MANERAS DE VIVIR

 

Quinta temporada, capítulo 106

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ SALÓN/ MAÑANA

 

Hugo, Óscar y Jorge están sentados en el sofá, tomándose cada uno un café. Entre los tres hay un tenso silencio.

 

Jorge: Muchísimas gracias por acceder a quedar conmigo. Sé que nunca hemos tenido una buena relación, y…

 

Hugo: (Interrumpiéndole) Dijiste que era muy importante, ¿no?

 

Jorge: Sí. Sí, así es.

 

Hugo y Óscar miran impacientes al joven.

 

Jorge: ¿Seguro que no está Isra?

 

Óscar: Segurísimo. Podemos hablar tranquilamente.

 

Hugo: Pero rápido, porque me estás poniendo nervioso.

 

Jorge: Sé que esto os va a sorprender. Creía que podría encargarme yo solo de todo, pero necesito vuestra ayuda.

 

Óscar: (Preocupado) ¿De qué estás hablando?

 

Jorge coge aire antes de continuar.

 

Jorge: Lorena y Lidia son primas.

 

Óscar: (Sorprendido) ¡¿Qué?!

 

Hugo: ¿De qué cojones estás hablando?

 

Jorge: Lo que oís. Lorena convenció a su prima para que viniera y la ayudará a vengarse de todos nosotros.

 

Óscar: Pero si yo ni siquiera la conocí…

 

Jorge: Creo que tú fuiste un daño colateral para  hacer daño a Hugo.

 

Hugo: ¿Pero de qué estás hablando? Si yo nunca hice nada a Lorena…

 

Jorge: No te pusiste de su lado.

 

Hugo: Pero tampoco en su contra.

 

Jorge: No intentes entenderlo, Hugo. Los dos sabemos en qué estado está la cabeza de Lorena.

 

Hugo: Sí, pero…

 

Jorge: (Interrumpiéndole) Necesito vuestra ayuda para desenmascarar a Lidia, chicos.

 

Hugo y Óscar miran al joven, sorprendidos.

 

FACULTAD DE MEDICINA/ PASILLOS/ MAÑANA 

 

Isra camina por los pasillos de la facultad, sin darse cuenta de que Iñigo le está siguiendo hasta que el joven le agarra del brazo.

 

Iñigo: Eh, maricón.

 

El pelirrojo, suspirando, se gira.

 

Isra: ¿Qué cojones quieres?

 

Iñigo: Nos ha tocado hacer el trabajo de Anotomía juntos.

 

Isra: (Sorprendido) ¡¿Qué?!

 

Iñigo: Me pasaré mañana por la tarde por tu casa para empezarlo. Espero que tus compañeros no estén allí.

 

Iñigo se aleja de Isra, ante la sorprendida mirada de éste.

 

CANCIÓN: “Bed of roses”, de Bon Jovi


KRISTEN BELL


CHACE CRAWFORD


RUPERT GRINT


VANESSA HUDGENS


JESSE MCCARTNEY


JESSE METCALFE


JARED PADALECKI


HAYDEN PANETTIERE


JESSICA STROUP


TOM WELLING


CAPÍTULO 106: Los tres mosqueteros


BAR “FOUR”/ INTERIOR/ TARDE

 

Isra: ¿Te lo puedes creer?

 

Marta: La verdad es que hace falta tener mala suerte…

 

Isra: (Suspira) Una suerte horrorosa.

 

Los dos amigos se toman unos refrescos sentados en uno de los sofás del “Four”.

 

Isra: ¿Y qué cojones voy a hacer yo ahora?

 

Marta: ¿Cuándo va a tu casa?

 

Isra: Mañana por la tarde.

 

Marta: Pues no sé. Supongo que lo mejor es limitarte a hacer el trabajo con él, y ya está. Sin complicaciones ni contemplaciones.

 

Isra: Ni que fuera tan fácil después de todo lo que ha pasado.

 

Marta: Posiblemente no lo sea, ¿pero qué quieres hacer? ¿Matarlo, cortarlo en pedacitos, y meterlo en el congelador?

 

Isra esboza una divertida sonrisa.

 

Isra: Pues no estaría mal, ¿eh?

 

Marta se ríe.

 

PISO DE CARLOS/ SALÓN/ TARDE

 

Carlos y Jaime están sentados en el sofá, tomándose cada uno un botellín de cerveza mientras charlan animadamente.

 

Carlos: ¿Tú estás seguro de lo que vas a hacer?

 

Jaime: ¿Por qué?

 

Carlos: No lo sé… sois todavía demasiado jóvenes, ¿no?

 

Jaime: Tampoco te creas que tanto.

 

Carlos: Tenéis veintiún años. Ya eráis jóvenes para casaros, así que para tener hijos…

 

Jaime: (Molesto) Ni que fueras mi padre.

 

Carlos: Vale, perdona.

 

Los dos amigos se quedan unos segundos en silencio.

 

Carlos: ¿Y esto lo has hablado ya con Claudia?

 

Jaime: No, todavía no. Se lo diré esta noche.

 

Carlos: ¿Y tú crees que ella querrá?

 

Jaime: Por supuesto que querrá. Le encantan los niños.

 

Carlos: ¿Estás seguro de eso?

 

Jaime: (Extrañado) ¿Por qué lo dices?

 

Carlos piensa durante unos segundos, hasta que se encoge de hombros.

 

Carlos: No sé… cuando me acostaba con ella, la verdad es que nunca le vi demasiado instinto maternal.

 

Jaime: ¿Hablasteis sobre el tema?

 

Carlos: No, pero esas cosas se notan.

 

Jaime: Puede, pero… entonces era una cría de dieciocho, diecinueve años.

 

Carlos: Y solo han pasado tres años desde entonces.

 

Jaime: En tres años pueden pasar muchas cosas.

 

Carlos: Eso sí que es verdad… si no, que nos lo digan a nosotros.

 

Jaime: Aha.

 

Vuelven a quedarse en silencio durante unos segundos.

 

Carlos: Suerte para esta noche.

 

Jaime: (Sonríe) Gracias.

 

PISO DE JAIME Y CLAUDIA/ SALÓN/ TARDE

 

Andrea, muy arreglada, está sentada en el sofá fumándose un cigarro mientras se bebe un botellín de cerveza, cuando llaman al timbre. La joven, extrañada, se levanta a abrir la puerta. Al ver a Hugo al otro lado, se siente incómoda.

 

Hugo: Hola.

 

Andrea: Jaime y Claudia están en el Four.

 

Hugo: Vengo a hablar contigo.

 

Andrea: (Sorprendida) ¿Conmigo?

 

Hugo: Sí.

 

Hugo se da cuenta de lo arreglada que está la joven.

 

Hugo: Pero si es un mal momento, yo…

 

Andrea: (Interrumpiéndole) No, tranquilo. Voy a salir, pero más tarde. ¿Quieres pasar?

 

El joven esboza una forzada sonrisa mientras entra en el piso.

 

Hugo: Gracias.

 

Andrea cierra la puerta y, una vez ambos en el salón, Hugo se sienta en el sofá.

 

Andrea: ¿Quieres tomar algo?

 

Hugo: No, gracias. He quedado con Óscar para cenar, así que tampoco estaré mucho rato.

 

Andrea: Bien.

 

La joven se sienta junto a su amigo.

 

Andrea: Pues tú dirás.

 

Hugo: Yo…

 

El rubio hace una pausa antes de seguir hablando, hasta que finalmente coge aire.

 

Hugo: Yo quería pedirte disculpas por la reacción que tuve la semana pasada al ver las fotos.

 

Andrea: (Sorprendida) ¿En serio?

 

Hugo: Sí. Fui un gilipollas al enfadarme sabiendo cómo es Lidia. Primero tendría que haberte preguntado por cómo había pasado, y después reaccionar de una u otra manera.

 

Andrea: Hugo, yo…

 

Hugo: (Interrumpiéndola) No quiero saberlo, Andrea. No ahora. Ya sé cómo es Lidia, y sé cómo eres tú. Siempre has estado ahí cuando te he necesitado, y eres mi mejor amiga. Con eso me basta.

 

A Andrea se le llenan los ojos de lágrimas, emocionada.

 

Andrea: Hugo…

 

Hugo: Ven aquí, anda.

 

Los dos amigos se abrazan.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ SALÓN/ NOCHE

 

Jorge y Óscar están sentados en el sofá, bebiéndose cada uno un botellín de cerveza, mientras charlan tranquilamente.

 

Jorge: ¿Y Hugo?

 

Óscar: En la cama. Hemos ido a cenar a un italiano, y al parecer la pizza de chocolate no le ha sentado demasiado bien.

 

Jorge: (Sorprendido) ¿Pizza de chocolate?

 

Óscar: No preguntes.

 

Jorge se ríe, divertido, pero no tarda en ponerse serio de nuevo.

 

Jorge: Bueno, si quería verte era para preguntarte algo…

 

Óscar: Tú dirás.

 

Jorge: ¿Te supondría mucho esfuerzo volver a hacerte amigo de Lidia?

 

Óscar: (Sorprendido) ¿Cómo dices?

 

Jorge: Necesito que lo intentes.

 

Óscar mira al joven, sin entender nada.

 

Óscar: ¿Pero por qué?

 

Jorge: Dime sí podrás. Te lo contaré todo, de verdad.

 

El chico mira a Jorge, sin saber muy bien qué responder.

 

PISO DE JAIME Y CLAUDIA/ SALÓN/ NOCHE

 

La casa está completamente a oscuras hasta que llegan Jaime y Claudia, que encienden la luz y caminan hacia el salón.

 

Claudia: ¿Andrea?

 

Jaime: No está.

 

Claudia: ¿En serio?

 

Jaime: Aha.

 

Claudia sonríe picaronamente.

 

Claudia: Así que tenemos la casa para nosotros solos…

 

Jaime se ríe, divertido, y el matrimonio se besa apasionadamente, dejándose caer sobre el sofá.

 

Claudia: Te quiero.

 

Jaime: Y yo a ti.

 

La pareja sigue besándose. Claudia quita la camiseta a Jaime.

 

Jaime: ¿Sabes lo que me falta para ser completamente feliz?

 

Claudia: ¿El qué?

 

Jaime: Un hijo.

 

Claudia: (Sorprendida) ¡¿Qué?!

 

La joven se levanta rápidamente, asustada.

 

Claudia: Si es una broma, no tiene ni puta gracia.

 

Jaime: No es ninguna broma… ¿no te haría ilusión?

 

Claudia: ¡Claro que no! ¿Estás loco? ¡Tengo veintiún años!

 

Jaime: ¿Y qué? Nunca es demasiado pronto para ser padres, ¿no crees?

 

Claudia: Que se lo digan a las chicas que se quedan embarazadas con quince.

 

Jaime: Vamos Claudia… ¿sabes la vidilla que nos daría tener a un crío correteando por casa?

 

Claudia: Estamos recién casados, ¿de verdad necesitamos que nos den vidilla? Porque en ese caso, creo que tenemos un problema.

 

Jaime: No quería decir eso. Yo…

 

Claudia: (Interrumpiéndole) No vamos a tener un hijo, Jaime… ni siquiera sé cómo se te ha ocurrido. ¡Acabamos de comprar un negocio!

 

La joven se dirige hacia el dormitorio, ante la atónita mirada de su marido.

 

Jaime: ¿Te vas?

 

Claudia: Sí. Se me han quitado las ganas de hacer nada.

 

Claudia cierra la puerta del dormitorio con un portazo y Jaime se echa hacia atrás, suspirando.

 

Jaime: (Irónico) ¡Estupendo!

 

ESCUELA “ARTES ESCÉNICAS HERRERA”/ PASILLOS/ MAÑANA

 

Un nuevo y soleado día amanece en la ciudad. Óscar está sentado en uno de los bancos del pasillo, mirando  unos apuntes, cuando Lidia se acerca a él con una amplia sonrisa dibujada en su cara.

 

Lidia: ¡Buenos días!

 

Óscar: (Indiferente) Hola.

 

La joven, sin borrar la sonrisa de su cara, se sienta junto a su ex novio.

 

Lidia: ¿Dónde está tu churri?

 

Óscar: No ha venido. Se encontraba mal.

 

Lidia: (Irónica) Vaya, es una lástima…

 

Óscar suspira, molesto, y cierra los apuntes.

 

Óscar: ¿Por qué cojones tienes que saludarme todos los putos días, si sabes que no te soporto?

 

Lidia: Porque al contrario de ti, soy una persona educada.

 

El joven deja escapar una sonora carcajada.

 

Óscar: ¿Lo dices en serio? ¿Tú? ¿Una persona educada? No me hagas reír…

 

Lidia: Puede que sea una hija de puta, lo admito. Pero la educación no la pierdo en ningún momento.

 

Óscar: (Irónico) Ya.

 

Los dos se quedan unos segundos en silencio. Óscar parece pensar en algo, hasta que esboza una forzada sonrisa.

 

Óscar: ¿Sabes? Creo que tienes razón.

 

Lidia: (Extrañada) ¿En qué?

 

Óscar: A lo mejor… podríamos intentar ser amigos.

 

Lidia: (Sorprendida) ¿Hablas en serio?

 

Óscar se encoge de hombros.

 

Óscar: ¿Por qué no? Tú misma lo has dicho más de una vez… nos compenetrábamos, ¿no? Podríamos intentarlo.

 

La joven se queda pensando durante unos segundos, en silencio, hasta que finalmente esboza una amplia sonrisa.

 

Lidia: Supongo que sí.

 

Óscar esboza una forzada sonrisa.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ MAÑANA

 

Carlos está sentado en una de las butacas, tomándose un café, mientras Jaime, al otro lado de la barra, le mira preocupado.

 

Jaime: Y lo peor es que cuando se ha levantado esta mañana y me ha visto en la cocina, ni siquiera me ha dirigido la palabra.

 

Carlos: Te dije que no era buena idea.

 

Jaime: (Molesto) No hace falta que me lo recuerdes.

 

Carlos: Se le pasará.

 

Jaime: ¿Tú crees?

 

Carlos esboza una forzada sonrisa.

 

Carlos: Por supuesto. ¿Cuánto lleváis casados? ¿Un par de meses? Es demasiado pronto para que atraveséis una crisis.

 

Jaime: Tú no sabes cómo se puso.

 

Carlos: Jaime, es normal. Le propusiste tener un hijo. No es moco de pavo.

 

Jaime mira a su amigo, confuso.

 

Jaime: ¿Te das cuenta de que te estás contradiciendo?

 

Carlos: (Extrañado) ¿Por qué?

 

Jaime: Primero me dices que es demasiado pronto para que tengamos una crisis, y luego, que el motivo es más que suficiente para tenerla.

 

Carlos: Lo que quiero decir es que lo solucionaréis. Ya lo verás.

 

Jaime: Eso espero…

 

Carlos mira a su amigo, sin saber qué más decir.

 

CASA DE HUGO, ISRA Y ÓSCAR/ COCINA/ MEDIODÍA

 

Hugo está en la cocina, preparando la comida, cuando escucha como alguien llega a casa. Óscar no tarda en aparecer por allí, con una enorme sonrisa dibujada en su cara.

 

Óscar: Veo que ya te encuentras mejor.

 

Hugo: Así es.

 

La pareja se da un beso.

 

Hugo: ¿Cómo han ido las clases?

 

Óscar: Bien. Te traigo todos los apuntes.

 

Hugo: (Sonríe) Gracias.

 

Los dos se quedan unos segundos en silencio hasta que Óscar se sienta en una de las butacas, suspirando.

 

Óscar: Tengo que contarte algo.

 

Hugo: (Preocupado) ¿Qué pasa?

 

Óscar: Hoy he estado hablando con Lidia.

 

Hugo: ¿Ha vuelto a meterse con alguno de nosotros?

 

Óscar: No, no es eso.

 

Hugo: (Extrañado) ¿Entonces?

 

El joven coge aire antes de seguir hablando.

 

Óscar: Jorge quiere que me haga su amigo.

 

Hugo: (Sorprendido) ¡¿Qué?! ¿Se ha vuelto loco?

 

Óscar: Yo también pensaba lo mismo, pero lo que quiere es que consiga pruebas de su relación con Lorena.

 

Hugo: ¿Y cómo vas a hacer eso?

 

Óscar: Yendo a su casa y comprobando si hay alguna prueba de su vínculo.

 

Hugo: (Irónico) Oh, ya. ¿Y qué vas a hacer? ¿Fingir que quieres volver con ella?

 

Óscar baja la cabeza, avergonzado.

 

Hugo: No, Óscar… no puedes estar hablando en serio.

 

Óscar: Sabes que es la única manera que tengo de volver a entrar allí.

 

Hugo: No quiero que te líes con ella.

 

Óscar: Y no nos vamos a liar. Solo tengo que hacerle creer que eso es lo que quiero.

 

Hugo: Lidia no es tan fácil.

 

Óscar: Pero puedo hacerlo. Lo único que necesito que hagas es fingir que no sabes nada. Por favor.

 

Hugo mira a Óscar, sin saber qué decir.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ TARDE

 

Claudia está en el almacén, cogiendo unos botellines de cerveza del frigorífico, cuando Jaime entra allí, cerrando la puerta tras él.

 

Jaime: ¿Piensas seguir mucho tiempo sin hablarme?

 

Claudia: (Molesta) ¿Qué estás haciendo aquí? ¿No deberías estar en la barra sirviendo a la gente?

 

Jaime: Tranquila. He pedido a Andrea que me sustituya un rato.

 

Claudia: A Andrea no se le da demasiado bien lo de ser camarera… ¿recuerdas la que lió cuando estábamos de luna de miel?

 

Jaime: Sí, pero no es eso lo que más me preocupa ahora precisamente.

 

Claudia: Pues debería. Es nuestro negocio.

 

Jaime coge aire, intentando mantener la calma.

 

Jaime: Tenemos que solucionar esto, Claudia.

 

La joven se hace la despistada.

 

Claudia: ¿El qué?

 

Jaime: Lo nuestro, ¿qué va a ser?

 

Claudia: (Suspira) ¿Y por qué no lo hablamos esta noche tranquilamente en casa?

 

Jaime: Porque esta noche estarás tan cansada, que no querrás que lo hagamos. Que ya nos conocemos…

 

Claudia piensa durante unos segundos, en silencio, hasta que finalmente, suspirando de nuevo, mira a su marido cruzándose de brazos.

 

Claudia: ¿Y qué quieres que hablemos exactamente? Yo ya dejé clara mi postura anoche.

 

Jaime: ¿No vas a querer tener hijos nunca?

 

La chica vuelve a pensar su respuesta. Se encoge de hombros.

 

Claudia: Supongo que en algún momento sí que querré tenerlo, pero no ahora.

 

Jaime: (Decepcionado) Ya.

 

Claudia: ¿Pero por qué te sienta tan mal? Es que no lo entiendo…

 

Jaime: Porque a mí me encantaría tener un hijo, Claudia. Y cuanto antes, mejor.

 

Claudia: Ya te lo dije anoche, Jaime. Acabamos de comprar un negocio. ¿De verdad crees que es el mejor momento para atender a un niño? ¿En serio?

 

Jaime: Claro que sí. Tú podrías quedarte en casa cuidándolo.

 

Claudia: Pero es que no es eso lo que quiero precisamente, Jaime.

 

El matrimonio permanece durante unos segundos en silencio, mirándose. A Claudia se le llenan los ojos de lágrimas.

 

Claudia: ¿Sabes? Empiezo a pensar que a lo mejor nos precipitamos con todo esto de la boda.

 

Jaime: (Extrañado) ¿Por qué dices eso?

 

Claudia: Porque está claro que tenemos objetivos distintos.

 

Jaime: Pero…

 

La joven le interrumpe, haciendo grandes esfuerzos para no echarse a llorar.

 

Claudia: Discúlpame.

 

Claudia sale de allí llorando, ante la sorprendida mirada de su marido, que no sabe cómo reaccionar.

 

CASA DE ISRA, HUGO Y ÓSCAR/ DORMITORIO DE ISRA/ TARDE

 

Iñigo está sentado en el escritorio de su compañero, buscando algo en el portátil, cuando Isra aparece por allí guardándose el móvil en el bolsillo.

 

Isra: Tardarán en volver. Están en casa de un amigo, y luego han quedado con Marta para tomar algo en el “Four”.

 

Iñigo: Marta es tu chica, ¿no?

 

El pelirrojo esboza una forzada sonrisa mientras se sienta junto a su compañero.

 

Isra: Aha.

 

Iñigo: La verdad es que me sorprendió mucho que estuvierais juntos… sois como muy diferentes, ¿no?

 

Isra: El amor todo lo puede, ¿no?

 

Iñigo: Supongo.

 

Los dos se quedan unos segundos en silencio, hasta que Iñigo deja escapar una sonora carcajada.

 

Iñigo: ¡Es que no pegáis para nada!

 

Isra intenta disimular lo incómodo que se siente.

 

Isra: ¿Podemos seguir con el trabajo, por favor?

 

Iñigo: ¿Sabes qué?

 

Isra: (Extrañado) ¿Qué?

 

Iñigo se recuesta en la silla, suspirando.

 

Iñigo: Que no me apetece una mierda seguir con el trabajo.

 

Isra: Ya, pero tenemos que terminarlo.

 

Iñigo: Pero antes podemos relajarnos un poco… divertirnos.

 

Isra mira al joven, sin entender nada.

 

Isra: ¿De qué estás hablando?

 

Iñigo empieza a acariciar su brazo, sonriendo sensualmente.

 

Iñigo: ¿De verdad que no lo sabes?

 

Isra: Tienes que estar de coña…

 

Iñigo: Vamos…

 

El joven empieza a acercar su cabeza lentamente a la del pelirrojo, sin que éste sepa qué hacer.

 

Isra: Iñigo, no…

 

Iñigo: (Interrumpiéndole) Calla.

 

Iñigo le besa apasionadamente, y aunque el joven tarda en reaccionar, se lo termina devolviendo. Tras permanecer unos segundos así, Iñigo se levanta.

 

Iñigo: Creo que en la cama estaremos mucho más cómodos.

 

Isra: Sí.

 

Isra también se levanta y, sin dejar de besarse, ambos se dejan caer sobre la cama, quitándose la ropa mutuamente.

 

BAR “FOUR”/ INTERIOR/ NOCHE

 

Óscar está sentado en un sofá, tomándose un botellín de cerveza y mirando nerviosamente el reloj. No tarda en ver entrar a Lidia por la puerta que, al verle, se acerca a él con una enorme sonrisa dibujada en su cara.

 

Lidia: Buenas noches.

 

Óscar esboza una forzada sonrisa.

 

Óscar: Hola.

 

Lidia se sienta junto al joven, y mira a su alrededor, incómoda.

 

Óscar: ¿Quieres tomar algo?

 

Lidia: No… ¿vamos a estar aquí mucho rato? Porque después de lo que pasó en la inauguración, la verdad es que no me siento del todo cómoda.

 

Óscar: Normal.

 

Lidia: Pensaba que querías que intentásemos ser amigos.

 

Óscar: Sí, y es lo que quiero… pero las cosas hay que reconocerlas, ¿no?

 

Lidia: (Sonríe) Supongo que sí…

 

Los dos jóvenes se quedan unos segundos en silencio, hasta que Lidia suspira.

 

Lidia: ¿Hugo sabe qué estás aquí?

 

Óscar: Claro. He estado hasta hace poco con él y con Marta tomándonos algo.

 

Lidia: (Extrañada) ¿Y lo acepta así, sin más?

 

Óscar: Bueno… realmente no le he dicho que estoy contigo. No creo que se lo tomase demasiado bien.

 

Lidia: Ya… así que una amistad oculta, ¿eh?

 

La joven se ríe, divertida.

 

Lidia: ¡Me encanta!

 

Óscar esboza una forzada sonrisa, incómodo.

 

PISO DE JAIME Y CLAUDIA/ DORMITORIO/ NOCHE

 

Jaime y Claudia están sentados en la cama, leyendo cada uno un libro. Hay mucha tensión entre ellos. Jaime, cansado, suspira y cierra el libro.

 

Jaime: Lo siento.

 

Claudia: (Extrañada) ¿El qué?

 

Jaime: Todo. Todo lo que ha estado pasando últimamente, yo… no tenía ningún derecho a comportarme así.

 

Claudia permanece unos segundos en silencio, pensando, hasta que finalmente también suspira.

 

Claudia: Yo también tengo mi parte de culpa. Me puse como una burra desde el principio, y lo que tendría que haber hecho era hablar contigo claramente y de buenas desde el principio.

 

Jaime: Ya.

 

La pareja se da un pico.

 

Jaime: Pero eso no cambia nada.

 

Claudia: (Extrañada) ¿A qué te refieres?

 

Jaime: A que sigo queriendo tener un hijo. Es lo que más deseo en este mundo, Claudia.

 

Claudia mira a su marido, sin saber qué decir.

 

CONTINUARÁ…