MANERAS DE VIVIR

 

Quinta temporada, capítulo 113

 

HOSPITAL GENERAL/ CONSULTA DE CRISTINA/ MAÑANA

 

Claudia: (Molesta) ¿Lo ve? Siempre está igual. Siempre.

 

Jaime: (Extrañado) ¿Pero qué he hecho yo ahora?

 

Cristina: Chicos…

 

Los dos jóvenes, sentados en el sofá frente a la terapeuta, que está en un sillón, la ignoran.

 

Claudia: ¿De verdad tienes que preguntarlo, Jaime? ¿De verdad?

 

Jaime: Sí, porque al parecer cada vez la cago por una cosa diferente.

 

Claudia está a punto de responder, pero Cristina se le adelanta tirando todas sus notas al suelo, enfadada.

 

Cristina: ¡Basta!

 

Ambos la miran, asustados, y la mujer esboza una amplia sonrisa, como si no hubiera pasado nada.

 

Cristina: ¿No os dais cuenta de que si no dejáis de gritaros, no vais a llegar a entenderos nunca?

 

Claudia: Es que a veces no hay manera de que entienda las cosas de otra forma.

 

Jaime: (Molesto) ¡Habló!

 

Cristina: ¡Chicos, por favor! Parece que estáis en la tertulia de Sálvame.

 

Claudia: Disculpa Cristina, pero es que como comprenderás, a veces es muy difícil soportar esta situación.

 

Cristina: No, lo comprendo, créeme…

 

Cristina, tras recoger su bloc de notas del suelo, escribe algo en él mientras la tensión entre el matrimonio se podría cortar con un ambiente. Luego les mira, suspirando.

 

Cristina: Mirad chicos, sé que os queréis porque se os nota, de verdad, solo hay que ver cómo os miráis el uno al otro… y está muy bien que descarguéis, pero las cosas hay que hablarlas, no gritarlas a los cuatro vientos. Si no ponéis un poquito de vuestra parte, yo tampoco voy a poder hacer nada por ayudaros.

 

La mujer se levanta, haciendo que el matrimonio haga lo mismo.

 

Cristina: Nos vemos la semana que viene, ¿de acuerdo? Mismo día, misma hora.

 

Claudia: Muy bien, hasta la semana que viene entonces.

 

Jaime: Chao.

 

Jaime y Claudia salen de allí, mientras Cristina se deja caer de nuevo sobre el sillón, suspirando.

 

Cristina: Dios mío, que tortura…

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ MAÑANA

 

Hugo está tras la barra, atendiendo a un par de mujeres, cuando Marta aparece por allí, bastante agobiada. Se sienta en una de las butacas, y Hugo se acerca a ella, preocupada.

 

Hugo: ¿Estás bien?

 

Marta: (Extrañada) ¿Qué estás haciendo tú aquí?

 

Hugo: Claudia y Jaime han empezado hoy con la terapia y me han pedido que si podía quedarme un par de horas… no se fían demasiado de Andrea tras la última vez.

 

Marta esboza una forzada sonrisa.

 

Hugo: ¿Qué te pasa?

 

Marta: ¿Sabes algo de Jorge?

 

Hugo: No, desde que le detuvieron no ha vuelto a ponerse en contacto conmigo… supongo que no habrá novedades todavía.

 

Marta: No.

 

Hugo: (Extrañado) ¿No qué?

 

Marta coge aire antes de seguir hablando.

 

Marta: Hace una semana, nos acostamos.

 

Hugo: (Sorprendido) ¡¿Qué?!

 

Marta: Escúchame. Nos acostamos, nos dijimos que nos queríamos… y me prometió que se alejaría de todo este asunto de Lidia. Que lo dejaría pasar, y se olvidaría.

 

Hugo: Vamos, que eso es lo que ha hecho, ¿no?

 

Marta: No lo sé.

 

Hugo: No entiendo nada, Marta.

 

Marta: Llevo sin saber de él hasta entonces. Ni me coge el teléfono, ni me abre la puerta.

 

Hugo mira a la joven, sin saber qué pensar.

 

CANCIÓN: “Bed of roses”, de Bon Jovi

 

KRISTEN BELL

 

CHACE CRAWFORD

 

RUPERT GRINT

 

VANESSA HUDGENS

 

JESSE MCCARTNEY

 

JESSE METCALFE

 

JARED PADALECKI

 

HAYDEN PANETTIERE

 

JESSICA STROUP

 

TOM WELLING

 

CAPÍTULO 113: Malos pensamientos (Parte I)

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ SALÓN/ TARDE

 

Óscar, Hugo, Isra, Andrea, Carlos y Claudia están sentados en los sofás, tomándose cada uno un refresco. Se miran unos a otros, sin saber qué decir.

 

Óscar: Pero… ¿cómo es eso de que ha desaparecido?

 

Hugo: Por lo que me ha dicho Marta, nos iba a dejar tirados, que eso es lo de menos… pero desde entonces…

 

Isra: A lo mejor nos tiene miedo.

 

Andrea: (Irónica) Sí, seguro. Sobre todo a ti.

 

Claudia: Venga chicos, centrémonos. Tiene que estar en alguna parte.

 

Hugo: Dice Marta que también le dijo, antes de acostarse con él, que sabía muchas cosas del pasado de Lidia que no dudaría en sacar a la luz. Y que Lidia no sabía que tenía conocimiento de todo eso, claro.

 

Andrea: Espera un segundo… ¿se acostaron?

 

Claudia: Eso ahora no es importante, Andrea.

 

Andrea: Depende de para quién.

 

Óscar: (Ignorándola) ¿Pero entonces pensáis que ha sido Lidia?

 

Isra: Sí solo se lo dijo a Marta, es imposible que Lidia lo supiera.

 

Carlos: Os estáis olvidando de Lorena.

 

Hugo: (Extrañado) ¿Lorena? ¿Qué pinta ahora ella en todo esto?

 

Carlos: Jorge tuvo que sacar la información de algún sitio, y seguro que fue de ella. A mí Lorena también me habló de su prima Lidia, pero vamos, no cosas demasiado gordas… aunque está claro que tuvo una relación mucho más especial con Jorge a pesar de todo.

 

Isra: Pero Lorena está en la cárcel.

 

Claudia: Sí, pero los presos tienen horarios de visitas…

 

Todos se miran entre ellos, sin saber qué pensar.

 

PARQUE “RUISEÑORES”/ TARDE

 

Marta está sentada en uno de los bancos con Esperanza al lado, que se come un bocadillo. La chica lee un libro, por lo que no se da cuenta de que Lidia se sienta a su lado hasta que se echa a reír.

 

Lidia: ¡Estáis tan monas así las dos!

 

Marta alza la vista, molesta.

 

Marta: ¿Puedes dejarnos en paz?

 

Lidia: Oh, ¿por qué? Solo quiero un poquito de compañía…

 

La joven se levanta, molesta.

 

Marta: Pues te compras unos amiguitos, pero a nosotros olvídanos… vamos Esperanza.

 

Esperanza: (Extrañada) ¿Po qué?

 

Marta: Porque sí. Vamos.

 

Esperanza: Vale…

 

Marta coge a su hija de la mano y comienzan a alejarse de allí, ante la cínica sonrisa de Lidia.

 

Lidia: ¡Por cierto Marta, recuerdos de parte de Jorge!

 

La morena se gira, sorprendida.

 

Marta: ¿Cómo has dicho?

 

Lidia: Lo has oído perfectamente.

 

Marta, dejando allí a Esperanza, vuelve a acercarse a la chica, furiosa.

 

Marta: ¿Qué cojones le has hecho, Lidia?

 

Lidia: (Inocente) ¿Yo? ¿Nada?

 

Marta: Hija de puta…

 

La chica está a punto de pegar a Lidia pero tras pensarlo durante unos segundos, se echa atrás.

 

Marta: Sé que tú estás detrás de su desaparición… y pienso averiguar lo que ha pasado. Te lo juro.

 

Marta se aleja de allí dejando a Lidia sola, que no borra la sonrisa de su cara.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ NOCHE

 

Claudia y Jaime están tras la barra, juntos pero sin apenas hablarse. Hugo entra en el local y se acerca  hacia ellos, sentándose en una butaca.

 

Hugo: Buenos días.

 

Claudia: (Sonríe) Hola.

 

Jaime: ¿Qué tal? ¿Qué te pongo?

 

Hugo: Un cortado, por favor… que hace una calor… estoy pensando en ir mañana a la playa, porque no lo soporto más.

 

Jaime empieza a preparárselo.

 

Claudia: Esa es una buena idea. Igual te acompaño… si a Jaime le parece bien, claro.

 

El joven esboza una forzada sonrisa.

 

Jaime: Por supuesto, mi amor.

 

Hugo mira a sus amigos, divertido.

 

Hugo: Veo que os ha ido bien la terapia con Cris…

 

Jaime le sirve el café, y Hugo se lo pone en el vaso de hielo.

 

Jaime: Está un poquito desquiciada, ¿no? Le ha dado un arrebato y ha tirado el bloc de notas al suelo.

 

Hugo: Es muy buena, a mí me ayudó muchísimo cuando pasó todo lo de Dani hace cinco años. No sé por qué le fue tan mal la consulta, menos mal que consiguió la plaza en el hospital… ¿os está cobrando algo?

 

Claudia: No, porque le dijimos que te conocíamos.

 

Hugo: (Riendo) Como os aprovecháis.

 

Jaime: Todavía es pronto para saber si habrá o no resultados.

 

Claudia: Pero no ha ido del todo mal.

 

Jaime: No hemos parado de gritarnos.

 

Claudia: Porque tenemos puntos de vista contrarios.

 

Jaime: Pero la gente no siempre se grita por eso, Claudia.

 

Claudia: Hugo, ¿tú que…?

 

Cuando ambos se giran hacia donde estaba su amigo, se dan cuenta de que se ha tomado ya el café y se ha ido.

 

Claudia: ¿Has visto? Ya le has asustado.

 

Jaime: Y encima se ha ido sin pagar.

 

Claudia mira a su marido, molesta, y entra en el almacén. Jaime no parece entender nada.

 

PISO DE MARTA/ SALÓN/ NOCHE

 

Marta e Isra están sentados en el sofá, en pijama, tomándose unos refrescos y comiendo palomitas. Marta parece muy triste, e Isra la mira, preocupado.

 

Isra: ¿No crees que se haya podido ir a Alemania?

 

Marta: No. No se iría sin avisar.

 

Isra: A lo mejor ha sido algo urgente y no ha tenido tiempo de avisarte.

 

Marta se queda en silencio durante unos segundos, pensando, y sus ojos se llenan rápidamente de lágrimas.

 

Marta: ¿Recuerdas la última vez que desapareció, para la boda de Claudia y Jaime?

 

Isra: Sí.

 

Marta: Me dijiste exactamente lo mismo, y estuvo tres semanas secuestrado en un hotel por ese par de piradas.

 

Isra: Sería demasiada casualidad que estuviera secuestrado de nuevo, ¿no crees?

 

Marta: Estamos hablando de una pirada, Isra. Nada es casualidad con ella.

 

Isra: Ya, en eso tienes razón… pero no te ralles. Aparecerá, ya lo verás.

 

Marta: Eso espero…

 

Los dos se quedan unos segundos en silencio.

 

Marta: ¿Y tú en la facultad qué tal? Ya has terminado los exámenes, ¿no?

 

Isra: Sí… pero lo que más me alegra de todo esto, es que por fin podré perder de vista a Iñigo. No veía el momento de que eso sucediera.

 

Marta no puede evitar el echarse a reír, divertida.

 

PLAYA/ MAÑANA

 

Óscar y Hugo, en bañador, están tumbados sobre la arena, cubriendo sus ojos con unas enormes gafas de sol y tomándose cada uno un botellín de cerveza.

 

Óscar: ¿No iba a venir también Claudia?

 

Hugo: Depende de lo que le pareciera a Jaime. Ayer le parecía bien, pero me pareció notar cierto retintín en su voz.

 

Óscar: Vamos, que siguen de malas, ¿no?

 

Hugo: Sí… y si te soy sincero, dudo mucho que consigan arreglarlo.

 

Óscar: Se supone que el amor todo lo puede, ¿no? Míranos a nosotros…

 

Hugo coge de la mano a su novio, sonriendo.

 

Hugo: A nosotros nunca nos va a pasar eso, ya lo verás. Vamos a llevar lo de Madrid de puta madre, y además solo van a ser cuatro años.

 

Óscar: (Irónico)¿Solo?

 

Hugo: Entre fines de semana y vacaciones, se nos pasarán volando, ya lo verás.

 

Los dos se quedan en silencio durante unos segundos, preocupados, hasta que Óscar se reincorpora en la arena, suspirando.

 

Óscar: ¿De verdad crees que saldrá bien? Es mucha distancia, y…

 

Hugo: (Interrumpiéndole) Tranquilo.

 

Hugo, también reincorporándose y dándole un beso en la espalda a su novio, intenta tranquilizarle.

 

Hugo: Tú mismo has dicho antes que el amor todo lo puede, ¿no?

 

Óscar: Que se supone.

 

El rubio esboza una tierna sonrisa.

 

Hugo: Vamos a poder con esto, Óscar. Te lo prometo. Ya lo verás.

 

Óscar mira a su novio, sin estar demasiado convencido.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ MAÑANA

 

Andrea está sentada en uno de los sofás, tomándose un café mientras lee una revista, cuando Carlos, con una cerveza entre sus manos, se acerca a ella.

 

Carlos: Buenos días.

 

Andrea levanta la vista y esboza una forzada sonrisa.

 

Andrea: ¿Qué tal? ¿Ya te han dado las notas de los exámenes?

 

Carlos: Sí. Todo aprobado.

 

Andrea: ¡Estupendo!

 

Carlos: Sí… ¿puedo sentarme?

 

Andrea: Claro.

 

Carlos se sienta junto a su ex novia.

 

Carlos: ¿Y a ti cómo te han ido?

 

Andrea: Bueno, me han quedado dos, pero confío en sacármelas en septiembre.

 

Carlos: Seguro que sí.

 

Andrea: Eso espero.

 

Los dos se quedan en silencio durante unos segundos, sumergidos en sus pensamientos.

 

Carlos: ¿No crees que deberíamos de hablar sobre lo que pasó el otro día?

 

Andrea: El otro día no pasó nada, Carlos.

 

Carlos: (Sorprendido) ¿Lo dices en serio?

 

Andrea vuelve a hacer una pausa, hasta que finalmente suspira.

 

Andrea: Ya lo hemos hablado otras veces, Carlos. Tenemos que ir poco a poco, pero esa noche nos aceleramos un poco… no nos puede volver a pasar.

 

Carlos: (Confundido) Pero no lo entiendo… estuvo bien, ¿no?

 

Andrea: (Sonríe) Estuvo genial, pero no es lo que acordamos. No quiero que volvamos a estropear las cosas, así que creo que es mejor que de momento nos limitemos a cenar o situaciones así… y luego ya iremos viendo.

 

Carlos oculta su decepción tras una forzada sonrisa.

 

Carlos: Muy bien. Como quieras.

 

PLAYA/ TARDE

 

Claudia y Jaime están sentados sobre una toalla, ambos en bañador, comiéndose unos bocadillos mientras se beben unos botellines de cerveza.

 

Claudia: Bueno, pues no ha sido tan mala idea dejar a Hugo en el bar y venir a la playa, ¿no?

 

Jaime: No. Mucho mejor esto a que hubieras venido esta mañana con Óscar y Hugo.

 

Claudia: Pues la verdad es que también me apetecía. Vendré algún día con ellos antes de que Hugo se vaya a Madrid, te pongas como te pongas.

 

Jaime: Ya veremos.

 

Claudia: ¿Cómo que ya veremos?

 

Jaime: Se supone que estamos intentando arreglar nuestro matrimonio, y para eso tenemos que hacer cosas juntos. Si empiezas a quedar a todas horas con nuestros amigos…

 

Claudia: Vamos a ver Jaime, es cierto que tenemos que hacer cosas juntos, pero tampoco teneos que dejar de ver a nuestros amigos. También tenemos una vida social que cuidar y mantener.

 

Jaime se queda unos segundos en silencio, pensando, hasta que finalmente suspira.

 

Jaime: Me da la impresión de que no te lo estás tomando demasiado en serio, Claudia.

 

Claudia: (Sorprendida) ¿Cómo dices?

 

Jaime: No sé, te veo súper dispersa. Solo te veo involucrada al cien por cien cuando discutimos.

 

Claudia: (Molesta) Vamos Jaime, no digas chorradas. Yo estoy luchando tanto o más que tú para que esto salga adelante.

 

Jaime: ¿Lo ves? En cuanto has visto que íbamos a discutir, te has volcado de lleno.

 

Claudia: Vete a la mierda.

 

Claudia se levanta, ante la atónita mirada de Jaime.

 

Jaime: ¿Te vas?

 

Claudia: Sí, me voy. Para que veas que no me vuelco tanto como dices en las discusiones.

 

Jaime: Claudia…

 

Claudia: (Interrumpiéndole) Nos vemos luego en el Four. Chao.

 

La joven se marcha de allí dejando a Jaime solo, que no sabe qué hacer.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ TARDE

 

Hugo está tras la barra, tomándose una cerveza, mientras Marta y Óscar están sentados en unas butacas al otro lado, tomándose también cada uno un botellín. La chica parece muy preocupada.

 

Marta: Cada hora que pasa sin saber nada de él, me desespero más y más.

 

Hugo: Tienes que estar tranquila Marta, eso es fundamental. Sobre todo por Esperanza, para que no piense que hay nada raro.

 

Óscar: Por cierto, ¿dónde está?

 

Marta: La he dejado con mis padres. Llevan tanto tiempo viajando que ahora que se quedan aquí un par de semanas, quieren pasar todo el tiempo posible con su nieta.

 

Hugo: Bueno, por lo menos así descansas un poco.

 

Marta: Sí…

 

Óscar: Y por Jorge no te preocupes. Seguro que hay algún motivo para que ande desaparecido en combate.

 

Marta: Eso espero, pero no puedo evitar el preocuparme. Recordad lo que pasó la última vez que desapareció.

 

Óscar: Sí, eso sí que es verdad.

 

Hugo coge la mano de su amiga.

 

Hugo: Pero no te preocupes, seguro que está todo bien, y cuando reaparezca, podréis hablar de lo que pasó entre vosotros.

 

Marta: Sí…

 

Óscar: (Curioso) ¿Y nos puedes dar un adelanto?

 

Marta: (Extrañada) ¿De qué?

 

Hugo: ¿De qué va a ser? ¡De lo que va a pasar entre vosotros!

 

La joven se encoge de hombros.

 

Marta: No lo sé. Ni siquiera lo hemos hablado.

 

Óscar: ¿Pero tú le quieres?

 

Marta se queda en silencio durante unos segundos, hasta que finalmente esboza una forzada sonrisa.

 

Marta: Sí… creo que sí.

 

Óscar: Otra parejita más.

 

Los tres se ríen, divertidos.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ SALÓN/ TARDE

 

Isra, arreglado, da vueltas de un lado a otro de la sala, buscando algo, cuando alguien llama al timbre. El joven, extrañado, mira el reloj y se dirige a abrir la puerta. Se sorprende todavía más al ver a Iñigo al otro lado.

 

Iñigo: Hola…

 

Isra: ¿Qué estás haciendo tú aquí?

 

Iñigo: Tenemos que hablar.

 

Isra: (Irónico) Claro, siempre tenemos que hablar, pero al final siempre terminas metiendo la pata.

 

Iñigo: Isra…

 

Isra: (Interrumpiéndole) ¿Qué quieres?

 

Iñigo: ¿Puedo pasar?

 

Isra: No creo que sea buena idea.

 

Iñigo: Vamos, tan solo será un momento.

 

Isra: Cualquier cosa que me quieras decir, me la puedes decir igualmente aquí fuera.

 

Iñigo le mira, y ambos se quedan en silencio durante unos segundos, hasta que el pelirrojo suspira, intentando mantener la calma.

 

Isra: Iñigo, tengo prisa. He quedado en media hora, así que cuanto antes empieces a hablar, antes acabaremos.

 

Iñigo: Yo… quería pedirte disculpas.

 

Isra: (Irónico) ¿Otra vez?

 

Iñigo: Sí… mira, sé que el otro día fuimos muy duros, y nos pasamos mucho contigo. Y quería decirte que lo siento.

 

Isra: ¿Sabes lo que pasa, Iñigo? Que estoy ya tan cansado de escuchar siempre esas mismas palabras…

 

Iñigo: Lo entiendo. Pero tú también tienes que entender que yo tengo una reputación que mantener delante del resto de compañeros.

 

Isra: ¿Una reputación de homófobo? ¿En serio te interesa mantener algo así?

 

Iñigo: Por lo menos he hecho amigos en la facultad. ¿Puedes decir tú lo mismo?

 

Isra: Para tener como amigos a esa banda de estúpidos hipócritas que tienes tú, prefiero estar solo. Y ahora, si ya no tienes nada más que decirme, como te he comentado antes tengo prisa. Chao.

 

Isra cierra la puerta, sin darle tiempo de reacción a su compañero.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ TARDE

 

Claudia y Andrea están sentadas en uno de los sofás, charlando y tomándose un botellín de cerveza cada una.

 

Andrea: ¿Entonces todavía están las cosas tan mal entre Jaime y tú?

 

Claudia: Peor. Creo que la terapia no va a servir de mucho.

 

Andrea: Venga, no tires la toalla tan pronto…

 

La joven se queda en silencio durante unos segundos, pensando, hasta que finalmente suspira.

 

Claudia: No sé. La verdad es que no sé qué hacer.

 

Andrea: Paciencia. Espera un poco más… al fin y al cabo, acabáis de empezar la terapia. Es muy pronto para que dé resultados, ¿no?

 

Claudia vuelve a pensar durante unos segundos, en silencio, hasta que finalmente esboza una forzada sonrisa.

 

Claudia: Sí, supongo que tienes razón… quien te iba a decir a ti que ibas a terminar siendo una de las más románticas del grupo, ¿eh?

 

Andrea: (Asqueada) ¿Romántica yo? ¡No digas chorradas!

 

Su amiga se ríe, divertida.

 

Claudia: ¿Y a ti y a Carlos cómo os va?

 

Andrea: Nos acostamos el otro día.

 

Claudia: (Sorprendida) ¿En serio?

 

Andrea: Aha.

 

Claudia: ¿Entonces ya sois pareja oficial otra vez?

 

Andrea: ¡No, claro que no! Queremos ir poco a poco, ya lo sabes.

 

Claudia: ¿Y acostaros es ir poco a poco?

 

Andrea: Ha sido un desliz. Nada más.

 

Claudia suspira, indignada.

 

Claudia: En serio Andrea, me dais pena. Vosotros estáis preparados para estar juntos, y si no lo estáis es porque no os da la gana. ¿Sabes lo que daría yo por estar con Jaime igual que vosotros?

 

Andrea: No es lo mismo.

 

Claudia: No, claro que no. Lo que pasó entre Jaime y yo fue mucho peor que lo que pasó entre vosotros, y sin embargo lo estamos intentando. Vosotros decís que también, pero… creo que lo único que os para ahora mismo es el miedo. Nada más. Porque preparados estáis, y lo sabéis de sobra.

 

Andrea mira a su amiga, sin saber qué responder.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ SALÓN/ NOCHE

 

Hugo y Óscar salen de la cocina, llevando entre los dos cuatro botellines de cerveza, mientras Marta cuelga el móvil, sentada en el sofá junto a Isra, que le mira preocupado.

 

Isra: ¿Nada?

 

Marta: No…

 

Hugo y Óscar tienden los botellines a sus amigos, y luego se sientan junto a ellos.

 

Marta: Todo esto es muy raro.

 

Óscar: Sí.

 

Isra: No empecéis vosotros también. Como ya le he dicho a Marta, seguro que ha tenido que ir a Alemania por algún motivo. No olvidemos que allí también tiene un hijo del que hacerse cargo.

 

Marta: Si fuese eso, habría avisado.

 

Isra: A lo mejor no tuvo tiempo.

 

Hugo: Pero desde que desapareció, sí que ha tenido tiempo de ponerse en contacto con nosotros y avisarnos.

 

Isra: Ya… ¿y según vosotros, que es lo que le ha podido pasar?

 

Óscar: Pues no tengo ni idea… pero solo espero que Lidia no le haya descubierto.

 

Los cuatro amigos se miran, preocupados.

 

BOSQUE/ NOCHE

 

Lidia mira hacia una zona del suelo que no vemos. Tiene una cínica sonrisa dibujada en su cara.

 

Lidia: Lo siento… pero te confundiste desde el principio. Buenas noches.

 

La joven se aleja de allí. Por fin vemos lo que estaba mirando: el cuerpo de Jorge reposa entre los arbustos, inerte.

 

CONTINUARÁ…