MANERAS DE VIVIR

Marta se encuentra sentada en la mesa de su clase, buscando unos papeles en la carpeta. A su alrededor, sus compañeros, entre los que también se encuentra Laura, gritan, ríen y conversan entre ellos. Ella nunca se ha sentido integrada en la clase, exceptuando a Laura y a Hugo. Piensa en todo esto, cuando alguien se pone frente a ella, asustándola.

EDU: Hola Marta… ¿cómo que hoy no nos has esperado fuera?

MARTA: Hola. Es que tenemos un examen, y quería repasar… y bueno, la verdad es que fuera no lo hubiera hecho.

EDU: Ya… oye, ¿y Hugo? ¿No ha venido hoy?

MARTA: (Extrañada) ¿No te has enterado?

EDU: ¿De que tenía que enterarme?

MARTA: Pues les he dicho a estos que te lo dijeran, pero vaya… Hugo se marchó a Madrid anoche… su tía murió ayer por la tarde.

EDU: (Sorprendido) ¿Qué? Joder… ¿y él como está?

MARTA: Pues imagínate… hecho polvo. Cuando volvieron sus padres en Navidades, ella estaba bastante mejor… o eso le dijeron. Así que no se lo esperaba.

EDU: (Preocupado) Bfff… pues tendré que llamarle…

MARTA: No creo que sea buena idea… me dijo que no quería hablar con nadie, que necesitaba descansar, y pensar.

EDU: ¿Y sabes cuando vuelve?

MARTA: Pues dentro de un par de semanas o por ahí… ¿por? ¿Pasa algo?

EDU: No… no, tenía que hablar con él, pero no era nada importante. (El joven se ve interrumpido por la sirena que indica el inicio de las clases) Bueno… pues luego nos vemos, voy para clase. Chao.

MARTA: Hasta luego.

Edu sale de la clase, dejando allí a Marta, que da un último repaso a sus apuntes, mientras todos sus compañeros se van sentando en sus respectivos sitios.

Carlos se dirige hacia el quiosco lentamente, ayudado por la muleta. Pero pronto llega allí, viendo a Jorge al otro lado del mostrador.

CARLOS: (Sorprendido) ¡Tú! ¿Qué haces ahí metido?

JORGE: (Irónico) Vaya, Carlos… yo también me alegro mucho de verte, gracias.

CARLOS: Contéstame… ¿qué haces ahí?

JORGE: Bueno, quizás sea porque… ¿trabajo aquí?

CARLOS: ¿Cómo que trabajas aquí? ¿Desde cuando?

JORGE: (Cansado de tanta pregunta) Pues desde que tú estás de baja…

Carlos se queda mirando al joven, durante unos segundos, sin saber muy bien que decir.

CARLOS: ¿Qué coño es lo que pretendes?

JORGE: (Fingiendo inocencia) No sé que quieres decir…

CARLOS: Lo sabes perfectamente… ¿te crees que soy tonto? Siempre has pretendido separarnos a Lorena y a mí… pero te aseguro que esta vez no lo vas a conseguir.

JORGE: Tío, a ti la paliza te ha afectado en la cabeza más de lo esperado, ¿no?

CARLOS: No te vas a salir con la tuya, Jorge… te lo juro.

Carlos se aleja de allí todo lo rápido que se lo permite su dolorida pierna, mientras Jorge lo observa con una sonrisa de oreja a oreja.

CRÉDITOS: "MY PREROGATIVE" BRITNEY SPEARS
David Gallagher, Maggie Grace, Rupert Grint, Vanessa Hudgens, Jesse McCartney, Jesse Metcalfe, Emma Watson

Capítulo 16
Secretos escondidos


La mañana en el instituto ya ha terminado, y la salida está a tope de jóvenes que desean llegar ya a sus casas. Entre ellos, se encuentran Isra y Marta, que hablan tranquilamente.

ISRA: Joder, pues tiene que estar destrozado.

MARTA: Imagínate… pero cambiemos de tema. Llevo toda la mañana hablando de lo mismo, y ya estoy agotada.

Isra se dispone a hacer caso a su amiga, cuando unos pitidos de un coche, al otro lado de la carretera, hacen que el joven se sobresalte, y los dos miren hacia allí.

ISRA: ¿Qué coño le pasa a ese loco?

Marta mira atentamente el coche, viendo así a Alfonso saludándola con la mano desde el interior.

MARTA: Oye Isra, me tengo que ir… mañana nos vemos, ¿vale? Chao.

ISRA: Hasta mañana…

Marta cruza rápidamente la carretera, intentando no ser atropellada, y se monta en el coche, el cual arranca, alejándose rápidamente. Isra observa todo esto, muy extrañado.

Ya es por la tarde, y Edu y Laura se encuentran en el salón del joven, charlando mientras se toman unos refrescos.

EDU: No sé… es que no puedo dejar de preocuparme…

LAURA: Es normal… todos lo estamos. Lo que hay que hacer, es que cuando vuelva, sepa que nos tiene a todos para cualquier cosa que necesite. Y creo que eso ya lo sabe.

Edu asiente, aunque la preocupación no se va de su mirada.

EDU: Bueno, cambiando de tema… ¿qué te parecería ir este sábado al BiHomo?

LAURA: (Extrañada) ¿Al BiHomo? ¿Es estrictamente necesario? No quiero ir y luego quedarme de aguantavelas…

EDU: Por favor, no digas chorradas… me apetece ir y pasar un buen rato, y ya está. No voy a acostarme con nadie. Pero por otra parte, no estoy con nadie ahora, no pasaría nada si lo hiciese.

LAURA: ¿Y si lo haces y se entera Hugo?

EDU: No tiene porque enterarse, pero si lo hace, no debería de enfadarse. Es él el que me esta dando largas…

Laura mira a su amigo, dudando en si él mismo cree realmente todo lo que acaba de decir.

Carlos y Lorena van paseando por el parque. Ella va agarrada al brazo de su novio, el cual sostiene con el otro la muleta, pensativo.

LORENA: (Preocupada) ¿Qué pasa, cariño? ¿Te empieza a molestar la pierna?

CARLOS: No… no es eso.

LORENA: ¿Entonces que es? Llevas toda la tarde muy distante…

CARLOS: Verás, es que… está mañana fui al quiosco, y…

LORENA: (Interrumpiéndolo) ¡Ah, ya! Lo de Jorge, ¿no?

CARLOS: (Sorprendido) ¿Lo sabías?

LORENA: Sí… el otro día fui a comprar, y me lo encontré allí… la verdad es que me sorprendió, pero bueno.

CARLOS: (Molesto) ¿Y por qué cojones no me dijiste nada?

LORENA: Bueno… no quería preocuparte… y como el médico te dijo que guardaras reposo, no quería que te pusieras como te vas a poner ahora.

CARLOS: Sabes por qué está ahí, ¿no? No quiere que estemos juntos, y va a hacer todo lo posible para conseguir su objetivo.

LORENA: (Besando a su novio) Pero esta vez no lo va a conseguir… ya lo verás.

CARLOS: Tengo que volver al trabajo cuanto antes. Mañana mismo iré al médico para pedir el alta voluntaria… muerto el perro, muerta la rabia.

LORENA: (Molesta) ¿Pero estás tonto? Vamos a ver, tienes que estar en reposo. Deja que haga lo que le de la gana. El amor lo puede todo, y Jorge no será el que nos lo arrebate.

CARLOS: Mira Lorena… mañana voy a ir a pedir el alta, y no hay más que hablar.

LORENA: Muy bien… pues entonces no me dejarás otro remedio que ir yo misma también a hablar con el médico, para que no te la dé.

CARLOS: El alta voluntaria me la tiene que dar, es su obligación. Así que no te servirá de nada ir.

LORENA: (Pensativa) Bien, eso lo veremos… y ahora, vamos a seguir paseando, por favor. No me apetece continuar discutiendo.

Carlos decide hacer caso a su novia, por lo que se calla, y los dos tranquilamente continúan paseando, pensando cada uno en sus cosas.

Está anocheciendo. Marta y Alfonso salen del cine, sonrientes, y los dos cogidos de la mano.

ALFONSO: ¿Ves como no era mala idea venir al cine? Al final lo hemos pasado bien, ¿no?

MARTA: Sí… pero es demasiado arriesgado, podríamos habernos encontrado con alguien.

ALFONSO: Pero no ha sido así, y hemos pasado un buen rato, ¿eh? (Marta asiente, sonriente) ¿Sabes? Cuando te conocí, pensé que sería solo sexo, pero… no sé, me siento a gusto contigo. Me gustas, y es la primera vez que me pasa. Me da igual tu edad, me da igual todo… eres la mejor persona que he conocido nunca.

Marta se queda impactada con las palabras de su acompañante, y lo único que acierta a hacer es a darle un beso en los labios. Después, cogidos de la mano, se dirigen hacia el coche del hombre, en el que se montan, y se alejan de allí. De un portal desde el cual ha visto todo, sale Isra, bastante confundido, sin dejar de mirar el coche.

Un nuevo día amanece en la ciudad. El doctor Martínez se encuentra en su consulta, revisando unos papeles, cuando, tras escuchar unos leves golpes en la puerta, esta se abre, y Lorena asoma la cabeza.

LORENA: (Tímida) Hola… ¿puedo pasar?

DOCTOR MARTÍNEZ: (Extrañado) ¿Usted no es la novia del joven al que apalearon el otro día?

LORENA: Vaya, no esperaba que se acordase de mí.

DOCTOR MARTÍNEZ: La verdad es que es difícil olvidarla… (Arrepintiéndose) Perdone, ha sido una grosería. Pase. Pase y siéntese.

LORENA: (Sonriente) Gracias.

La joven hace caso al médico, sentándose frente a él, sin borrar la sonrisa de su cara.

DOCTOR MARTÍNEZ: Bueno, pues usted dirá… la verdad es que estoy bastante sorprendido con su visita.

LORENA: Mire, se trata de Carlos, mi novio. Usted le dijo que tomará reposo, y que no se estresara ni se alterase por nada… pero ahora le ha dado con que quiere volver al trabajo, y esta misma mañana iba a ir a ver a su médico de cabecera para que le de el alta voluntaria.

DOCTOR MARTÍNEZ: Realmente no es una decisión muy madura, pero yo no puedo ayudarla… todo eso depende de su médico de cabecera, yo simplemente fui su médico durante el tiempo que estuvo ingresado.

Lorena se desabrocha los primeros botones de la camisa sensualmente.

LORENA: (Sensual) Pero seguro que usted puede hacer algo…

DOCTOR MARTÍNEZ: (Turbado) Bueno, quizás…

LORENA: ¿Por qué no quedamos el sábado y lo hablamos? Seguro que también tienes muchas otras cosas interesantes que contar…

DOCTOR MARTÍNEZ: (Sonriendo tontamente) Sí, la verdad es que la medicina es muy fascinante.

LORENA: (Levantándose) ¡Ay, no veo el momento! (saca una tarjeta de su bolso) Pasa por aquí a buscarme a las nueve. No te retrases.

DOCTOR MARTÍNEZ: No lo haré. Y ahora mismo llamaré al médico de cabecera de tu novio. Hasta el sábado.

LORENA: (Lanzándole un beso) Gracias, chao.

Lorena sale de la consulta, dejando solo al doctor Martínez, ilusionado con su cita.

El sábado amanece totalmente nublado en la ciudad. Marta se encuentra sentada en el mismo parque, con la bolsa de basura llena de dinero entre sus manos. Mira el reloj, nerviosa, observando que ya es la hora acordada para la entrega. Se levanta, deja la bolsa en la papelera, y se marcha corriendo de allí. Pocos segundos después aparece Lorena, la cual, con una sonrisa de oreja a oreja, coge la bolsa de la papelera, y también se marcha de allí.

Carlos está sentado en el sofá de su casa, mientras charla con Edu por teléfono, el cual se encuentra tumbado en la cama de su dormitorio.

CARLOS: ¿Y entonces esta noche que vais a hacer?

EDU: Pues voy a ir con Laura al BiHomo… (Ríe) a ver lo que pasa, espero pasar un buen rato.

CARLOS: ¿Y Hugo?

EDU: (Suspira) ¿Tú también me vas a dar la paliza, Carlos?

CARLOS: Vale… vale, está bien, ya me callo… ¿y Laura que va a hacer cuando encuentres al maromo adecuado para tu noche? Porque siempre que vas, lo encuentras…

EDU: (Riendo) Bueno, ya sabes que ella hace amigos muy fácilmente. Pero además, no tiene porque pasar nada, ¿vale? Y si pasa, será solo cosa de una noche. Yo quiero a Hugo.

CARLOS: Oye Edu… ¿tú estás seguro de lo que vas a hacer?

EDU: Completamente. Y cambiando de tema, ¿cómo fue lo de tu alta voluntaria? ¿Ya estás trabajando otra vez?

CARLOS: Que va, si el médico no me la quiso dar.

EDU: (Extrañado) ¿Y eso?

CARLOS: Pues me dijo que había hablado con el que me llevó cuando estuve ingresado, y que no le parecía bien que volviese al trabajo tan pronto.

EDU: Bueno, pues si ellos creen que es lo mejor…

CARLOS: Ya, pero no sé… la verdad es que me da miedo que Jorge esté ahí metido… no sé lo que se propone.

EDU: Bueno, tú no te preocupes… seguro que no es nada. Oye, te voy a dejar, que me llama mi madre para comer. El lunes te llamo, ¿vale?

CARLOS: Venga, vale, pasadlo bien… chao.

EDU: Gracias, hasta luego.

Los dos cuelgan el teléfono al mismo tiempo, y continúan con sus respectivas rutinas.

Ya es por la tarde, e Isra está sentado en el sofá del Four, cuando llega Marta, saludándole a la vez que le da dos besos, y se sienta a su lado.

MARTA: (Sonriente) Bueno, dime… ¿a que venía tanta prisa?

ISRA: (Serio) La verdad es que quiero hablar contigo sobre un tema… bastante delicado, la verdad.

MARTA: Vale, pues espera que voy a pedir, y me cuentas.

Isra asiente, y la joven se levanta y se dirige hacia la barra, mientras el chico la espera, cosa que no tiene que hacer durante demasiado tiempo.

MARTA: Pues menos mal que me has llamado, porque ya pensé que no saldría este sábado… entre que Hugo no esta, y tal…

ISRA: Bueno, pero siempre tendrás a tu madurito para hacerlo, ¿no?

MARTA: (Extrañada) ¿Perdona?

ISRA: Mira Marta, que a mí no me engañas… os vi el otro día saliendo del cine.

MARTA: (Molesta) Claro, por eso llevas unos días tan raro conmigo… ¿y qué pasa? ¿Qué ahora te dedicas a espiarme?

ISRA: No te voy a negar que te seguí, porque es evidente que mentiría… pero lo hice porque estaba preocupado por ti. Me resultó muy raro lo del coche…

MARTA: Isra tú no eres nadie para meterte en mi vida.

ISRA: Claro que soy alguien, Marta, soy tu amigo, ¿o es qué ya no te acuerdas? Te recuerdo que yo estaba en tu vida antes que Hugo.

MARTA: (Enfadada) No me vengas ahora con tus típicos celos, ¿quieres? Lo de Alfonso no lo sabe nadie, y va a continuar así. (Se levanta) Te lo vuelvo a repetir… no te metas en mi vida.

ISRA: Solo pretendo ayudarte…

MARTA: Pues te lo ahorras.

Marta sale del local, bastante cabreada, y sin haber probado su refresco, y dejando allí a Isra, sin saber que hacer.

Ya es bien entrada la noche, y la discoteca BiHomo está llena de gente, mientras suena la canción “It’s raining men”, de Geri Halliwell. Parejas de todo tipo de orientaciones se besan en la pista, mientras en los sofás se ve algún que otro trío. Laura y Edu entran por la puerta, sonrientes.

LAURA: Bueno, pues ya estamos aquí… y espero que no me dejes sola demasiado pronto (Edu se ríe) Por cierto, ya le darás las gracias de mi parte al pavo que falsificó mi DNI… es una gozada.

EDU: (Riendo) Anda, deja de hablar, y vamos para adentro.

Los dos jóvenes se disponen a bajar las escaleras, cuando se encuentran frente a frente con una pareja que para el chico no es nada desconocida.

EDU: (Sonriendo falsamente) ¡Hombre, Alberto, cuanto tiempo! ¿Cómo te va todo?

ALBERTO: (Dándole dos besos) Pues muy bien, gracias… ya yéndonos para casa. ¿Y tú? Eras la última persona que me esperaba encontrar por aquí… Laura…

La joven saluda al chico con la cabeza, sin hacerle demasiado caso.

EDU: Pues yo también bien, gracias… así que ya para casa, ¿no? (irónico) que raro en ti…

ALBERTO: Sí, bueno, es lo que tiene la universidad… que se estudia y esas cosas. Por cierto, te presento… este es Tomás, mi novio. (Alberto señala a su acompañante, el cual se adelanta para dar dos besos a Edu, pero este simplemente le estrecha la mano) Ya veo que tú no estás con nadie…

EDU: No… la verdad es que es mejor estar solo que mal acompañado.

ALBERTO: Ya… bueno, nos vamos. Ya nos veremos, adiós.

EDU: Chao.

Alberto y Tomás se dirigen hacia la salida, agarrados de la mano, mientras Edu y Laura empiezan a bajar las escaleras.

LAURA: En serio Edu, no me explico como pudiste estar con este tío… es insoportable.

EDU: Sí… la verdad es que yo tampoco tengo demasiado claro que es lo que le vi, pero vaya… olvidémonos de él, y pasemos… ¡la mejor noche de nuestras vidas!

El joven, contorneándose, se dirige hacia la barra, y Laura le sigue, riendo a carcajadas.

Lorena y el doctor Martínez salen de un restaurante bastante lujoso, riendo ambos. A Lorena se le nota que el vino ha empezado a hacerle efecto. Se dirigen hacia el coche del hombre, donde Lorena se apoya.

DOCTOR MARTÍNEZ: (Intentando apartarla) Anda, cuida… que te voy a llevar a casa.

LORENA: (Riendo) Uy, no… que no hace falta… voy dando un paseo…

El hombre abre la puerta del coche, y coge a Lorena de la cintura.

DOCTOR MARTÍNEZ: Anda, entra…

LORENA: Está bien… pero solo sí…

DOCTOR MARTÍNEZ: (Extrañado) ¿Sí que?

Lorena le acaricia las mejillas, para después besarlo apasionadamente. Cuando el hombre sale de su asombro, no duda en devolverle el apasionado beso.

LORENA: ¿Por qué no vamos a tu casa?

El hombre responde con una sonrisa, y ambos entran en coche, y este se aleja rápidamente de allí.

Edu se encuentra en la barra del BiHomo el solo, tomándose un cubata, y moviendo la cabeza al son de “I will survive” de Gloria Gaynor, mientras observa a toda la gente que la baila en la pista. Se nota que ya ha bebido bastante. De pronto, nota una mano en su hombro, y el chico se gira, asustado.

EDU: (Extrañado) ¿Tú no eres el novio de Alberto?

TOMÁS: Tomás, sí.

EDU: ¿Y vosotros no os ibais ya a casa hace un par de horas?

TOMÁS: Bueno, se fue Alberto… yo simplemente le acompañé. Por cierto, ¿dónde está tu amiga?

EDU: (Incómodo) Se ha ido también… no se encontraba muy bien.

TOMÁS: (Sonriente) Vaya, que lástima… la verdad es que me apetecía hablar contigo, puesto que antes apenas hemos hablado…

EDU: Sí… ya me di cuenta de que Alberto no te deja hablar demasiado.

TOMÁS: No es eso… simplemente, no me apetecía meterme en vuestra particular batalla.

EDU: Y en cambio estás aquí.

TOMÁS: Así es.

EDU: ¿Te apetece tomar algo?

TOMÁS: Sí lo haces en mi cama, me encantaría.

Edu se empieza a reír ante el comentario del chico, y empiezan a besarse apasionadamente.

Una nueva semana amanece en la ciudad. Laura e Isra están en el baño masculino del instituto, hablando seriamente.

ISRA: Entonces, ¿no se lió con nadie?

LAURA: Mira que eres pesado… ¡que no! Al menos mientras estuve yo… luego él se quedó, y no sé si pasaría algo… ayer no logre contactar con él.

ISRA: ¿Y si se ha enrollado con alguien, que hago?

LAURA: Superarlo. Ahora los dos sois libres, y podéis hacer lo que os plazca. Podéis enrollaros con quien os de la gana.

ISRA: (Molesto) ¿Sabes? A veces me da la impresión de que soy el único que me doy cuenta de que Edu y yo estamos destinados a terminar juntos.

LAURA: Pues parece que sí… (Laura abre la puerta para salir, pero vuelve a cerrarla rápidamente) Creo que hay fuera tienes tu respuesta.

Isra, sin entender demasiado a su amiga, se acerca a la puerta, y la abre, viendo frente a él a Edu y a Tomás besándose apasionadamente. Los dos amigos se miran, sorprendidos.

Lorena sale de la universidad, todo lo rápido que puede para no encontrarse con Jorge. Se dispone a cruzar la carretera, cuando nota una mano en su hombro, y la joven se gira, de mala gana.

LORENA: ¿Cuántas veces tengo que decirte…? (La chica se calla al darse cuenta de que no se trata de Jorge de quien la ha agarrado, sino del doctor Martínez) ¡Ah, tú! ¿Qué haces aquí?

DOCTOR MARTÍNEZ: (Sacando un tanga de su bolsillo) Te dejaste esto en mi casa…

LORENA: (Cogiéndolo, avergonzada) Oh, vaya… gracias por traérmelo hasta aquí…

DOCTOR MARTÍNEZ: La verdad es que también quería hablar contigo. Mira… no quiero hacerte daño, pero quiero a mi mujer. Lo del sábado no puede volver a repetirse.

LORENA: (Suspirando) Pues me quitas un peso de encima… yo también quería decirte lo mismo. Carlos es muy importante para mí.

DOCTOR MARTÍNEZ: (Sonriente) Pues me alegro de que estemos de acuerdo… ha sido un placer conocerte, Lorena.

LORENA: (Dándole dos besos) Igualmente… adiós.

DOCTOR MARTÍNEZ: Chao.

El hombre se aleja de allí, y Lorena retoma su camino, sin darse cuenta de que Jorge, situado a unos pasos más atrás, ha escuchado toda a conversación, y sonríe, satisfecho.

Ya es por la tarde. Edu se encuentra sentado en un banco del parque, desde el cual puede observar a los niños jugar, pero casi nadie puede percatarse de su presencia. En ese momento, alguien le agarra por detrás, y le besa el cuello. El joven se gira, mirando los bonitos ojos de Tomás.

TOMÁS: (Sonriente) Que bien hueles.

El joven le devuelve la sonrisa.

EDU: ¿A que venían tantas prisas?

TOMÁS: Vengo de hablar con Alberto. Lo siento Edu, a lo mejor no te gusta lo que te voy a decir… pero pasamos todo el domingo juntos, esta mañana nos hemos visto, somos como una pareja... y no he podido evitarlo. Creo que me he enamorado de ti…

Edu mira al chico. Al principio duda, pero se acaban besando apasionadamente.

CONTINUARÁ...