MANERAS DE VIVIR

La festividad de Semana Santa ya ha terminado lo que equivale la vuelta a la rutina, a pesar de la desesperación de los jóvenes. Marta y Hugo charlan animadamente, contentos de volver a ser amigos, mientras se dirigen al instituto.

HUGO: Bueno, y cuéntame que tal las vacaciones… ¡no ha habido manera de contactar contigo!

MARTA: Sí, la verdad es que he estado algo ocupada… pero no creo que tú te hayas aburrido con Alberto precisamente, ¿no?

Los dos amigos ríen, divertidos.

HUGO: No, la verdad es que no. ¿Y que es eso que te ha tenido tan ocupada? ¿Puede saberse?

MARTA: Pues preferiría que no, la verdad.

HUGO: Ya, ya, cochinota… a saber a que pedazo maromo tienes por ahí escondido.

MARTA: (Ríe) No es eso, inútil… no es nada, de verdad.

HUGO: Mira, si tú lo dices, me lo creo… pero sabes que puedes contar conmigo para lo que sea, ¿verdad?

Marta mira a su amigo, sonriéndole agradecida.

MARTA: Claro que lo sé… y anda, vamos para el instituto, porque al final llegaremos tarde.

Hugo asiente, y los dos continúan su camino, hablando de otros temas que a la chica no le puedan incomodar.

Lorena y Carlos se encuentran en el nuevo piso del muchacho, colocando los objetos decorativos del salón, mientras en la radio suena “Xana”, de Avalanch. Los jóvenes charlan y ríen, animados.

LORENA: Bueno, pues al final he de darte la razón… el piso no está tan mal.

CARLOS: Sabía que al final te acabaría gustando, si señora.

Lorena mira a su novio, fingiendo haberse ofendido.

LORENA: Perdona, pero una cosa es que no esté tan mal, y otra cosa es que me guste.

CARLOS: (Riendo) Ya, claro… error mío por pensar que ibas a rectificar en algo.

LORENA: Imbécil…

CARLOS: (Bromeando) ¿Cómo me has llamado?

LORENA: (Riendo) Me has oído perfectamente…

Carlos, intentando resultar amenazante, se acerca a su novia, la cual, riendo, intenta huir, pero este la coge de los brazos, y ambos caen sobre el sofá, sin poder parar de reír.

LORENA: ¡Pero mira que eres bruto!

Carlos ríe, esta vez con más ganas, y empieza a besar apasionadamente a su novia, la cual le corresponde con ganas.

CRÉDITOS: "MY PREROGATIVE" BRITNEY SPEARS
David Gallagher, Maggie Grace, Rupert Grint, Vanessa Hudgens, Jesse McCartney, Jesse Metcalfe, Emma Watson

Capítulo 21
Nueva era


Carlos y Lorena reposan tranquilamente sobre la cama del nuevo dormitorio del muchacho. Ambos están desnudos, mirando al techo, mientras la chica acaricia suavemente con la mano el pecho de su novio.

LORENA: ¿Sabes? Me encanta discutir contigo…

CARLOS: (Irónico) ¡Oh, si, lo entiendo! Es tan entretenido…

Lorena ríe, animada.

LORENA: ¡No seas imbécil! Lo digo por estas estupendas reconciliaciones…

CARLOS: Ah, bueno, entonces lo entiendo bastante mejor, si.

Se miran, sonrientes, y se besan durante unos segundos.

LORENA: Oye, ¡se me acaba de ocurrir una fantástica idea!

CARLOS: (Desganado) A ver, sorpréndeme…

LORENA: (Ilusionada) ¿Por qué no hacemos una fiesta el sábado, para celebrar tu recién estrenada independencia?

CARLOS: Sí, y ya de paso para que me echen el sábado, ¿no?

LORENA: ¡Oh, venga, Carlos! No seas soso… una fiesta privada, invitando tan solo a estos, y ya está. Hace mucho que no estamos con ellos.

CARLOS: Ya, Lorena, ya lo sé… pero tal y como están las cosas ahora, no creo que sea buena idea… Marta está muy rara, Hugo solo se habla con ella e Isra… volarán puñales por el piso.

LORENA: Bah, no seas exagerado… a lo mejor, simplemente les hace falta un pequeño empuje para que se reconcilien todos.

CARLOS: Si tuviesen solución, ya se habrían arreglado… y además, Hugo seguro que se presentaría con Alberto, y Edu dudo mucho que quisiese venir…

Lorena se incorpora en la cama, molesta.

LORENA: ¿Te das cuenta, Carlos? Parece que el mundo gira alrededor de sus vidas…

CARLOS: (Sin entender) ¿Qué quieres decir?

LORENA: No te hagas el tonto… llevamos una época que los temas de conversación de este grupo no son otros que si Hugo por allí, y Edu por allá. Y saturan, y aburren.

CARLOS: Bueno, pero es que ellos…

LORENA: (Interrumpiéndole) No, Carlos. No solo ellos tienen problemas. Nosotros también tenemos problemas, todos los tenemos, y no nos gusta tanto ir de víctima. Edu ama que se hable de él, y Hugo, como es su víctima, pues al pobre le cae de rebote.

CARLOS: (Molesto) Lorena, lo que pasa es que Edu es muy sensible, aunque tú no te hayas dado cuenta. Y que no, que es mi mejor amigo, y no quiero que hables así de él. Te recuerdo que no hace ni un año que también era el tuyo.

LORENA: Sí, pero las cosas han cambiado.

CARLOS: No, desde luego, eso no hace falta que lo jures…

Lorena mira a su novio, y su boca va tornando en una sensual sonrisa. Se tumba encima de él de nuevo, y comienza a besarle el pecho.

LORENA: Venga cariño, deja de preocuparte tanto, y vamos a hacerla… si seguro que pasamos un buen rato.

CARLOS: No sé, Lorena… (Su novia le mira con cara de lástima fingida, logrando convencerle) Vale, vale, está bien… pero no quiero mucha gente, será algo tranquilo, para los íntimos…

LORENA: (Contenta) ¡Genial! No te preocupes, será como tú quieras… será fantástico volvernos a reunir todos después de tanto tiempo, ya lo verás.

CARLOS: Sí… lo único que espero es que no nos estemos equivocando…

Lorena, emocionada, besa a su novio apasionadamente, el cual, una vez superada la sorpresa, se lo devuelve, gustoso.

Olivia se encuentra frente a la puerta del Four, dudando sobre si debe entrar o no, puesto que aún no ha visto a David desde su declaración, pero el hecho de sentirse obligada a hablar con él le impulsa a hacerlo. El interior del local está completamente vacío, como empieza a ser costumbre por las mañanas. La joven no ve a David tras la barra, por lo que se mete tras ella, y asoma la cabeza por la puerta del almacén.

OLIVIA: ¿David?

David, que estaba mirando el contenido de una caja de cartón que reposa sobre el suelo, se gira, asustado.

DAVID: ¡Olivia!

OLIVIA: (Avergonzada) ¡Perdona! No quería asustarte…

DAVID: Eh… no, no, tranquila… lo que pasa es que no está permitido que los clientes entren aquí, y me has asustado… tienes que salir.

OLIVIA: Bueno, yo no soy una cliente cualquiera, ¿no? Soy tu amiga.

David sonríe tiernamente.

DAVID: Sí, mía si, pero del dueño del local lo dudo… anda, vamos fuera, y te pongo lo que quieras. Hoy me siento generoso, e invito yo.

OLIVIA: ¡Oh! Pues muchas gracias… querré una coca-cola.

David ríe, y los dos jóvenes salen del almacén. David empieza a prepararle la coca-cola, mientras Olivia, ya al otro lado de la barra, le observa atentamente.

DAVID: La verdad es que no te esperaba ver en una buena temporada, después de todo lo que te dije…

OLIVIA: Lo sé… pero en parte, por eso estoy hoy aquí, David. Creo que deberíamos hablar sobre ello.

DAVID: (Triste) Yo creo que quedó todo bastante claro… ¿por qué hurgar en la herida?

El joven sirve a la chica su bebida, y se queda frente a ella, observándola atentamente.

OLIVIA: (Incómoda) ¿Qué pasa?

DAVID: Nada, solo que me siento como un estúpido… no sé como pude pensar que yo tendría algo que hacer con Olivia Abril, la chica más popular de todo el instituto…

OLIVIA: David, no seas exagerado, yo no era la chica más popular del instituto… y la estúpida fui yo, realmente no sé que me paso, David… reaccione de una manera de la cual no me di cuenta el daño que te hacía.

David coge a su amiga de la mano, comprensivo.

DAVID: No te preocupes, Olivia. Lo pasado, pasado está.

OLIVIA: Es que tú no lo entiendes. Yo en el instituto también te quería, David, te quería tanto como tú a mí (David se queda sorprendido, sin saber que decir) Durante tanto tiempo deseé oír de tu boca lo que me dijiste el otro día… que cuando lo hiciste, la poca estabilidad que tenía en mi vida, se vino abajo de golpe.

DAVID: Me vas a perdonar, pero la verdad es que no te sigo…

OLIVIA: Joder, David, hay que darte todo masticado… lo que quiero decir, es que hiciste florecer sentimientos en mí que ya creía enterrados.

DAVID: (Ilusionado) ¿Entonces…?

OLIVIA: Entonces nada, David. No quiero engañarte, en estos últimos años he pasado muchas cosas, algunas de ellas muy malas… lo que menos me apetece ahora es enfrascarme en una relación…

DAVID: Vale, lo entiendo… y yo te esperaré lo que haga falta. (Olivia sonríe forzadamente) Mira, Edu me contó el otro día que estás viviendo en un hostal… ¿por qué no te vienes a mi casa? No quiero agobiarte, pero no tendrías que correr con los gastos, y no te correría tanta prisa buscar un trabajo, y además…

OLIVIA: (Interrumpiéndole) David, para un momento… hay algo que debes saber antes de hacer tantos planes.

DAVID: (Sonriente) Nada de lo que digas va a hacer que me eche atrás, eso te lo puedo asegurar…

OLIVIA: Pues me alegro, David, porque… estoy embarazada.

DAVID: (Sorprendido) ¿Cómo?

Olivia baja la mirada, pensando que quizás se tendría que haber callado, mientras David la mira, sin poder creer lo que acaba de escuchar.

Ya es por la tarde. Carlos está sentado en el sofá de Edu, observando todo con atención, cuando llega el chico, sosteniendo dos vasos de refresco en sus manos.

CARLOS: Qué cambiado está todo, ¿no?

EDU: Sí, bueno… es que el otro día le dio la vena artista a Olivia, y cambio todo de sitio.

Los dos jóvenes ríen, divertidos, y Edu le da un refresco a Carlos, sentándose a su lado.

CARLOS: Hacía mucho tiempo que no estábamos así, ¿eh?

EDU: (Extrañado) ¿Así cómo?

CARLOS: Como un par de buenos amigos.

EDU: Ah, ya… si, la verdad es que hacía mucho que no hablábamos… ¿cómo va todo?

CARLOS: Pues bien… ahora un poco estresado con la mudanza y tal, y además el lunes empiezo en el curro nuevo, pero no me puedo quejar, la verdad. Además, Lorena me está ayudando mucho… ¿y a ti como te va?

EDU: Me alegro de que te vaya todo tan bien. La verdad es que yo sin novedades… a parte de que he cortado con Tomás, poca cosa más.

CARLOS: Sí, ya me enteré de lo de Tomás… lo siento.

EDU: (Sonríe) Bah, no te preocupes… estaba claro que pasaría tarde o temprano, no pasa nada. No me ha supuesto ningún tipo de sufrimiento, la verdad.

Los dos amigos ríen, como en los viejos tiempos.

CARLOS: Pues mira, la verdad es que había venido por un motivo en concreto…

EDU: Bien, pues tú dirás.

CARLOS: Verás, Lorena y yo hemos pensado en hacer una fiesta para celebrar mi independencia y tal… solo vendrían los más íntimos, y desde luego, tú estás entre ellos.

Edu mira a su amigo, sin saber muy bien que decir.

EDU: Te lo agradezco, Carlos, pero… ¿va a ir Hugo también?

CARLOS: Bueno… invitarle si que le vamos a invitar.

EDU: Pues entonces no creo que sea demasiada buena idea que vaya, lo siento tío.

CARLOS: Edu, joder, no podéis estar así siempre… tenéis que haceros cara el uno al otro. Además, tú eres mi mejor amigo, y para mí es muy importante que vengas, que estés en el mayor paso que he dado en mi vida.

EDU: Por eso precisamente no quiero ir. No quiero amargarte tu día, el día de tu celebración.

CARLOS: (Molesto) Mira Edu, no me seas estúpido, ¿quieres? Si la cosa es tan incómoda como tú crees que lo será, pasad uno del otro, y listo. Pero para mí significa mucho que estéis todos. Hazlo por mí, te lo pido por favor…

EDU: Vale… vale, está bien, iré… pero si en algún momento me siento incómodo, seré libre de marcharme, ¿de acuerdo?

CARLOS: (Contento) Por supuesto… ¿entonces te veo el sábado?

Edu asiente, sonriente, y su amigo le abraza.

EDU: Vale, vale, pero no hace falta tanta efusividad…

Carlos se separa de su amigo, riendo, y se levanta.

CARLOS: Oh, claro, perdona… oye, me tengo que ir, todavía me queda invitar al resto. Nos vemos el sábado, no te arrepentirás. Chao.

Carlos se marcha, orgulloso de haber convencido a su amigo, el cual permanece sentado en el sofá, pensativo.

EDU: Eso espero, Carlos… no arrepentirme.

Un nuevo día ha amanecido en la ciudad. Hugo y Alberto están sentados en un banco del parque, abrazados y dedicándose tiernas caricias y sonrisas.

ALBERTO: Cariño, ¿has pensado ya lo de la fiesta de Carlos?

HUGO: Sigo pensando lo mismo… no deberíamos de ir.

Alberto suspira, dejando notar que ya han hablado mucho sobre el tema.

ALBERTO: Mira, que no vaya yo es lo más lógico… pero tú eres su amigo, quieren que estés allí.

HUGO: (Molesto) Alberto, mira, primero: si voy yo, vienes tú, y segundo, no creo que tengan tantas ganas de que vaya, cuando su invitación se ha limitado a un triste mensaje al móvil.

ALBERTO: ¡Joder, mira que eres cabezota! Seguramente, hayan invitado a todos igual, y además, a lo mejor os viene bien para volver a uniros, y ser los de antes.

HUGO: Eso ya es imposible, Alberto.

ALBERTO: Sí no hacéis nada por conseguirlo, claro que lo es. Todos tenéis que poner de vuestra parte, y tú no lo estás haciendo.

HUGO: Porque no fui yo el que jodí las cosas. ¿Y sabes que? Ya estoy cansado de hablar siempre de lo mismo… (Se levanta, enérgico) ¿Por qué no vamos a darnos un baño a la playa? Y allí pensamos lo de la fiesta de Carlos.

ALBERTO: (Extrañado) Pero si estamos en abril, Hugo… estará el agua helada, y además, no llevamos bañadores.

HUGO: (Pícaro) No hacen falta los bañadores… ¿Qué pasa? ¿No hay cojones?

Alberto decide seguir el juego a su novio.

ALBERTO: ¿Qué si no los hay? (Se levanta, divertido) Sabes perfectamente que sí…

HUGO: (Sonriente) Bien, pues demuéstralo.

ALBERTO: Ahora mismo.

El joven coge de la mano a su novio, y corriendo y riendo, ambos se dirigen hacia la playa.

Las clases ya han terminado por hoy. La entrada del instituto está llena de gente, entre los que se encuentra Marta, que sale sola. Lorena, que estaba sentada en un banco al lado de la puerta, se acerca a la joven.

LORENA: Vaya, contigo tenía yo que hablar, fíjate…

MARTA: (Incómoda) Pues lo siento, pero ahora no puedo… tengo prisa, si eso en otro momento.

Marta intenta alejarse de allí, pero Lorena se lo impide, levantándose rápidamente y cortándole el paso.

LORENA: Ya me he enterado de que no estás dispuesta a venir a la fiesta que estamos organizando Carlos y yo.

Marta intenta evitar el mirar a los ojos a la chica.

MARTA: Sí bueno, la verdad es que no me apetece mucho, lo siento.

LORENA: Ya, pero por eso estoy aquí. (Marta mira a la joven, sin entender) Mira, a Carlos le hace ilusión que estemos todos… si te crees tan buena amiga, cosa que déjame que dude, deberías venir, ¿no?

MARTA: Sí, si tienes razón, pero en serio… es que no tengo el cuerpo para fiestas ahora mismo. Ya nos veremos.

Marta hace el amago de irse, pero Lorena vuelve a detenerla interponiéndose en su camino, ante la sorpresa de la chica.

LORENA: Veo que no lo entiendes todavía… mira, a Carlos, como te he dicho antes, le hace ilusión que estemos todos… y yo estoy dispuesta a conseguirlo, aunque tenga que hacer cosas que en un principio no pensaba…

MARTA: (Asustada) ¿Me estás amenazando?

LORENA: ¡Qué va, para nada! Simplemente, te estoy avisando de lo que podría pasar…

A Marta le cambia inmediatamente la cara de susto por una cara de enfado, que por unos segundos, consigue asustar a Lorena.

MARTA: ¿Sabes? Empiezo a estar cansada de todo esto, Lorena… no sé si te das cuenta de que el chantaje es un delito, y me niego a continuar callada.

LORENA: (Riendo) ¿En serio? No te lo recomiendo… no sé si lo sabes, pero si caigo yo, también vas a caer tú.

MARTA: (Desafiante) ¿Y a mí que me va a pasar? Soy menor…

Lorena mira a la chica de una manera muy cínica.

LORENA: Cariño, para las niñas como tú, existe un lugar llamado reformatorio, donde van los nenes que se han portado mal.

MARTA: ¿Estás comparando un reformatorio con una cárcel? Porque me temo que la que sales perdiendo, eres tú.

LORENA: ¿Cuánto puedo estar yo en la cárcel por chantaje? ¿Un par de años? Tú, en cambio, del reformatorio, pasarías allí… (Inocente) y a saber cuanto tiempo, después de lo que hiciste…

Marta está dispuesta a contestarle, pero se da cuenta de que se ha quedado sin argumentos, porque la joven está en lo cierto.

MARTA: Eres una hija de puta…

LORENA: (Orgullosa) Lo sé… por eso me gustó tanto. Nos vemos el sábado, chao.

Lorena se aleja de allí, ante la enfadada mirada de Marta.

Ya es sábado por la tarde. Suena la canción “It’s my life”, de Bon Jovi, mientras los protagonistas se preparan para la fiesta. Laura, frente al espejo, no sabe ya que hacer con su pelo, mientras Marta hace lo propio con los pantalones. Hugo, tirado en la cama, con la mirada fija en el armario abierto, observa sus camisetas, pensando cual ponerse, cuando suena el timbre. Apaga la música, y se dirige a abrir.

HUGO: ¡Alberto! Ya pensaba que no venías… anda, ven y ayúdame a escoger una camiseta, que estoy en duda continua.

Alberto entra, cerrando la puerta tras él, y ambos jóvenes se dirigen hacia el dormitorio.

ALBERTO: Verás, es que tenía que hablar contigo…

Llegan al dormitorio, y Hugo se coloca delante del armario.

HUGO: Y bien, dime… ¿cuál me aconsejas que me ponga?

ALBERTO: Hugo, son todas negras… solo cambia el dibujo. Y además, ¿qué te ha dado ahora? Sí tú eres de los que se ponen lo primero que pillan…

HUGO: Lo sé, pero quiero demostrar a todos lo felices que somos, (da un apasionado beso a su novio) y para ello, tenemos que estar bien.

ALBERTO: (Tímido) Cariño, sobre eso… creo que al final no voy a ir…

HUGO: (Sorprendido) ¿Cómo que no? Alberto, me lo prometiste…

El joven se sienta en la cama de su novio, suspirando.

ALBERTO: Lo sé, y no quiero que pienses que soy un traidor, ni nada parecido… pero quiero que te arregles con tus amigos, y si voy yo, eso va a ser un poco difícil, por no decir imposible.

Hugo mira al chico, molesto.

HUGO: Sí, eso es todo muy bonito… ¿pero no importa lo que opine yo? No tengo la necesidad de arreglarme con ellos, Alberto. Fueron ellos los que me dieron la espalda, y paso. Si vamos, es por Carlos y Lorena, que son los únicos que te aceptan.

ALBERTO: Realmente no sientes eso, Hugo… y a mí no me engañas, que nos conocemos…

HUGO: Mira Alberto, si no vas tú, tampoco voy a ir yo. Prefiero estar contigo que con esa panda de falsos.

ALBERTO: Dios, te odio…

Hugo ríe, contento, viendo que está consiguiendo sus objetivos.

HUGO: Entonces vienes, ¿no?

ALBERTO: (Pícaro) Bueno… la verdad es que tendrás que convencerme todavía.

Hugo sonríe a su chico.

HUGO: Bien, eso no creo que sea demasiado difícil…

El chico se abalanza sobre Alberto, el cual ríe con ganas, y se besan apasionadamente.

La fiesta ya ha comenzado. Suena la canción “Bring me to life”, de Evanescence, mientras Edu y Laura charlan sentados en el sofá, y Carlos se encuentra en la cocina, preparando unas bebidas, cuando Lorena se acerca por detrás, y empieza a morderle la oreja, lo que provoca las risas del joven.

CARLOS: Para, anda, que no me dejas centrarme.

Lorena empieza a reír.

LORENA: Parece que tampoco va tan mal como creías, ¿no?

CARLOS: Bueno… todavía no han venido los tres que más me preocupan, así que no cantemos victoria tan rápidamente.

LORENA: No te preocupes, cariño. Sé que sabrán comportarse (en ese momento, suena el timbre, y la chica sonríe) De todas formas, estamos a puntito de descubrirlo…

La joven se dirige a abrir, y al otro lado de la puerta se encuentra con Marta, Hugo y Alberto, y la chica les dirige su mejor sonrisa.

LORENA: ¡Os estábamos esperando! Pasad, pasad.

Hugo y Alberto dan dos besos a la chica, y pasan hacia el salón. Cuando el primero ve a Edu, le lanza una mala mirada, haciendo que el joven, mientras es saludado por Alberto, se sienta muy incómodo. Mientras, Marta y Lorena continúan en la puerta.

LORENA: Así me gusta, Marta… que empieces a darte cuenta de lo que es bueno para ti y tu gran amigo…

Ambas chicas miran a Hugo, pero este no se percata de nada.

MARTA: ¿Cuándo vas a parar con esto, Lorena?

LORENA: ¿Y cuando paraste tú, Marta? ¿Cuántas veces…?

Carlos se acerca a ellas con varios vasos llenos en las manos, interrumpiendo su conversación.

CARLOS: ¿Qué pasa, chicas? ¿Os vais a quedar toda la noche en la puerta?

Lorena se gira hacia su novio, sonriente.

LORENA: No cariño, es que nos hemos liado aquí a hablar… y no nos hemos dado cuenta, ¿verdad, Marta?

Marta asiente, tímidamente, y cerrando la puerta, los tres se adentran al salón, donde ya están todos.

El reloj marca las tres y media de la mañana. En la radio suena “Madrid”, de La Fuga. Laura e Isra charlan animadamente sentados en el sofá, y Marta y Alberto hacen lo mismo, pero en el otro. Carlos y Lorena están tumbados en el suelo, besándose, y Hugo se encuentra en la cocina, sirviéndose una bebida, cuando Edu llega por detrás de él.

EDU: Pues tampoco ha ido tan mal como se esperaba, ¿no?

HUGO: (Borde) Carlos también es mi amigo, y lo que menos me apetece es joderle la fiesta.

Hugo intenta salir, pero el chico le coge del brazo.

EDU: ¿Esto ya no tiene solución?

HUGO: No lo sé, Edu… el tiempo lo dirá. (Deja el vaso que se acaba de llenar en la encimera) Creo que va a ser mejor que me vaya yendo, no me encuentro demasiado bien.

Hugo sale de la cocina, y Edu se apoya en la encimera, pensativo, y sin saber muy bien que hacer. Permanece así durante unos segundos, y cuando regresa al salón, se da cuenta de que Hugo, Marta y Alberto están saliendo ya por la puerta.

EDU: Adiós, chicos.

MARTA: Hasta mañana.

Hugo y Alberto, pasando del chico, salen del piso, y Marta les sigue, cerrando la puerta tras ella. Edu se deja caer en el sofá, al lado de Laura e Isra.

LAURA: Venga tío, no te rayes… se le acabará pasando, ya lo verás.

EDU: ¿Y si no? ¿Si estamos peleados para siempre?

ISRA: Edu, tienes que ser más positivo… dale tiempo para que se de cuenta como es Alberto, y entonces…

LORENA: (Interrumpiéndole) ¿Podemos cambiar de tema, por favor? Si no es mucho pedir, claro… (En ese momento, suena el timbre, y todos se miran, asustados) Carlos, ¿esperas a alguien más?

CARLOS: No… apagad la música, no vaya a ser la poli.

Isra se levanta, y hace caso al chico, mientras Carlos se levanta a abrir, y se encuentra con Jorge, el cual va bastante bebido ya.

JORGE: Vaya, vaya… así que era verdad que había una fiesta, y a mí nadie me ha invitado…

Lorena mira al chico, asustada, mientras Carlos no sabe que hacer.

CARLOS: Si nadie te ha invitado, será por algo, ¿no?

Jorge, sin hacer caso al chico, se dirige corriendo hacia Lorena, e intenta besarla, ante la sorpresa de todos, pero ella se aparta.

LORENA: (Enfadada) ¿Qué coño estás haciendo?

JORGE: ¿Ahora te haces la estrecha? La semana pasada no decías lo mismo…

Lorena no sabe donde meterse, mientras Carlos la mira, sin salir de su sorpresa.

CONTINUARÁ...