MANERAS DE VIVIR

.- Mientras Laura habla va hablando, vamos viendo las imágenes relatadas bajo sus frases, y de fondo suena “Mil lágrimas”, de La Fuga.

LAURA: (Off) ¿Cuántas veces en nuestra vida habremos deseado cosas imposibles? ¿Cómo volver al pasado, y cambiar todo lo que hemos hecho?

Marta y Hugo están sentados en uno de los bancos del parque Ruiseñores. La chica está hablando, mientras Hugo la mira, sorprendido. De golpe, la chica se reincorpora en la cama. Todo era un sueño.

LAURA: (Off) ¿Borrar todas las huellas de tu existencia, como si nunca hubieras estado en este mundo?

Claudia permanece tumbada en su cama, con los ojos cerrados. Poco a poco los abre, y se despereza. Se levanta, y se asusta al ver en la pared de enfrente multitud de fotos en las que aparece junto a su madre y a un desconocido hombre. Con los ojos llorosos, se dirige hacia allí y comienza a arrancarlas con furia. Elisa, desde su dormitorio, la escucha con una malévola sonrisa en su rostro.

LAURA: (Off) ¿Desear elegir entre dos personas, pero no conseguirlo porque quieres a las dos demasiado como para hacerle daño a la otra?

David y Andrea se besan apasionadamente en el Four, cuando oyen el ruido de la puerta abrirse, por lo que se separan rápidamente. Son Hugo y Edu, pero entran charlando entre ellos, y no les han visto.

LAURA: (Off) ¿Simplemente haber hecho las cosas de otra manera?

Isra se encuentra de pie frente a la ventana de su dormitorio, con la mirada perdida en algún punto de la calle. Varias lágrimas resbalan por sus mejillas.

LAURA: (Off) ¿O directamente, no haberlas hecho?

Laura está sentada a oscuras en la cocina de su casa. Mira con detenimiento el bote que se encuentra a lo alto. De su escote saca el fajo de billetes. Se sube, y vuelve a meterlo al bote.

.- El sol de la mañana reluce débilmente en el cielo cuando no es tapado por las numerosas nubes que lo inundan. David se encuentra tras la barra del Four, secando la vajilla. Claudia se acerca por detrás de él, intentando no hacer ruido, y le tapa los ojos con un rápido movimiento.

CLAUDIA: (Susurrando) ¿Quién soy?

David sonríe, contento.

DAVID: ¿Mi camarera favorita?

CLAUDIA: ¡Correcto!

La chica le destapa los ojos y se besan apasionadamente, hasta que David se separa, ante la sorpresa de la chica.

CLAUDIA: ¿Qué pasa?

DAVID: (Nervioso) Eh… nada, que dijiste que querías ir despacio, y bueno… no quiero agobiarte.

CLAUDIA: Bueno, pero darme un beso no es agobiarme.

La joven intenta volver a besarle, pero David se aleja.

DAVID: Pero es que puede entrar cualquiera.

CLAUDIA: (Extrañada) ¿Y?

DAVID: Pues que ya te dije que no quería que se enterase nadie.

CLAUDIA: ¿Sigues con eso?

DAVID: Mira Claudia, ya te dije que lo pasé muy mal hace unos meses con la hermana de Edu, y antes de hacer oficial esto, me gustaría ver hacia donde va y si funciona.

Claudia piensa durante unos segundos, para luego sonreír forzadamente.

CLAUDIA: Vale, está bien. Si tú crees que es lo mejor…

DAVID: (Sonríe) Gracias por entenderlo.

La joven pareja se da un pico, y mientras David continúa con su tarea, Claudia regresa al almacén para dejar el bolso y el abrigo.

TÍTULOS DE CRÉDITO: "Have a nice day" Bon Jovi
Kristen Bell, David Gallagher, Rupert Grint, Vanessa Hudgens, Jesse McCartney, Jesse Metcalfe, Hayden Panettiere, Emma Watson.

Capítulo 33.
Misión imposible


.- De fondo suena la canción “Duerme conmigo”, de Marea. Edu se encuentra sentado en el sofá del salón de la casa de su novio, aunque no parece estar demasiado cómodo. Pronto aparece por allí Hugo, con dos vasos llenos de coca-cola, y una bolsa de patatas fritas.

HUGO: Toma, aquí tienes.

EDU: (Sonríe) Gracias.

Edu coge el vaso que le tiende su novio, y este se sienta a su lado, dándole un beso que Edu no tarda en rechazar.

HUGO: (Extrañado) ¿Pasa algo?

EDU: La verdad es que no estoy muy cómodo. ¿Qué pasa si vienen tus padres de repente?

HUGO: (Suspira) A ver, están trabajando. Pero de todas formas, si viene mi madre no hay problema, porque ya lo sabe, y si viene mi padre, pues estoy en el salón de mi casa charlando con un amigo mientras comemos patatas y bebemos coca-cola. ¿Qué tiene eso de raro?

EDU: Supongo que nada.

HUGO: Pues ya está.

Los dos se quedan en silencio unos segundos, hasta que Edu mira a su novio, con picardía.

EDU: ¿Entonces solo vamos a hablar?

HUGO: (Sonríe) No te aclaras, ¿eh?

EDU: (Riendo) Bueno, es que si crees que no van a venir tus padres, sería como desperdiciar un poco el tiempo, ¿no?

Hugo acompaña a su novio con las risas.

HUGO: La verdad es que los sábados pueden presentarse a cualquier hora, no tienen horarios fijos, y aunque dudo que vengan tan pronto, no quiero arriesgarme.

EDU: (Decepcionado) Vale, está bien, como quieras.

Hugo se ríe, y da un beso al chico.

HUGO: Esta tarde, te lo prometo. Seguramente se irán de compras.

EDU: (Sonríe) Bueno, te tomo la palabra.

HUGO: Puedes hacerlo. Por cierto, ¿qué cojones pasó ayer con lo de Marta e Isra? ¿Te has enterado de algo?

EDU: No, pero es muy raro. Vamos, yo en la fiesta hable con Isra y me di cuenta de que estaba raro. Pero creo que fue más un calentón que otra cosa.

HUGO: Pues espero que no, así ya nos dejará en paz de una vez por todas.

Edu se queda callado, y mira a Hugo cuando se da cuenta de que este también lo está haciendo extrañado, y sonríe falsamente.

EDU: Sí, estará de puta madre.

HUGO: Aunque en el fondo me da pena que Marta le tenga que aguantar, aunque no me hable con ella.

EDU: Que mala persona eres.

HUGO: Para nada. Pero ya sabes que…

EDU: (Interrumpiéndole) Sí, lo sé.

Los dos jóvenes se quedan mirando, y se empiezan a reír, divertidos.

.- Carlos se encuentra sentado tras el mostrador de la recepción del hotel, observando el estado actual de las reservas. Sus ojos están rodeados de unas enormes ojeras. Laura llega hasta allí, y le mira, preocupada.

LAURA: Mírate tío, das pena.

CARLOS: (Irónico) Vaya, dando ánimos eres única, desde luego.

El chico se levanta para dar un pico a su novia.

CARLOS: (Susurrando) Joder…

Carlos vuelve a sentarse completamente pálido, y Laura le observa, sin poder evitar el preocuparse.

LAURA: ¿Qué pasa?

CARLOS: Nada, un simple mareo.

LAURA: Ya, ¿y eso no crees que quiere decir algo?

CARLOS: (Suspira) Todos los días con lo mismo, Laura. Dame tregua, ¿no?

LAURA: ¿Cómo quieres que te de tregua cuando te estoy viendo lo mal que lo estás pasando?

CARLOS: No seas exagerada. Esto es porque anoche nos acostamos tarde, nada más.

Laura mira a su novio, sin creerle.

LAURA: Ya… ¿y tu compañera?

CARLOS: Es su día libre. Por cierto, ¿les has devuelto ya el dinero a tus padres?

LAURA: Sí, anoche al llegar a casa. Y tenías razón, fue un error. Pero hay que buscar otra solución, no puedes seguir así.

CARLOS: (Suspira) Oye, si vas a estar con lo mismo una y otra vez, es mejor que te vayas. No tengo tiempo para esto.

La chica mira a Carlos, decepcionada.

LAURA: Muy bien. ¿Quieres que me pase esta noche por tu casa?

CARLOS: La verdad es que prefiero que no lo hagas. No te molestes, pero me gustaría descansar, lo único que quiero es pillar la cama.

LAURA: (Molesta) Muy bien, pues cuando creas que estás preparado para que pasemos un rato juntos, llámame.

CARLOS: Laura…

La joven, ignorando a su novio, sale rápidamente del lugar, mientras Carlos se recuesta en la silla, sabiendo que Laura tiene razón.

.- Elisa está sentada en el sofá del salón del piso de su hija, leyendo una revista mientras desvía de vez en cuando la mirada hacia el televisor, el cual está encendido. En ese momento, Claudia llega a casa, y tras dejar el abrigo y el bolso, mira a su madre de mala manera.

CLAUDIA: Tenía la esperanza de que te no estuvieras en casa.

Elisa ni siquiera la mira.

ELISA: Bueno, tú me pediste que no saliera de casa, y soy una mujer responsable, que intento hacer lo mejor para ti.

CLAUDIA: (Irónica) ¡Oh, por supuesto!

La joven se sienta al lado de la mujer, mirando la televisión.

ELISA: ¿No vas a hacer la comida?

CLAUDIA: No, yo tengo que volver al bar en una hora, luego me prepararé un sándwich. Tú que has estado aquí toda la mañana, podrías haberla hecho.

ELISA: No me apetecía.

CLAUDIA: Perfecto, entonces te quedarás sin comer… por cierto, ¿qué fue lo de las fotografías de esta noche?

ELISA: (Extrañada) ¿Qué fotografías?

CLAUDIA: Mamá, no te hagas la tonta. Las que pegaste en mi pared.

ELISA: ¡Ah, esas! Bueno, solo son recuerdos, ¿no?

La mujer se ríe, y Claudia se levanta, intentando ocultar su enfado.

CLAUDIA: Quiero que te vayas de mi casa.

ELISA: (Riendo) Eso no es posible.

CLAUDIA: Desde luego que lo es. Es mi piso, y yo decido quien se va y quien se queda.

ELISA: Si me voy, iré a la policía directamente, lo sabes, ¿verdad?

CLAUDIA: Me da igual, mamá. Caerás tú, no yo.

ELISA: Te equivocas. Caeremos las dos.

Su hija sonríe, irónica.

CLAUDIA: Ah, ¿sí? ¿Con que pruebas planeas culparme?

La mujer se levanta, devolviendo la sonrisa a su hija.

ELISA: Vuelves a equivocarte. Las tengo, y lo sabes.

Elisa se dirige hacia su habitación sin borrar la sonrisa de su cara, mientras Claudia la observa rabiosa.

.- Ya es por la tarde, y Marta sale de su portal, bastante acelerada, metiendo las llaves en el bolso. Ni tan siquiera se da cuenta de que Isra la observa apoyado en la pared, y que empieza a andar tras ella.

ISRA: ¡Marta!

La chica se asusta al escuchar su voz, pero decide no parar y tampoco girarse.

MARTA: Isra, ahora no tengo tiempo. He quedado con Jorge y llego tarde.

ISRA: Será solo un momento.

Marta se gira, suspirando.

MARTA: Mira, si me vas a pedir perdón por lo de ayer, no te preocupes. Entiendo que estuvieses borracho, y que lo hicieras sin pensar. Pero de verdad, tengo prisa.

ISRA: Sí, venía a pedirte perdón, pero no estaba borracho. Sabía muy bien lo que hacía.

MARTA: (Sorprendida) ¿Qué?

Isra suspira, algo avergonzado.

ISRA: No sé lo que me pasó, de verás. Pero anoche te vi tan mal, tan indefensa, y me afectó tanto verte así… que empecé a sentir algo… no sé, en serio.

MARTA: ¿Empezaste a sentir algo por pena?

ISRA: No he querido decir eso. Yo…

MARTA: (Interrumpiéndole) Mira Isra, lo siento pero no tengo tiempo para esto. Sabes que estoy con Jorge, y le quiero. Lo siento. Nos vemos el lunes en el instituto, chao.

ISRA: Pero Marta…

MARTA: En serio, déjalo.

La joven comienza a alejarse de allí rápidamente, ante la decepcionada mirada de su amigo.

.- David se encuentra tras la barra del Four, atendiendo a dos muchachos que acaban de llegar. Cuando les sirve, estos se dirigen a una mesa, y entonces el chico observa a Andrea mirándole desde el otro lado de la barra. Se acerca a ella.

DAVID: (Seco) ¿Qué te pongo?

ANDREA: Una coca-cola.

DAVID: Muy bien.

David comienza a preparar el refresco, mientras Andrea le mira, sonriendo. Pronto se lo sirve.

ANDREA: Gracias.

El chico le sonríe, y se dispone a continuar con sus tareas.

ANDREA: ¿Y ya está? ¿Nada más?

DAVID: (Extrañado) ¿Me has pedido más cosas?

ANDREA: No me refiero a eso, inútil.

David suspira, y se acerca a pocos milímetros del oído de la chica.

DAVID: No creo que estemos en el lugar adecuado para que hablemos sobre el tema.

Andrea mira a su alrededor, extrañada.

ANDREA: Solo hay dos personas, y no les conocemos.

DAVID: Yo sí, son clientes habituales.

ANDREA: (Irónica) Ah, claro. Y sin duda alguna les importará muchísimo tu vida, ¿no?

David piensa durante unos segundos, para luego dejar escapar un sonoro suspiro.

DAVID: ¿Por qué no te pasas esta noche por mi casa y lo hablamos allí más tranquilos?

ANDREA: (Sonríe) Vaya, para estar tan indeciso, no has tardado demasiado en lanzarte, ¿eh?

DAVID: No te equivoques Andrea. No va a pasar nada.

ANDREA: Pasará lo que tú quieras que pase, ni más ni menos.

La chica se bebe su refresco de un trago, y se levanta de la butaca sin borrar la sonrisa de su cara.

ANDREA: Entonces nos vemos esta noche. Chao.

La chica, sin esperar respuesta, sale del lugar, dejando a David solo, que tras volver a suspirar, retoma sus tareas.

.- Ya es de noche. Isra se encuentra tumbado en su cama, escribiendo algo en un cuaderno. Sus ojos están llenos de lágrimas, y unos leves golpes se escuchan en la puerta.

EDU: (Off) ¿Puedo pasar?

ISRA: (Susurrando) Edu…

El chico se reincorpora, mete el cuaderno bajo la almohada, y se seca las lágrimas de sus ojos.

ISRA: Sí, claro. Pasa.

La puerta se abre, dando paso al chico, que la cierra tras él.

EDU: Joder, el novio de tu madre está como quiere, ¿eh?

ISRA: (Sonríe) Sí, la verdad es que está como quiere. ¿Y tú que haces que no estás con Hugo un sábado por la noche?

EDU: Bueno, también quiero pasar tiempo con mi mejor amigo, ¿es malo eso?

ISRA: No, supongo que no.

Los dos jóvenes se quedan en silencio durante unos segundos.

EDU: ¿Cómo te encuentras?

ISRA: Bien, ¿por qué? ¿Pasa algo?

EDU: Pues no lo sé, dímelo tú.

ISRA: (Extrañado) Edu, lo siento, pero no te sigo.

EDU: Vi lo que pasó anoche en la fiesta con Marta… y esta tarde me ha contado Laura lo de esta mañana.

ISRA: Ah, es eso…

EDU: ¿Quieres hablar sobre ello?

ISRA: No, la verdad es que prefiero no hacerlo.

EDU: (Sonríe) Como quieras.

Los dos jóvenes vuelven a quedarse en silencio durante un rato.

EDU: Solo dime una cosa. ¿Realmente estás enamorado de ella?

ISRA: (Suspira) Mira, no lo sé. Lo único que sé es que nos conocemos desde que éramos unos críos, y siempre he sabido que ella sentía algo por mí. Pero hasta que la vi anoche con el idiota de Jorge, no me había dado cuenta de lo importante que era en mi vida

EDU: Yo no creo que estés enamorado de ella.

ISRA: (Molesto) ¿Qué quieres decir?

EDU: Pues eso, que a lo mejor reaccionaste así cuando la viste con Jorge fue porque te dio rabia pensar que ahora él era el que estaba hay, y que ella simplemente te vea como un amigo. Todos queremos gustar a alguien, aunque no le correspondamos.

ISRA: No eres quien para decirme nada.

EDU: No te enfades, era solo una idea.

ISRA: Ya, pero es que nadie te la ha pedido. Es más, creo que te he dicho que no me apetecía hablar sobre el tema, ¿no?

Edu se levanta de la cama, algo molesto por las respuestas de su amigo.

EDU: Sí, tienes razón. Será mejor que me vaya, chao.

ISRA: Hasta el lunes.

Edu sale del dormitorio, mientras Isra vuelve a tumbarse sobre la cama, suspirando.

.- Suena de fondo la canción “Angels” de Robbie Williams. Hugo se encuentra tumbado en su cama, con la mirada perdida en el techo. Se ve que se había arreglado, aunque ahora está algo desmejorado. Mira el reloj, y suspirando, se da media vuelta en la cama, dispuesto a dormir.

.- Claudia se encuentra frente a la puerta del piso de su recién estrenado novio. Entre sus manos sostiene una botella de vino. Mira su reloj, el cual marca las doce y media de la noche, y se decide a llamar. Espera unos segundos hasta que el joven le abre.

CLAUDIA: ¡Sorpresa!

DAVID: (Sorprendido) ¿Claudia? ¿Qué haces aquí?

La chica se ríe, divertida.

CLAUDIA: Quería darte una sorpresa, y ya veo que lo he conseguido. Podríamos tomarnos este vino, y pasarnos por el Four, a ver como le va al nuevo del turno de noche.

DAVID: Ya… cielo, pero es que estoy muy cansado.

CLAUDIA: (Sonríe) Sí, ha sido un día duro… pero entonces podemos saltarnos la parte de ir al Four, y ver aquí alguna película.

DAVID: Verás, es que iba a acostarme ya.

CLAUDIA: (Decepcionada) Ya… pues entonces nos vemos mañana en el curro.

DAVID: Claro, y si quieres luego por la noche un rato también, por muy cansado que esté.

La chica sonríe de mala gana.

CLAUDIA: Muy bien, pues… hasta mañana.

DAVID: Chao.

Se dan un pico, y la joven se marcha, por lo que David cierra la puerta y se apoya en esta, suspirando. En pocos segundos el timbre vuelve a sonar, y el chico abre.

ANDREA: ¡Hola!

DAVID: Hola Andrea. Oye, ¿has visto a Claudia ahora cuando venías?

ANDREA: (Extrañada) ¿A Claudia? No… ¿por qué iba a verla? ¿No estaréis…?

DAVID: (Interrumpiéndola) No, no estamos de nada. Vino para preguntarme algo sobre el Four, nada más.

ANDREA: (Sonríe) Ya. ¿Puedo pasar?

DAVID: Eh… claro… claro, pasa. Pero aclaramos las cosas y ya está, que estoy agotado.

La chica sonríe, pícara.

ANDREA: Ya te dije que pasará solo lo que tú quieras que pase.

La joven entra al piso, y David, tras dejar escapar un largo suspiro, cierra la puerta.

.- Un nuevo día amanece en la ciudad. Laura y Carlos duermen tranquilamente sobre la cama del chico, ambos en pijama. El despertador comienza a sonar, y Laura se da media vuelta lentamente sin abrir los ojos, para abrazar a su novio que tampoco los ha abierto.

CARLOS: Me alegro de que al final vinieras anoche.

LAURA: (Sonríe) Yo también me alegro.

Ambos permanecen en silencio durante unos segundos.

CARLOS: Perdona por como te hable ayer en el hotel. Estaba muy tenso, y…

LAURA: (Interrumpiéndole) No te preocupes. Ya pasó, ¿no?

Carlos sonríe, y se levanta de la cama ante la sorpresa de su novia.

CARLOS: Hoy trabajo.

LAURA: (Suspira) Carlos…

CARLOS: Es la última vez, de verdad. A partir de mañana dejo las horas extras, pero para hoy ya me comprometí.

LAURA: Más te vale.

Carlos sonríe de mala gana, y se empieza a poner pálido. Laura le mira, asustada.

LAURA: Cariño, ¿estás bien?

Carlos se agarra en la pared.

CARLOS: Me… me…

De pronto el chico cae al suelo inconsciente, ante la rápida reacción de Laura al levantarse.

LAURA: ¿Carlos?

Al no obtener respuesta, la joven se agacha ante su novio, llorando.

LAURA: ¡Carlos!

.- Andrea duerme desnuda en la cama de David, mientras este, de pie ya, se termina de vestir. Andrea se da media vuelta, y al echar la mano y darse cuenta de que David no está a su lado, abre los ojos.

ANDREA: ¿Te vas?

DAVID: Sí, casi llego tarde al trabajo ya.

ANDREA: (Sonríe) Me encantan los chicos trabajadores. ¿Quieres que vuelva a pasarme esta noche por aquí?

DAVID: Mañana tienes instituto.

ANDREA: ¿Y?

DAVID: Pues que no es buena idea. Si no duermes, no vas a poder rendir lo necesario.

La chica se ríe, divertida.

ANDREA: ¿Crees que eso me importa?

DAVID: Pues debería. En serio, no vengas.

El joven termina de vestirse, y empieza a buscar sus llaves por el dormitorio, ante la incrédula mirada de Andrea.

ANDREA: ¿Qué pasa? ¿No lo has pasado bien? Porque me consta que soy una fiera en la cama.

DAVID: No es eso.

ANDREA: ¿Entonces?

David se queda parado durante unos segundos, y luego, suspirando, se sienta al lado de la chica, la cual se reincorpora.

DAVID: No creo que esto haya sido buena idea.

ANDREA: (Sorprendida) ¿Perdona?

DAVID: Pues eso, que esto no debería haber pasado.

ANDREA: Perdona, pero yo no te puse una pistola en la cabeza para que te acostaras conmigo.

DAVID: No, pero me pusiste dos tetas delante.

ANDREA: Si tienes una mente tan simple como para dejarte llevar por eso, no es mi problema.

David se levanta, molesto, y se dispone a salir del dormitorio.

DAVID: Vístete y vete. En serio, es lo mejor.

El chico sale del dormitorio, y Andrea se deja caer de nuevo sobre la cama, suspirando.

.- Laura permanece sentada en la sala de espera del hospital. No para de temblar, y mantiene los ojos llorosos. En ese momento, el doctor Martínez aparece allí.

DOCTOR MARTÍNEZ: ¿Familiares de Carlos Díaz?

La chica se levanta rápidamente.

LAURA: Yo soy su novia.

El hombre se acerca a ella.

LAURA: ¿Cómo está?

DOCTOR MARTÍNEZ: (Sonríe) Está bien, no te preocupes.

Laura sonríe, algo más tranquila.

LAURA: Gracias.

DOCTOR MARTÍNEZ: ¿Ha vivido alguna situación estresante o agobiante últimamente?

LAURA: La verdad es que no para de trabajar.

DOCTOR MARTÍNEZ: Pues ahí tienes la respuesta. Esto ha sido un pequeño susto, como un aviso que le ha dado el cuerpo. Pero si sigue a ese ritmo, será mucho peor.

LAURA: (Suspira) No es tan fácil convencerle.

DOCTOR MARTÍNEZ: Pues por él tienes que conseguir hacerlo.

Laura baja la cabeza, y el hombre sonríe.

DOCTOR MARTÍNEZ: Vamos, si quieres puedes pasar a verle. En un par de horas le daremos el alta.

LAURA: (Sonríe) Gracias.

Los dos juntos se dirigen hacia el interior.

.- Ya es por la tarde, e Isra se encuentra frente a la puerta del piso de Marta, dudando en llamar. Se da media vuelta dispuesto a irse, pero finalmente se vuelve a poner frente a la puerta y timbra. No tiene que esperar demasiado tiempo hasta que la chica le abre, sin parecer demasiado sorprendida.

MARTA: Isra…

ISRA: Tenemos que hablar.

La joven mira a su amigo, y luego asiente.

MARTA: Pasa, anda.

ISRA: (Sonríe) Gracias…

Marta cierra la puerta después de que el chico entre a su casa, y ambos se dirigen al salón, donde se sientan en el sofá.

MARTA: ¿Quieres tomar algo?

ISRA: No… no, yo solo he venido a disculparme por lo del viernes.

MARTA: Ya lo hiciste, y además la que se tiene que disculpar soy yo.

ISRA: (Extrañado) ¿Pero que dices? Tú no tienes que disculparte por nada.

MARTA: Sí, sí que tengo. Yo no te correspondo, pero no tenía ningún tipo de derecho a comportarme como me comporté ayer. Ahora mismo eres mi mejor amigo, y siempre has estado ahí, apoyándome en cualquier momento. Así que siento todo lo brusca e idiota que fui ayer.

ISRA: (Sonríe) No te preocupes, es normal. No lo tendremos en cuenta.

Marta le devuelve la sonrisa, y ambos permanecen en silencio durante unos segundos.

MARTA: Isra…

ISRA: (Interrumpiéndole) Tranquila Marta, ya lo sé. Estás con Jorge y le quieres solo a él. No te preocupes, está todo bien. Creo que me voy a marchar.

MARTA: ¿No quieres quedarte a ver alguna película o a tomar algo?

El chico se levanta.

ISRA: No, no. Tengo que estudiar bastante, no quiero que me pillen los exámenes de diciembre a finales de noviembre, como el año pasado.

Los dos se ríen, divertidos, y Marta también se levanta.

MARTA: Bueno, pues… ¿amigos?

ISRA: Por supuesto.

Los dos chicos se abrazan durante unos segundos, contentos.

ISRA: Bueno, pues me voy. Hasta mañana.

MARTA: Chao.

Isra se marcha, mientras Marta se sienta en el sofá esbozando una amplia sonrisa.

.- Laura y Carlos salen del hospital, cogidos de la mano. Carlos tiene ya muy buen aspecto, mientras Laura le mira, muy seria. El joven enseguida se da cuenta de esto, por lo que suspira.

CARLOS: Ya te dije que bajaría el ritmo, ¿no?

LAURA: Sí, pero desde ya.

CARLOS: Ya mismo no puedo. Me comprometí para hoy, y no he ido, así que tendré que cubrir mañana más horas.

LAURA: Sí lo hablas con tu jefe, lo entenderá.

CARLOS: Sí, lo sé. Pero por un día más no me voy a poner peor, y lo necesito.

LAURA: Y también necesitas tu salud.

Carlos mira durante unos segundos a su novia, para luego dejar escapar un intenso suspiro.

CARLOS: De verdad Laura, confía en mí, ¿vale? Será la última vez.

LAURA: Pero el médico ha dicho…

CARLOS: (Interrumpiéndola) Me da igual lo que haya dicho el médico. Él seguro que tiene su casa ya pagada. Y si tanto te fías de lo que ha dicho el médico, fíate también de lo que te digo yo, ¿no?

LAURA: No es cuestión de que me fíe o no me fíe de ti, Carlos. Es cuestión de lo que estás haciendo con tu salud, con tu vida y con tu cuerpo.

Ambos se quedan en silencio durante unos segundos mientras continúan andando.

CARLOS: Te prometo que será la última vez, ¿sí?

Laura mira a su novio pensando, para luego esbozar una leve sonrisa.

LAURA: Está bien… ¿y que piensas hacer luego?

CARLOS: Bueno, eso todavía no lo he pensado. No me agobies tanto.

Los dos jóvenes se miran, y se empiezan a reír mientras se abrazan.

.- Ya está anocheciendo. Claudia se encuentra sentada en el sofá del salón de su piso, viendo la televisión. Junto a la puerta del piso se encuentran unas maletas, y justo en ese momento esta se abre, dando paso a Elisa, la cual enseguida se percata de la presencia de todas ellas, que reconoce al instante.

ELISA: ¿Qué hacen aquí mis maletas?

CLAUDIA: (Sonríe) Hola mamá, ¿qué tal la tarde?

ELISA: ¿Vas a contestarme?

Claudia se levanta del sofá y se acerca hasta su madre, sin borrar la sonrisa de su cara.

CLAUDIA: Te vas, mamá.

ELISA: (Sorprendida) ¿Cómo?

CLAUDIA: No te hagas la sorprendida. Ya te lo advertí ayer, y hoy lo cumplo.

ELISA: Y creo recordar que yo también te advertí ayer de lo que pasaría si hacías esto, ¿verdad?

Claudia mira a su madre, sonriendo, y saca unos papeles y unas fotografías de debajo del sofá.

CLAUDIA: ¿Cuándo decías que tenías pruebas que me inculpaban, te referías a estas fotografías borrosas, o a estos documentos ininteligibles?

ELISA: (Sonríe) Muy bien. Si eso es lo que quieres, me voy. Pero nos volveremos a ver, tenlo claro.

CLAUDIA: Eso lo veremos.

ELISA: Desde luego que lo veremos.

La mujer coge las maletas, y se marcha de la casa, mientras Claudia continúa sentada en el sofá, esbozando una sonrisa de oreja a oreja. Luego se levanta, y va a su dormitorio. Allí hay una caja de cartón llena de fotografías. La precinta, y la mete bajo la cama.

CLAUDIA: (Susurrando) Se acabó…

.- Hugo se encuentra sentado frente al escritorio. Frente a él tiene un cuaderno en blanco. Empieza a escribir, pero pronto suspira, arrancando la hija, arrugándola, y tirándola al suelo. En ese momento, la puerta se abre, y Edu asoma la cabeza.

EDU: ¿Se puede?

HUGO: (Molesto) Llegas con una noche de retraso.

Edu suspira, y entra al dormitorio cerrando la puerta tras él.

EDU: Vale, tienes motivos para estar enfadado.

HUGO: (Irónico) Bueno, menos mal, me quitas un peso de encima, tenía miedo a que no me entendieras.

EDU: Vamos, tampoco te pongas así…

HUGO: Joder Edu, me diste plantón anoche, ¿cómo quieres que me ponga? Porque si al menos me hubieras mandado un mensaje, o me hubieras llamado esta mañana disculpándote, pues perfecto, pero no. Simplemente te limitas a aparecer a estas horas por mi casa, como si nada hubiera pasado.

EDU: No he aparecido así.

HUGO: (Irónico) No, es verdad, has aparecido súper arrepentido.

Edu se coloca justo detrás de su novio, el cual cierra el cuaderno rápidamente. Edu apoya las manos en los hombros del chico, y las baja lentamente hasta llegar a su pecho, dejando su cara a escasos milímetros de la del chico.

EDU: Vamos, no te enfades… me surgió un contratiempo, y no pude avisarte. Lo siento.

HUGO: (Suspira) He exagerado, ¿verdad?

EDU: (Sonríe) Un poco.

HUGO: Ya… lo siento, sé que no tengo…

Edu lleva su dedo índice a los labios de su novio.

EDU: Calla. Ya está.

Hugo sonríe, y ambos empiezan a besarse apasionadamente.

.- Mientras Laura habla va hablando, vamos viendo las imágenes relatadas bajo sus frases, y de fondo se retoma la canción “Mil lágrimas”, de La Fuga.

LAURA: (Off) Quizás nunca haya repuestas para todas esas preguntas. Tenemos que aprender a asumir las cosas que podrían haber sido y nunca fueron.

Isra y Marta hablan por teléfono. Los dos se ríen, parecen estar pasándolo bien.

LAURA: (Off) Saber reponerte y salir adelante.

Claudia sostiene algunas de las fotografías del principio del capítulo entre sus manos. Las observa durante unos segundos, para luego romperlas con furia.

LAURA: (Off) Y si ya es demasiado tarde para ello…

David y Andrea se besan apasionadamente en la puerta del portal del chico.

LAURA: (Off) … no te queda más remedio que asumirlo…

Hugo duerme plácidamente desnudo en su cama, mientras Edu, sentado en la misma, le observa con tristeza.

LAURA: (Off) … y aceptar las consecuencias.

Carlos, tras el mostrador de la recepción del hotel, no para de trabajar. No tiene buena cara.

CONTINUARÁ...