MANERAS DE VIVIR


Sexta temporada, capítulo 116


Fecha de emisión: 20 de enero del 2013


CASA DE ISRA Y ÓSCAR/ SALÓN/ NOCHE


Isra y Marta están sentados en el sofá, tomándose cada uno un refresco. El joven continúa con la pierna escayolada.

 

Isra: ¿Esperanza cómo lo lleva?

 

Marta: Pues imagínate, fatal… no para de hacer preguntas, pero es demasiado pequeña para entender lo que ha pasado.

 

Isra: ¿Y qué le dices?

 

Marta: Que fue un accidente, ¿qué le voy a decir? Cuando sea más mayor le contaré la verdad, pero ahora…

 

Isra: Sí, seguramente sea lo mejor.

 

En ese momento Óscar baja las escaleras, vistiendo tan solo unos calzoncillos y una camiseta interior.

 

Óscar: Buenas noches.

 

Marta: Hola.

 

El joven se mete en la cocina.

 

Marta: (Susurrando) ¿Cómo está?

 

Isra: Ya lo ves.

 

Óscar sale de la cocina, con un botellín de cerveza.

 

Óscar: Buenas noches.

 

Marta: Que descanses.

 

El joven sube las escaleras y los dos amigos se miran, preocupados.

 

Marta: Todavía no puedo creerme que Hugo hiciera algo así.

 

Isra: Ya, ni yo… pero él está destrozado.

 

Marta: Normal.

 

Los dos amigos se quedan unos segundos en silencio, pensando.

 

Marta: Tenemos que hacer algo.

 

Isra: Sí… lo sé.

 

CASA DE CARLOS Y ANDREA/ DORMITORIO DE CARLOS Y ANDREA/ NOCHE

 

Carlos y Andrea están sentados en la cama. Mientras Andrea habla, Carlos lee un libro. En un momento la joven se queda en silencio y mira a su novio, molesta.

 

Andrea: ¿Me estás escuchando?

 

Carlos: No, pero me estás contando lo de Hugo y Óscar, que ya me lo sé de memoria porque me lo has contado veinte veces antes de esta.

 

Andrea: Parece que no te preocupa, y si no recuerdo mal, también son tus amigos.

 

Carlos: Sí, ¿pero qué quieres que te diga? Ya te dije que no era buena idea lo del billete, y no me hiciste ni caso. Mira ahora lo que ha pasado.

 

Andrea: Vale, pero al final tampoco hemos hecho tan mal, ¿no? Quiero decir, Óscar tenía derecho a saber lo que estaba pasando.

 

Carlos: Claro que tenía derecho, pero era Hugo el que se lo tenía que haber contado. Y es tu mejor amigo, Andrea. ¿De verdad crees que no iba a decírselo?

 

Andrea: Sí, pero…

 

Carlos: (Interrumpiéndole) Sé que lo has hecho con buena intención, pero lo único que has conseguido es joder a dos de las personas más importantes en tu vida.

 

Andrea mira a su novio, dándose cuenta de que tiene razón.

 

CANCIÓN: “Bed of roses”, de Bon Jovi


Kristen Bell, Chace Crawford, Rupert Grint, Vanessa Hudgens, Jesse McCartney, Jesse Metcalfe, Jared Padalecki, Hayden Panettiere, Shawn Pyfrom, Jessica Stroup


CAPÍTULO 116: Secretos y mentiras


SEDE “RTPA”/ SALA DE CÁMARAS/ MAÑANA

 

Lucas está sentado en el sofá del rincón, leyendo una revista, cuando Óscar entra en la sala, con muy mala cara. Su compañero le mira, preocupado.

 

Óscar: Buenos días.

 

Lucas: Para ti no parece que lo sean…

 

El recién llegado esboza una forzada sonrisa.

 

Óscar: Es que no he dormido demasiado bien.

 

Lucas: (Sonríe) ¿Qué pasa? ¿No has tenido suficiente con el fin de semana que has pasado con tu novio, que ya le echas de menos?

 

Óscar, suspirando, se sienta junto a su compañero.

 

Óscar: En realidad volví el viernes.

 

Lucas: (Extrañado) ¿Ese no es el día que te fuiste?

 

Óscar: Sí…

 

Lucas: (Preocupado) ¿Qué ha pasado?

 

El joven guarda silencio durante unos segundos, mientras sus ojos se llenan de lágrimas.

 

Lucas: Óscar…

 

Óscar: Me ha estado engañando con otro.

 

Lucas: (Sorprendido) ¿Qué?

 

Óscar: Cuando llegué a Madrid él no estaba en casa, así que estuve esperándole en el portal… hasta que le vi aparecer comiéndose la boca con otro tío.

 

Lucas: Joder, será cabrón…

 

Lucas va a abrazar a su compañero, pero justo en ese momento empieza a sonar su móvil y mira de quién se trata.

 

Lucas: Mierda, es Alba. Perdona.

 

Lo descuelga.

 

Lucas: Dime… vale… sí, ahora salgo para allá… vale.

 

Lucas cuelga el teléfono y se levanta del sofá.

 

Lucas: Me tengo que ir…

 

Óscar esboza una forzada sonrisa.

 

Óscar: Tranquilo, estoy bien.

 

Lucas: Te diría de ir a comer luego pero nos vamos a grabar a unos doscientos cincuenta kilómetros y no sé cuando volveremos… ¿pero quieres que te llame cuando lo hagamos y nos vamos a tomar un café?

 

Óscar: Estaría bien, sí.

 

Lucas: Genial. Entonces espera mi llamada.

 

Óscar: Lo haré. Hasta luego.

 

Lucas: Chao.

 

Lucas coge su equipo y sale rápidamente de allí, mientras Óscar se seca los ojos con las manos, triste.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ MAÑANA

 

Carlos está sentado en una de las butacas de la barra, tomándose un café, mientras Jaime, al otro lado, le escucha.

 

Carlos: Te juro que lo intento, pero es que no puedo. Cada vez que la miro no puedo evitar pensar en que mató a nuestro hijo.

 

Jaime: Pero le habías perdonado, ¿no?

 

Carlos: Sí… sí, y pensaba que podría superarlo, pero la verdad es que cada día que pasa lo tengo menos claro.

 

Jaime: ¿Y qué vas a hacer? Porque tampoco podéis seguir así…

 

Carlos se queda unos segundos en silencio, pensando, hasta que finalmente suspira.

 

Carlos: No lo sé. Ojala lo supiera, pero no tengo ni idea.

 

Jaime: Ya…

 

Ahora son los dos los que se quedan en silencio, cada uno pensando en sus cosas.

 

Carlos: ¿Y tú con Claudia qué tal? ¿Cómo lleváis lo de trabajar juntos después de todo lo que habéis pasado?

 

Jaime: Bastante bien, la verdad.

 

Carlos: (Extrañado) ¿En serio? Es raro…

 

Jaime: Sí, a mí también me parecía raro, pero la verdad es que hemos llegado a un punto en el que somos buenos amigos, y nada más.

 

Carlos: Hombre pues mejor para vosotros, porque si no sería todo súper raro…

 

Jaime: Sí, es una gozada estar así. Y seguro que Andrea y tú conseguís arreglarlo, ya sea como pareja o como amigos.

 

Carlos: No lo tengo yo tan claro…

 

Jaime mira a su amigo, sin saber qué decirle.

 

PLAYA DE GIJÓN/ TARDE

 

A pesar del frío que hace, Andrea, Isra y Marta están sentados en la arena, cubriendo sus cuerpos con unas mantas.

 

Marta: ¿Has conseguido hablar con Hugo?

 

Andrea: Sí. La verdad es que él tampoco lo está pasando nada bien.

 

Isra: Y sin embargo, ni siquiera ha llamado a Óscar para pedirle disculpas.

 

Andrea: Ni creo que lo haga.

 

Isra: (Sorprendido) ¿Lo dices en serio?

 

Andrea: Se ha dado cuenta del daño que le ha hecho, y he sido yo misma la que le he dicho que no le llame. Al menos de momento.

 

Marta: ¿Por qué?

 

Andrea: Porque creo que es lo mejor para Óscar.

 

Isra: Pues precisamente yo creo todo lo contrario.

 

Andrea: (Extrañada) ¿Por?

 

Isra: Porque lo que yo creo que Óscar necesita precisamente ahora es hablar con él. Que Hugo le llame, se disculpe, y pueda cerrar esa etapa.

 

Andrea: (Molesta) ¿Y lo que Hugo necesita? ¿Nadie piensa en eso?

 

Marta: Es que no se merece que nadie piense en eso después de lo que ha hecho.

 

Andrea: Pero a nosotros no nos ha hecho nada.

 

Isra: No, pero a nuestro amigo sí.

 

Andrea: Él también es nuestro amigo. Y desde hace más tiempo.

 

Marta: Pero es él el que la ha jodido, no nosotros.

 

Andrea mira a sus amigos, sin saber qué responderles.

 

CAFETERÍA “JAMAICA”/ INTERIOR/ TARDE

 

Suena la canción “Nueva York”, de Vega.

 

Lucas y Óscar están sentados en una de las mesas de la cafetería, decorada con multitud de colores nada discretos. Los dos jóvenes se toman un café.

 

Lucas: Todavía no me puedo creer que haya gente tan hija de puta. Y lo siento, de verdad, porque sé que le quieres, pero…

 

Óscar: (Interrumpiéndole) No te preocupes. Tienes derecho para meterte con él todo lo que te dé la gana.

 

Los dos se ríen, divertidos.

 

Lucas: ¿Y tú cómo lo llevas?

 

El joven se queda unos segundos en silencio, pensando, hasta que finalmente suspira.

 

Óscar: La verdad es que no lo sé. Todavía no me creo que haya hecho algo así después de todo lo que nos costó estar juntos.

 

Lucas: No te preocupes. Si ha hecho eso es porque no ha sabido valorar lo que tenía, que era mucho.

 

Óscar esboza una forzada sonrisa.

 

Óscar: Tampoco es para tanto.

 

Lucas: Por supuesto que lo es. Tienes que empezar a valorarte a ti mismo para que también te valoren los demás, Óscar.

 

Óscar: Sí, pero…

 

Lucas: (Interrumpiéndole) Pero nada. Vales mucho, créeme.

 

El joven mira a su compañero, sin saber qué decir.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ NOCHE

 

El local ya está cerrado, y Claudia y Jaime están limpiando el local. Mientras el joven barre, Claudia organiza la barra. Hay un tenso silencio entre ambos hasta que ella esboza una forzada sonrisa.

 

Claudia: Hoy ha sido un día movidito, ¿eh?

 

Jaime: (Sonríe) Sí. La verdad es que no podemos quejarnos.

 

Claudia: No me imaginaba que fuera a ir todo tan bien.

 

Jaime: ¿Seguimos hablando del tiempo?

 

Claudia se ríe, divertida.

 

Claudia: De todo en general.

 

Jaime: Bueno, somos personas adultas. Es lo menos que se podía esperar de nosotros, ¿no?

 

Claudia: Por supuesto.

 

Los dos permanecen unos segundos en silencio, y Jaime entra tras la barra, sin borrar la sonrisa de su cara.


Jaime: ¿Crees que nos precipitamos con el divorcio?

 

Claudia: Ahora estamos mejor los dos, ¿no?

 

Jaime piensa durante unos segundos, serio, hasta que finalmente esboza una forzada sonrisa.

 

Jaime: Sí, supongo que sí…

 

Claudia: Pues eso es lo importante.

 

Jaime: Ya…

 

Los dos se quedan en silencio, mirándose fijamente a los ojos, hasta que se besan apasionadamente. Se dejan caer en el suelo mientras se van quitando mutuamente la ropa.

 

CALLES DE GIJÓN/ NOCHE

 

Óscar y Lucas caminan hacia casa del primero. Los dos permanecen en silencio. Lucas se está fumando un cigarro.

 

Lucas: Entonces la casa es de tu ex, ¿no?

 

Óscar: Sí. La verdad es que debería buscarme otra cosa. Supongo que es cuestión de tiempo que me llame para decirme que me vaya.

 

Lucas: (Extrañado) ¿Tú crees que haría eso?

 

Óscar: Hace unos días te habría dicho que no y si me hubieras llevado la contraria te hubiese matado, pero hoy por hoy… la verdad es que tengo la impresión de no conocerle, ¿sabes? De no conocerle en absoluto.

 

Lucas: Normal, después de todo lo que te hizo…

 

Óscar: Sí…

 

En silencio, llegan hasta la casa que el joven comparte con Isra.

 

Óscar: Pues aquí es.

 

Lucas: (Sorprendido) ¿Aquí?

 

Óscar: Aha.

 

Lucas mira la casa, sin salir de su asombro.

 

Lucas: Por lo menos te lo buscaste con pasta.

 

Óscar: Algo bueno tenía que tener, ¿no?

 

Lucas: Supongo que sí.

 

Los dos jóvenes se ríen, divertidos.

 

Óscar: Oye, muchas gracias por convencerme para salir hoy un rato. La verdad es que creo que lo necesitaba.

 

Lucas: No tienes por qué dármelas. Espero que lo hayas pasado bien.

 

Óscar: Mucho.

 

Lucas: Me alegro. Y también quiero que sepas que, aunque sé que tienes a tus amigos y preferirás hablar con ellos antes que con alguien que acabas de conocer, aquí me tienes para cualquier cosa que necesites. Sea la hora que sea.

 

Óscar: (Sonríe) Gracias. Lo mismo digo.

 

Lucas: Lo daba por hecho.

 

Vuelven a reírse.

 

Óscar: Bueno, pues debería de ir entrando, que mañana tenemos que madrugar.

 

Lucas: Claro. Descansa.

 

Óscar: Igualmente. Hasta mañana.

 

Lucas: Chao.

 

Óscar abre la puerta del jardín y entra en la casa, ante la sonriente mirada de su compañero.

 

PISO DE CLAUDIA/ COCINA/ MAÑANA

 

Claudia, ya vestida para salir de casa, se toma un café cuando llaman al timbre. La joven, extrañada, se dirige hacia la puerta y se sorprende al ver allí a Jaime.

 

Jaime: Buenos días.

 

Claudia: ¡Hola! ¿Qué haces aquí?

 

Jaime: (Nervioso) Bueno, yo… creo que deberíamos hablar de lo de anoche, y he pensado que sería mejor hacerlo aquí que en el bar.


Claudia: Sí… sí, tienes razón. Pasa.

 

Jaime: Gracias.

 

El joven entra en el piso de su todavía mujer, y ésta cierra la puerta.

 

Claudia: ¿Quieres un café?

 

Jaime: No, ya he desayunado.

 

Claudia: Bien.

 

Ambos se quedan unos segundos en silencio.

 

Jaime: Fue un error, ¿verdad?

 

Claudia: Sí, eso creo. Yo… estábamos bien cómo estábamos, ¿no?

 

Jaime: Sí.

 

Claudia: Y eso lo único que haría sería complicar las cosas.

 

Jaime: Exacto.

 

Vuelven a guardar silencio. Claudia no puede evitar el esbozar una sonrisa.

 

Claudia: Pero la verdad es que no estuvo mal.

 

Jaime: Estuvo de puta madre.

 

Los dos se ríen.

 

Claudia: Pero será mejor que no vuelva a pasar.

 

Jaime: Por supuesto.

 

Ambos se miran fijamente a los ojos durante unos segundos, en silencio, hasta que la joven suspira.

 

Claudia: Mierda.

 

Se besan apasionadamente y se dejan caer sobre el sofá, quitándose la ropa el uno al otro.

 

CASA DE ÓSCAR E ISRA/ COCINA/ MAÑANA

 

Óscar desayuna tranquilamente sentado en la mesa de la cocina, leyendo el periódico, cuando Isra aparece por allí, ayudado de sus muletas.

 

Isra: Buenos días.

 

Óscar: (Sonríe) Hola.

 

El pelirrojo se sirve un café, y se fija en la sonrisa de su compañero.

 

Isra: Vaya, parece que la cita de anoche fue bien, ¿no?

 

Óscar: (Extrañado) ¿Qué cita?

 

El joven se sienta frente a Óscar.

 

Isra: La de ayer con tu compañero de trabajo. ¿O es que ahora me vas a decir que no fue una cita?

 

Óscar: ¡Claro que no fue una cita! Simplemente necesitaba salir un poco y divertirme, y él estaba ahí. Nada más.

 

Isra: (Irónico) Sí, claro. Tú puedes decir misa, pero eso era una cita con todas las de la ley.


Óscar: No lo era. Salí a tomar algo con un amigo, y punto. Y además, me vino genial.

 

Isra: (Irónico) Por supuesto.

 

Óscar: En serio, Isra, ahora no tengo la cabeza ni para parejas ni para citas. Lo único que necesito es un poco de tranquilidad.

 

Isra: Lo que tú digas Óscar, pero no debería de ser así. Está claro que Hugo ha pasado página… y tú deberías hacer lo mismo.

 

Óscar mira a su amigo, sin saber qué responder.

 

PISO DE CARLOS Y ANDREA/ COCINA/ MAÑANA

 

Andrea y Carlos desayunan tranquilamente sentados a la mesa, en completo silencio. Ambos parecen estar algo incómodos. La joven esboza una forzada sonrisa.

 

Andrea: Podríamos hacer algo esta tarde.

 

Carlos: (Extrañado) ¿Algo cómo qué?

 

La chica se encoge de hombros.

 

Andrea: No sé, algo los dos juntos. Solos. Hace mucho que no lo hacemos.

 

Carlos se queda unos segundos en silencio, pensando, hasta que finalmente suspira.

 

Carlos: La verdad es que no tengo ganas.

 

Un tenso silencio inunda la cocina.

 

Andrea: ¿Cuánto tiempo va a durar todo esto?

 

Carlos: (Extrañado) ¿El qué?

 

Andrea: Esto. Esta situación. Porque sinceramente Carlos, yo ya empiezo a estar cansada.

 

Carlos mira a su novia, sin saber muy bien qué decir.

 

Carlos: No es tan fácil.

 

A la joven se le llenan los ojos de lágrimas.

 

Andrea: Ya sé que no es tan fácil, pero decidiste perdonarme, me dejaste que volviera a casa… ¿por qué lo hiciste si te ibas a comportar así?

 

Carlos: Porque te quiero.

 

Andrea: Pues demuéstramelo. Demuéstramelo, Carlos, porque ya empiezo a dudarlo.

 

Carlos coge la mano de su novia, en silencio.

 

SEDE “RTPA”/ SALA DE CÁMARAS/ TARDE

 

Lucas está sentado en el sofá, leyendo una revista, cuando entra en la sala Óscar, cargado por su cámara.

 

Óscar: Buenas tardes.

 

Lucas: (Sonríe) Hola.

 

Óscar empieza a guardar su equipo, mientras Lucas cierra la revista.

 

Lucas: ¿Qué tal la tarde?

 

Óscar: Bien, la verdad es que bastante bien. Y además, ya he terminado. Ahora me tengo que quedar hasta las siete y media en última hora, pero bueno, relajado.

 

Lucas: Pues como yo. También estoy en última hora ahora.

 

Óscar: Genial.

 

Lucas: Sí.

 

Un tenso silencio inunda la sala, hasta que Óscar coge aire.

 

Óscar: Oye Lucas, anoche…

 

Lucas: (Interrumpiéndole) Me lo pasé genial.

 

El joven esboza una forzada sonrisa.

 

Óscar: Sí. Sí, yo también.

 

Lucas: Deberíamos repetirlo.

 

Óscar guarda silencio durante unos segundos, buscando las palabras adecuadas.

 

Óscar: No sé.

 

Lucas: (Extrañado) ¿Cómo que no sabes?

 

El chico se sienta junto a su compañero.

 

Óscar: Verás, es que… mi compañero de piso cree que tuvimos una cita.

 

Lucas: Pero no fue una cita.

 

Óscar: No, pero…

 

Lucas: (Interrumpiéndole) Además, aunque hubiese sido una cita, ¿qué? Tú ahora eres soltero, estás en tu pleno derecho de salir con quien te plazca.

 

Óscar: Eso mismo dijo él.

 

Lucas: (Confundido) Vale, entonces ahora sí que no lo entiendo… ¿tu compañero de piso apoya que tengas cita y no quieres que nosotros dos volvamos a salir por qué él piensa que fue una cita?

 

Óscar vuelve a guardar silencio durante unos segundos, hasta que coge aire.

 

Óscar: No quiero que me malinterpretes.

 

Lucas: (Extrañado) ¿Qué te malinterprete en qué sentido?

 

Óscar: Yo ahora no estoy preparado para una relación.

 

Lucas intenta ocultar sus nervios fingiendo sorpresa.

 

Lucas: Espera un segundo. ¿Crees que yo…?

 

Óscar: No es que lo crea, Lucas. Lo que no quiero que pienses es que yo pudiera estar interesado, porque ahora mismo no tengo la cabeza para esas cosas.

 

Lucas coge la mano de su compañero.

 

Lucas: Mira Óscar, tranquilo. Solo somos dos amigos que salimos a cenar anoche y lo pasamos en grande, nada más. Y por eso mismo, lo repetiremos. Los demás que piensen lo que quieran.

 

Óscar permanece en silencio y esboza una forzada sonrisa, sintiéndose algo incómodo.

 

BAR “FOUR”/ ALMACÉN/ NOCHE

 

Claudia está organizando unos botellines de cerveza en una de las estanterías cuando entra Jaime, con una forzada sonrisa dibujada en su rostro.

 

Jaime: Tenemos que hablar.

 

Claudia: ¿Ya has cerrado?

 

Jaime: Sí. Ya no queda nadie.

 

Claudia: Bien.

 

Los dos se quedan unos segundos en silencio.

 

Jaime: ¿Qué estamos haciendo?

 

Claudia: No lo sé.

 

Jaime: ¿Crees que está bien?

 

Claudia: No lo sé…

 

Jaime: (Molesto) ¿Sabes decir algo más?

 

Claudia: ¿Y qué más quieres que diga? Joder, estamos en pleno divorcio, y parecemos dos adolescentes acostándonos por las esquinas.


Jaime: ¿Qué podemos hacer?

 

Claudia: Todavía no hemos firmado los papeles.

 

Jaime: No.

 

Vuelven a quedarse en silencio durante unos segundos.

 

Claudia: ¿Por qué no dejamos las cosas como están de momento?

 

Jaime: (Sorprendido) ¿Sin firmar los papeles?

 

Claudia: Sin firmar nada. Al fin y al cabo, tampoco es una cosa que nos corra demasiada prisa, ¿no? Veamos a donde nos lleva esto.

 

Jaime, tras pensar durante unos segundos, se acerca a su todavía mujer esbozando una amplia sonrisa.

 

Jaime: Me parece perfecto.

 

Claudia se ríe, y se besan.

 

Claudia: Pero lo mejor será que no se lo digamos a nadie todavía. Ya sabes, para evitarnos esa presión de tener que estar dando explicaciones de cualquier cosa en todo momento.

 

Jaime: Como quieras.

 

Vuelven a besarse, esta vez mucho más apasionadamente.

 

PLAYA DE GIJÓN/ NOCHE

 

Lidia: Ya he llegado… sí. Esta misma noche… tranquila, esta vez lo conseguiré. No pienso fallar.


La joven, con el pelo algo más largo que la última vez que la vimos, cuelga su móvil y mira hacia el mar, esbozando una cínica sonrisa.

 

CONTINUARÁ…