MANERAS DE VIVIR


Quinta temporada, capítulo 95

 

HOSPITAL GENERAL/ HABITACIÓN 567/ MAÑANA

 

Isra está colocando bien unas flores que hay sobre la mesa junto a la cama de Marta, que continúa inconsciente.

 

Isra: Ya lo verás, son preciosas… aunque sinceramente, no sé en que estaba pensando Jaime. A ti nunca te han gustado las flores.

 

El joven se sienta en una de las sillas, cogiendo una revista y abriéndola. Aunque mira las fotografías, no le hace mucho caso.

 

Isra: ¿Sabes? Él y Claudia se han portado genial. Han aplazado la boda hasta que tú te recuperes completamente.

 

Marta: (Débil) Diles… diles que no era necesario.

 

El pelirrojo alza la mirada, sorprendido.

 

Isra: ¿Marta?

 

La chica, todavía tumbada, tiene los ojos entreabiertos. Se la ve muy débil, pero a pesar de ello tiene una forzada sonrisa dibujada en su cara.

 

Marta: Hola…

 

A Isra se le llenan los ojos de lágrimas, emocionado.

 

Isra: Tranquila. Voy a llamar a las enfermeras.

 

El joven da al botón que hay junto a la cama, y no tardan en recibir respuesta a través del interfono.

 

Enfermera: (Off) ¿Hay algún problema?

 

Isra: No, al contrario. Mi amiga se ha despertado.

 

Enfermera: (Off) Ahora mismo vamos.

 

Marta: Isra…

 

Isra coge la mano de su amiga.

 

Isra: Tranquila. Todo va a salir bien, ya lo verás.

 

Marta agarra con fuerza la mano del chico, y sonríe.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ COCINA/ MAÑANA

 

Óscar, ya completamente listo para salir de casa, se está terminando su taza de café cuando Hugo, todavía en pijama, aparece por allí. Se miran. La tensión se masca en el ambiente mientras el recién levantado se sirve otra taza de café.

 

Hugo: Que madrugador…

 

Óscar: A lo mejor no lo recuerdas, pero hoy empezamos las clases.

 

Hugo: Sí, pero no hacía falta que te levantaras tan temprano.

 

Óscar: Hay un buen rato en bus hasta la escuela.

 

Hugo: (Extrañado) ¿No vas a venir en el coche conmigo?

 

Óscar: ¿Quieres llevarme?

 

Los dos jóvenes se quedan en un incómodo silencio durante unos segundos.

 

Hugo: Voy a prepararme las cosas y a darme una ducha rápida. En media hora nos vamos.

 

Hugo sale de allí con la taza de café entre sus manos, y Óscar no puede evitar el esbozar una sonrisa.

 

CANCIÓN: “Bed of roses”, de Bon Jovi

 

KRISTEN BELL

 

CHACE CRAWFORD

 

RUPERT GRINT

 

VANESSA HUDGENS

 

JESSE MCCARTNEY

 

JESSE METCALFE

 

JARED PADALECKI

 

HAYDEN PANETTIERE

 

JESSICA STROUP

 

TOM WELLING

 

CAPÍTULO 95: Marta

 

HOSPITAL GENERAL/ HABITACIÓN 567/ MEDIODÍA

 

Marta está tumbada en la cama, débil todavía, mientras Isra, sentado a su lado, no para de hablar, contento.

 

Isra: Así que ya ves, ha sido un verano bastante tranquilo.

 

Marta: Lo que en nosotros ya es raro.

 

Isra: (Riendo) Sí.

 

Los dos se quedan en silencio durante unos segundos, hasta que la puerta se abre repentinamente dando paso a Jorge, que trae en brazos a Esperanza.

 

Jorge: He venido en cuando he podido.

 

Marta: (Emocionada) ¡Mi niña!

 

Esperanza: ¡Mami!

 

Marta se reincorpora lentamente y Jorge deja a la niña en brazos de su madre, para luego dar a la joven un beso en la frente.

 

Jorge: ¿Cómo te encuentras?

 

La chica esboza una forzada sonrisa mientras acaricia a su hija.

 

Marta: Bueno, me duele un poco la cabeza, pero bien.

 

Jorge: (Sonríe) Me alegro.

 

Marta: Isra me ha contado que has traído a Esperanza todos los días este verano.

 

Jorge: Sí. A pesar de todo lo que nos ha pasado… no quería que se olvidara de su madre.

 

La joven esboza una forzada sonrisa.

 

Marta: Gracias.

 

Los dos se miran en silencio durante unos segundos, sonriendo. Isra se da cuenta de que allí está de más.

 

Isra: Bueno, yo… creo que será mejor que me vaya. Estaré en la cafetería.

 

Marta: Bien, vale. Gracias.

 

Isra: Hasta luego.

 

Jorge: Chao.

 

El pelirrojo sale de allí, triste, y Jorge se sienta en el borde de la cama, sin borrar la sonrisa de su cara.

 

Jorge: Me alegro de volver a verte despierta.

 

Marta: Y yo de estarlo.

 

Ambos se ríen, felices.

 

ESCUELA “ARTES ESCÉNICAS HERRERA”/ EXTERIOR/ MEDIODÍA

 

Hugo y Óscar salen de la escuela, juntos pero en silencio. No tardan en llegar hasta el coche del primero, que lo abre.

 

Lidia: (Off) Vaya, vaya… parece que hay tensión en la parejita, ¿eh?

 

Los dos se giran, sorprendidos, y ven a la joven bajándose de un coche, con una enorme sonrisa dibujada en su rostro. Se acerca a ellos.

 

Lidia: Ya pensabais que no me ibais a volver a ver nunca, ¿verdad?

 

Hugo: Lo cierto es que al no haberte visto en clase me había hecho ilusiones, sí.

 

Óscar: (Suspira) ¿Qué quieres?

 

Lidia: Nada. Solo quería veros. ¿Tan raro os parece?

 

Óscar: Un poquito.

 

Lidia: Pues no sé por qué. Somos amigos, ¿no?

 

Hugo: (Irónico) Del alma.

 

Lidia se ríe, divertida.

 

Lidia: Veo que no has perdido tu sentido del humor.

 

Hugo: Y tú tampoco has perdido tú…

 

Óscar: (Interrumpiéndole) Creo que deberíamos irnos.

 

Hugo y Lidia se miran, desafiantes.

 

Hugo: Sí. Será lo mejor.

 

Lidia: (Divertida) Oh, que monos. Sois una pareja muy compenetrada, ¿eh? Tomáis decisiones juntos. Eso es muy importante.

 

Óscar: Adiós, Lidia.

 

Lidia: Hasta mañana. Me reincorporaré a las clases.

 

Hugo: (Irónico) Genial.

 

Los dos jóvenes se montan en el coche. Hugo arranca, y se aleja a toda velocidad de allí, ante la cínica sonrisa de Lidia.

 

PISO DE CARLOS Y ANDREA/ COCINA/ MEDIODÍA

 

Andrea se está sirviendo un plato de pasta cuando Carlos aparece por allí, bastante ajetreado. Se sorprende al ver a su compañera.

 

Carlos: ¿Ya has salido?

 

Andrea: Aha. Estamos de presentaciones, así que hace una hora que estoy ya en casa.

 

Carlos: Que suerte…

 

El joven coge un plato y cubiertos, y señala la olla donde todavía queda algo de pasta.

 

Carlos: ¿Te importa?

 

Andrea: No, claro que no. Coge lo que quieras.

 

Carlos: Gracias. No me apetece ponerme a cocinar ahora.

 

Andrea: Por cierto… ¿dónde te has dejado al grano de tu culo?

 

Carlos: (Extrañado) ¿Perdona?

 

Andrea: Lola.

 

Carlos: (Molesto) No te pases ni un pelo, Andrea.

 

Andrea: Sabes que tengo razón. Siempre la tienes pegada al culo.

 

Carlos: La quiero, Andrea. ¿Es eso tan difícil de entender para ti?

 

Andrea: Ahora que lo dices sí, la verdad, porque es un poquito fea la chica.

 

Carlos coge aire, intentando no perder la paciencia.

 

Carlos: No tienes ningún derecho a hablar así de ella.

 

Andrea: (Extrañada) ¿Por qué? Tan solo estoy expresando mi opinión.

 

Carlos: Pues te pediría que te la ahorraras, porque no te la he pedido.

 

Andrea: Vale, perdona…

 

Carlos: (Divertido) ¿Estás celosa?

 

Andrea deja escapar una sonora carcajada.

 

Andrea: ¿Celosa yo? Más quisieras…

 

Carlos: Pues lo parece.

 

Andrea: Mira, olvídalo.

 

La joven camina hacia el salón bajo la atenta mirada de su ex novio, que no sabe qué pensar.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ SALÓN/ TARDE

 

Hugo y Óscar están sentados en el sofá, viendo la televisión. Un tenso silencio inunda el lugar, hasta que Óscar se decide a romperlo.

 

Óscar: Gracias.

 

Hugo: (Extrañado) ¿Por qué?

 

Óscar: Por lo de esta mañana. Te has enfrentado a Lidia, y yo… yo te lo agradezco ahora.

 

Hugo: Pues no lo hagas porque no ha sido por ti, sino por mí. Estoy hasta los cojones de ella. No pienso soportarle ni la mitad de lo que le soporté el año pasado.

 

Óscar: (Sonríe) Sea por lo que fuere, gracias.

 

Hugo esboza una forzada sonrisa, y los dos se quedan en silencio, hasta que escuchan como alguien llega a casa e Isra no tarda en aparecer por allí.

 

Isra: Hola.

 

Óscar: Buenas.

 

Hugo: ¿Cómo está Marta?

 

Isra: (Sonríe) Bien, bastante bien. Se ha despertado.

 

Óscar y Hugo: (Sorprendidos) ¿En serio?

 

Isra: Aha.

 

Hugo: ¿Y qué haces tú aquí? ¿Por qué no estás con ella?

 

Isra se sienta entre sus dos amigos.

 

Isra: Bueno, Jorge apareció por el hospital, y pensé que sería buena idea dejarles un rato solos.

 

Hugo: ¿Hablas en serio?

 

Óscar: ¿Van a volver?

 

El pelirrojo se encoge de hombros.

 

Isra: No tengo ni idea.

 

Hugo: No puedes permitirlo.

 

Isra: ¿Y qué quieres que haga?

 

Hugo: Pues impedirlo. Si realmente la quieres, lucha por estar con ella, joder. Que lleváis toda la vida igual, ya es hora.

 

Óscar: Es verdad. Además, te has pegado todo el verano en el hospital, a su lado.

 

Isra: (Suspira) Y Jorge también.

 

Hugo: Sí, pero él, en cierta manera, era el responsable de que estuviera allí, así que es lo menos que podía hacer.

 

Los tres amigos se quedan unos segundos en silencio, hasta que Isra se levanta.

 

Isra: Mirad, hace años que aprendí que a no meterme entre parejas que claramente están predestinadas, porque luego el que sale mal parado soy yo.

 

Hugo: Pero…

 

Isra: (Interrumpiéndole) Me voy a acostar un rato, que luego quiero volver a pasarme por el hospital. Hasta luego.

 

Isra camina hacia las escaleras, y Óscar mira a Hugo, extrañado.

 

Óscar: ¿Acaba de decir que Jorge y Marta están destinados a terminar juntos?

 

Hugo: Eso creo.

 

Óscar: ¿Y por qué?

 

Hugo: Porque es tonto. No se lo cree ni él.

 

HOSPITAL GENERAL/ HABITACIÓN 567/ TARDE

 

Marta continúa sentada en la cama, leyendo una revista, cuando la puerta se abre dando paso a Jorge, que se sienta a su lado.

 

Jorge: Ya he hablado con mi madre. La niña acaba de quedarse dormida.

 

Marta: (Sonríe) Bien.

 

Los dos jóvenes se quedan unos segundos en silencio.

 

Marta: ¿Por qué has venido todos los días a verme?

 

Jorge: (Sonríe) Ya te lo he dicho antes. No quería que Esperanza se olvidara de su madre.

 

Marta: ¿Y sólo ha sido por eso?

 

Jorge: (Extrañado) ¿Por qué más podría ser?

 

Marta: No, no lo digo por nada en particular, pero después de todo lo que ha pasado entre nosotros…

 

Jorge esboza una forzada sonrisa.

 

Jorge: Haya pasado lo que haya pasado, creo que ha llegado el momento de olvidarlo y empezar de cero, ¿no te parece?

 

Marta piensa durante unos segundos la propuesta de su ex novio, y termina esbozando una amplia sonrisa.

 

Marta: No veo por qué no.

 

Los dos jóvenes se miran, sonriendo.

 

FACULTAD DE MEDICINA/ AULA 416/ MAÑANA

 

Un nuevo día amanece en la ciudad. Isra acaba de llegar a clase. Saca un folio y un bolígrafo de su mochila y, mientras espera a que el profesor llegue, observa a los compañeros con los que va a pasar su segundo año de universidad. Ve algún rostro conocido, pero se limita a saludar con un leve movimiento de cabeza y una forzada sonrisa dibujada en su rostro. Un atractivo joven, que parece un par de años mayor que él, se sienta a su lado.

 

Iñigo: Buenos días.

 

Isra: Hola.

 

Iñigo: Soy Iñigo.

 

Isra: Isra. Encantado.

 

Iñigo: Igualmente.

 

Los dos jóvenes se quedan unos segundos en silencio. Isra le mira, con curiosidad.

 

Isra: ¿Eres nuevo por aquí? No recuerdo haberte visto el año pasado en la facultad.

 

Iñigo: (Divertido) ¿Fichas a todos tus nuevos compañeros?

 

Isra deja escapar una sonora carcajada.

 

Isra: No, no es eso, pero quieras que no, aunque no conozcas a todo el mundo, después de recorrer un año estos pasillos, te acaban sonando todos… además, no es una facultad tan grande.

 

Iñigo: (Sonríe) No, si tienes razón. Soy nuevo en la ciudad. Soy de Salamanca, pero me pedí un traslado.

 

Isra: (Extrañado) ¿Desde Salamanca hasta aquí? ¿Y eso?

 

Iñigo se encoge de hombros.

 

Iñigo: Supongo que me apetecía cambiar de aires.

 

Isra: Pues has escogido una ciudad muy bonita para ello.

 

Iñigo: Lo sé.

 

Los dos jóvenes se miran, sin borrar las sonrisas de sus caras.

 

ESCUELA “ARTES ESCÉNICAS HERRERA”/ AULA DE REALIZACIÓN/ MAÑANA

 

Óscar está sentado frente a uno de los ordenadores, editando un video, cuando Lidia se acerca por su espalda, con una cínica sonrisa dibujada en su rostro.

 

Lidia: ¿Cómo va?

 

Óscar: Terminando.

 

Lidia: Genial.

 

La joven se sienta al lado de su ex novio.

 

Lidia: Es una suerte que nos haya tocado juntos para este trabajo, ¿no crees? Así podemos hablar y aclarar las cosas.

 

Óscar: (Indiferente) No creo que tengamos nada ni que hablar, ni que aclarar.

 

Lidia: Claro que sí, Óscar. Antes de salir juntos éramos amigos, y me gustaría que volviéramos a serlo.

 

Óscar: (Sorprendido) Estás de coña, ¿no?

 

Lidia: ¿Por qué iba a estarlo?

 

Óscar: No tengo ninguna intención de volver a ser ni tu novio, ni tu amigo, ni tu conocido, ni nada que conlleve un nosotros.

 

Lidia deja escapar una sonora carcajada.

 

Lidia: Sigues igual de rencoroso que siempre.

 

Óscar: (Suspira) ¿Por qué no me dejas tranquilo?

 

Lidia: Porque quiero ser tu amiga. ¿Por qué te cuesta tanto entenderlo?

 

Óscar: No es que no lo entienda, es que no me lo creo. Ya no me creo nada que venga de ti.

 

Lidia: Pues deberías. Te aseguro que soy mucho más sincera que Hugo.

 

Óscar: (Extrañado) ¿Qué quieres decir?

 

Lidia: Vamos, Óscar. Mientras tú babeabas por él el año pasado, él perdía el culo por su novio moribundo.

 

Óscar: Tú sí que no has cambiado. Sigues siendo la misma hija de puta de siempre.

 

La joven, volviendo a esbozar su cínica sonrisa, se levanta.

 

Lidia: Lo que tú digas, pero en el fondo sabes que tengo razón. Para Hugo no eres más que un enchochamiento, y terminarás dándote cuenta tarde o temprano.

 

Lidia se aleja de allí, bajo la pensativa mirada de Óscar.

 

HOSPITAL GENERAL/ HABITACIÓN 567/ TARDE

 

Marta está sentada en la cama, leyendo un libro. Al escuchar como alguien llama a la puerta, lo cierra y mira hacia allí.

 

Marta: Adelante.

 

La puerta se abre, y Hugo entra en el dormitorio con una enorme sonrisa dibujada en su rostro.

 

Hugo: Buenas tardes.

 

Marta: (Sonríe) ¡Hola!

 

Hugo entra en la habitación y abraza a su amiga, emocionado.

 

Hugo: ¿Cómo estás?

 

Marta: Un poco rallada con el tema de que todos los veranos tengamos que estar alguno en el hospital, pero bien.

 

El joven se ríe, divertido, mientras se sienta en el borde de la cama.

 

Hugo: Menudo susto nos has pegado.

 

Marta: (Sonríe) Ya sabes que me gusta hacerme la interesante de vez en cuando.

 

Hugo sonríe forzadamente.

 

Hugo: Sí.

 

Los dos se quedan unos segundos en silencio. Marta no tarda en ver que su amigo tiene los ojos llenos de lágrimas.

 

Marta: ¿Qué te pasa?

 

Hugo: No es nada.

 

Marta: (Irónica) Claro que no. Por eso llevas los ojos llorosos, ¿verdad? ¿Se te ha metido humo?

 

Hugo vuelve a sonreír forzadamente.

 

Hugo: La misma noche perdí a Edu y casi te pierdo también a ti. Yo…

 

El joven rompe a llorar, y Marta le coge de la mano.

 

Marta: Hugo…

 

Hugo: No, estoy bien.  Es solo que… bueno, sé que no somos tan amigos como antes, pero… sigues siendo una persona muy importante para mí. Y me mataba pensar que te ibas a ir sin que lo supieras.

 

Marta esboza una enternecida sonrisa.

 

Marta: Y lo sé.

 

Hugo: Menos mal que estás bien, Marta…

 

Marta: (Riendo) No os vais a librar de mí tan fácilmente.

 

Hugo también se ríe, y los dos amigos se abrazan, emocionados.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ TARDE

 

Isra permanece sentado en una de las butacas de la barra, leyendo una revista, cuando Claudia se acerca a él con un refresco entre sus manos y una amplia sonrisa dibujada en su rostro. Le coloca el refresco enfrente.

 

Claudia: Aquí tienes.

 

Isra: (Sonríe) Gracias.

 

Isra sigue leyendo la revista mientras su amiga le mira con curiosidad.

 

Claudia: ¿Qué tal el primer día de clase?

 

Isra: Bien.

 

Claudia: (Extrañada) ¿Bien? ¿Eso es todo?

 

Isra: ¿Qué más quieres que te diga?

 

Claudia: Pues no lo sé. Cómo te han ido las clases, si hay alguna persona atractiva…

 

Isra se ríe, divertido.

 

Isra: Has hablado con Óscar.

 

Claudia: ¿Es muy guapo?

 

Isra cierra la revista, sin parar de reír.

 

Isra: Es guapísimo. Parece un modelo.

 

Claudia: ¿Y vas a intentar algo con él?

 

Isra: Bueno, todavía es demasiado pronto, y además, no creo que sea gay.

 

Claudia: Por intentarlo no pierdes nada. ¿Nunca has oído eso de un clavo saca a otro clavo?

 

Isra: (Extrañado) Sí, pero no entiendo a qué viene aquí.

 

Claudia: Solo te diré un nombre: Marta.

 

Isra: (Suspira) Ya estamos…

 

Claudia: No, ya estamos no. Yo no te voy a decir nada. Pero tan solo piénsalo. Si no vas a intentar nada con Marta y tampoco crees que tengas posibilidades con ella… ¿qué pierdes por intentarlo con otra persona?

 

Isra mira a su amiga, sin saber qué decir.

 

PLAYA / NOCHE

 

Andrea: ¿Entonces está bien?

 

Hugo: Saldrá de esta, que no es poco.

 

Andrea: Sí…

 

Los dos jóvenes se quedan unos segundos en silencio, dejando que el agua del mar moje sus pies desnudos.

 

Hugo: ¿Y tú cómo llevas lo de Lola y Carlos?

 

Andrea: (Suspira) No demasiado bien, la verdad.

 

Hugo: ¿Cuándo te vas a dejar de tonterías y vas a admitir de una vez que sigues enamorada de él?

 

Andrea: (Molesta) ¡No estoy enamorada de él!

 

Hugo: (Irónico) No, claro que no.

 

Andrea: En serio.

 

Hugo: Andrea, que nos conocemos…

 

Vuelven a quedarse en silencio. Andrea suspira.

 

Andrea: No sé qué hacer, Hugo.

 

Hugo: Ya te lo he dicho. Habla con él.

 

Andrea: No puedo hacer eso. Yo fui la que lo dejé, la que estropee todo. Sería injusto y egoísta decirle que le quiero ahora que él es feliz con Lola.

 

Hugo: Pero es lo que sientes.

 

Andrea mira a su amigo, sin saber qué responder.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ SALÓN/ NOCHE

 

Óscar está sentado en el sofá, viendo una película, cuando alguien llama al timbre. El joven, irritado por haber sido interrumpido, enciende la luz y camina hasta la puerta. Se sorprende cuando, al abrirla, se encuentra con una sonriente Lidia.

 

Lidia: Buenas noches.

 

Óscar: ¿Qué estás haciendo aquí?

 

Lidia: He pensado en pasarme y, que entre los tres, aclaremos las cosas de una vez y así podamos solucionarlas.

 

Óscar: No hay nada que aclarar, Lidia.

 

Lidia: Por supuesto que sí. Puedo pasar, ¿verdad?

 

La joven, sin esperar una respuesta, entre en casa de sus amigos. Óscar, suspirando, cierra la puerta.

 

Óscar: (Irónico) Cómo si estuvieras en tu casa…

 

Lidia: Gracias.

 

Lidia se sienta en el sofá. Óscar, todavía de pie junto a la puerta, la observa detenidamente.

 

Óscar: Pues Hugo no está, así que a lo mejor sería buena idea que vinieras otro día.

 

Lidia: Bueno, no importa. Hablamos nosotros.

 

Óscar: ¿Pero no acabas de decir que quieres que hablemos los tres?

 

Lidia, sin borrar la sonrisa de su cara, se levanta y se acerca lentamente al joven.

 

Lidia: Parece mentira que no me conozcas, Óscar.

 

Óscar: No sigas avanzando.

 

Lidia: Me he dado cuenta de que las cosas entre Hugo y tú no están del todo bien. Sé que le quieres y todas esas mierdas, pero ¿qué hay de malo que, mientras intentas conseguirlo, nosotros pasemos un buen rato?

 

Óscar: Tú y yo no vamos a pasar nada juntos.

 

La chica coloca las manos sobre el pecho de su ex novio.

 

Lidia: Venga, Óscar… antes lo pasábamos en grande… ¿ya no te acuerdas? Porque yo te aseguro que sí…

 

Óscar: No me toques.

 

Lidia, ignorando las palabras y los deseos del joven, acerca su boca a la suya, intentando besarle, pero éste se hace a un lado, indignado, y abre la puerta.

 

Óscar: ¡Te he dicho que no me toques, joder!

 

La joven le mira, sorprendida por su actitud.

 

Lidia: Tranquilízate, Óscar.

 

Óscar: Márchate.

 

Lidia: Vamos a hablar.

 

Óscar: ¡He dicho que te vayas!

 

La chica se queda unos segundos en silencio hasta que, suspirando, coge su bolso del sofá y camina hasta la puerta.

 

Lidia: Nunca llegarás a ser feliz con Hugo, Óscar. Y cuando te arrepientas de todo esto y vuelvas arrastrándote hacia mí, quizás sea demasiado tarde.

 

Lidia se marcha de allí dejando a Óscar solo. Suspirando, cierra la puerta.

 

HOSPITAL GENERAL/ PASILLOS/ MAÑANA

 

Isra camina con una sonrisa de oreja a oreja, saludando a todo el que se cruza por los pasillos y con un ramo de flores entre sus manos. No tarda en llegar hasta la habitación 567. Se detiene. Tras pensar unos segundos y armarse de valor, abre la puerta lentamente. Cuando parece dispuesto a dar el paso definitivo, ve a Jorge y a Marta, sentados en la cama, charlando animadamente con Esperanza sentada entre ellos. Ninguno de los tres se da cuenta de la presencia del pelirrojo. Duda en entrar. Finalmente, e igual de despacio que hace unos segundos, vuelve a cerrar la puerta sin decir nada. Da el ramo a una atónita enfermera que simplemente pasaba por allí y, lentamente, se aleja. Triste. Resignado.


CONTINUARÁ…