MANERAS DE VIVIR


Quinta temporada, capítulo 111

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ NOCHE

 

Carlos está sentado en una de las butacas, tomándose una cerveza, mientras Claudia saca la vajilla del friegaplatos y la va colocando en los diferentes armarios.

 

Carlos: Venga Claudia, deberías de darle una oportunidad más… todos tenemos derecho a cometer errores, ¿no crees?

 

Claudia: Errores así no.

 

Carlos: Pero si tampoco fue para tanto…

 

Claudia coge aire, intentando mantener la calma.

 

Claudia: ¿Se puede saber qué es lo que pasa?

 

Carlos: (Extrañado) ¿A qué te refieres?

 

Claudia: ¿Te ha dicho él que vengas a hablar conmigo?

 

Carlos: ¡No, claro que no!

 

Claudia: ¿Entonces por qué insistes tanto en que le dé otra oportunidad? ¿A ti qué más te da?

 

Carlos: Hombre, pues que los dos sois mis amigos, y quiero que seáis felices.

 

Claudia: Ya…

 

Los dos se quedan unos segundos en silencio, hasta que la camarera por fin cae en algo.

 

Claudia: No le soportas, ¿verdad?

 

Carlos comienza a hacer pucheros.

 

Carlos: Me voy a cortar las venas en cualquier momento.

 

Claudia: ¡Pero si habéis vivido un montón de tiempo juntos!

 

Carlos: Sí, pero le has cambiado… ¡no es el mismo!

 

Claudia no puede evitar el echarse a reír, divertida, pero Carlos le mira muy serio.

 

Carlos: Ahora hablando en serio Claudia, tienes que darle otra oportunidad. De verdad. Te quiere muchísimo, y no te puedes hacer una idea de lo mucho que se arrepiente de lo que hizo.

 

Claudia: Ya…

 

A la joven se le llenan los ojos de lágrimas, pero para disimularlo, esboza una forzada sonrisa.

 

Claudia: Pues lo siento mucho, pero ya es demasiado tarde. La ha cagado pero bien.

 

Carlos: Pero…

 

Claudia: (Interrumpiéndole) ¿Puedes echarle un ojo un segundo a la barra? Voy al baño.

 

Claudia sale de detrás de la barra y camina hacia allí, ante la preocupada mirada de Carlos.

 

PISO DE JORGE/ SALÓN/ NOCHE

 

Jorge llega a casa, con Esperanza en brazos. Al encender la luz, se da cuenta de que alguien ha estado en el apartamento al ver todo revuelto, como si hubieran estado rebuscando algo.

 

Jorge: Dios mío…

 

Esperanza: ¿Qué ha pasado, papi?

 

CANCIÓN: “Bed of roses”, de Bon Jovi

 

KRISTEN BELL

 

CHACE CRAWFORD

 

RUPERT GRINT

 

VANESSA HUDGENS

 

JESSE MCCARTNEY

 

JESSE METCALFE

 

JARED PADALECKI

 

HAYDEN PANETTIERE

 

JESSICA STROUP

 

TOM WELLING

 

CAPÍTULO 111: Punto de inflexión

 

PISO DE MARTA/ SALÓN/ MAÑANA

 

Jorge da vueltas de un lado a otro de la sala, nervioso, cuando Marta sale de la cocina con un par de tazas de café.

 

Marta: Te traigo café.

 

Jorge: (Molesto) ¿De verdad crees que necesito café ahora?

 

Marta se encoge de hombros, mientras deja las dos tazas sobre la mesita.

 

Marta: Bueno, no sé, cómo no me has dicho lo que querías…

 

La joven se sienta en el sofá, suspirando.

 

Marta: Cuéntame entonces, ¿te han robado?

 

Jorge: No. Me he pasado la noche ordenando las cosas mientras Esperanza dormía, y no he echado nada en falta.

 

Marta: (Extrañada) ¿Pero entonces qué ha pasado? ¿Para qué lo han hecho?

 

Jorge: No sé… a lo mejor solo querían asustarme.

 

Marta: ¿Y quién querría hacerlo?

 

Jorge, también suspirando, se sienta junto a su ex novia.

 

Jorge: ¿De verdad necesitas preguntarlo?

 

Marta: ¿Lidia?

 

Jorge: ¿Quién si no?

 

Marta: Pero se supone que ahora estáis en el mismo bando, ¿no?

 

Jorge se queda unos segundos en silencio, pensando.

 

Jorge: A lo mejor se ha dado cuenta de que no lo estamos.

 

Marta mira a su ex novio, preocupada.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ COCINA/ MAÑANA

 

Hugo está sentado en una de las butacas, tomándose un café, cuando Óscar aparece por allí, tan solo en calzoncillos. Al ver a su novio esboza una amplia sonrisa, a pesar de que Hugo se muestra indiferente.

 

Óscar: Buenos días.

 

Hugo: (Extrañado) ¿Ya me hablas?

 

Óscar se sirve también una taza de café, y se sienta junto al joven.

 

Óscar: Lo siento.

 

Hugo: ¿Cómo dices?

 

Óscar: (Suspira) Que lo siento.

 

Hugo tiene que disimular su sonrisa.

 

Hugo: Oh…

 

Óscar: Sí. He sido un egoísta, y solo he pensado en mí. Pero pienso demostrarte que voy a empezar a pensar en los dos. Como pareja.

 

Hugo: (Extrañado) ¿De qué estás hablando?

 

Óscar esboza una amplia sonrisa.

 

Óscar: He pensado en irme a vivir contigo a Madrid.

 

Hugo: (Sorprendido) ¡¿Qué?!

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ MEDIODÍA

 

Claudia está sentada tras la barra, comiéndose un bocadillo, cuando Jaime entra en el local. Al ver a su mujer duda durante unos segundos, pero finalmente esboza una forzada sonrisa y se acerca a ella.

 

Jaime: Buenos días.

 

Claudia: (Molesta) Ya era hora. Te tocaba venir hace media hora.

 

Jaime: Lo sé, es que me he quedado dormido. No me acostumbro a la cama del piso de Carlos, y eso que es en la que dormía antes… pero desde luego, después de probar la nuestra, no hay nada igual.

 

Claudia: Muy bien, pero tampoco te he pedido que me cuentes tu vida.

 

La chica tira el bocadillo en la basura y entra al almacén, mientras Jaime, triste, se pone tras la barra. La joven no tarda en volver a salir, con el bolso colgado del hombro.

 

Claudia: Me voy. Hasta mañana.

 

Claudia se dirige hacia la puerta, ante la impotente mirada de Jaime.

 

Jaime: ¡Claudia!

 

La joven se detiene, pero no se gira.

 

Jaime: Te quiero. No quiero que te vayas.

 

Claudia: Jaime…

 

Jaime: (Interrumpiéndola) Quiero volver a casa, estar a tu lado. Volver a despertarme contigo cada día, porque es lo que más fuerza me da para afrontar el día.

 

Claudia coge aire antes de responder.

 

Claudia: Voy a pedir el divorcio.

 

Jaime: (Sorprendido) ¡¿Qué?!

 

Claudia: Lo siento.

 

La chica sale del local, ante la atónita mirada de su todavía marido.

 

APARTAMENTO DE LIDIA/ SALÓN/ TARDE

 

Lidia está sentada en el sofá, probando un nuevo kit de maquillaje, cuando alguien llama al timbre. La joven, extrañada y tras mirar su reloj, se levanta y abre la puerta. Esboza una cínica sonrisa al ver a Jorge al otro lado.

 

Lidia: Vaya, fíjate a quién tenemos aquí… ¿vienes ahora de la casa de Marta? Porque he estado esperando un buen rato a que salieras, pero la verdad es que me he terminado aburriendo bastante y he vuelto a casa.

 

Jorge: ¿Por qué lo has hecho?

 

Lidia: (Extrañada) ¿El qué?

 

Jorge entra en el apartamento, indignado, y Lidia, al darse cuenta de la actitud del chico, opta por cerrar la puerta.

 

Lidia: ¿Qué pasa, Jorge?

 

Jorge: (Enfadado) ¡Has entrado a mi casa, joder!

 

Lidia: ¿A tu casa? ¿Para qué iba yo a entrar a tu casa?

 

Jorge: Pues no lo sé. A lo mejor por el mismo motivo por el que me sigues allá donde voy.

 

Lidia: Ya te expliqué por qué era eso.

 

Jorge: Sí, y entiendo que no confiarás en mí al principio, pero ya llevamos así dos semanas. Creo que me merezco un mínimo margen de duda, ¿no crees?

 

Lidia se queda en silencio durante unos segundos, pensando, hasta que finalmente suspira, volviendo a sentarse en el sofá.

 

Lidia: Sí. Tienes razón. Lo siento.

 

Jorge suspira, aliviado, y se sienta junto a su supuesta aliada.

 

Jorge: Vale, no te preocupes. No importa. Me alegro de que hayas recapacitado.

 

Lidia: De todas formas tengo que decirte algo, Jorge.

 

Jorge: (Extrañado) ¿El qué?

 

Lidia: Yo no he entrado a tu casa.

 

El joven la mira, sin entender nada.

 

Jorge: ¿Cómo que no?

 

Lidia: Vale, sí, es verdad que te sigo y te observo, pero… no he entrado a tu casa. Eso es lo último que haría.

 

Jorge: Pero entonces… ¿quién ha podido ser?

 

Lidia mira al joven, sin saber qué responderle.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ TARDE

 

Hugo y Andrea están sentados en uno de los sofás, bebiéndose cada uno un botellín de cerveza. El chico parece estar bastante indignado.

 

Hugo: Cada vez que hablas con él, metes más la pata.

 

Andrea: (Molesta) ¿Y yo qué sabía que no querías que se fuera contigo a Madrid? Incluso pensaba que te haría ilusión…

 

Hugo: Es que no deberías de pensar tanto.

 

Andrea: (Irónica) Muy gracioso.

 

Los dos amigos se quedan unos segundos en silencio.

 

Andrea: ¿Pero por qué no quieres que vaya contigo? Le quieres, ¿no?

 

Hugo: Claro que le quiero.

 

Andrea: ¿Entonces? Es que no lo entiendo…

 

Hugo permanece en silencio durante unos segundos, pensando, hasta que finalmente suspira.

 

Hugo: No quiero que lo abandone todo por mí. No me parece justo.

 

Andrea: No lo está abandonando por ti. Se quiere ir contigo, Hugo.

 

Hugo: Pero a él le gusta esto, Andrea. Si no se lo he pedido ha sido por eso. Y me encanta que esté dispuesto a dejarlo todo por venirse conmigo, pero no puedo permitirlo. Sé que en Madrid no conseguiría ser feliz.

 

Andrea mira al joven, sin saber qué decir.

 

Andrea: ¿Se lo has dicho ya?

 

Hugo: No. No sé cómo hacerlo.

 

Vuelven a quedarse durante unos segundos en silencio, hasta que Andrea esboza una forzada sonrisa.

 

Andrea: He vuelto a meter la pata, ¿eh?

 

Hugo: Hasta el fondo, sí.

 

PISO DE CARLOS/ SALÓN/ NOCHE

 

Jaime: ¡El divorcio! ¿Te lo puedes creer? ¡Sí apenas llevamos tres meses casados!

 

Carlos, sentado junto a su amigo en el sofá mientras se bebe un botellín de cerveza, le mira sin  saber qué decir.

 

Jaime: ¡Es que no puede estar hablando en serio!

 

Carlos: ¿De verdad te sorprende, Jaime?

 

Jaime: (Extrañado) ¿Qué quieres decir?

 

Carlos: Has estado manipulando sus pastillas anticonceptivas sabiendo que no quería quedarse embarazada. Es normal que quiera divorciarse.

 

Jaime: (Molesto) Sé supone que eres mi amigo. Deberías apoyarme.

 

Carlos: Punto número uno, soy amigo tanto suyo como tuyo, y punto número dos, ser amigo de una persona no consiste en decirle que sí a todo y que todo lo que hace está bien, sino poder ser crítico con toda la confianza que ello requiere sin que la otra persona se enfade.

 

Jaime se queda unos segundos en silencio, pensando, hasta que finalmente suspira.

 

Jaime: Joder… es que lo peor de todo es que sé que la he cagado, y que ella tiene razón.

 

Carlos: Entonces intenta ponerle solución a todo esto.

 

Jaime: ¿Crees que la tiene?

 

Carlos: No tengo ni idea. Pero tú tampoco la vas a tener si te quedas aquí sentado sin hacer nada el resto de tu vida.

 

El joven mira a su amigo, dándose cuenta de que tiene razón.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ MAÑANA

 

Jorge y Marta, junto a Esperanza, están sentados en una de las mesas, tomándose cada uno un café. Los dos jóvenes parecen estar bastante preocupados mientras su hija, ajena a todo, juega con una muñeca.

 

Jorge: Ella me jura y me perjura que no ha entrado en mi apartamento.

 

Marta: ¿Y la crees?

 

Jorge se queda en silencio durante unos segundos, pensando, hasta que finalmente se encoge de hombros.

 

Jorge: No me queda otra.

 

Marta: Vamos Jorge… todos sabemos que Lidia sería capaz de todo eso, y de mucho más.

 

Jorge: Sí, pero cree que estoy de su lado. ¿Por qué iba a hacerlo?

 

Marta: ¿Y si lo sabe?

 

Jorge: (Extrañado) ¿El qué?

 

Marta: Que en el fondo todo esto es una estrategia para sacarle información y que tú todavía sigues de nuestro lado.

 

Jorge: No, eso es imposible… ¿cómo iba a saberlo?

 

Marta: Estamos hablando de Lidia.

 

Jorge: Sí, y sé que es muy inteligente, pero también sé  que no hemos dejado ningún cabo suelto. Al menos de momento.

 

Marta: (Dudosa) No sé…

 

Jorge: De todas formas, no hay que preocuparse. Sé un método infalible para sacarle cualquier cosa.

 

Marta: (Extrañada) ¿Cuál?

 

Jorge: Creo que ya lo sabes…

 

Marta: (Sorprendida) ¡¿Te has acostado con ella?!

 

Jorge mira a su alrededor, asustado, y se da cuenta de que todos los allí presentes les están mirando. Esboza una forzada sonrisa, y vuelve a mirar a su ex novia.

 

Jorge: ¿Quieres bajar la voz, por favor?

 

Marta: Perdona… ¿pero cómo has podido hacerlo?

 

Jorge: Tenía que asegurarme de que supiera que estaba de su lado… y además ya te digo, se le va mucho la boca con el cigarrito de después.

 

La joven se queda en silencio durante unos segundos, pensando, hasta que finalmente suspira.

 

Marta: Esto cada vez va a peor…

 

Jorge: Tranquila, Marta. Si al final conseguimos lo que pretendemos, que es acabar con ella, cualquier otra cosa habrá merecido la pena.

 

Marta le mira, sin saber qué responder.

 

PARQUE “RUISEÑORES”/ MAÑANA

 

Andrea camina a toda prisa, mirando unos apuntes mientras se fuma un cigarro. Va tan concentrada en lo que lee, que no se da cuenta de que Carlos se aproxima a ella por la dirección contraria.

 

Carlos: Buenos días.

 

La joven levanta la mirada, asustada.

 

Andrea: Joder, que susto…

 

Carlos: Disculpa, no era mi intención.

 

Andrea esboza una forzada sonrisa.

 

Andrea: Tranquilo.

 

Carlos: ¿A dónde vas tan acelerada?

 

Andrea: Oh, pues entonces tira… no quiero entretenerte. Suerte.

 

Andrea: Gracias.

 

La joven rubia continúa su camino y Carlos, tras dudarlo durante unos segundos, comienza a seguirla.

 

Carlos: Andrea, espera.

 

Andrea: (Extrañada) ¿Qué pasa?

 

Carlos le da alcance.

 

Carlos: Bueno, yo… me preguntaba si querrías quedar a cenar conmigo esta noche.

 

Andrea: Yo… ¿crees que es buena idea?

 

Carlos: ¿Por qué no? Dijimos de ir poco a poco, pero si no nos vemos, la cosa va a ser mucho más difícil de lo que ya lo es.

 

Andrea se queda en silencio durante unos segundos, pensando, hasta que finalmente sonríe.

 

Andrea: Supongo que tienes razón.

 

Carlos: ¡Genial! ¿Te pasas por casa a eso de las diez?

 

Andrea: Allí estaré.

 

Carlos: Perfecto. Suerte. Chao.

 

Andrea: Adiós.

 

Cada uno comienza a caminar en sentidos contrarios, pero ambos con una ilusionada sonrisa dibujada en su rostro.

 

PISO DE MARTA/ SALÓN/ TARDE

 

Isra está sentado en el sofá, cuando Marta sale de la cocina con un par de botellines de cerveza entre sus manos. Da uno a su amigo mientras se sienta a su lado.

 

Isra: Gracias.

 

Marta: ¿Cómo estás? ¿Cómo te están yendo los exámenes?

 

Isra: Bien… creo que conseguiré sacarme todos.

 

Marta: (Sonríe) Genial.

 

Isra: Sí.

 

Marta: ¿Y con Iñigo?

 

Isra: Pasamos el uno del otro. Supongo que es lo mejor.

 

Marta: Pues sí. No hay mayor desprecio que no hacer aprecio.

 

El pelirrojo se ríe, divertido.

 

Isra: ¿Y tú cómo llevas lo de Jorge?

 

Marta esboza una forzada sonrisa.

 

Marta: Mejor.

 

Isra: (Desconfiado) ¿Seguro?

 

Marta: ¿A qué viene tanta insistencia?

 

Isra: Porque sigues enamorada de él, ¿verdad?

 

Marta: (Divertida) ¿Pero qué dices?

 

La joven se empieza a reír, divertida.

 

Marta: Desde luego, estás haciendo el camino inverso, cuanto más estudias, más tonto te vuelves… y no sé si eso te conviene para los exámenes, ¿eh?

 

Isra: Bueno, bueno, tú di lo que quieras, pero a mí no me engañas. Nos conocemos demasiado.

 

Marta: En fin…

 

Marta da un sorbo a su cerveza, intentando disimular.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ DORMITORIO DE ÓSCAR/ NOCHE

 

Óscar está sentado en la cama, leyendo un libro, cuando escucha unos leves golpes en la puerta. El joven cierra el libro y fuerza una sonrisa.

 

Óscar: Adelante.

 

La puerta se abre, dando paso a Hugo.

 

Hugo: ¿Te pillo muy liado?

 

Óscar: No, tranquilo. Pasa.

 

Hugo entra en el dormitorio de su novio, y cierra la puerta.

 

Óscar: ¿Has pensado lo que te dije de Madrid?

 

Hugo: Sí, por eso precisamente venía.

 

Óscar: Pues tú dirás.

 

Hugo se queda en silencio durante unos segundos, pensando, hasta que finalmente suspira.

 

Hugo: No creo que sea buena idea que vengas.

 

Óscar: (Sorprendido) ¿Qué? ¿Por qué?

 

Hugo: Porque no llevamos tanto tiempo juntos como para dar un paso así, Óscar. Y tampoco quiero que lo dejes todo para venir conmigo.

 

Óscar: ¿Dejar qué? Si lo único que tengo aquí eres tú.

 

Hugo: Tienes a tus amigos, Óscar.

 

Óscar mira a su novio, mientras los ojos se le van llenando poco a poco de lágrimas. Hugo, triste, se sienta junto a él.

 

Hugo: Escucha Óscar. Aunque me vaya a Madrid, lo nuestro no tiene por qué acabar. Yo te quiero y quiero estar contigo.

 

Óscar: No creo que pueda tener una relación a distancia.

 

Hugo: Nos veremos todos los fines de semana. Vendrás tú o volveré yo. Y con el tiempo, ya veremos lo que pasa. Pero tenemos que intentarlo. Nos queremos. Podemos hacerlo.

 

El joven mira a su novio, sin saber qué decir.

 

PISO DE CARLOS/ SALÓN/ NOCHE

 

Carlos y Andrea están sentados en el sofá, tomándose cada uno una copa de vino a la luz de las velas. Los dos parecen estar muy cómodos.

 

Andrea: La verdad es que ha sido una velada fantástica, y la cena estaba buenísima. Me has sorprendido.

 

Carlos: ¿Ya no te acordabas de mis dotes culinarias?

 

Andrea: ¿Alguna vez las has tenido?

 

Carlos: Vale, he de confesar que algunas de las cosas eran precocinadas.

 

Andrea: Lo suponía.

 

Los dos jóvenes se ríen, divertidos, para luego quedarse durante unos segundos en silencio.

 

Carlos: Ha sido como en los viejos tiempos.

 

Andrea: Totalmente.

 

Carlos: ¿Crees que alguna vez podremos superar todo esto?

 

Andrea: Me encantaría.

 

Carlos: Y a mí.

 

Vuelven a quedarse en silencio durante unos segundos hasta que Andrea, sonriendo, se acerca lentamente al joven y le da un pequeño beso en los labios.

 

Carlos: Andrea…

 

Andrea: (Interrumpiéndole) Solo ha sido un pequeño beso. Nada más.

 

Carlos: Ya.

 

Los dos jóvenes vuelven a quedarse en silencio, y ahora es Carlos el que da un beso a la joven, de la misma intensidad pero un poco más largo. Andrea no puede evitar el echarse a reír, divertida.

 

Andrea: ¿Estás seguro de esto?

 

Carlos: No sé cómo me sentiré mañana… pero sí que sé que ahora esto es lo que me apetece hacer.

 

Se miran durante unos segundos a los ojos, en silencio, hasta que finalmente Andrea se lanza sobre el joven, besándole apasionadamente.

 

APARTAMENTO DE LIDIA/ DORMITORIO DE LIDIA/ NOCHE

 

Lidia entra en el dormitorio y enciende la luz. Luego pone la minicadena, y empieza a sonar “Desde mi cielo”, de Mägo de Oz. Abre el primer cajón de su escritorio, y saca una carpeta marrón, la cual abre. Allí podemos ver que tiene una ficha policial de Jorge en la que es acusado de desacato, resistencia a la autoridad y posesión de drogas. Además, tiene varias fotos del hijo que el joven ha dejado en Alemania. Lidia esboza una cínica sonrisa.

 

Lidia: Aunque todavía no lo sepas, ya eres mío…

 

CONTINUARÁ…