada, termina haciendo caso a sus amigos y se sienta en una de las butacas.

 

Marta: ¿Y ahora vais a decirme de una vez qué es lo que pasa?

 

El matrimonio se mira, sin saber muy bien por dónde empezar, hasta que finalmente es Claudia la que deja escapar un suspiro.

 

Claudia: Tenías razón.

 

Marta: (Extrañada) ¿En qué?

 

Jaime: Lidia ha venido al bar.

 

Marta: (Sorprendida) ¡¿Qué?!

 

Claudia: Nos ha pedido una segunda oportunidad y nos ha prometido que ha cambiado, pero como no la hemos creído, se ha ido jurando y perjurando que demostrará que tiene razón.

 

Marta: No la habréis creído, ¿verdad?

 

Jaime: Por supuesto que no. Tranquila.

 

Los tres amigos se quedan en silencio durante unos segundos. Ninguno de ellos sabe muy bien qué decir.

 

Marta: ¿Y qué vamos a hacer ahora?

 

Jaime: No lo sé… pero se nos ocurrirá algo, ya lo verás. No dejaremos que se salga con la suya.

 

CONTINUARÁ…